Revista Red de Innovadores - Aapresid Nº 194

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#194 | AÑO 27 | MAYO 2021

Sistema Chacras Aapresid

Mejorando y diversificando los sistemas agrícolas en el sur de Córdoba

ADEMÁS:

Regional Montecristo: crónicas de una campaña fina 20/21 difícil Cambios en el consumo generan nuevas tendencias en los mercados de alimentos y bioproductos

CIENCIA, EXPERIENCIA Y TECNOLOGÍA

La información que el productor necesita en el momento justo

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Empresas Socias

S.R.L. S.R.L.

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SUMARIO 194 EDITORIAL 05 Nuevos enfoques para la Agricultura: el rol de la Biodiversidad

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CIENCIA Y AGRO

06 La biolabranza y sus beneficios en la construcción de una agricultura sustentable

PLAGAS 12 Detección de roya lineal de la cebada provocada por el hongo P. striiformis s.l.

AGRICULTURA Y AMBIENTE Chacra Bandera: Diferenciación de ambientes por productividad y limitantes

AGRICULTURA Y AMBIENTE 18 Chacra Bandera: Diferenciación de ambientes por productividad y limitantes

DIVERSIFICACIÓN Y PRODUCCIÓN 28 Mejorando y diversificando los sistemas agrícolas en el sur de Córdoba

CULTIVOS DE INVIERNO 46 Regional Montecristo: crónicas de una campaña fina 20/21 difícil 58 Cambio climático: efectos sobre el rendimiento de trigo en el norte de Santa Fe

CULTIVOS DE VERANO 66 Inscriben cinco variedades de soja con características biológicas especiales

GANADERÍA

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CULTIVOS DE VERANO

Inscriben cinco variedades de soja con características biológicas especiales

70 ¿Cómo controlar la deriva génica desde alfalfas OGMs a alfalfas convencionales? 78 Ingredientes para lograr dietas uniformes

BIOECONOMÍA 84 Cambios en el consumo generan nuevas tendencias en los mercados de alimentos y bioproductos 92 La soja y otro paso adelante en la química verde 94 Diversificar, agregar valor y ‘circularizar’ la economía en el agro: el caso de Mikito y Conasa SA

AGENDA

98 Eventos del mes

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BIOECONOMÍA

Cambios en el consumo generan nuevas tendencias en los mercados de alimentos y bioproductos


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EDITORIAL Nuevos enfoques para la Agricultura: el rol de la Biodiversidad En su último informe sobre biodiversidad, la ONU advierte sobre la pérdida masiva de especies debido a la acción del hombre: un millón de especies de animales y plantas están amenazadas de extinción. También advierte de la necesidad de tomar medidas urgentes que involucren cambios radicales en la producción y el consumo de alimentos. “La ‘Biodiversidad’ hace que los ecosistemas funcionen y les brinda estabilidad y resiliencia ante variaciones externas” explica Martin Oesterheld, Investigador Superior del CONICET y Profesor de Ecología, de FAUBA, sobre el rol de la biodiversidad en la naturaleza. Es decir, un ecosistema más biodiverso sobrevive y responde mejor a las perturbaciones. César Belloso, Presidente honorario y productor miembro Aapresid comenta que, en un sistema agropecuario, el foco de la Biodiversidad está puesto en el suelo (microorganismos, nematodos, lombrices, insectos, hongos, entre otros) en interacción con los cultivos, y adelanta “en la medida que se pierde diversidad se pierde sustrato y sustento para las poblaciones de organismos del suelo, y funcionalidad”. Los agroecosistemas son parte de la biodiversidad del planeta. Oesterheld indica que si bien suelen ser menos diversos, el balance entre los distintos sistemas productivos, cultivos, y usos de la tierra a escala regional hacen a la biodiversidad. “Se puede ver desde un satélite, en auto, caminando, o haciendo el ADN de cada metro cuadrado de suelo”, ejemplifica. La diversidad e intensidad de cultivos en la rotación son prácticas aliadas para mantener raíces vivas y así alimentar un sistema diverso - sostiene Belloso - tanto por encima del suelo como por debajo. La biodiversidad subterránea suele pasar desapercibida, pero las casi 3000 especies de bacterias que pueden habitar un suelo son clave para man-

tener la salud y subsistencia de cualquier agroecosistema. Esos microorganismos nos alimentan y protegen de enfermedades, tal como nuestra flora intestinal. De hecho, la vida en el suelo será la apuesta fuerte del próximo Congreso Aapresid “Siempre vivo, Siempre diverso”. Oesterheld advierte que el concepto de productividad es complejo, y depende de muchos factores. Lo que sí es seguro es que “mientras más diverso es un agroecosistema, la productividad y otras funciones ecosistémicas se hacen más estables en el tiempo”. Sobre eso, Belloso da un ejemplo concreto: “hacer 2 cultivos en un año en que llueven 700 mm en lugar de 1000 puede ser menos productivo en kg grano/ha., pero no es un año perdido, porque una mayor actividad biológica deriva en mejores propiedades y salud del suelo, que en agricultura en el mediano a largo plazo se traducen en productividad”. Con experiencia en implementar sistemas diversos e intensos hace ya más de 30 años, Belloso puntualiza que el grado de conocimiento es crucial para adoptar decisiones de manejo en pos de una mayor Biodiversidad. Y señala que en campo propio es más fácil invertir en biodiversidad que en campo arrendado. Pero “en la medida que uno tenga un buen entendimiento con el dueño del campo y logre compartir esa visión se pueden implementar de la misma manera que en campo propio”, asegura. El productor comenta que, si bien la construcción colectiva y difusión del conocimiento de asociaciones como Aapresid es clave para fortalecer esquemas más biodiversos, las políticas públicas deberían apuntar a estimular una mayor diversidad para balancear la producción con el cuidado del ambiente. Aapresid

EDITOR RESPONSABLE David Roggero

S TA F F REDACCIÓN Y EDICIÓN Lic. Victoria Cappiello COLABORACIÓN Ing. F. Accame R. Belda Ing. T. Coyos Ing. C. Biasutti Ing. M. D'Ortona Ing. S. Fernandez Paez Ing. I. Heit Ing. F. Lillini Ing. A. Madias Ing. T. Mata

COLABORACIÓN (cont.) Ing. E. Niccia Ing. M. Rainaudo Ing. A. Ruiz Ing. C. Sciaressi Ing. J. C. Tibaldi DESARROLLO DE RECURSOS (NEXO) Ing. A. Clot Lic. C. Bowden COORDINACIÓN DISEÑO Dg. Matilde Gobbo MAQUETACIÓN Dg. Daiana Fiorenza REd de innovadores

Dorrego 1639 Piso 2 Of. A Tel. 0341 426 0745/46 aapresid@aapresid.org.ar www.aapresid.org.ar La publicación de opiniones personales vertidas por colaboradores y entrevistados no implica que sean necesariamente compartidas por la dirección de Aapresid. Queda prohibida la reproducción total o parcial de los contenidos sin autorización expresa del editor.


CIENCIA Y AGRO

La biolabranza y sus beneficios en la construcción de una agricultura sustentable Una práctica de manejo con gran potencial para mejorar las condiciones del suelo. Los suelos son esenciales para la producción agrícola y proporcionan servicios ecológicos fundamentales para los seres humanos, como el secuestro de carbono, la regulación del ciclo del agua y los nutrientes, la eliminación de desechos y el mantenimiento de la biodiversidad.

Por: Permingeat, H.

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La biolabranza es el uso de raíces de plantas como herramienta de labranza para manipular la estructura del suelo y obtener condiciones beneficiosas para el crecimiento de los cultivos. Zhang y Peng (2021) revisan varios estudios que han revelado que las plantas con raíces gruesas y profundas son muy efectivas para mejorar la estructura del suelo, creando canales durante el crecimiento y luego descomponiéndose para dejar bioporos abiertos. Estos bioporos podrían transportar aire y agua preferentemente, lo que mejora la aireación del suelo y reduce la escorrentía superficial y la erosión. Además, los bioporos pueden proporcionar vías preferenciales para la penetración de las raíces porque suministran espacios con baja resistencia mecánica y altas concentraciones de oxígeno en la fase gaseosa y contenidos nutricionales en la fase sólida (es decir, la pared del poro) (Zhang y Peng, 2021).

Wang y col. (2020) discuten la interacción del suelo y la raíz en ese ambiente edáfico denominado “rizosfera“, esa zona crítica en la que las raíces acceden al agua y a los nutrientes e interactúan íntimamente con los componentes físicos, químicos y bióticos del suelo. Los procesos de la rizosfera, como la movilización y el movimiento de nutrientes, además de la proliferación de raíces y las simbiosis, tienen un papel importante en el control de la adquisición eficiente de nutrientes por parte de los cultivos. El suelo estructurado ofrece anclaje físico y resistencia mecánica para la penetración de raíces. En los sistemas agrícolas, la resistencia mecánica del suelo al crecimiento de las raíces puede modificarse en gran medida mediante la compactación y el riego. Generalmente, el suelo tiende a ser mecánicamente más débil cuando se usa riego para aumentar la humedad, aunque el tamaño y la velocidad de las gotas de agua pueden inducir una compactación localizada en la superficie. El manejo del suelo agrícola puede conducir a un perfil con una capa poco profunda suelta y una capa de subsuelo compacta más densa. En este sentido, se suele ignorar la variación vertical de la resistencia


mecánica al alargamiento de las raíces, que aumenta con la profundidad debido a los efectos hidrostáticos que surgen del peso del suelo. Las raíces profundas pueden encontrar una resistencia mecánica más fuerte causada por una mayor presión hidrostática (o presión de sobrecarga), que aumenta con la profundidad. Esto implica que tanto la variación causada por el manejo en la estructura de la rizosfera y la impedancia mecánica en las tierras agrícolas pueden influir tanto en la distribución de raíces como en las redes de poros en el suelo. Las redes de poros podrían ser legados de la actividad de las lombrices de tierra y cultivos anuales o perennes que establecen raíces más profundas con el tiempo. El papel de la rotación de cultivos en la estructura del suelo también merece una atención especial. Las diversas rotaciones dan como resultado una mayor porosidad, más agregados y una menor resistencia a la penetración en comparación con los monocultivos. En este aspecto, los cultivos de servicios juegan un rol muy importante. Zhang y Peng (2021) sostienen que los cultivos de servicio son efectivos para la

labranza biológica al mejorar las propiedades físicas del suelo, en particular las características de la porosidad, la conductividad hidráulica saturada y la permeabilidad del aire con la ayuda de sistemas de enraizamiento. Con CS se consiguen mayores tasas de infiltración hídrica que en suelos desnudos, se reduce el riesgo de anegamiento en terrenos planos y disminuye la escorrentía y el potencial de erosión en terrenos inclinados. Otra observación descriptiva es que los CS aumentan la macroporosidad y mejoran la forma de los poros, aunque no mejoran la conductividad hidráulica saturada. Los investigadores identificaron que algunos cultivos de servicios con raíces pivotantes profundamente penetrantes fueron efectivos para aliviar la compactación del subsuelo causada por la labranza convencional mediante la creación de sistemas de bioporos (Zhang y Peng, 2021; Blanco-Canqui y Ruis, 2020). Otra observación relacionada es que los CS ofrecen una mayor tasa de infiltración en suelos sin labranzas comparada con la labranza convencional, por lo que integrar las prácticas de siembra directa y cultivos de servicios ofrece

Las diversas rotaciones dan como resultado una mayor porosidad, más agregados y una menor resistencia a la penetración en comparación con los monocultivos.

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amplias ventajas en la sustentabilidad de los sistemas agrícolas (Zhang y Peng, 2021). En el mismo sentido, Blanco-Canqui y Ruis (2020) afirman que la biolabranza con CS puede favorecer indirectamente a las propiedades físicas del suelo. La entrada de biomasa aérea y subterránea de cultivos de servicios en el suelo conduce a un aumento del carbono orgánico en la capa superficial del mismo e incluso en el subsuelo, lo que podría ser una fuerza impulsora para mejorar sus propiedades físicas y la estabilidad de los agregados. En una revisión meta-analítica hecha por los mismos autores, se informa que el porcentaje de agregados estables en agua mejoró cuando se aumentó el porcentaje de cambio en el contenido de carbono orgánico después de la adopción de cultivos de servicios. Los CS y el aumento del carbono orgánico resultante del uso de los mismos son beneficiosos para la abundancia y las actividades de las lombrices de tierra, especialmente en los sistemas de siembra directa.

La siembra oportuna es importante para lograr una alta biomasa de raíces que sea beneficiosa para penetrar en el suelo.

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Se ha documentado ampliamente que las lombrices de tierra mejoran la estructura del suelo y las propiedades hidráulicas mediante excavación y fundición. Las madrigueras de las lombrices de tierra pueden contribuir considerablemente a la infiltración de agua en el subsuelo y al mantenimiento de la aireación. Las lombrices de tierra ingieren partículas orgánicas y minerales y producen agregados organominerales biogénicos llamados moldes, que son mucho más estables que los agregados no biogénicos. Los beneficios de las lombrices de tierra, a su vez, refuerzan el efecto de la labranza biológica. El impacto de la labranza biológica en el rendimiento de los cultivos varía según las condiciones climáticas y las prácticas de manejo. En regiones con niveles de precipitación relativamente altos, donde el agua no es una limitación, la labranza biológica con CS puede aumentar el rendimiento de los cultivos. La respuesta del rendimiento de los cultivos a la labranza biológica depende también del número de años de plantación de CS. Durante el primer año,

puede no dar como resultado un aumento en el rendimiento del cultivo y, a medida que pasa el tiempo, se puede esperar un efecto más positivo (Whang y Peng, 2021). La elección del cultivo de servicio tiene implicancias en la eficiencia de la biolabranza, según sea la arquitectura de raíz este posea. Las especies con raíces pivotantes son mucho más efectivas para perforar suelos que aquellas con raíces fibrosas, ya que estas últimas se concentran con frecuencia cerca de la superficie del suelo. Además, las especies perennes tienen más probabilidades de tener éxito en la perforación biológica que las especies anuales. En general, hay cuatro características deseables para que una planta produzca una labranza biológica eficaz: 1) su adaptación a las limitaciones físicas y químicas del suelo, 2) la presencia de raíces gruesas y profundas, 3) un establecimiento fácil, con tasas de crecimiento rápidas y perennidad, y 4) la descomposición rápida de raíces remanentes. Otro de los desafíos para maximizar el efecto de la labranza biológica de los CS incluye el momento de siembra, y el momento y método de terminación. La siembra oportuna es importante para lograr una alta biomasa de raíces que sea beneficiosa para penetrar en el suelo. Para extender la duración del crecimiento, los cultivos de servicios se pueden plantar al voleo o mediante siembra aérea un poco antes de la cosecha de los cultivos comerciales si la condición de humedad del suelo lo permite. Este enfoque permitirá que crezcan rápidamente después de la cosecha y se establezcan muy bien antes del invierno. El tiempo óptimo de terminación del CS es probablemente el compromiso entre el tiempo para los sistemas de enraizamiento máximo de los CS y el tiempo de siembra de los cultivos subsiguientes. Para los cultivos de servicios anuales, los sistemas de enraizamiento máximos generalmente ocurren en la etapa cercana a la antesis. Para las especies perennes, se ha revelado que el desarrollo de nuevas raíces ocurre cada año, aunque las tasas de muerte de las raíces aumentaron con


el envejecimiento, y las poblaciones más grandes de raíces progresaron a mayores profundidades incluso en el quinto año, para el caso de alfalfa (Whang y Peng, 2021). Las raíces de los cultivos de servicios se pueden utilizar como una herramienta de labranza para mejorar la estructura del suelo mediante la formación de bioporos. Estos bioporos pueden actuar como vías para el flujo de agua y aire, y el crecimiento de las raíces. Sin embargo, el beneficio de la labranza biológica en el rendimiento

de los cultivos depende de las condiciones climáticas y las prácticas de manejo. Para optimizar este beneficio, se debe acompañar con prácticas de manejo favorables, como la selección de especies de cultivos de servicios, plantar y terminar CS en los momentos oportunos y con los métodos apropiados. La labranza biológica tiene un gran potencial para reemplazar la labranza convencional y mejorar las condiciones desfavorables del suelo en sistemas de siembra directa para construir una agricultura cada vez más sustentable.

La labranza biológica tiene un gran potencial para reemplazar la labranza convencional y mejorar las condiciones desfavorables del suelo en sistemas de siembra directa para construir una agricultura cada vez más sustentable.

REFERENCIAS • Blanco-Canqui H and Ruis SJ (2020). Cover crop impacts on soil physical properties: a review. Soil Science Society of American Journal, 84: 1527-1576 • Wang X, Whalley WR, Miller AJ, White PJ, Zhang F, and Shen J. (2020).Sustainable Cropping Requires Adaptation to a Heterogeneous Rhizosphere. Trends in Plant Science, 25, 1194-1202 • Zhang Z, Peng X. (2021). Bio-tillage: A new perspective for sustainable agriculture. Soil & Tillage Research, 206: 104844.

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PLAGAS

Detección de roya lineal de la cebada provocada por el hongo P. striiformis s.l. La Red de Cebada Cervecera evaluó doce variedades comerciales en relación a la presencia de enfermedades de origen fúngico y confirmó la presencia de esta roya para una variedad en el oeste bonaerense.

Por: Erreguerena, I.A.¹; Moreyra, F.²; Gonzalez, G.³; Couretot, L.⁴; Formento, N.⁵; Giménez, F.³ ¹ Estación Experimental INTA Manfredi. ² Estudio Agropecuario Sudoeste, Darregueira. ³ Estación Experimental INTA Bordenave. ⁴ Estación Experimental INTA Pergamino. ⁵ Estación Experimental INTA Paraná.

La roya estriada, lineal o amarilla (RA) de los cereales es provocada por el hongo Puccinia striiformis Westend sensu lato (en sentido amplio). Varios estudios basados en las fases uredinial y telial indican que P. striiformis s.l. puede infectar de manera natural o artificial a más de 320 especies de gramíneas clasificadas en 50 géneros distintos (Hassebrauk, 1965; Cheng et al., 2016). Algunos de los géneros hospedantes son Aegilops, Agropyron, Bromus, Elymus, Hordeum, Secale y Triticum (Stubbs, 1985).

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Aunque hoy se encuentra en discusión, la especie P. striiformis se puede dividir en cinco formas especiales (f. sp.): f. sp. agropyri, elymi, hordei, secalis y tritici, directamente relacionadas al hospedante que infectan con mayor frecuencia (Eriksson y Henning, 1894; Newton y Johnson, 1936). Trabajos con inoculaciones cruzadas con estas formas especiales aisladas, de diversos hospedantes, indican que son capaces de producir signo y sintomatología similares en el trigo (Tollenaar y Houston, 1967). Esto evidencia una superposición entre hospedantes para las diversas formas especiales. Actualmente, P. striiformis f. sp. tritici es el centro de muchas investigaciones debido

a la importancia económica del trigo y las grandes pérdidas que puede provocar a nivel mundial. Para la determinación de la identidad de especímenes de P. striiformis, actualmente se combina la descripción morfológica de sus diversas fases (uredinial y telial en su mayoría) y el análisis filogenético o molecular (Abbasi et al., 2004; Liu et al., 2010; Huang et al., 2019). Varias de las formas especiales son capaces de completar su fases picnial y aecial (sexuales) en Berberis spp. (Huang et al., 2019) como lo reportado previamente para la f. sp. tritici (Tian et al., 2016). Huang et al. (2019) relacionan filogenéticamente a esta última con f. sp. hordei, postulando la clasificación de especies de

Actualmente, P. striiformis f. sp. tritici es el centro de muchas investigaciones debido a la importancia económica del trigo y las grandes pérdidas que puede provocar a nivel mundial.

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P. striiformis sensu stricto (incluyendo hospedantes del género Aegilops, Elymus, Hordeum, Triticum) y diferenciándose de otras como P. striiformoides, P. pseudostriiformoides y P. gansensis. En Argentina, actualmente la roya amarilla es la limitante biótica más importante para la producción de trigo (REM Aapresid, 2020). En contraste, para el caso de las variedades de cebada cervecera y forrajera (Red de Cebada Cervecera, 2019 y Red de Viveros de Cereales, 2016) esta enfermedad no representaría un riesgo.

Durante la evaluación de las enfermedades más prevalentes, como mancha en red y tipo spot (Drechslera teres f. sp. teres y f. sp. maculata) y escaldadura (Rhynchosporium secalis), se observaron síntomas atípicos en hojas de la variedad Alhué en niveles bajos (menor al 5% de severidad en hoja) circunscripta a los estratos inferiores. Estos consistían en clorosis foliares lineales amarillo claras que luego dieron lugar a pústulas de roya (signo) (Figura 2). Lo mismo fue observado en un lote de producción de la zona de Darregueira (Buenos Aires) con la misma variedad en niveles también bajos.

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Durante la campaña 2020/21 de cereales de invierno, en parcelas sin fungicida de ensayos comparativos de rendimientos de la Red de Cebada Cervecera (2020/2021), sitio EEA Bordenave, se evaluaron las variedades en relación a la presencia de enfermedades de origen fúngico en los estadios de encañazón y espigazón. Las variedades de cebada comerciales incluidas fueron: Alhué, Aliciana, Andreia, Charles, Danielle, Fátima, Jennifer, Militza INTA, Montoya, Overture, Sinfonía y Yanara (Figura 1).

Figura 1 Variedades de cebada comerciales evaluadas en la Red de Cebada Cervecera 2020/21. Moreyra (2020).


A

B

Se tomaron muestras para la determinación del agente causal y se las analizó en el laboratorio de la EEA Manfredi – Sección Fitopatología. El material se observó bajo lupa estereoscópica y microscopio óptico de

C

Figura 2 Síntomas y signos de Puccinia striiformis. (A) Clorosis lineal amarillenta inicial donde luego se desarrollaron pústulas (B y C) con las uredosporas (C) del hongo (400X).

campo claro (Zeiss®). Para la determinación de especies se midieron y describieron varios atributos de las uredosporas y teliosporas (n=100) según Liu et al. (2010) y Huang et al. (2019) mediante la utilización de objetivo

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graduado (Zeiss®) y se analizaron las imágenes con el programa Image J®. Las uredosporas fueron de color naranja claro, unicelulares, cuasi redondeadas y con un diámetro promedio de (17) 18-22 (27) μm. Las teliosporas fueron mayormente claviformes oblongas de color naranja claro, uni y bicelulares, con un pedicelo corto o sin pedicelo, con y sin constricción

Por las características macro y microscópicas observadas, se puede decir que el agente causal corresponde al hongo Puccinia striiformis según la bibliografía de referencia. Este trabajo realizado por investigadores del INTA determinó la presencia en niveles de incidencia y severidad bajas de P. striiformis en el cultivo de cebada para la variedad Alhué, siendo la única zona (Bordenave – Darreguiera, oeste bonaerense) en la que se reportó la enfermedad dentro de las localidades que integran la Red de Cebada Cervecera. Puccinia striiformis es capaz de producir nuevas variantes de manera frecuente, probablemente en relación con su ciclo de vida que incluye la recombinación genética (fase sexual) y el amplio espectro de

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en la zona del septo. Las células apicales de las teliosporas midieron 25-30 × 23-30 μm (media 29 × 24 μm), mientras que las inferiores midieron 23-27 × 21-25 μm (media 26 × 23 μm). El largo de las teliosporas bicelulares fue mayor a 40 μm y las unicelulares, de (19,2) 28,3 (35) μm en promedio. Los pedicelos de las teliosporas medían (0) 2,3–4,5 (6,56) μm de largo (Figura 3).

hospedantes reportados (Tian et al., 2016) como agentes de selección. Por lo tanto, es de gran importancia tener en cuenta que varias formas especiales de Puccinia striiformis son compartidas entre diversas gramíneas consideradas malezas (ej. Hordeum murinum) según Erreguerena et al., 2020 (inédito), y otras (Cheng et al., 2016) son utilizadas como cultivos de servicios y los principales cereales de producción de grano. Por este motivo, se recomienda considerar este aspecto al momento de evaluar el comportamiento sanitario de los cultivos y focalizar en la elección de variedades, fechas de siembra y momentos de rolado y control químico, para el diseño de estrategias productivas integrales a nivel local y regional.

Figura 3 Imágenes en microscopio de (A) uredosporas y (B, C) teliosporas de Puccinia striiformis.


Agradecimientos: al Ing. Antonio Aguinaga, Grupo Mejoramiento EEA Bordenave, Fitopatología EEA Manfredi, Grupo Sanidad (UIB Balcarce), Red de Cebada Cervecera y Red de Protección de Cebada Cervecera (REPECC)-A002-I086.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS • Abbasi M, Hedjaroude G, Scholler M, Goodwin SB, 2005 [2004]. Taxonomy of Puccinia striiformis s.l. in Iran. Rostaniha 5: 71e82, 199e224. • Chen XM, Line RF, Leung H, 1995. Virulence and polymorphic DNA relationships of Puccinia striiformis f. sp. hordei to other rusts. Phytopathology 85: 1335e1342. • Cheng P, Chen XM, See RD. Grass hosts harbor more diverse isolates of Puccinia striiformis than cereal crops. Phytopathology. 2016;106(4):362–71. • Hassebrauk K. Nomenklatur, geographische, Verbreitung und Wirtsbereich des Gelbrostes, Puccinia striiformis West. Mitt Biol Bundesanst Land-Forstwirsch Berl-Dahl. 1965; 116:1–75. • Huang, S., Zuo, S., Zheng, D. et al. Three formae speciales of Puccinia striiformis were identified as heteroecious rusts based on completion of sexual cycle on Berberis spp. under artificial inoculation. Phytopathol Res 1, 14 (2019). https://doi.org/10.1186/ s42483-019-0021-y. • Liu M, Hambleton S. Taxonomic study of stripe rust, Puccinia striiformis sensu lato, based on molecular and morphological evidence. Fungal Biol. 2010;114(10):881–99. • Newton M, Johnson T, 1936. Stripe rust, Puccinia glumarum in Canada. Canadian Journal of Research Section G 14: 89e108. • Stubbs RW, 1985. Stripe rust. In: Bushnell WR, Roelfs AP (eds), The Cereal Rusts: Diseases, Distribution, Epidemiology, and Control. Academic Press, New York, pp. 61e99. • Tian Y, Zhan GM, Chen XM, Tungruentragoon A, Lu X, Zhao J, et al. Virulence and simple sequence repeat marker segregation in a Puccinia striiformis f. sp. tritici population produced by selfing a Chinese isolate on Berberis shensiana. Phytopathology. 2016;106(2):185–91. • Tollenaar H, Houston BR, 1967. A study on the epidemiology of stripe rust, Puccinia striiformis West., in California. Canadian Journal of Botany 45: 291e307. • Xia Ch., Wang M., Yin Ch., Cornejo O., Hulbert S.H., X. Chen 2018. Genomic insights into host adaptation between the wheat stripe rust pathogen (Puccinia striiformis f. sp. tritici) and the barley stripe rust pathogen (Puccinia striiformis f. sp. hordei). BMC Genomics 19:664 https://doi.org/10.1186/s12864-018-5041-y

FUENTE https://repositorio.inta.gob.ar/bitstream/handle/20.500.12123/9140/INTA_CRBsAsSur_EEABordenave_Erreguerena_IA_ Detecci%c3%b3n_roya_lineal_cebada.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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AGRICULTURA Y AMBIENTE

Chacra Bandera: Diferenciación de ambientes por productividad y limitantes La zona de influencia de la Chacra Bandera posee una variabilidad ambiental que, por ciertos patrones de comportamiento, permite diferenciar 6 ambientes. 1. Introducción La zona de influencia de la Chacra Bandera, que abarca cerca de 900.000 has, se caracteriza por su gran variabilidad ambiental compuesta por diferentes tipos de suelos, capacidades de uso, distribución desigual de las precipitaciones, el paisaje y la dinámica de la napa. Conocer estas variables y la manera en que afectan la producción, ayuda a entender la relación suelo-planta-ambiente y, a partir de ella, generar modelos de producción sustentables y económicamente viables.

Por: Vigliecca, E.N.¹; Giménez, R.²; Schefer, E.³; Sciarresi, C.⁴ ¹Gerente Técnico de Desarrollo (GTD) Chacra Bandera, Sistema Chacras, Aapresid. ² Grupo de Estudios Ambientales IMASL-CONICET, Depto. Geología UNSL. ³ Becaria Doctoral, EEA INTA Bandera. ⁴ Coordinador Técnico Zonal (CTZ), Sistemas Chacras, Aapresid.

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Aunque los suelos productivos de la zona de la chacra son de buen desarrollo y buena fertilidad física, química y biológica, su uso indiscriminado puede generar un deterioro y pérdida de la capacidad productiva. Asimismo, factores como el comportamiento del agua en la cuenca, pueden modificar las propiedades del suelo y generar procesos erosivos o inundaciones, según la posición en el relieve (altos, bajos o zonas


de pendiente); pudiendo de esta manera influir además en la profundidad de la napa. Entender la forma en la que ingresa el agua en la superficie de suelo y su comportamiento en interacción con la napa freática, es de gran importancia para evaluar la respuesta de los cultivos de acuerdo al balance hídrico de la campaña, y así, poder diseñar estrategias para un mejor manejo productivo. Los factores anteriormente mencionados, entre otros, afectan la producción agropecuaria impactando de manera positiva o negativa en los cultivos. Una forma de medir este impacto, es mediante el uso de información satelital, como son los índices espectrales de vegetación NDVI, EVI, SAVI, entre otros. Los índices de vegetación y sus combinaciones, permiten exacerbar las diferencias en los patrones espacio-temporales de reflectancia de diferentes coberturas, posibilitando analizar el efecto de usos

y manejos del suelo sobre los cultivos (Díaz García-Cervigón, 2015). El índice NDVI se basa en el comportamiento radiométrico de la vegetación, relacionado con la actividad fotosintética y la estructura foliar de las plantas, siendo un estimador de la condición y cobertura de los cultivos (Díaz García-Cervigón, 2015). El análisis de esta información es una herramienta más que contribuye al estudio de las limitaciones de las diferentes subregiones que componen la zona de influencia la Chacra. En el presente artículo se presentará una caracterización ambiental de la zona de influencia de la Chacra Bandera (departamentos de Belgrano y Taboada) en función de su productividad y limitantes. Adicionalmente, se desarrollarán criterios adoptados para esta caracterización, en base a suelos, precipitaciones, topografía, hidrología e índice diferencial de vegetación normalizado (NDVI).

AUSPICIAN

2. Materiales y métodos La caracterización fue realizada para los departamentos Belgrano y Taboada, ubicados al sureste de la provincia de Santiago del Estero (zona de influencia de la Chacra Bandera). Para el comienzo de la caracterización, la Ing. Agr. Lidia Amanda Vizgarra perteneciente al área de suelos de la EEA INTA Quimilí nos facilitó el mapa de las series de suelo de los departamentos Belgrano y Taboada a una escala de 1:250.000 (Figura 1).

del flujo del agua. Como resultado, se delineó la red hídrica de drenaje con la cual se determinaron los órdenes primarios, secundarios, terciarios y cuaternarios de drenaje, según la clasificación de Horton-Strahler. La misma, asume que los escurrimientos menores de primer orden, al unirse, generan escurrimientos de segundo orden, y a medida que convergen generan órdenes crecientes, los cuales llevan un mayor caudal.

Adicionalmente, para el estudio del relieve, se utilizó un Modelo Digital de Elevación (DEM), con un sistema de proyección GCSWGS-1984 y una resolución espacial de 30m x 30m. Para el análisis y visualización del relieve se utilizó el software ArcGis 10.6 y su extensión ArcScene, la cual, permite la representación en 3D del DEM, para una mejor visualización del relieve. A partir del DEM mencionado, se realizó un estudio de la superficie del terreno generando capas de curvas de nivel, dirección y acumulación

A partir del DEM y de las redes de drenaje, se delimitaron las subcuencas que atraviesan los departamentos Belgrano y Taboada con herramientas SIG. Esto se logró ubicando puntos de salida de cuencas en cada escurrimiento de orden mayor a 4, en los ingresos al río, o al fin de los departamentos Belgrano y Taboada.

PATROCINA

Paralelamente, se realizó el análisis de imágenes satelitales para determinar ambientes regionales donde se evaluaron imágenes RED DE INNOVADORES

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satelitales (NDVI, EVI, SAVI, entre otros) de años con condiciones contrastantes de humedad (años húmedos, medios y secos), para delimitar zonas con mayor o menor producción, en relación a la capacidad productiva de los suelos. Las imágenes satelitales utilizadas provinieron de los sensores OLI de Landsat 8 para el análisis de la campaña 2015, mientras que para las campa-

ñas 2016, 2017 y 2019 se usaron imágenes del sensor MSI de Sentinel 2A. El periodo evaluado fue de febrero a abril, entre mediados y fin de la estación lluviosa, cuando los cultivos predominantes transitan fases reproductivas y se encuentran mayormente en cobertura completa, haciendo representativos los índices utilizados.

3. Resultados 3.1. Series de suelo. Las series de suelo que se encuentran dentro de la región de influencia de la Chacra Bandera se muestran en la Figura 1. La cantidad de series intervinientes y sus combinaciones en estas unidades cartográficas, hacen que la complejidad de la zona no permita un único manejo agronómico, sino que cada zona debe ajustarse a las condiciones predisponentes. He allí la necesidad de definir y caracterizar los ambientes de la zona, para conocer sus características y limitaciones que condicionan el manejo. En general, las series que predominan en cuanto a superficie son Bandera, Añatuya y Juríes (cerca de 615.000 de has. entre fases, complejos y asociaciones), seguido de la serie Tostado, Guardia Escolta y El Simbol (238.000 has. entre fases, complejos y asociaciones). Las series Bandera, El Haras y Juríes son suelos profundos y bien drenados, con un horizonte superficial oscuro, bien provisto de materia orgánica. Particularmente, la serie Bandera posee una textura franco-arcillo-limoso, El Haras y Juríes son francos-limosos. A pesar de las limitantes climáticas, y en el caso particular de la serie Bandera problemas de hormigueros no salinos (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE), estas series poseen una capacidad de uso III (aptas para la agricultura). Adicionalmente, las series Bandera y Juríes pueden presentar concreciones calcáreas a partir del metro, las cuales, en abundancia, pueden generar impedimentos físicos a la raíz (Bonadeo et al., 2019). Además, la serie Bandera hacia el Río Salado posee una fase imperfectamente drenada, donde los suelos pre-

sentan síntomas de hidromorfismo visualizados con moteados escasos en el perfil (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE). Es por ello que, estas series, necesitan de un manejo específico para evitar el ascenso de sales en superficie. Por otro lado, la serie Añatuya posee suelos poco profundos, con poco desarrollo, y medio a bajo contenido de materia orgánica. A partir de los 40 cm posee menor estructura, tendiendo de bloques angulares

Figura 1 Series de suelos que componen los departamentos Belgrano y Gral. Taboada, y los establecimientos de la Chacra Bandera.



a una estructura masiva cercano a los 78 cm. Cuenta con la presencia del horizonte C cálcico a partir de los 78 cm (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE). Esta serie se encuentra en combinación con Miel de Palo en algunas zonas, cuyas características son muy parecidas en suelos a la serie Añatuya, diferenciándose en su tendencia a suelos alcalinos. Sus limitaciones principales son climáticas y de salinidad, haciendo que estos suelos tengan aptitud ganadera (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE). El complejo aluvial salino alcalino del río Salado son áreas que integran suelos del plano aluvial del río Salado y de antiguos bañados. La pendiente varía entre 0 y 1%. Los suelos de este complejo, desarrollados sobre materiales aluviales, están algo evolucionados genéticamente, por ello, en algunos lugares, se distinguen horizontes más o menos bien expresados. Algunos presentan el horizonte superficial engrosado por el aporte de material de lugares algo más altos. Se inundan periódicamente y pueden permanecer así grandes sectores por varios meses. La serie El simbol comprende áreas bajas próximas al río Salado, con suelos fuertemente salinos con más de 40 mmhos/cm de conductividad, dentro de los 75 cm de profundidad. Poseen ph ácido en superficie y básico a partir de los 20 cm, llegando a valores de 8,8 en los horizontes más profundos. Limitaciones de drenaje pobre, y fuerte salinidad y alcalinidad restringen sus posibilidades de aprovechamiento (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE). La serie Tostado está distribuida en la llanura próxima al límite entre las provincias de Santiago del Estero y Santa Fe. En esta

última, los perfiles están mejor expresados y ampliamente difundidos. Son suelos bien desarrollados que se localizan en micro depresiones y que, algunas veces, pueden encharcarse. La capa superficial es profunda, oscura, bien provista de materia orgánica; sigue un potente horizonte arcilloso y, alrededor del metro, se observan signos de hidromorfismo con algunos moteados y pocas concreciones de hierro y manganeso (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE). Esta serie, en ocasiones, se combina con Guardia Escolta, en unidades con micro elevaciones, que posee horizontes algo lixiviados (lavado), que tienen características de A2 y espesores variables, muchas veces de tan sólo algunos centímetros. Las limitaciones de estas dos series son su hidromorfismo y su ph ácido, que adopta valores de 6 desde la superficie hacia la profundidad (Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE). Como se describió anteriormente, los suelos poseen una capacidad productiva que apunta a un manejo agrícola en aquellos que sean profundos, con buen contenido de materia orgánica, y con menores riesgos de salinización y/o sodificación, como es el caso de la Serie Bandera, Tostado, Juríes y El Haras. La serie Añatuya posee limitaciones principalmente en la profundidad de sus suelos, y por el otro lado, El Simbol, Guardia Escolta y complejo aluvial salino alcalino del río Salado, poseen una aptitud ganadera por su menor profundidad, existencias de horizontes A2 pocos desarrollados, y valores de salinidad y/o sodicidad altos, que limitan la actividad agrícola. Sin embargo, es importante destacar que en algunas situaciones las limitantes no son tan extremas, permitiendo planteos agrícolas ajustados al mejoramiento del ambiente.

3.2. Red hídrica En la Figura 2a, pueden observarse los órdenes de drenaje y los límites de los campos que conforman la Chacra. A partir de la red de drenaje, se obtuvieron las siguientes subcuencas que componen los departamentos Belgrano y Taboada (Figura 2b). Las subcuencas que poseen una mayor

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superficie de aporte a las zonas bajas, son las que se encuentran al norte y sur de Bandera (naranja, rojo y verde). El orden de sus escurrimientos son los mayores (3 y 4), y son los que generalmente poseen mayores inconvenientes en periodos húmedos por los volúmenes de agua que manejan.

Los suelos poseen una capacidad productiva que apunta a un manejo agrícola en aquellos que sean profundos, con buen contenido de materia orgánica, y con menores riesgos de salinización y/o sodificación, como es el caso de la Serie Bandera, Tostado, Juríes y El Haras


a

b

Figura 2 a) Órdenes de drenaje y los límites de los campos que conforman la Chacra. Los colores más oscuros implican menor caudal conducido y por lo tanto menor orden (1, 2 y 3) y los colores más claros órdenes de mayores rangos (4 y 5), con mayores volúmenes de agua; b) Subcuencas que conforman los departamentos Belgrano y Taboada.

La zona en estudio posee una precipitación histórica promedio de 793 mm (Fuente: Wybe Udema, registro histórico desde el año 1970), pero en los últimos 7 años tuvo registros medios mayores a 1000 mm anuales, llegando a extremos en 2015 (1180 mm) y 2019 (1320 mm) (Figura 3). Esto generó anegamientos en amplias zonas y localidades, afectando la calidad de vida de sus habitantes y la economía local. En una gran parte de la región, la escasa pendiente (menor al 0,5%) limita la escorrentía de los excesos hídricos favoreciendo el ascenso freático en la mayor parte del paisaje, con un proceso acentuado en las épocas

de mayores precipitaciones. Se limita así el drenaje profundo de los excesos, que queda condicionado el escurrimiento en superficie por la vía natural o artificial. Adicionalmente a la problemática del aumento en las precipitaciones en los últimos 7 años, se agrega una distribución concéntrica de las isohietas hacia el este y noreste del departamento Belgrano y Taboada, lo que le da a esa zona una mayor probabilidad de recarga del perfil y posibles anegamientos en años muy húmedos. En años secos, esta zona puede verse favorecida por una mayor disponibilidad hídrica.

3.3. Análisis multitemporal de imágenes satelitales: años secos y años húmedos Para el análisis multitemporal, se consideraron años que significaran situaciones contrastantes y situaciones cercanas a la media, es decir, años muy secos (campaña 2010/2011), años medios (2016/2017) y años

con precipitaciones excesivas (2014/2015 y 2018/2019). En la Figura 3 se presentan las lluvias previas a los períodos considerados para el análisis satelital.

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350 2010-2011 (1 - Año Seco) 2014-15 (3 - Año Húmedo) 2016-17 (2- Cercano a la Media) 2018-19 (4- Muy Húmedo) Úl�mas 7 camp.

300

Pp (mm)

250 200 150 100

Figura 3 Distribución de lluvias anteriores y posteriores al periodo analizado mediante imágenes satelitales. 1: año seco (706 mm), 2: año cercano a la media (943 mm), 3: año húmedo (1318 mm), 4: año muy húmedo (1411 mm).

50 0

JUL

AGO

SEP

OCT NOV

DIC

ENE

FEB MAR ABR MAY JUN

Meses

Año seco y medio A continuación, se presenta el índice NDVI de un año seco (referencia 1, Figura 3), donde previo a dicho periodo hubo una acumulación de julio a abril de 670 mm, seguido de la situación de un año medio (referencia 1, Figura 3). En la Figura 4 se puede observar cómo existen zonas con predominancia de colores rojos y naranjas (vegetación rala o en mal estado), zonas de amarillos y verdes (vegetación normal a sana) y zonas de verdes intensos (vegetación vigorosa). La distribución es similar en ambos años, existiendo un menor índice NDVI hacia los bordes (localidades de Guardia Escolta, Pinto, Añatuya, 4 Bocas y El Colorado) y para el año más seco, y un mayor índice al centro (norte y sur de Bandera y la zona cercana a Juríes) y al aumentar la disponibilidad hídrica. El cambio de NDVI de las zonas más afectadas en un año seco hacia tonalidades más verdosas en años de mayores precipitaciones indica que esa zona posee “capacidad buffer” para atenuar balances

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a

hídricos negativos pero puede generar un problema con balances hídricos muy positivos. Hacia el oeste existe una menor disponibilidad hídrica y hacia el sureste y los márgenes del Salado, hay problemas de salinidad y anegamiento.

b

Figura 4 a) NDVI al 04/02/2011 situación seca, 670 mm anuales acumulados. - b) NDVI al 30/04/2017 Situación media, 974 mm anuales acumulados.


Años húmedos El análisis de los años húmedos y muy húmedos, nos permite observar qué zonas poseen más problemas de excesos hídricos en periodos de lluvias excesivas, y que, por lo tanto, condicionarán la producción o labores mecánicas en el ciclo de los cultivos. El análisis que se desprende a continuación corresponde al 23 de marzo de 2015 (referencia 3 figura 3), periodo posterior a lluvias acumuladas de 1250 mm, y al 10 de abril de 2019 (referencia 4 figura 3) con lluvias acumuladas de 1323 mm. En ambas situaciones, los departamentos Belgrano y Taboada sufrieron períodos de anegamiento e inundación tales que complicaron la cosecha de los cultivos estivales y la posterior implantación de los cultivos invernales. Para el estudio, se realizó una combinación de las bandas 4 (rojo), 5 (Infrarrojo cercano) y 6 (infrarrojo de onda corta) de Landsat OLI 8, para contrastar cuerpos de agua con suelo/vegetación (Figura 5a).

Como se puede observar en la Figura 5, los dos períodos analizados generaron anegamientos en diversas zonas. Al sur de Bandera y alrededores de Guardia Escolta, hay presencia de cuerpos de agua coincidente con los desbordes del río (zona Santa Lucía) y con la posición en el relieve (zona más baja de la cuenca). Al norte de Bandera, existe un escurrimiento de gran magnitud (zona La Martona y La Ponderosa), que también sufre de anegamientos por la posición

a

b

Figura 5 a) Falso color proveniente de la combinación de bandas 4, 5 y 6 del satélite Landsat OLI 8, al 20 de marzo de 2015, que resalta los cuerpos de agua; b) Imagen Sentinel 10 de abril de 2019, clasificación supervisada para identificación de cuerpos de agua, suelo desnudo, vegetación vigorosa y vegetación poco vigorosa.

de la napa más cercana a la superficie. También observamos que las zonas menos perjudicadas, que tuvieron un mejor desarrollo en años húmedos como los analizados, son aquellas pertenecientes a las zonas altas del paisaje (zonas altas entre Averías y Añatuya). Estas zonas pudieron recargar su perfil, sin perder producción por anegamientos. Esto le confiere a esta zona, una mayor estabilidad y producción ante años con elevadas precipitaciones.

3.4. Delimitación de ambientes productivo En base a las variables analizadas anteriormente, tales como, topografía, suelos, red hidrológica, dinámica de napa e imágenes satelitales multitemporales, se definieron

para la zona de la Chacra Bandera, 6 ambientes de producción. Los detalles de cada ambiente se encuentran resumidos en la Tabla 1.

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Ambiente

Textura

IP

Pp prom. (mm)

Pte (%)

Series

Características/ Limitantes

Ubicación en el paisaje

Suelos bien provistos de MO (valores cercanos a 2,5%) Suelos profundos (+ 1 m)

Ambiente 1

Franco limoso Franco arcillo limoso

74

800 – 900

0 - 0.5

Bandera, Los Jurés y El Haras

En años secos la napa puede proveer de agua al cultivo Concresiones calcáreas hasta el metro de profundidad

Zonas altas y medias de la cuenca

Dificultad de penetración de raíces En años húmedos la influencia de la napa puede generar anegamiento temporario Menor contenido de MO que el ambiente 1 (valores cercanos a 1,7 %) Suelos menos profundos (80 cm) Drenaje excesivo

Ambiente 2

Franco arenosa

67

700 - 800

0 - 0,5

Añatuya y Miel de Palo

Presencia de suelos salinos Susceptibilidad a la erosión hídrica

Zonas altas de la cuenca

En años secos la baja influencia de la napa complica la disponibilidad de agua para el cultivo Hay sectores con suelos alcalinos (pH 9) En años húmedos la influencia de la napa puede generar anegamiento temporario Imperfectamente drenados Suelos Hidromórficos

Ambiente 3

Franco limoso Franco arcillo limoso

34 - 79 (dependiendo posición en el paisaje)

800 - 900

0 - 0.5

Tostado, El Simbol, Guardia Escolta

Presencia de sales y sodio Suceptibilidad al anegamiento

Zona baja de la cuenca y aledaña al Rio Salado

En años húmedos puede permanecer anegado hasta 3 meses En años secos la presencia de sales complica el normal desarrollo de los cultivos Napa fluctuando en niveles próximos de la superficie, que en años secos aumenta la disponibilidad hídrica

Ambiente 4

Franco limoso Franco arcillo limoso

25

700 - 800

0 - 0.5

Bandera

En años húmedos posee alto riego de anegamiento por desborde del Rio Salado Hidromórficos

Zona más baja de la cuenca, colindante con el Rio Salado

En años secos hay ascenso capilar de sales Suelos compactados Suelos bien desarrollados Bien provistos de MO (> 2,4 %)

Ambiente 5

Franco arcillo limoso

20

900 - 1000

0 - 0.5%

Tostado y Guardia Escolta

Ocacionalmente anegable Presencia de moteados y pocas concreciones de hierro y manganeso

Zonas bajas del este Santiagueño. Límite con Santa Fe

En micro elevaciones en estas series que poseen un horizonte superficial lixiviado (A2) Los suelos de esta fase están más degradados (lixiviados o lavados) que lo normal Moderadamente bien drenados

Ambiente 6

Franco arenoso Franco limoso

20 - 26

800 - 900

0.5 - 1

Añatuya, Añatuya en fase ligeramente ondulada y Los Juries

Horizontes arcillosos bien manifiestos Sales aparecen en niveles más abajo del metro Ligera erosión hídrica Suelos fuertemente salinos hasta los 75 cm de profundidad Drenaje imperfecto Anegamiento temporario

Tabla 1: Características generales para cada ambiente delimitado en la región de influencia de la Chacra Bandera.

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Posiciones cóncavas del paisaje, cabeceras de las cuencas.


3. Resultados Para satisfacer la demanda creciente de alimentos, será necesario intensificar el manejo de los sistemas agropecuarios acompañado, en algunos casos, por un aumento de la superficie cultivada. No obstante, esa intensificación debe estar acompañada de la eficientización de los recursos ecosistémicos para contribuir a un manejo sustentable. Para ello, el conocimiento de los ambientes productivos es fundamental para ajustar prácticas de manejo diferenciales que aseguren un nivel productivo estable, rentable y sostenible. La zona de influencia de la Chacra Bandera posee evidentemente una variabilidad ambiental que, por ciertos patrones de comportamiento, pueden diferenciarse 6 ambientes. A grandes rasgos, las principales características que hacen a la diferenciación de los mismos es la posición en el paisaje (loma, medio y bajo), dinámica de la red hídrica, el régimen de precipitaciones, la cercanía de la napa freática a la superficie y las características intrínsecas de los suelos (contenido de materia orgánica, salinidad, sodicidad, profundidad y presencia de impedimentos físicos). La siguiente caracterización de la zona de influencia de la Chacra Bandera nos permite identificar acciones concretas para abordar problemáticas existentes listadas a continuación:

cercanía de la napa freática a la superficie, es clave para mejorar el balance hídrico de los cultivos y disminuir riesgos de erosión e inundaciones. Esto se logra aumentando la infiltración y consumo de agua en zonas altas y medias del relieve a través de la intensificación en las rotaciones. Consecuentemente, esta práctica disminuirá el acarreo de agua hacia partes más bajas en el relieve evitando así el ascenso de la napa freática, la salinización y sodificación de los suelos. Por otro lado, conocer las características intrínsecas de los suelos nos ayuda a ajustar las prácticas de manejo para cada sitio específico. De esta manera se logra aumentar la productividad de cada sistema contribuyendo a su sostenibilidad. La definición de estos ambientes se hizo en base a los parámetros descriptos anteriormente, pero debemos entender que al estar tratando con sistemas biológicos y antrópicos, estamos frente a ambientes que son dinámicos. Un cambio consuntivo en el uso del suelo, modificación de los sistemas productivos, condiciones climáticas reinantes, entre otros, podrían cambiar los límites de los ambientes productivos.

Conocer las características intrínsecas de los suelos nos ayuda a ajustar las prácticas de manejo para cada sitio específico

La caracterización realizada debe ser complementada y validada con datos a campo. Es por ello que para complementar este trabajo se procederá a realizar mediciones a campo en los distintos establecimientos de los miembros de la Chacra.

El conocimiento de la posición en el relieve, la dinámica de la red de drenaje a nivel de cuenca, el régimen de precipitaciones y la

BIBLIOGRAFÍA • Angueira, C., y otros, INTA, SIGSE, 2011. • Cecilia I. Vettorello y otros, 2020, Manejo de suelo y agua, manual teórico y práctico FCA UNC. • Díaz García-Cervigón, 2015. Estudio de índices de vegetación a partir de imágenes aéreas tomadas desde UAS/RPAS. • Bonadeo Elena ; Inés Moreno. Sistema suelo-planta / - 1a ed . - Río Cuarto : UniRío Editora, 2017. • Esteban Baridón, 2019. Curso edafología Departamento de ambiente y recursos naturales, FCAyF U.N.L.P).

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DIVERSIFICACIÓN Y PRODUCCIÓN

Mejorando y diversificando los sistemas agrícolas en el sur de Córdoba Un estudio de la Chacra Sur de Córdoba que apuesta al diseño de programas de manejo que ayuden a mejorar la capacidad productiva de los suelos a través de los servicios ecosistémicos provistos por los cultivos de servicios.

1. Introducción

Por: Torregrosa, R.S.¹; Colazo, J.C.²; Álvarez, C.³ ¹ Gerente Técnico de Desarrollo (GTD) Chacra Sur de Córdoba, Sistema Chacras, Aapresid. ² Estación Experimental Agropecuaria San Luis, INTA & FICA, UNSL. ³ Agencia de Extensión Rural General Pico, INTA, UNLPam.

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Los suelos del sur de Córdoba destinados a la agricultura, son altamente susceptibles a distintos procesos de degradación, puesto que generalmente son poco desarrollados, de textura gruesa, con bajos contenidos de materia orgánica (MO), y por ende pobremente estructurados (Buschiazzo & Aimar, 2003). Las pasturas permanentes permitirían mantener los contenidos de carbono orgánico y la fertilidad de estos suelos. Sin embargo, los sistemas ganaderos o mixtos han sido reemplazados por sistemas de agricultura continua, basados

principalmente en cultivos estivales. Como consecuencia de esta simplificación de los sistemas productivos, el deterioro de las propiedades físicas, químicas y biológicas de los suelos ha sido observado sobre una gran superficie del sur cordobés (Fernández et al., 2020; Quiroga et al., 2016). Si bien la erosión eólica juega un papel importante en el deterioro de suelos de la región (Colazo & Genero, 2020; Bozzer & Cisneros, 2019), en los últimos años el estudio de la compactación ha adquirido gran relevancia (Fernández, 2018).


Se espera que el aumento en la secuencia de cultivos y la diversificación de los sistemas agrícolas provea un conjunto de servicios ecosistémicos que puedan mejorar la capacidad productiva de los suelos. A su vez, son escasos los estudios que combinan estrategias de descompactación mecánicas y biológicas analizando su interacción sobre propiedades edáficas y variables productivas (Ewing et al., 1991). En función de lo planteado, en la tercera etapa del proyecto de la Chacra Sur de Córdoba se persiguió como objetivo general la evaluación de sistemas intensificados en distintos macro-ambientes abarcados

por la Chacra; y como objetivos específicos: i) Evaluar la factibilidad de aumentar la secuencia de cultivos en función de las condiciones ambientales y la logística operativa; ii) Cuantificar el impacto de distintos niveles de intensificación y del uso de un implemento mecánico descompactador sobre: a) La salud del suelo (propiedades físicas, químicas y biológicas); b) Dinámica y balance de agua y nitrógeno; c) Niveles productivos de los cultivos. En la presente nota se presentan los resultados obtenidos desde la siembra hasta el quemado químico de los cultivos de servicios (CS) durante la campaña 2020.

2. Materiales y métodos 2.1. Sitios de estudio Durante el otoño del año 2020, dentro del departamento General Roca (34° 49' 00''S; 64° 34' 00'' O), se comenzó con una serie de ensayos de larga duración (ELD) en ocho establecimientos diferentes pertenecientes a los miembros de la Chacra Sur de Córdoba (Figura 1). Se instalaron dos ensayos de rotaciones de cultivos por macro-ambiente, los cuales poseen diferencias en cuanto a sus características edáficas, climáticas y de relieve (Faule et al., 2020). Ambos ensayos del macro-ambiente Oeste se realizaron sobre suelos clasificados como Ustipsamments típicos (UT), mientras que los restantes seis ensayos fueron sobre Haplustoles énticos (HE).

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2.2. Diseño experimental Se utilizó un diseño en franjas en el cual se evaluaron 4 rotaciones (Figura 2). El tamaño de cada parcela (unidad experimental) dependió del ancho de labor de la sembradora con la que contó el productor (ancho mínimo = 10 m) y un largo mínimo de 300 metros. En ambos ensayos de cada macro-ambiente se

30

utilizaron las mismas rotaciones de cultivos mediante la siembra de las mismas especies de CS. Además, uno de los dos ensayos por macro-ambiente se dividió por su largo a la mitad (mínimo 150 m) para evaluar dos estrategias de descompactación, mecánica y biológica, y su interacción.

Figura 1 Macro-ambientes que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba y establecimientos en los que se instalaron los ensayos de larga duración (ELD).

Rotación Testigo (T0)

Sin paratill y sin CS

Con paratill y sin CS

Rotación 1 (T1)

Sin paratill y con CS

Con paratill y con CS

Rotación 2 (T2)

Sin paratill y con CS

Con paratill y con CS

Rotación 3 (T3)

Sin paratill y con CS

Con paratill y con CS

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Figura 2 Croquis de los ensayos de dos estrategias de descompactación y su interacción.


Los tratamientos planteados en ambos ensayos de cada macro-ambiente fueron los siguientes:

Macro-ambiente

OESTE (*)

TRANSICIÓN

CENTRO

Tratamiento

2020/2021

2021/2022

2022/2023

Testigo (T0)

BB/Maíz Tardío

BB/Soja

BB/Maíz Tardío

T1

CET/Maíz Tardío

BB/Soja

CET/Maíz Tardío

T2

CET/Maíz Tardío

CEA/Soja

CET/Maíz Tardío

T3

VIS/Maíz Tardío

CEA/Soja

VIS/Maíz Tardío

Testigo (T0)

BB/Maíz Tardío

CEA/Soja

BB/Maíz Tardío

T1

CET/Maíz Tardío

CEA/Soja

CET/Maíz Tardío

T2

2M/Maíz Tardío

CEA/Soja

2M/Maíz Tardío

T3

3M/Maíz Tardío

CEA/Soja

3M/Maíz Tardío

Testigo (T0)

BB/Maíz Tardío

BB/Soja

CET/Maíz Tardío

T1

CET/Maíz Tardío

BB/Soja

CET/Maíz Tardío

T2

VIS/Maíz Tardío

CEA/Soja

VIV/Maíz Tardío

T3

3M/Maíz Tardío

CEA/Soja

3M/Maíz Tardío

Testigo (T0)

BB/Soja

BB/Maíz Tardío

CEA/Soja

T1

BB/Soja

CET/Maíz Tardío

CEA/Soja

T2

CET/Soja

2M/Maíz Tardío

CEA/Soja

T3

CET/Soja

3M/Maíz Tardío

CEA/Soja

ESTE

BB= barbecho; CET= centeno terrestre; CEA= centeno aéreo; VIS= vicia sativa; VIV= vicia villosa; 2M= mezcla centeno y vicia villosa; 3M= mezcla centeno, vicia villosa y colza. (*) En este macro-ambiente no se evaluaron estrategias de descompactación mecánica, y el sitio Melideo contó únicamente con dos tratamientos (barbecho y mezcla de centeno y vicia sativa).

2.3. Estrategia de descompactación mecánica Se utilizó un paratill o cincel para ejercer la descompactación mecánica hasta una profundidad de 20-30 cm. La pasada de paratill/cincel se realizó luego de la cosecha del cultivo estival y previo a la siembra de los cultivos de servicio, únicamente duran-

te el primer año (otoño del 2020). La labor se realizó cuando los primeros 20 cm del suelo se encontraban en una consistencia friable, fijando esta condición en valores de humedad edáfica entre 30-50% de capacidad de campo.

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31


2.4. Manejo de los cultivos de servicios (CS) Para la intensificación y diversificación de las rotaciones se seleccionaron 4 especies de CS de ciclo otoño-primaveral: centeno (Secale cereale); vicias (Vicia villosa y Vicia sativa); colza (Brassica napus). En cada uno de los ensayos, estos CS fueron sembrados puros o en mezclas de a dos (centeno y vicia villosa) o tres especies (centeno, vicia villosa y colza). Buscando maximizar la producción de biomasa aérea de los CS, las fechas de siembra fueron lo más tempranas posible. La siembra se realizó con sembradoras neumáticas de grano fino, las cuales presentaban cuerpos de siembra distanciados a 17,5, 19, 21 y 26 cm. Se utilizaron densidades similares en ambos ensayos de cada macro-ambiente y en promedio de todos los ensayos fueron: centeno (35 kg/ha); vicia sativa (25 kg/ha); vicia villosa (20 kg/ha); mezcla de centeno y vicia villosa (11 y 13 kg/ha, respectivamente); mezcla de centeno, vicia villosa y colza (12, 16 y 6 kg/ha, respectivamente).

2.5. Evaluaciones 2.5.1. Caracterización edáfica inicial de los sitios experimentales Se determinaron un conjunto de indicadores físicos, químicos y biológicos en cada uno de los sitios experimentales (Tabla 1).

Tabla 1 Indicadores evaluados en cada sitio y metodología utilizada para su determinación.

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A excepción del ensayo ubicado en el establecimiento Melideo, todos los sitios fueron fertilizados a la siembra o en post-emergencia de los CS. Las fuentes y dosis de fertilizantes fueron similares en ambos ensayos de cada macro-ambiente. En promedio de los siete sitios, se aplicaron 11 kg/ha de nitrógeno (N) y 23 kg/ha de fósforo (P). Por otro lado, con el objetivo de favorecer la fijación biológica de nitrógeno (FBN), las vicias recibieron un único tratamiento de inoculación el mismo día en que se sembraron los ensayos, o bien, la semilla adquirida ya contaba con el tratamiento. La terminación del ciclo de los CS se realizó químicamente. La fecha de secado de cada especie de CS se estableció en función de los estadios fenológicos más comúnmente utilizados en la bibliografía: antesis para centeno (Zadoks et al., 1974); 80% floración-inicio de formación de vainas para las vicias (Curran & Ryan, 2010); floración-inicio de fructificación para colza (Sylvester-Bradley & Makepeace, 1984).

Símbolo

Indicador

Metodología

B

Boro

Mehlich III - ICP

Ca

Calcio

Mehlich III - ICP

CIC

Capacidad de intercambio catiónico

Acetato de sodio

K

Potasio

Mehlich III - ICP

Mg

Magnesio

Mehlich III - ICP

MOT

Materia orgánica total

Combustión oxidativa por calor

Na

Sodio

Mehlich III - ICP

P

Fósforo

Bray & Kurtz I - ICP

pH

Potencial de hidrógeno

Relación suelo agua 1:2,5

S

Azufre

Mehlich III - ICP

Text

Textura

Analizador de partículas láser

Zn

Zinc

Mehlich III - ICP

DAP

Densidad aparente

Cilindro

RMP

Resistencia mecánica a la penetración

Penetrómetro de impacto


2.5.2. A la siembra y secado de los CS 2.5.2.1. Profundidad y calidad de napa freática Utilizando un barreno helicoidal de una longitud total de 3,2 m, se determinó la presencia y profundidad de napa freática, entendiéndose este término como el techo de la zona saturada del perfil de suelo

(Alsina et al., 2020). Cuando la napa se encontró a una profundidad menor a los 3,2 m, se procedió a tomar una muestra para la determinación de su calidad mediante el phmetro y conductímetro Hanna HI98130.

2.5.2.2. Agua útil (AU), uso consuntivo (UC) y costo hídrico (CH) Se tomaron muestras de suelo para la determinación de AU por horizontes en cuatro estratos (0-20, 20-50, 50-100 y 100-150 cm). Con los datos de AU y las precipitaciones durante el ciclo del CS se calculó el uso con-

suntivo (UC) de cada uno de los tratamientos. A su vez, para estimar el costo de oportunidad frente a la alternativa de no realizar el CS se calculó el costo hídrico (CH).

2.5.3. Al secado de los CS 2.5.3.1. Nitrógeno de Nitratos (N-NO3) Mediante un barreno calador se tomaron muestras compuestas por 10 piques en dos estratos, 0-30 y 30-60 cm. Los valores de nitrógeno de nitratos (N-NO3) expresados en kg ha-¹ del primer estrato pudieron calcularse a partir de la determinación de la DAP en los estratos de 0-10, 10-20 y 20-

30 cm. Por otra parte, los contenidos de N-NO3 del segundo estrato pudieron calcularse a partir de la estimación de la DAP a través de los modelos de pedotransferencia (Saxton & Rawls, 2006). Se tomaron tres repeticiones por unidad experimental.

2.5.3.2. Producción de materia seca (MS) de las coberturas En dos sectores representativos de cada unidad de muestreo, se cortó al ras del suelo toda la biomasa aérea presente dentro de un marco de 0,5 m² arrojado aleatoriamente. Posteriormente, se juntó la biomasa cosechada de ambos cortes, se guardó en una bolsa de nylon, se pesó y registró el valor en planilla. De esa biomasa cose-

chada se tomó una sub-muestra/alícuota de aproximadamente 150-200 g, se colocó en bolsa de nylon, se pesó y registró valor en planilla. Por último, cada sub-muestra/ alícuota se sometió en una estufa eléctrica (ORL SD755) a una temperatura de 65 °C hasta peso constante (24-48 h). Se tomaron tres repeticiones por unidad experimental.

3. Resultados y discusión 3.1. Generalidades En la Tabla 2 se observa que las fechas de siembra de los ensayos ocurrieron durante un periodo acotado de tiempo (42 días), mientras que las fechas de secado de los CS abarcaron un período de tiempo más amplio (69 días). Los sitios que se sembraron más tarde no necesariamente realizaron el secado más tarde, esto resultó en ciclos de cultivos que variaron entre 116 a

189 días. Por otro lado, las condiciones meteorológicas difirieron entre sitios, no encontrándose una asociación entre las precipitaciones registradas y la duración del ciclo de los CS (p>0,05). A su vez, resulta importante destacar que las lluvias registradas desde el 01/05 al 20/09 fueron inferiores a 20 mm en todos los ensayos.

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33


Sitio

Fecha de siembra

Fecha de secado

Duración del ciclo (días)

Lluvias durante ciclo (mm)

La Meliora (LM)

20/04

23/10

186

50

Melideo (M)

01/05

20/09

142

16

El Jaque (EJ)

30/04

05/11

189

95

Los Ranqueles (LR)

04/05

28/08

116

5

Las 2 Lagunas (L2L)

05/05

29/10

177

82

Don Paco (DP)

18/05

05/11

171

140

Don Rafael (DR)

26/05

29/09

126

26

María Laura (ML)

01/06

02/11

154

113

3.2. Caracterización edáfica inicial de los sitios experimentales 3.2.1. Determinaciones analíticas Los suelos de los ensayos variaron notablemente en sus características edáficas (Tabla 3). Todos los sitios presentaron valores de pH leve a moderadamente ácidos (5,8-6,3), a excepción de Los Ranqueles que contó con un suelo más cercano a la neutralidad (7,3) y el mayor valor de PSI (5%). Los contenidos de MO variaron desde 0,8 a 1,7%, observándose los valores más bajos en los sitios del macro-ambiente Oeste, en coincidencia con los elevados contenidos de arena de estos suelos. Los niveles de fósforo también presentaron una gran variabilidad (13-43 ppm), disminuyendo hacia los suelos del macro-ambiente Este. Los niveles de azufre de sulfatos de los ocho sitios se encontraron por encima de los 10 ppm, valor considerado como crítico para la mayoría de los cultivos (Espósito et al., 2008). La CIC, es decir, la capacidad de un suelo para retener bases como el Ca, Mg o K se encontró significativamente relacionada con la textura del suelo (r=-0,69; p<0,05). A

34

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diferencia de lo encontrado por Bonadeo et al. (2017) en el sur de Córdoba, todos los sitios presentaron valores inferiores de saturación de calcio (33-62%), siendo estos contenidos muy inferiores respecto al umbral crítico establecido en 65-80%, considerado óptimo para un complejo de cambio equilibrado (Echeverría & García, 2005). En general, los niveles de saturación de Mg se encontraron dentro de los rangos de un complejo de intercambio equilibrado (6-12%), mientras que los niveles de saturación de K se encontraron por encima de los umbrales críticos (2-5%). Entre los micronutrientes, los ocho sitios registraron niveles de Zn y B por debajo de los umbrales críticos, establecidos en 2 ppm (Martínez Cuesta et al., 2020) y 0,76 ppm (Bustos et al., 2020), respectivamente. Todos los indicadores evaluados por macro-ambiente, presentaron valores similares a los observados en la Etapa 2 del proyecto de la Chacra Sur de Córdoba (Torregrosa et al., 2020).

Tabla 2 Fecha de siembra, fecha de secado, duración y precipitaciones durante el ciclo de crecimiento de los cultivos de servicios para cada sitio durante el año 2020.


Sitio

pH

CE

MOT

P

S

CIS

SB

SK

SCa

SMg

PSI

Zn

B

Are

Arc

Lim

IMO

LM

6,0

0,5

1,0

26

13

5,9

56

9

37

7

3

1

0,2

71

7

22

3,5

M

6,1

0,1

0,8

43

17

8,4

81

13

54

13

2

0,9

0,2

86

3

12

5,4

EJ

6,0

0,7

1,4

18

16

6,8

80

10

55

13

1

0,8

0,2

78

5

18

6,2

LR

7,3

0,7

1,3

20

15

7,0

67

8

41

12

5

0,9

0,3

70

7

23

4,5

L2L

6,2

0,1

1,1

13

19

6,4

88

14

55

17

3

0,7

0,2

69

7

24

3,5

DP

6,2

0,2

1,5

24

17

7,1

88

12

62

13

2

0,8

0,3

67

7

26

4,6

DR

6,3

0,5

1,1

20

17

9,8

65

8

42

11

4

0,7

0,4

68

9

23

3,4

ML

5,8

0,3

1,7

14

24

14,8

51

6

33

10

1

0,6

0,3

46

10

45

3,1

Tabla 3 Determinaciones analíticas de cada uno de los sitios (0-20 cm). pH: potencial hidrógeno (unidad); CE: conductividad eléctrica relación suelo agua 1:2,5 (dS/m); MOT: materia orgánica (%); P: fósforo (ppm); S: azufre de sulfatos (ppm); CIC: capacidad de intercambio catiónico (meq/100 g suelo); SB: saturación del CIC con bases (%); SK: saturación con potasio (%); SCa: saturación con calcio; SMg: saturación con magnesio; PSI: porcentaje de sodio intercambiable (%); Zn: zinc (ppm); B: boro (ppm); Are: arena (%); Arc: arcilla (%); Lim: limo (%); IMO: índice de materia orgánica (unidad).

3.2.2. Densidad aparente (DAP) y resistencia mecánica a la penetración (RMP) En ningún sitio se alcanzaron los valores críticos de DAP (1,7-1,8 g cm-³) en los que se podría restringir el crecimiento radicular de los cultivos (Arshad et al., 1996) (Figura 3a). En coincidencia con los resultados de López Fourcade (2007), en todos los sitios el estrato superficial de 0-10 cm presentó los menores niveles de DAP (1,29-1,53 g cm-³). En el estrato de 20-30 cm se registraron los mayores valores (1,5-1,57 g cm-³), con excepción de ambos ensayos del macro-ambiente Centro y el sitio María Laura (macro-ambiente Este), en donde los valo-

res más altos fueron hallados en el estrato intermedio (1,5-1,55 g cm-³). Por otra parte, todos los sitios partieron de valores de RMP similares desde la superficie, incrementando diferencialmente hasta la profundidad de 20-35 cm, a partir de la cual la resistencia comienza a disminuir (Figura 3b). Los ocho sitios presentaron los máximos valores de RMP entre 20 y 35 cm de profundidad, aunque estos no lograron alcanzar el nivel crítico de 2 MPa establecido para este indicador (Bengough et al., 2011).

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35


a

b

1,60

1,60 1,55

La Meliora

1,50

Melideo

1,40 La Meliora

1,20

Melideo

1,00

1,45

El Jaque

1,40

Los Ranqueles

0,80

Los Ranqueles

Las 2 Lagunas

0,60

Las 2 Lagunas

Don Paco

0,40

María Laura

3.3. A la siembra y secado de los CS 3.3.1. Profundidad y calidad de napa freática Los ocho sitios contaron con presencia de napa freática a menos de 2,5 m de profundidad en ambos momentos de muestreo (Figura 4). La profundidad de la napa varió notablemente entre sitios de estudio pero no así entre momentos de muestreo (siembra y secado de los CS). La variación

0

Siembra CS

-0,5 -1 -1,5 -2

más importante se detectó en el sitio La Meliora, donde se produjo una disminución de 0,4 m al momento de secado de los CS. Por otro lado, no se encontró una asociación entre las precipitaciones registradas durante el ciclo de los CS y la dinámica de la napa freática (p>0,05).

36

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-5 0

-4 5

45

-4 0

40

-3 5

35

-3 0

30

Figura 3 a) Densidad aparente (g cm-³) y b) resistencia mecánica a la penetración (MPa) de los ocho sitios de estudio correspondientes a cuatro macro-ambientes que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba.

Secado CS LA MELIORA MELIDEO EL JAQUE LOS RANQUELES

LAS 2 LAGUNAS DON PACO

DON RAFAEL MARÍA LAURA

-2,5

Las napas freáticas mostraron distintos niveles de pH (unidad) y conductividad eléctrica (CE; dS m-¹) entre sitios de estudio, desde 7,4-9 unidades y 0,9-13,3 dS m-¹, respectivamente. A su vez, todos los sitios presentaron variaciones en cuanto al pH y la CE de las napas freáticas entre ambos momentos de muestreo (Figura 5). A excepción de Las 2 Lagunas, todos los sitios presentaron variaciones de pH de 0,5 unidades o más entre ambos momentos

25

0

5

-2 5

20

20-30

-2

10-20

-1

0-10

15

5

0,00

0-

1,20

María Laura

Don Rafael

0,20

10

Don Rafael

1,25

Don Paco

10

1,30

5-

1,35

El Jaque

de muestreo, destacándose el establecimiento María Laura, donde se registró una disminución de 1,3 unidades de pH al momento del secado de los CS. Por otra parte, en un mismo sitio, las variaciones en la CE de la napa por lo general no superaron el valor de 1 dS m-¹ entre momentos de muestreo, con excepción nuevamente del establecimiento María Laura, donde se registró una disminución de 4,1 dS m-¹ entre la siembra y secado de los CS.

Figura 4 Dinámica de la napa freática (m) medida a la siembra y quemado de los CS, de los ocho sitios de estudio correspondientes a cuatro macroambientes que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba.


a

b 9,5

LA MELIORA

9

LA MELIORA

12

MELIDEO

8,5

8

EL JAQUE

7,5

LOS RANQUELES

7

LAS 2 LAGUNAS

6,5 6

14

Siembra CS

Secado CS

DON PACO

MELIDEO

10 8

EL JAQUE

6 4

LOS RANQUELES

2

LAS 2 LAGUNAS

0

Siembra CS

DON PACO

Secado CS

Figura 5 Valores de (a) pH (unidad) y (b) conductividad eléctrica (dS m-¹) de las muestras de napa freática recolectadas en los ocho sitios de estudio a la siembra y secado de los CS.

3.3.2. Agua útil inicial (AUI) A la siembra de los cultivos de servicios, todos los sitios partieron con más del 40% del perfil edáfico (0-150 cm) en capacidad de campo (CC), siendo ambos establecimientos del macro-ambiente Centro, Las 2 Lagunas y Don Paco, los que comenzaron con los menores contenidos hídricos, 54 y 44% de la CC, respectivamente (Figura 6). Por otra parte, debido a la presencia de

AU Total 0-150 cm

napa freática a menos de 1 m de profundidad, los establecimientos Los Ranqueles y Don Rafael presentaron contenidos hídricos a 0-150 cm por encima de la CC, siendo de 139 y 202%, respectivamente. Por lo tanto, para estos establecimientos, con el fin de evitar los aportes de agua provenientes de la napa freática, también se consideró el AU presente en los primeros 50 cm.

AU Actual 0-150 cm

AU Total 0-50 cm

AU Actual 0-50 cm

350 300

250 200 150

100 50 0

La Meliora Oeste

Melideo

El Jaque

Los Ranqueles Las 2 Lagunas

Transición

Don Paco

Centro

Don Rafael

María Laura

Este

Figura 6 Agua útil (mm) a la siembra de los CS, a 0-150 cm de profundidad, en los ocho sitios de estudio. En los establecimientos Los Ranqueles y Don Rafael también se presentó el AU a 0-50 cm de profundidad.

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37


3.4. Al secado de los CS 3.4.1. Nitrógeno de Nitratos (N-NO3) Considerando únicamente las parcelas sin labranza mecánica, se comprobó que en todos los sitios, el tratamiento barbecho siempre registró los mayores contenidos de N-NO3 a 0-60 cm, siendo el promedio general de 73 kg ha-¹. A su vez, no se encontraron grandes diferencias en el contenido de N-NO3 del tratamiento barbecho entre sitios de estudio, con excepción del sitio María Laura (92 kg ha-¹). Contrariamente, el tratamiento centeno fue el que menor nivel de nitratos registró en siete de los ocho ensayos, con un promedio de 42 kg ha-¹, siendo nuevamente el establecimiento María Laura donde logró alcanzar los valores más elevados (64 kg ha-¹).

Por otra parte, las parcelas de vicia pura no lograron diferenciarse de los demás tratamientos, esto podría estar explicado debido a la escasa o nula nodulación de las mismas. Las escasas precipitaciones y las bajas temperaturas ocurridas durante el ciclo de crecimiento imposibilitaron que esta especie pudiera nodular adecuadamente, y por lo tanto fijar nitrógeno biológicamente como se esperaba. Por esta misma razón, es posible explicar que en los distintos sitios, las mezclas que incluyeron vicia no hayan logrado diferenciarse notoriamente del tratamiento centeno, e incluso presentar niveles inferiores al barbecho.

500 450

Biológica

Mecánica

400 350 300 250 200 150 100 50 0

EJ-BB

EJ-C

EJ-2M

El jaque

En los sitios El Jaque y María Laura, la utilización de un implemento mecánico previo a la siembra de los CS aumentó los contenidos de N-NO3 a 0-60 cm de suelo en todos los tratamientos, no encontrándose diferencias entre estrategias de descompactación en el sitio Las 2 Lagunas (Figura 7). En el Jaque, bajo la estrategia mecánica, los tratamientos barbecho, cen-

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EJ-3M

L2L-BB

L2L-C

L2L-V

Las 2 lagunas

teno y mezclas de dos y tres especies de CS registraron contenidos de N-NO3 que superaron en un 23, 28, 35 y 35%, respectivamente, a la estrategia biológica. En el mismo sentido, en el sitio María Laura, los tratamientos barbecho y centeno registraron niveles de nitratos superiores en un 15 y 32%, respectivamente.

L2L-3M

ML-BB

ML-C

María Laura Figura 7 Contenido de N-NO3 (kg ha-¹) a 0-60 cm, comparando dos estrategias de descompactación en tres sitios de estudio que integran la Chacra Sur de Córdoba. Las barras negras indican la desviación estándar (n=3).


3.4.2. Producción de materia seca (MS) de las coberturas Considerando únicamente las parcelas sin labranza mecánica, la producción de MS de las coberturas varió entre sitios y tratamientos. En todos los ensayos, el tratamiento de centeno puro fue el que mayor biomasa logró generar, con un promedio entre los ocho sitios de aproximadamente 4.500 kg ha-¹. La Meliora fue el sitio más destacado con 10.800 kg ha-¹ de centeno, mientras que el ensayo ubicado en María Laura registró tan solo 1.960 kg ha-¹. La gran cantidad de eventos de bajas temperaturas ocurridos durante el ciclo de crecimiento de los CS (83 días con registros de temperaturas inferiores a los 0 ºC), ocasionaron la pérdida total de plantas de vicia sativa en los ensayos de La Meliora y Melideo. En los sitios del macro-ambiente Transición, no se encontraron diferencias notorias entre las mezclas de dos y tres especies de CS, esto probablemente sea debido a la pérdida del 100% de las plantas de colza, también a

causa de la gran cantidad de "heladas". Por otro lado, en ambos sitios del macro-ambiente Centro, la mezcla de tres especies de CS logró productividades que superaron en un 65% a la generación de biomasa del tratamiento de vicia villosa pura (1.365 kg ha-¹). Por último, los sitios ubicados en el ambiente Este, solamente contaron con centenos de escasa producción de biomasa (2.365 kg ha-¹). Considerando las parcelas sin labranza vertical, no se encontraron correlaciones significativas (p>0,05) entre la producción de MS y las precipitaciones durante el ciclo de los CS (mm); duración del ciclo (días); AU a la siembra (%CC) (datos no presentados). Por lo tanto, las diferencias observadas en cuanto a la producción de MS entre macro-ambientes y en algunos casos, entre sitios dentro de cada macro-ambiente, pudieron deberse, entre otros factores, a di-

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ferentes combinaciones respecto a: fechas de siembra y de secado de las coberturas (Tabla 2) (Lardone et al., 2014); estrategias de fertilización (Pereyro, 2019); presencia, profundidad y calidad de napa freática (Figuras 4 y 5) (Borrás et al., 2011); agua útil a la siembra de los CS a 0-150 cm de profundidad (Figura 6) (Scianca, 2010). Comparando estrategias de descompactación mecánica y biológica, se pudo observar que en todos los sitios y para todos los tratamientos, la utilización de un implemento mecánico previo a la siembra aumentó o sostuvo la productividad de MS de los CS, coincidiendo con los resultados obtenidos

por Colazo et al. (2019, 2020 a) sobre suelos Haplustoles Énticos. En el sitio El Jaque se observaron las mayores diferencias entre estrategias de descompactación, ya que la utilización de un cincel elevó la producción de biomasa de los tratamientos centeno, y mezclas de dos y tres especies de CS en un 69, 67 y 67%, respectivamente. Similarmente, en el sitio Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia villosa y la mezcla de centeno, vicia villosa y colza registraron aumentos en la producción de MS del 20, 36 y 15%, respectivamente. Por último, en María Laura, no se registraron grandes diferencias entre estrategias de descompactación, logrando la biológica 100 kg ha-¹ de MS más respecto a la mecánica.

3.4.3. Agua útil final (AUF), uso consuntivo (UC) y costo hídrico (CH)

40

Al secado de los CS, considerando únicamente las parcelas sin labranza mecánica, se pudo observar que en siete de los ocho sitios, las parcelas barbecho (BB) registraron mayores contenidos de AU, a 0-150 cm, que aquellas con CS. Llamativamente, las parcelas con centeno en El Jaque registraron mayor AU que las de BB, esto podría explicarse debido a la gran cantidad de malezas en las últimas (43 plantas m-²).

mayor en las mezclas de especies de CS (46 mm), seguidas por las gramíneas (30 mm) y leguminosas (27 mm). A su vez, se encontró una alta variabilidad en los distintos tratamientos, hallándose incluso valores negativos (mayor contenido de AU en las parcelas con CS respecto de las sin CS), los cuales podrían estar asociados a aquellos sitios en los que se encontró un elevado número de malezas en las parcelas BB.

En promedio de los seis sitios en que se evaluó el AU a 0-150 cm de profundidad, las mezclas de dos y tres especies de CS registraron los mayores UC de agua, con 132 y 126 mm, respectivamente, seguidas del centeno (121 mm) y vicia villosa (105 mm). Estos valores son similares al UC promedio de 135 mm registrado por Colazo et al. (2020 b) para distintos CS en 10 años de estudio. Por otro lado, la mezcla de dos especies de CS y centeno registraron los mayores CH, con 34 y 25 mm, respectivamente, seguidas de la mezcla de tres especies de CS (20 mm) y vicia villosa (15 mm). Estos resultados fueron similares a los reportados por Madias et al. (2020) en estudios llevados a cabo en varios sitios de la región pampeana, encontrando que el CH respecto al barbecho fue

Comparando las estrategias de descompactación mecánica y biológica, se observaron diferentes resultados en cuanto al AU de cada uno de los tratamientos en los tres sitios analizados (Figura 8). En los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia, mezcla de dos y tres especies de CS registraron mayores contenidos de AU en la estrategia biológica, siendo del 72, 27, 98 y 81%, respectivamente, mientras que el tratamiento barbecho registró un 10% menos de AU. Por otro lado, en el establecimiento María Laura se encontraron mayores contenidos de AU en la estrategia mecánica respecto a la biológica, tanto en el tratamiento barbecho (18%) como en el de centeno (19%).

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Las diferencias observadas en el AUF entre sitios y estrategias de descompactación probablemente


250

Barbecho

Centeno

Vicia

2 Mezcla

3 Mezcla

Agua útil (mm)

200

150

100

50

0

1

Las diferencias observadas en el AUF entre sitios y estrategias de descompactación probablemente sean debido a: i) las mayores producciones de MS y su consecuente mayor UC de agua, de los distintos CS bajo la estrategia mecánica en los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas, mientras que en el sitio María Laura se lograron mayores productividades bajo la estrategia biológica (Fig. 10); ii) en los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas se utilizó un cincel como herramienta mecánica para ejercer la descompactación, mientras que en María Laura se usó un paratill. Este último implemento resultó menos "agresivo" sobre la salud física del suelo, debido a que generó una menor remoción de tierra, y por ende de cobertura, favoreciendo una mayor conservación del agua en el estrato superficial. En estudios llevados a cabo por Bergesio (2011) y Cholaky (2003), se determinó que el enterramiento de rastrojo en labores con paratill es de un 6-20%, mientras que con cincel pareció ser notablemente superior, lo cual conlleva a mayores pérdidas de agua, principalmente por evaporación. Por lo tanto,

2

3

4

al comparar el contenido de AU del tratamiento BB entre estrategias de descompactación en los primeros 20 cm, se pudo observar que en los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas prácticamente no se hallaron diferencias, mientras que en María Laura las parcelas con paratill almacenaron un 46% más de AU respecto de aquellas en las que no se utilizó este implemento mecánico.

5

6

Figura 8 Agua útil (mm) al secado de los CS, a 0-150 cm de profundidad, comparando dos estrategias de descompactación en tres sitios de estudio que integran la zona de influencia de la Chacra Sur de Córdoba.

En los sitios El Jaque y Las 2 Lagunas, los tratamientos con CS bajo descompactación mecánica presentaron mayor UC y CH, a 0-150 cm de profundidad, que las parcelas sin labranza mecánica. Los tratamientos centeno, vicia y mezclas de dos y tres especies de CS bajo labranza vertical, registraron: UC de agua superiores en un 22, 9, 22 y 19%, respectivamente; CH superiores en un 74, 46, 74 y 60%, respectivamente. Contrariamente, en María Laura, se encontró mayor consumo de agua en las parcelas con centeno bajo la estrategia biológica respecto a la mecánica (36%). A su vez, en este mismo sitio, no se observaron diferencias de CH entre estrategias de descompactación.

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4. Consideraciones finales

Los ensayos se realizaron sobre suelos que variaron notablemente en sus características edáficas: contenido de arena (46-86%); pH (5,8-7,3); MOT (0,8-1,7%); P (13-43 ppm); S-SO4 (13-24 ppm); CIC (6-14,8 meq/100 g suelo); CIC/Ca (33-62%); CIC/Mg (7-17%); CIC/K (6-14%); Zn (0,59-0,99 ppm); B (0,15-0,44 ppm). Por otro lado, si bien ningún sitio registró niveles de DAP y RMP que superaran los umbrales críticos, se observaron valores cercanos en los estratos de 10-20 y 20-30 cm de profundidad. Los ocho ensayos contaron con presencia de napa freática a menos de 2,5 m de profundidad, variando entre sitios desde 0,4 a 2,2 m. Las escasas precipitaciones en todo el departamento General Roca, desde la siembra hasta el quemado de los CS (5-140 mm), coincidió con que las napas mantuvieron similares profundidades (variaciones <40 cm) y niveles de CE (≤1 dS/m; a excepción del sitio María Laura), mientras que variaron ≥0,5 unidades en el nivel de pH (a excepción del sitio Las 2 Lagunas). A la siembra de los CS, todos los ensayos partieron con más del 40% del perfil edáfico (0-150 cm) en CC. En siete de los ocho sitios, el estrato superficial (0-20 cm) fue el que menor contenido de humedad presentó, siendo los establecimientos Melideo, María Laura y Don Paco, los que presentaron los menores valores, con 23, 33 y 34% de la CC, respectivamente. A su vez, en siete de los ocho sitios, los estratos 50-100 y/o 100-150 cm, presentaron mediciones con contenidos hídricos por encima del 100% de la CC, esto podría deberse a los aportes hídricos producidos por el ascenso capilar de la napa freática. Al secado de los CS y considerando las parcelas sin labranza mecánica, el tratamiento BB registró los mayores contenidos de N-NO3 a 0-60 cm (73 kg ha-¹), mientras que el centeno fue el de menores contenidos (42 kg ha-¹). No se encontraron grandes diferencias

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en el contenido de nitratos del tratamiento BB entre sitios de estudio, a excepción del sitio María Laura (92 kg ha-¹). Las parcelas de vicia villosa no lograron diferenciarse de los demás tratamientos, probablemente debido a la escasa o nula nodulación de las mismas. Comparando estrategias de descompactación, se observó que: en el Jaque, bajo la estrategia mecánica, los tratamientos barbecho, centeno y mezclas de dos y tres especies de CS registraron contenidos de N-NO3 que superaron a la estrategia biológica en un 23, 28, 35 y 35%, respectivamente; en María Laura, los tratamientos barbecho y centeno registraron niveles de nitratos superiores en un 15 y 32%, respectivamente; en Las 2 Lagunas, no se registraron diferencias. Al secado de los CS y considerando las parcelas sin labranza mecánica, el centeno fue el CS que mayor biomasa logró generar, con un promedio entre sitios de 4.500 kg ha-¹. En La Meliora promedió 10.800 kg ha-¹, mientras que en María Laura 1.960 kg ha-¹. Las bajas Tº ocasionaron la pérdida total de plantas de vicia sativa en los ensayos de La Meliora y Melideo, y también de las plantas de colza en ambos ensayos del ambiente Transición. En ambos sitios del macro-ambiente Centro, la mezcla de tres especies de CS logró productividades que superaron en un 65% a la generación de biomasa del tratamiento de vicia villosa pura (1.365 kg ha-1). Ambos sitios ubicados en el macro-ambiente Este contaron con centenos de escasa producción de biomasa (2.365 kg ha-¹), probablemente debido, entre otros factores, a fechas de siembras tardías (fines de mayo y principios de junio). Comparando estrategias de descompactación, se observó que: en El Jaque, la utilización de un cincel elevó la producción de biomasa de los tratamientos centeno, y mezclas de dos y tres especies de CS en un 69, 67 y 67%, respectivamente; en Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia villosa y la mezcla de tres especies de CS

registraron aumentos en la producción de MS del 20, 36 y 15%, respectivamente; en María Laura, no se registraron diferencias. Al secado de los CS y considerando las parcelas sin labranza mecánica, en siete de los ocho sitios las parcelas BB registraron mayores contenidos de AUF que aquellas con CS. Por otro lado, no se encontró una tendencia en el UC de agua y el CH de las distintas coberturas entre sitios de estudio, sin embargo, en promedio de seis sitios: las mezclas de dos y tres especies de CS registraron los mayores UC de agua, con 132 y 126 mm, respectivamente, seguidas del centeno (121 mm) y vicia villosa (105 mm); la mezcla de dos especies de CS y centeno presentaron los mayores CH, con 34 y 25 mm, respectivamente, seguidas de la mezcla de tres especies de CS (20 mm) y vicia villosa (15 mm). Comparando estrategias de descompactación, se observó que: en El Jaque y Las 2 Lagunas, los tratamientos centeno, vicia, mezcla de dos y tres especies de CS registraron mayores contenidos de AU en la estrategia biológica, siendo del 72, 27, 98 y 81%, respectivamente. Inversamente, en María Laura se encontraron mayores contenidos de AU en la estrategia mecánica, tanto en el tratamiento barbecho (18%) como en el de centeno (19%); en El Jaque y Las 2 Lagunas, los CS bajo descompactación mecánica presentaron mayor UC y CH que las parcelas sin labranza mecánica. Los tratamientos centeno, vicia y mezclas de dos y tres especies de CS bajo labranza vertical registraron UC de agua superiores en un 22, 9, 22 y 19%, respectivamente y CH superiores en un 74, 46, 74 y 60%, respectivamente. Contrariamente, en María Laura, se encontró mayor UC en las parcelas con centeno bajo la estrategia biológica respecto a la mecánica (36%). A su vez, en este mismo sitio, no se observaron diferencias de CH entre estrategias de descompactación.


A través del presente estudio se generaron datos regionales que podrían servir como punto de referencia para futuros programas de manejo de sistemas intensificados y diversificados, ayudando a mejorar la capacidad productiva de los suelos a través de los servicios eco-sistémicos provistos por los CS. En suma, se considera que el aporte de conocimiento, en condiciones de campo, del impacto de las principales prácticas de manejo de los CS (por ej. se-

lección de especies, fecha de siembra, fecha de secado, densidad de siembra, nutrición, sistema de labranza, etc.) sobre las propiedades físicas, químicas y biológicas del suelo, la dinámica y balance de agua y nitrógeno y los niveles productivos de los cultivos, permitirían aumentar las eficiencias de uso de los recursos, la conservación de los mismos y por ende lograr mejoras en la capacidad productiva de los suelos.

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elabcrural.com.ar


CULTIVOS DE EINVIERNO

Regional Montecristo: crónicas de una campaña fina 20/21 difícil Caídas en los rindes de hasta el 70% y también en el área sembrada. Un repaso por los números de trigo, garbanzo y cultivos de servicios.

La Regional Montecristo de Aapresid presentó el análisis de una campaña fina 2020/21 climáticamente difícil. Las escasas lluvias y las heladas provocaron mermas en el rinde de entre un 30 y un 70%. La superficie analizada fue de 5969 hectáreas, de las cuales 2220 ha estuvieron ocupadas por el cultivo de trigo, 1146 ha con garbanzo y cerca de 2302 ha con cultivos de servicio. Esta superficie corresponde a 112 lotes distribuidos en toda la zona de influencia regional y cuya información fue provista por 8 empresas.

Por: ERivelli, M. ATR Aapresid, Regional Montecristo.

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La base de datos perteneciente a los cultivos de invierno cuenta con lotes en cada una de las 7 zonas agroecológicas de influencia de la regional, siendo las zonas 5 y 1 las que más datos aportaron (33 y 30 casos respectivamente).

Caracterización climática de la campaña Para la zona centro-norte de córdoba, el ciclo de vida de los cultivos invernales se desarrolla mayormente en los meses de menor aporte de precipitaciones. Esto significa que su desarrollo vegetativo y posterior rendimiento dependen en gran medida del agua almacenada en el perfil. Agua útil inicial El promedio de agua útil (AU) al inicio de la siembra fue de 170 milímetros acumulados, según los datos aportados 58 lotes de la zona. Según la previsión agrometeorológica quincenal realizada por el Servicio Meteorológico Nacional en conjunto con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria


(INTA) y la Facultad de Agronomía de la UBA (Fauba), para mayo 2020 en la región centro norte de Córdoba, el porcentaje de AU disponible en el perfil rondaba entre 50 y 80%. A inicios del mes de junio del mismo año, sin haberse registrado precipitaciones en dicho periodo, la reserva de AU en el perfil descendió, alcanzando valores de 50% para la zona.

se produjo una sequía de la capa superior del suelo, que, en algunos sitios, imposibilitó la siembra de los cultivos de invierno.

Precipitaciones

Heladas

Para la campaña 2020/21, en la provincia de Córdoba, y más precisamente en el centro norte, las precipitaciones registradas fueron inferiores al promedio histórico durante todo el ciclo de los cultivos invernales. Los mismos se desarrollaron con escaso aporte de agua proveniente de las lluvias y su desarrollo dependió en gran parte del agua almacenada en el perfil.

La campaña registró heladas agronómicas durante los meses de mayo, junio, julio, agosto y en algunos sitios hasta mediados de septiembre. El mes de julio registró la temperatura mínima más importante (-9,6 °C). También se observó en la base de datos climáticos del INTA Manfredi, que, para junio y julio, hubo entre 3 y 4 días seguidos con temperaturas por debajo de cero.

Temperatura

En la Tabla 1 se observan los días libres de heladas (DLH), los días con heladas (DCH) y la temperatura mínima más alta registrada para los meses comprendidos entre mayo y septiembre.

En los meses de marzo y abril las temperaturas medias registradas fueron superiores al promedio histórico. En conjunto con las escasas precipitaciones en este periodo,

Mayo

A finales de septiembre y mediados de octubre, se registraron picos de temperaturas de más de 40 °C, momento en el que se ubica el periodo crítico del cultivo de trigo para la zona de influencia.

Días libres de Heladas

Días con Heladas

Temp. Mín alcanzad

24

7

-3,1

Junio

17

13

-6,7

Julio

14

17

-9,6

Agosto

24

7

-3,1

Septiembre

24

6

-5,2

Tabla 1 DLH, DCH, temperatura mínima alcanzada, para los meses comprendidos entre mayo y septiembre, información extraída de la base de datos “Boletines meteorológicos”, EEA INTA Manfredi.

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La fecha media (FM) de la primera helada agronómica para la zona centro de Córdoba (localidad de Pilar) fue el 4/05/2020 y la FM de la última helada fue el 19/09/2020. En tanto para la zona norte de la provincia (localidad de Villa María del Río Seco) la FM de la primera helada fue el 30/04/2020 y la FM de la última helada fue el 3/10/2020. La falta de precipitaciones durante todo el ciclo de los cultivos hizo que se desarrollen bajo una marcada condición de estrés hídrico. Al momento de la siembra, altas temperaturas y bajas precipitaciones fueron

condiciones predisponentes para el secado de la capa superior del suelo, creando condiciones sub-óptimas de implantación. En cuanto a las temperaturas, las heladas ocurridas desde mediados de mayo hasta mediados de septiembre afectaron negativamente la fase de desarrollo vegetativo de los cultivos. Por contraparte, a finales de septiembre y mediados de octubre, hubo picos de temperaturas que superaron los 40 °C, lo que incidió en el período crítico del trigo y también del garbanzo.

A continuación, se comparte el informe técnico para cada uno de los cultivos, trigo, garbanzo y cultivos de servicios de la campaña 2020/2021 en la regional Montecristo.

Trigo La superficie sembrada de trigo para la campaña 2020/21 en la zona agroecológica de influencia de la regional fue de 2220 hectáreas, 36% menos que la campaña anterior. El 66% de la superficie (1472 ha) fue sembrada en secano y un 34% (748 ha) bajo riego. El rendimiento promedio ponderado (para todos los casos) fue de 22 qq/ha, siendo 8,4 qq/ha el promedio de los lotes de secano y 47,21 qq/ha para los lotes bajo riego respectivamente. El máximo rendimiento alcanzado fue de 64 qq/ha, bajo riego. La regional produjo 4728 toneladas, con una merma muy marcada con respecto a la producción de la campaña 2019/20 (11261 tn). Entre los factores que incidieron, se destacan la reducción de la superficie sembrada, lotes no cosechados a causa del estrés hídrico (se dejaron para cultivo de servicio) y bajos rendimientos por el estrés del cultivo ante una sequía prolongada y bajas temperaturas.

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Evolución de Sup y Rto Evolución de superficie sembrada y rendimientos

Sup (ha)

6000 4000

2508

3102

3031

2195

2460

2017

2018

En el Gráfico 1 se detalla la evolución de la superficie sembrada y el rendimiento promedio para las campañas 2015/16 a 2020/21.

2319

2000 0

2015

2016

Sup (ha)

Gráfico 2 Evolución de la rotación para cultivos de invierno, campaña 2015/16 a 2020/21, regional Montecristo.

2020

Gráfico 1 Evolución de superficie sembrada y rendimientos promedios, campañas 2015/16 a 2020/21, regional Montecristo.

Rto (kg/ha)

Evolución de rotación 14000 12000 10000 Sup (ha)

El Gráfico 2 muestra la superficie de trigo y cuántas hectáreas estuvieron ocupadas por otros cultivos invernales como garbanzo o CS, para cada una de las campañas (Haciendo la salvedad de que para las campañas 2015 a 2018 no se llevaba un registro detallado de la cantidad de superficie ocupada por cultivos de coberturas, pero los mismos sí estaban presentes dentro de los planteos técnicos de la regional). Según se observa, los años con mermas en la superficie sembrada de trigo coinciden con las campañas en las que el garbanzo fue protagonista en la región.

2019

8000 6000 4000 2000 0 Sup. Trigo

2015

2016

2017

Sup. Garbanzo

2018

CC centeno

2019 CC vicias

2020 CC otros

Avance de superficie de siembra La primera fecha de siembra fue el 7/5/2020 y la última se registró el 3/8/2020 (Gráfico 3). El 50% de la superficie sembrada se alcanzó en la segunda decena del mes de mayo, siendo casi en su totalidad lotes de secano los que integraron el

grupo de siembra que va desde el 11/05 al 20/05. Las siembras posteriores fueron de lotes bajo riego en su mayoría. El caso más extremo registrado el 3/8/2020 fue un lote en particular que tuvo como antecesor un cultivo de papa, sembrado en febrero.

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% sup acumulado

El 95% de los lotes fueron de secano.

120% 100%

1200 1000

80%

800

60%

600

40%

400

20%

200

0%

Superficie (ha)

% de sup acumulada

SUP (HA)

Gráfico 3 Superficie sembrada y avance de superficie de siembra por decenas de fecha de siembra, para trigo (secano y riego) campaña 2020/21.

0

1° Mayo

2° Mayo 3° mayo

1° junio

2° Junio

1° Julio

1° agosto

Decena de FS

Variable

Distribución de los rendimientos Con un total de 26 lotes en secano, la distribución de los rendimientos de los mismos muestra que un 42% de esos lotes obtuvieron rendimientos entre 7,2 y 10,8 qq/ ha (Tabla 2).

Para los casos de riego, la zona 1 fue la que concentró la mayor superficie sembrada con 361 ha y los mejores rendimientos, con un promedio ponderado de 53 qq/ha. Tabla 4 Rendimientos por zonas, secano y riego, trigo campaña 2020/21.

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LS

MC

FA

FR

(kg/ha)

1

[

359,00

719,25)

539,13

9

0,35

Rto

(kg/ha)

2

[

719,25 1079,50)

899,28

11

0,42

Rto

(kg/ha)

3

[ 1079,50 1439,75)

1259,63

5

0,19

Rto

(kg/ha)

4

[ 1439,75 1800,00)

1619,88

1

0,04

Clase

LI

LS

MC

FA

FR

Rto

(kg/ha)

1

[ 2879,37

4052,91)

3466,14

5

0,31

Rto

(kg/ha)

2

[ 4052,91

5226,46)

4639,268

4

0,25

Rto

(kg/ha)

3

[ 5226,46

6400,00]

5813,23

7

0,44

Rendimiento y superficie de trigo sembrada por zonas Para secano, la mayor superficie sembrada se encontró en la zona 4 (579 ha) y fue la que obtuvo los menores rendimientos, con un promedio ponderado de 6,42 qq/ha. El mayor rendimiento se logró en la zona 5 con 11,43 qq/ha (Tabla 4).

LI

Rto

Variable

Mientras que 16 lotes fueron producidos bajo riego y la tabla de frecuencias de rendimientos muestra que un 44% de los casos tuvo rendimientos comprendidos entre 52,26 y 64 qq/ha (Tabla 3).

Clase

s e c a n o

R i e g o

Tabla 2 Tabla de frecuencias de rendimientos, trigo secano, campaña 2020/21.

Tabla 3 Tabla de frecuencias de rendimientos, trigo bajo riego, campaña 2020/21.

Rto Prom

Rto prom pond

Máx

Min

Min

5

1041

1103

1.230

800

16

569

11

652

642

988

359

34

147

107

7

1143

1163

1.800 1.000

26

6

408

408

3

833

819

1.200

600

39

1

361

361

6

5170

5285

6400

4818

16

2

140

140

1

5

247

247

9

5997 4250

24

Sup N° cosechada casos

Zona

Sup (ha)

1

338

338

4

579

5

5300 4541

4168


Rendimiento según fecha de siembra No fue posible atribuir los resultados de rendimientos a un manejo de fechas de siembras, ya que estos fueron muy condicionados por las condiciones ambientales desfavorables que atravesó la campaña.

Maiz Tardío/2° 12%

Soja 2° 15%

Cultivos antecesores El 73% de los lotes de trigo producidos en secano tuvieron como cultivo antecesor soja de primera (Gráfico 4). En los lotes bajo riego, 44% de los lotes (7 casos) presentaron maíz como antecesor predominante (Gráfico 5), seguido de soja de primera en un 37% de los casos

Soja 1° 73%

Sin dato 13%

Gráfico 4 Antecesor estival, trigo secano, campaña 2020/21

Maiz 44%

Variedades utilizadas Aca 315 fue la variedad predominante en los trigos de secano (Gráfico 6), con un 32% de la superficie sembrada. En esta campaña la elección de cultivares no estuvo asociada a la búsqueda de tolerancias o resistencias a enfermedades, ya que no eran una amenaza debido a las condiciones climáticas presentes. Para los lotes de riego (Gráfico 7), la variedad más utilizada fue Don Mario Sauce, en un 42% de la superficie, seguido de trigo HB4 en un 25%. Este último, es tolerante a sequía, el primer evento genéticamente modificado para este cultivar. Actualmente en Argentina aún no está regulada su venta en el mercado, solo se produce con contratos de identidad preservada, y la producción va destinada en su totalidad al semillero (Bioceres).

Soja 1° 37% Papa febrero 6%

Trido SY 120 8% ÑANDUBAY 12%

Gráfico 5 Antecesor estival, trigo bajo riego, campaña 2020/2

aca 315 32%

MS INTA 119 18%

DM Sauce 6%

Baguette 680 14%

aca 360 10%

Gráfico 6 Variedades utilizadas, en % de superficie, trigo secano, campaña 2020/21

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Manejo agronómico del cultivo Fertilización Al 64% de la superficie total, se le realizó análisis de suelo. Todos los lotes fueron fertilizados con nitrógeno, con una dosis promedio de N elemento aplicado de 29 kg/ha. En el Gráfico 8 se observa que un 43% de los lotes tuvieron aplicaciones de hasta 30 kg de N elemento, un 39% de los casos con fertilizaciones de entre 3 y 60 kg de N elemento y solo un 12 % con aplicaciones de más de 60 kg del nutriente (lotes bajo riego).

MS INTA 119 3%

RAYO 8%

MS 817 3% DM Sauce 42% HB4 25% Gráfico 7 Variedades utilizadas, en % de superficie, trigo bajo riego, campaña 2020/21

GINKO 19%

En un 42% de la superficie se aplicó Fósforo junto con el N, y en un 22% azufre, además de los dos nutrientes mencionados. En cuanto a los momentos de fertilización (Gráfico 9), en el 66% de los casos (lotes de secano) se realizó una fertilización simple, a la siembra del cultivo, colocando el fertilizante en la línea de siembra. En el 34% restante (en su gran mayoría, casos bajo riego), las aplicaciones se dividieron en más de un momento del ciclo del cultivo.

12%

43%

39%

Protección del cultivo Para la campaña 2020/21 todos lotes de trigo recibieron aplicaciones con curasemilla. En lo que respecta a aplicaciones foliares, en los lotes de secano no se registraron aplicaciones con fungicidas, en tanto que en el 33% de los lotes de riego se realizaron aplicaciones preventivas para la roya anaranjada del trigo. Las condiciones de sequía prolongada hicieron que las malezas no sean una problemática mayor por su escaso desarrollo. Algunos lotes manifestaron problemas con Ortiga mansa y Rama negra, las aplicaciones en pre-siembra/pre-emergencia fueron realizadas con herbicidas inhibidores de la ALS (Sulfonilurea).

Hasta 30 kg de N

Triple fertilización 10%

Fertilización simple 66%

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Entre 30 y 60 kg de N

Más de 60 kg de N

Gráfico 8 Porcentaje de Nitrógeno elemento aplicado por fertilización, trigo campaña 2020/21.

Doble fertilización 24%

Gráfico 9 Momentos de fertilización, trigo campaña 2020/21.


Garbanzo Para la campaña 2020/21, la regional Montecristo contó con tres empresas productoras de garbanzo que aportaron 30 casos en total para analizar. La superficie sembrada fue de 1146 ha, de las cuales un 56% se produjeron en secano y un 44% bajo riego. El rendimiento promedio ponderado general (todos los casos) fue de 14,15 qq/ha, obteniendo rindes promedios de 11,44 qq/ha en secano y 17,44 bajo riego. El máximo obtenido fue de 29 qq/ha y el mínimo de 2,54 qq/ha. El total producido por la regional fue de 1585 toneladas (Tabla 5). Si se compara la superficie sembrada de garbanzo en la campaña 2020/21 vs. 2019/20, se registra una merma del 30%

(Tabla 5). Sin embargo, también se observa un aumento de superficie producida bajo riego del 35% con respecto a la campaña pasada. En lo que respecta a rendimientos, se ve un aumento de 3,64 qq/ha comparado con 2019.

Nº empresas

Sup.

Nº casos

Rend. arit. (kg/ha)

Rend. Pond (kg/ha)

Rend máx (kg/ha)

Rend min. (kg/ha)

Total producido (Tn)

CV (%)

2020

3

1146

30

1483

1415

2900

254

1584

62

2019

5

3.923

67

1.119

1.146

2.500

470

4.494

33

2018

6

10.655

197

1.104

1.111

2.980

0

11.837

45

2017

5

4937

101

474

340

3112

0

1690

148

2016

3

3.700

68

2481

2427

3763

914

8983

26

2015

3

2.416

48

2677

2726

3766

1300

6,587

21

Rendimientos

Avance de superficie de siembra

El rendimiento promedio ponderado (para todos los casos) fue de 14,15 qq/ha. Con una diferencia de 6 qq/ha entre secano y riego, el promedio ponderado de rendimiento logrado para secano fue de 11,44 qq/ha, mientras que para los lotes bajo riego se alcanzó un rendimiento promedio de 17,44. El 46% de los lotes bajo riego obtuvieron rendimientos entre 12,46 y 26,3 qq/ha.

Para la segunda decena de mayo, se había sembrado un 47% de la superficie total, pero el mayor pulso de siembra se concentró en la tercera decena de mayo. Los lotes de secano fueron sembrados en su totalidad entre el 11 y el 20 de mayo, y los de riego, en su mayoría, entre el 21 y el 30 de mayo, extendiéndose en algunos pocos casos, la siembra hasta el mes de julio (Gráfico 10).

Tabla 5 Comparativo de esquema general, garbanzo campaña 2015/16 a 2020/21, regional Montecristo

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53


% sup Acum

600

100%

500

80%

400

60%

300 40%

200

20%

100 0

% de sup. acumulada

Superficie (ha)

Sup (ha)

0% 1° Mayo

2° Mayo

3° Mayo

3° Junio

1° Julio

DECENAS DE FS

Gráfico 10 Superficie sembrada y avance de superficie de siembra, por decena de fechas de siembra, garbanzo 2020/21.

Rendimiento y superficie sembrada por zonas Para los lotes producidos en condiciones de secano, la zona 6 fue la que mayor superficie sembrada registró (369 ha), también fue la que mayor rendimiento logró, alcanzando un promedio ponderado de 16,32 qq/ha.

Con la tecnología del riego, solo se produjo el cultivo de la zona 5, en la localidad de Monte del Rosario, ocupando una superficie de 500 ha y con un rendimiento promedio ponderado de 17,44 qq/ha (Tabla 6).

Cultivos antecesores El 80% de los lotes en secano tuvieron como antecesor estival a soja de primera, con un rendimiento promedio de 14 qq/ ha para el garbanzo. El 20% restante tuvo como antecesor cultivo de maíz y su rendimiento promedio fue de 4,5 qq/ha (lotes afectados gravemente por heladas en V15-V17, identificando mermas de rendimiento entre un 30 y 70%). En tanto que los lotes bajo riego tuvieron como antecesor en un 53% de los casos soja de primera y un 47% maíz temprano, sin evidenciarse mayores diferencias en cuanto a rendimientos en el garbanzo (18 y 20 qq/ha promedio).

Zonas

N° casos

Sup Sembrada (ha)

Rto total (tn)

Rto Pond (kg/ha)

CV (%)

1

3

106,53

59.441

558

43

5

1

74,5

20.880

326

6

9

369

602.200

1632

46

3 SUR

4

90,17

19.044

257

2

5

17

506,2

882.848

1744

33

Secano

Riego

Tabla 6 Rendimientos por zonas, secano y riego, garbanzo 2020/21.

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Felipe 3%

Variedades utilizadas En el 91% de los casos, la variedad elegida fue Norteño. Una de las cualidades por la cual los productores la eligen, es por su mayor calibre (9 mm) (Gráfico 11). Además este cultivar es tolerante al frío en estados vegetativos y también se considera tolerante a patógenos como Fusarium, siendo una gran ventaja a la hora de la siembra.

Manejo agronómico - Protección de cultivos Todas las aplicaciones de fungicidas tuvieron como objetivo el control del patógeno Ascochyta rabiei, agente causal del Amarillamiento del garbanzo o rabia. Si bien en la campaña no se manifestaron en general las condiciones predisponentes que disparan la enfermedad (temperatura entre 10 y 20 °C, humedad relativa superior al 65% y agua libre por 6-8 hs), los controles que se realizan son preventivos. En secano se aplicaron el 74% de los lotes, con productos pertenecientes a los grupos químicos estrobirulinas y triazoles. Se registró un solo momento de aplicación, que difería, según los casos, en estado reproductivo (R4 o R6). Los lotes bajo riego (Gráfico 12) registraron aplicaciones en su totalidad. En el 54% de los casos con una sola aplicación y 46% con dos, la primera en R3 y un repaso en R5. El 37% de los casos optó por productos pertenecientes al grupo químico Ditiocarbamatos, y el restante 63% se inclinó por el uso de los grupos Estrobirulinas, Triazoles y Carboxamidas. En cuanto al control de malezas, en la mayoría de los casos no se registraron malezas problemáticas. Algunos lotes indicaron problemas para el control de Sonchus oleraceus (Cerraja) y Conyza bonariensis (Rama negra). En el Gráfico 13 se pueden ver los principios activos aplicados en pre-siembra y pre-emergencia, según porcentaje de casos.

Kiara 6%

Gráfico 11 Variedades utilizadas de garbanzo, en % de casos, campaña 2020/21.

Norteño 91%

Carboxamidas + Estobirulina + triazol 26%

Ditiocarbamatos 37%

Gráfico 12 Grupos químicos utilizados (%) en aplicaciones foliares de lotes bajo riego, garbanzo 2020/21.

Estrobirulina + triazol 37%

13% ALS - Imidazolinonas (Imazapir)

37% 16%

ALS - Imidazolinonas (Imazapir) + PPO (sulfrentrazone) PPO ( Flumioxazin) + ALS + Hormonal

7%

PPO ( Flumioxazin)

27%

Gráfico 13 Herbicidas, principios activos utilizados (en % de casos) en pre-siembra y preemergencia.

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Secado del cultivo Para el secado del cultivo de garbanzo, se puede optar por dos métodos: realizar un secado químico o uno mecánico. Para la primera opción, se sugiere ingresar al lote cuando el cultivo presenta entre el 75-80% de los cascabullos secos, y el tiempo estimado desde el momento del secado a cosecha es de 13 días (entre 11 y 17). Para la segunda opción, se recomienda ingresar al lote con un 80-85% de los cascabullos secos y desde ese momento a cosecha, se debe aguardar unos 7 días (entre 5 y 9).

Para la campaña 2020/21, el 87% de la superficie de garbanzo se secó mediante el método químico y solo a un 7% se le realizó proceso mecánico de corte e hilerado. Los herbicidas utilizados para el secado químico fueron glifosato en mezcla con glufosinato de amonio o con saflufenacil. Unos 8 lotes tuvieron que ser repasados con una segunda aplicación, 15 días posteriores a la primera. Los costos por hectárea que implicó el secado químico para la campaña 2020/21 rondaron entre 36 y 40 U$S/ha según datos aportados por los productores.

Cultivos de servicios Los cultivos de servicios ocuparon 2302 has, un 41% de la superficie total ocupada por cultivos de invierno (5968 has) (Gráfico 14). Entre las especies que se implantaron, se encuentran Centeno (53%), Vicia (32%), Melillotus (11%) y Trigo (4%) (Gráfico 15). Este último fueron lotes que en un principio iban a ser destinados a renta, pero por los bajos rendimientos a causa de la sequía no se cosecharon y se dejaron como cobertura. Para las vicias, las fechas de siembra registradas estuvieron comprendidas desde el 10/4/2020 al 12/5/2020. El secado se registró en la primera decena del mes de octubre y la primera de noviembre. Para el centeno, la ventana de siembra fue más amplia y comenzó más temprano, ubicándose desde la segunda decena de febrero a la primera de mayo, con fecha de secado en la primera decena de octubre.

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Vicia 32% Cultivo de cobertura 41%

Centeno 53%

Cultivo de renta 59% Trigo 4% Melilotus Alba 11%

Gráfico 14 Porcentaje de superficie sembrada con cultivos de servicios y cultivos de renta, campaña 2020/21.

Gráfico 15 Porcentaje de superficie sembrada con cultivos de servicios y cultivos de renta, campaña 2020/21.

Consideraciones finales

Las escasas precipitaciones que se registraron durante todo el ciclo de los cultivos de invierno condicionaron fuertemente (1) la superficie sembrada en la campaña, (2) el rendimiento de los cultivos y (3) las toneladas totales producidas. La gran frecuencia de heladas, combinado con su duración, fueron otro factor que afectó a los cultivos de trigo y garbanzo. Las acciones conjuntas de estos dos factores climáticos (escasas lluvias y heladas) provocaron mermas en el rinde de entre un 30 y un 70%.

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CULTIVOS DE INVIERNO

Cambio climático: efectos sobre el rendimiento de trigo en el norte de Santa Fe Investigadores del INTA estimaron pérdidas del 16%, con un nivel de estrés hídrico de 45%, por efecto del cambio climático.

Por: Abbate P.E.¹; Brach A.M.² ¹INTA Balcarce. Balcarce, Buenos Aires, Argentina. abbate.pablo@ inta.gob.ar ² INTA Reconquista. Reconquista, Santa Fe, Argentina. brach.ana@ inta.gob.ar *Basado en el artículo de Abbate y Brach (2020). Efectos del cambio climático y del mejoramiento genético sobre el rendimiento de trigo en el Norte de Santa Fe en las primeras dos décadas del siglo XXI. Agrotecnia 29: 5-18.

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La superficie sembrada con trigo pan (Triticum aestivum L.) en el norte de la provincia de Santa Fe, específicamente en los departamentos de 9 de Julio, Gral. Obligado, San Javier y Vera, se incrementó sin discontinuidades relevantes desde el año 2007 hasta la actualidad, aumentando de 27.000 a 145.000 hectáreas (promedio de las campañas 2016 a 2018; DEAD, 2019). Este último valor representa el 22% de las 660.000 ha agrícolas del norte de Santa Fe y el 14% de la superficie de trigo de la provincia. La producción de trigo en el norte de Santa Fe se desarrolla en un ambiente de transición entre el clima templado de la región pampeana y el subtropical de la región chaqueña. Según los datos registrados en

la estación meteorológica de INTA Reconquista durante los últimos 20 años (20002019), la precipitación anual varió entre 615 y 1857 mm y el 82% se distribuye con buena uniformidad desde octubre hasta abril. Si bien entre mediados de otoño e inicios de primavera las precipitaciones son escasas, suelen alcanzar para recargar la capacidad de campo en el perfil del suelo antes del inicio de la siembra de trigo y para mantener un balance de agua positivo hasta mediados de julio. A partir de ese momento, aumenta la probabilidad de ocurrencia de estrés hídrico, alcanzando su máxima intensidad entre encañazón y espigazón. Posteriormente, la disponibilidad hídrica suele mejorar, pero aumenta la temperatu-


ra media y el riesgo de golpe de calor (temperatura máxima > 32 °C) durante el llenado del grano. Esta situación climática, no solo reduce el rendimiento del cultivo de manera directa, sino también a través de la menor adopción de tecnologías por parte de los productores. De hecho, en el “Relevamiento de tecnológico agrícola aplicada” que la Bolsa de Cereales está realizando anualmente, al 85% de la zona se le asignó un nivel tecnológico medio a bajo (Bolsa de Cereales, 2019).

propiedades físicas y químicas del suelo. Además, la producción de trigo le brinda al productor un ingreso financiero al final de la primavera, que contribuye a cubrir los gastos de la siembra de los cultivos de verano, principalmente soja.

El trigo no es el cultivo dominante de la zona, pero su inclusión en la secuencia agrícola es importante porque contribuye a la sustentabilidad del sistema agrícola, ya que brinda cobertura al suelo y aporta rastrojo que ayuda a mejorar y preservar las

En este artículo, los autores evalúan el posible efecto sobre el rendimiento de trigo de los cambios climáticos ocurridos en el norte de Santa Fe durante las últimas décadas (Abbate y Brach, 2021).

Otro aspecto favorable de la producción local de trigo es que, la mayor parte, se comercializa a través de acopios zonales y es procesada en molinos locales, agregando valor en origen.

Materiales y métodos Datos meteorológicos Los datos meteorológicos diarios de los años 1971 a 2018 fueron obtenidos de la estación meteorológica convencional de la Estación Experimental Agropecuaria INTA Reconquista (29°11’ S, 59° 52’ O, 50 m s.n.m.), departamento de General Obligado (Santa Fe), correspondiente al norte de la Subregión triguera I. A partir de esos datos, se calculó diariamente el cociente fototermal (Q, MJ m-² d-¹ °C-¹; Fischer, 1985; Abbate, 2017) como el cociente entre la radiación solar (MJ m-² d-¹) y la temperatura promedio (°C) descontando una temperatura base de desarrollo de 4.5 °C, promediando ambas variables desde 20 días previos y 10 días posteriores a la espigazón. El Q muestra el efecto combinado de la radiación y la temperatura sobre el número de

granos por unidad de superficie y se asoció con este, tanto en localidades de Argentina como del resto del mundo (Lázaro y Abbate, 2012). La evapotranspiración potencial (ETP) se calculó por el método FAO 56 (Allen et al., 1998) a partir de los datos diarios de radiación, temperatura máxima, temperatura mínima, humedad relativa (%) y velocidad del viento (m s-¹, mediada a 2 m de altura). El déficit de presión de vapor diario ponderado (DPVP, kPa) se calculó siguiendo el método de Abbate et al. (2004), a partir de las temperaturas máximas y mínimas diarias, y de la correspondiente humedad relativa, ponderando la presión de vapor saturada por θ = 0.72 (valor obtenido por Abbate et

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al. 2004 para la región pampeana). En ausencia de estrés hídrico, el DPVP, se asoció con la eficiencia de uso de la radiación (Kemanian et al., 2004; Cantarero et al. 2016). Por otra parte, el DPVP se asoció a la eficiencia de uso de agua (Tanner y Sinclair, 1983) y se han validado relaciones entre estas variables en Argentina (Abbate et al., 2004) y Francia (Ghanem et al., 2020) para distintas condiciones hídricas. Por lo tanto, a partir del DPVP se puede estimar el crecimiento del cultivo conociendo la radiación interceptada y la disponibilidad hídrica. Tanto para los años recientes y los previos, se computó la frecuencia de helada tardía (FHT) buscando la fecha de última helada (última fecha del año con temperatura mínima diaria en abrigo meteorológico menor o igual a 0 °C) de cada año. Luego se calculó la FHT como el porcentaje de años que presentaron la última helada con posterioridad a la fecha de última helada de cada año. Finalmente, la FHT se graficó en función de la correspondiente fecha de última helada. A fin integrar el efecto de las variables meteorológicas medidas y calculadas sobre el rendimiento en grano (RTO), a partir de los promedios decenarios se estimó el RTO para la serie de años recientes y la serie de años previos, por medio de un modelo estático, construido a partir de la integración de las siguientes relaciones basadas en variables meteorológicas: (i) una ecuación ajustada y validad por Cantarero et al. (2016) con datos de Balcarce, Córdoba y Paraná, para estimar el número de granos m-² (NG) en función del peso seco de las espigas en antesis y el DPVP, (ii) una asociación lineal entre el NG y el Q ajustada por Lázaro y Abbate (2012) a partir de los datos de Argentina, México y Francia y (iii) una asociación lineal entre el peso por

grano (PG, mg) y la temperatura promedio durante el llenado del grano, obtenida por Abbate y Lázaro (2010). La temperatura durante el llenado del grano se calculó como el promedio durante los 35 días posteriores a espigazón. El RTO (t ha-¹) estimado se expresó con 14% de humedad (humedad de comercialización de trigo pan en Argentina, SAGyP, 2004). El modelo incluyó un factor de estrés hídrico (s) expresado como porcentaje de reducción del peso seco de las espigas en antesis. Para s=0, el modelo permite estimar el RTO potencial (RTOP), es decir, el RTO esperado sin deficiencias hídricas, ni nutricionales, ni limitaciones sanitarias. El RTOP así estimado tuvo una diferencia menor a 2% respecto de los rendimientos obtenidos con Q>0.35 (valores de Q correspondientes a condiciones naturales), por Brach (2011) en experimentos conducidos en condiciones potenciales en INTA Reconquista. Para s>0, el modelo permite estimar el RTO considerando el efecto depresor del DPVP y s sobre el RTOP. El valor de s se estimó a partir de la diferencia entre el RTO promedio observado cada año, en cada época de siembra, en los ensayos de la RET-INASE de INTA Reconquista y el correspondiente RTOP estimado; del valor resultante fue s = 45%. Dado que no toda la diferencia entre el RTOP estimado y el RTO obtenido en los ensayos la RET-INASE de INTA Reconquista se debería al efecto del estrés hídrico, es de suponer que el valor asignado a s fue sobreestimado en alguna medida. Los datos medidos en la estación meteorológica y las variables calculadas se promediaron cada 10 días (decenos) para facilitar la comparación entre la serie de los 19 años más recientes (2000-2018) respecto la serie de 29 años previos (1971-1999).

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Resultados y discusión

La radiación (Figura 1c) de los años recientes fue igual o mayor que la de la serie anterior. Sin embargo, la diferencia promedio para el período de cultivo de trigo fue de solo 2% (0.3 MJ m-² d-¹).

Frecuencia acumulada entre años (%)

a

b

50 45

(1971-1999)

40

(2000-2018)

35 30 25 20 15 10 5 0

45 40

TMAX (1971-1999)

TPRO (1971-1999)

TMIN (1971-1999)

35

TMAX (2000-2018)

TPRO (2000-2018)

TMAX (2000-2018)

30

Temperaruta (°C)

La temperatura máxima diaria media (Figura 1b) fue la temperatura que presentó las mayores diferencias entre los años recientes y los anteriores. Excepto para los dos primeros decenios de mayo, los valores de los años recientes fueron mayores o iguales que en los años anteriores. Incluso se encontró un aumento de la temperatura máxima diaria, promediada desde 20 días anteriores a 10 días posteriores a espigazón o promediada durante el llenado del grano, a través de los años (1971-2018) de 0.04 °C por año (R² = 0.12 y 0.13, gl = 46, P ≤ 0.001). No obstante, la mayor diferencia entre los años recientes y los anteriores, que correspondió al primer deceno de julio, no superó 10% (1.8 °C) y la diferencia promedio durante el período de cultivo de trigo (1-may a 31-oct) fue solo 2% (0.5 °C) (Figura 1b).

Figura 1

25 20 15 10 5 0

c

35 30

(1971-1999) (2000-2018)

25

Radiación (MJ m-²d-¹)

De acuerdo con los datos de la estación meteorológica de INTA Reconquista, la FHT de la serie de años recientes (2000-2018) presentó diferencias respecto de la FHT de la serie de años anteriores (1971-1999) (Figura 1a). No obstante, las fechas para un riesgo de heladas entre 5 y 20%, registraron una diferencia menor a 4 días entre las dos series de años (Figura 1a). Según la curva de los años recientes, para que el riesgo de daño por helada en espigazón sea ≤ 10%, esta debería ser posterior al 1-sep.

20 15 10 5 0

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El DPVP (Figura 1f) fue la variable meteorológica que presentó la mayor diferencia entre las dos series de años. Solo hubo cuatro decenios en que los años recientes tuvieron un aumento menor al 5%. El aumento promedio para el período de cultivo de trigo fue 12% (0.1 kPa), originado en el aumento de la temperatura y la disminución de la humedad relativa de 4%. El DPVP promediado desde 20 días antes a 10 días después del 1-sep (fecha óptima de espigazón), fue la variable meteorológica con mayor tasa de cambio a través de los años (1971-2018), aumentando 0.008 kPa por año (R² = 0.15, gl = 46, P ≤ 0.01). Pudo estimarse que al aumento del DPVP de los años recientes le corresponde una caída de 12% (0.8 g m-² mm-¹) en la eficiencia de uso de agua transpirada.

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1,0 0,9

(1971-1999)

0,8

(2000-2018)

Q (MJ m-² d-¹ °C-¹)

0,7 0,6 0,5 0,4 0,3 0,2 0,1 0,0

e

PP, ETP (mm cada 10 días)

Las diferencias de precipitación (Figura 1e) entre las series de años fueron oscilantes. En junio y finales de octubre, la precipitación de los años recientes se redujo. Sin embargo, considerando todo el período del cultivo de trigo, hubo un aumento de 5% (32 mm) a favor de los años recientes. Tampoco se encontró una tendencia clara de la precipitación mensual a través de los años (19712018). El único mes con asociación estadísticamente significativa fue septiembre (R² = 0.09, gl = 46, P ≤ 0.03), con una reducción de 0.76 mm por año. A excepción de unos pocos decenios, la ETP (Figura 1e) de los años recientes fue levemente mayor que la de los años previos, promediando un aumento de 3% (1 mm acumulado cada 10 días).

d

100 90

ETP (1971-1999)

PP (1971-1999)

80

ETP (2000-2018)

PP (2000-2018)

70 60 50 40 30 20 10 0

f

1,4 1,2

(1971-1999) (2000-2018)

1,0

DPVP (kPa)

El Q (Figura 1d) presentó la mayor diferencia entre las series de años en el primer decenio de agosto, alcanzando 14% (0.07 MJ m-² d-¹ °C-¹). No obstante, esos cambios son de escasa relevancia ya que es poco factible que la espigazón ocurra antes del 1-sep. Para las fechas de espigazón posteriores al 1-sep, la diferencia promedio de Q entre las series de años fue 0%.

0,8 0,6 0,4 0,2 0,0

Figura 1 (a) Frecuencias de helada tardía (temperatura mínima diaria en abrigo meteorológico < 0 °C), (b) temperatura máxima (TMAX), mínima (TMIN) y promedio entre TMAX y TMIN (TPRO) (c) radiación solar, (d) cociente fototermal (Q), (e) precipitación (PP) y evapotranspiración potencial (ETP) calculada por el método FAO 56 y (f) déficit de presión de vapor ponderado (DPVP); para la serie 1971-1999 (línea llena) y 2000-2018 (línea con puntos); según datos de la estación meteorológica de INTA Reconquista. Datos promediados cada 10 días excepto la frecuencia de heladas. Tomado de Abbate y Brach (2020).


La Figura 2 sintetiza el efecto de las variaciones meteorológicas descriptas sobre el RTOP y el RTO bajo un estrés hídrico de 45%. En la mayor parte de las localidades trigueras de Argentina, el Q decrece de invierno a verano. Sin embargo, la Figura 1d muestra que en Reconquista el Q aumenta hasta 1-sep, fecha para la cual la FHT es ≤ 10% (Figura 1a), y luego permanece estable. El comportamiento del Q en Reconquista es similar al de otras localidades de la ribera del río Paraná como Paraná, Corrientes, Encarnación, y Ciudad del Este (Caviglia et al., 2001; Abbate y Lázaro, 2010). No obstante, si se tiene en cuenta que con el retraso de la fecha de espigazón aumentará la temperatura durante el llenado del grano, es de esperar que el RTOP decaiga tal como lo muestra la Figura 2. Por tal motivo, desde el punto de vista del RTOP, la fecha de espigazón óptima será la más próxima a la fecha para la cual la FHT es menor o igual a 10% (u otro valor de riesgo que se quiera adoptar), tal como ocurre en la mayoría de las localidades trigueras. Esta fecha es válida independientemente del ciclo del cultivar. La Figura 2 muestra que al retrasar la espigazón del 1-sep al 1-oct, hubo una caída de RTO de 18 y 14 kg

2,0

Diferencia de RTO (t ha-¹)

1,0

ha-¹ por día de atraso (P ≤ 0.01 y P ≤ 0.04, respectivamente) al pasar de los años anteriores a los recientes. La Figura 2 también muestra que, durante septiembre, el RTOP de la serie de años recientes resultó 3% (0.18 t ha-¹) menor que el de la serie de años anteriores. Al considerar el RTO estimado con estrés hídrico (Figura 2) también se encontró una caída al retrasar la espigazón del 1-sep al 1-oct, que resultó similar para los años recientes y anterior, promediando 14 kg ha-¹ d-¹ (P ≤ 0.01). Así, desde el punto de vista del RTO bajo estrés hídrico, la fecha de espigazón óptima resulta similar a la establecida a partir del RTOP, es decir, la correspondiente a la FHT es menor o igual a 10%, ya que esa fecha presenta la mejor combinación de temperatura (Figura 1b), radiación (Figura 1c) y DPVP (Figura 1f) para maximizar el RTO. Por otra parte, según la Figura 2, para espigazón entre el 1-sep y el 1-oct, el RTO de los años recientes promedió 16% (0.50 t ha-¹) menos que el de los años anteriores. Esta diferencia, que resultó mayor a la encontrada para el RTOP, puede atribuirse al aumento del DPVP ya mencionado (Figura 1f) en los años recientes.

Sin estrés (1971-1999)

Sin estrés (2000-2018)

Con estrés (1971-1999)

Con estrés (2000-2018)

0,0 -1,0 -2,0 -3,0 -4,0 -5,0

Figura 2 Diferencia de rendimiento (RTO) de trigo estimado para un cultivo sin estrés hídrico y con un estrés hídrico de 45%, a partir de la temperatura, la radiación y el déficit de presión de vapor, en función de la fecha de espigazón; para la serie de años 1971-1999 (línea llena) y 2000-2018 (línea con puntos), según datos de la estación meteorológica de INTA Reconquista. El RTO de referencia es el estimado para la serie 1971-1999, sin estrés y fecha de floración el 1-sep. Tomado de Abbate y Brach (2020).

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Fischer et al. (2014) calcularon que la tasa de aumento de RTO de trigo a nivel mundial fue 29.8 kg ha-¹ por año entre 1991 a 2010, valor que resulta igual (P > 0.05) al de Argentina entre los años 1971-1999 (Figura 3) y menor (P ≤ 0.05) a la de los años 20002018. Por su parte, en el norte de Santa Fe, la tasa de aumento de RTO entre los años 1971-2018 fue menor, 19.8 kg ha-¹ por año (Figura 3). Si al RTO del norte de Santa Fe se le suma el 16% de pérdida correspondiente a los años recientes en secano, la tasa de aumento llegaría a 41.2 kg ha-¹ por

año, valor que iguala estadísticamente (P > 0.05) al promedio nacional de los 19 años recientes. Esta última comparación supondría que el cambio climático afectó solamente al norte de Santa Fe y no al resto de región triguera argentina, lo cual es un supuesto poco realista. Por este motivo, es de suponer que otros factores, además del cambio climático, están limitando el aumento del RTO de trigo en el norte de Santa Fe.

4,0 3,5

Norte de Santa Fe

3,0

Rendimiento (t ha-¹)

b2 = 46.0 (± 6.8) kg ha-1 año-1 R2=0.95 (gl=14, P≤0.001)

Argentina

b1 = 31.3 (±3.8)

2,5 R2 =0.56 (gl=15, P≤0.001)

2,0 1,5 1,0

b1 = b2 = 18.4 (±5.3) kg ha-1 año-1

0,5 0,0 1960

1970

1980

1990

2000

2010

2020

2030

Año de siembra

Conclusiones Los datos de la estación meteorológica de INTA Reconquista mostraron que hubo cambios en las principales variables climáticas entre los años recientes (2000-2018) y los previos (1971-1999), durante el período de cultivo de trigo (1-may al 31-dic). El cambio más desfavorable fue el aumento del DPVP promediado desde 20 días antes a 10 días después del 1-sep (fecha óptima de espigazón). Estos cambios climáticos afectaron más el RTO bajo estrés hídrico que el RTOP.

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Pudo estimarse una pérdida de RTO para un nivel de estrés hídrico de 45%, de 16% entre los años recientes y anteriores por efecto del cambio climático. También pudo estimarse que otros factores, además del cambio climático, están limitaron el aumento del RTO de trigo en el norte de Santa Fe respecto del promedio de Argentina.

Figura 3 Evolución del rendimiento de trigo (promedio cada tres años) desde el año 1970 a 2018 para Argentina y el norte de la provincia de Santa Fe (dptos. de Gral. Obligado, 9 de Julio, Vera y San Javier). Las líneas de regresión corresponden a un modelo bilineal con primera fase para el período 1970-1999 y segunda para el período 20002018 con pendientes b1 y b2 (±error estándar) .El modelo bilineal no fue significativo para el norte de Santa Fe. Elaborado por Abbate y Brach (2020) a partir de datos de la DEAD (2019).


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CULTIVOS DE VERANO

Inscriben cinco variedades de soja con características biológicas especiales Investigadores de INTA Marcos Juárez presentaron nuevas variedades no OGM. Entre sus cualidades, se destacan el tamaño del grano, el color amarillo del hilo y el contenido de proteína.

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Con el foco puesto en desarrollar tecnologías que contribuyan a la producción de granos con calidades diferenciales para mercados específicos, un equipo de investigadores del INTA Marcos Juárez (Córdoba) avanza en la obtención de variedades de soja que no fueron modificadas genéticamente, es decir, no OGM. En esta campaña, ya se están multiplicando cinco nuevos cultivares que poseen rasgos diferenciales: INTA ALIM4C No OGM, INTA ALIM4M No OGM, INTA ALIM4L No OGM, INTA ALIM5C No OGM y INTA-FICA5C k/lx. “Nuestro objetivo es colaborar en la generación de una herramienta tecnológica que contribuya a impulsar sistemas productivos de granos con valor agregado biológico”, expresó Diego Soldini, especialista en me-

joramiento genético del INTA y obtentor de los nuevos cultivares. “Buscamos impulsar sistemas agrícolas basados en el desarrollo de nuevos materiales genéticos que incorporen características biológicas especiales que, al ser procesadas, potencien la calidad, la diferenciación, la trazabilidad, el valor agregado y la generación de mano de obra en los territorios”, agregó Soldini. Para esto, Soldini y su equipo trabajan en el desarrollo de cultivares de soja no OGM que tengan buen comportamiento sanitario, fenológico, productivo y de calidad industrial, según las demandas específicas de la agroindustria nacional y de los mercados internacionales.

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Ahora bien, ¿cómo se obtiene una variedad no modificada genéticamente? Soldini explicó que “el proceso para la obtención de una variedad no OGM es el mismo que se utiliza para desarrollar materiales tipo commodity o RR. “Sin embargo, las principales diferencias entre ambos materiales son que, los no OGM, no poseen genes exógenos, tienen mayor porcentaje de proteína en el grano, son granos más grandes, el hilo de la semilla es de color claro y tienen mayor contenido de azúcares deseables, entro otros aspectos”, detalló. En este sentido, el desarrollo de variedades de soja no OGM es una estrategia que complementa la obtención de cultivares

tipo commodity, debido a que “a la cantidad -que se logra con las sojas RR- se le suma el valor agregado biológico, requerido para abastecer nichos de mercados especiales que bonifican la calidad”, destacó Soldini. En la actualidad, el mercado de semillas de soja no OGM es bastante reducido y las transacciones se realizan con cierta exclusividad: la producción y comercialización se da a través de la firma de contratos exclusivos con Pymes del sector productivo e industrial. De esta manera, desde el INTA ponen a disposición semillas de cultivares de soja no OGM que poseen un piso del 40% de proteína, para su posterior industrialización o uso directo.

Valor agregado biológico Gracias a las herramientas del mejoramiento genético, el equipo de investigadores del INTA, liderado por Soldini, se concentra en el desarrollo de germoplasmas de soja con características especiales de calidad, como: alto contenido de aceite y proteínas, ausencia de factores antinutricionales y de lipoxigenasas, y material genético con perfiles alterados de ácidos grasos, incluyendo bajo contenido de ácido linolénico. “Los nuevos materiales genéticos incorporan características biológicas especiales”, puntualizó el especialista. Las nuevas variedades ya fueron inscriptas en el Registro Nacional de Cultivares del Instituto Nacional de Semillas (INASE). “Si

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bien estos materiales no están a la venta, sí están bajo uso exclusivo de los socios de los convenios de vinculación tecnológica”, aclaró Soldini. Todos los materiales inscriptos se destacan por el tamaño del grano, el color amarillo del hilo, el contenido de proteína, las lipoxigenasas y el factor antinutricional, caracteres de importancia para el valor agregado biológico. “El tamaño de grano es un componente importante del rendimiento y, en términos de calidad, un mayor tamaño contribuye a una menor proporción del tegumento (cáscara), lo que se traduce directamente en una mayor concentración de proteína y de otros componentes de las harinas”, explicó.


El color amarillo del hilo es un elemento utilizado como diferenciador en la producción de granos con calidad diferencial, debido a que el color negro o castaño oscuro (propio de la soja commodity) afecta la calidad visual y repercute en el precio del producto. El factor antinutricional es muy importante debido a que limita el uso de la harina de soja como alimento, principalmente en animales monogástricos. “Las nuevas variedades limitan la expresión de los genes que provocan una disminución de la digestión y absorción, induce la hipersecreción de enzimas pancreáticas y provoca hipertrofia

e hiperplasia pancreática”, indicó el investigador del INTA. La búsqueda de acceso a nuevos mercados que priorizan la calidad diferencial de las materias primas y subproductos, es el camino que busca el grupo de mejoramiento de soja. Para eso, la estrategia que diseñaron se enfoca en la adecuación de la genética del cultivo. “El desarrollo de este tipo de soja permite diversificar la oferta de materia prima con valor diferencial, tanto para el mercado interno como externo”, puntualizó el investigador.

FUENTE https://www.engormix.com/MA-agricultura/soja/noticias/argentina-soja-inscriben-cinco-t27120/415-p0.htm?utm_ source=notification&utm_medium=email&utm_campaign=0-1-0&smId=32c2383d77a1de99e07480dd19a7ba22&src_ga=1

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GANADERÍA

¿Cómo controlar la deriva génica desde alfalfas OGMs a alfalfas convencionales? Desde el INTA plantean posibles soluciones ante la presencia de cultivos genéticamente modificados en lotes de semillas convencionales. Se denomina Organismo Genéticamente Modificado o Modificado Genéticamente (OGM u OMG) a aquel cuyo material genético fue alterado usando técnicas de ingeniería genética. La ingeniería genética permite modificar organismos mediante la introducción de un fragmento de ADN exógeno, sexualmente compatible o no. Todos los organismos en los que se ha introducido uno o varios genes en el genoma son OGMs, pero no en todos los OGMs se han introducido genes foráneos (no propios de la especie). El objetivo es ampliar o modificar la base genética de la especie mejorando su comportamiento o utilidad sin perder sus cualidades beneficiosas preexistentes.

Por: Odorizzi, D.; Basigalup, D. INTA Manfredi

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A nivel global existe una gran adopción de los cultivos biotecnológicos. Según el Consejo Argentino para la Información y Desarrollo de la Biotecnología (ArgenBio), en 2019, 17 millones de agricultores de 29 países sembraron cultivos, en los que se han introducido genes de otra especie, en 190,4 millones de hectáreas. Entre éstos se encuentran: soja, maíz, algodón, canola, remolacha azucarera y alfalfa con tolerancia

a herbicidas; maíz, algodón, berenjena y caña de azúcar resistentes a insectos (Bt); maíz, algodón y soja con tolerancia a herbicidas y resistencia a insectos combinadas. El 48% de las hectáreas sembradas con cultivos genéticamente modificados en el mundo en 2019 corresponden a soja, el 32% a maíz, el 14% a algodón y el 5% a canola. El 1% restante de la superficie sembrada con dichos cultivos en el mundo correspondió a variedades modificadas de alfalfa, remolacha azucarera, caña de azúcar, papaya, cártamo, papa, berenjena, calabacín amarillo, manzana, ananá, clavel y rosa. Argentina ocupa el tercer puesto en superficie sembrada con OGMs con 24 millones de hectáreas y principalmente de los cultivos de soja, maíz, algodón y alfalfa. Por lo mencionado anteriormente es evidente que los OGMs llegaron para quedarse y por lo tanto es importante desarrollar métodos de producción para cualquier mercado. Esto último hace referencia a aquellos mercados que acepten, que definan tolerancias o que rechacen a los OGMs. Por


tal motivo, ¿cómo pueden coexistir, sin anularse unos a los otros, diversos sistemas, tanto convencionales como OGMs? La respuesta está en el manejo, la tolerancia y las buenas prácticas. En Argentina y en alfalfa, existen eventos legales -desregulados- e ilegales que impactan tanto en la producción de semilla convencional (no OGM) como en la exportación de heno de alfalfa. Por tal motivo, es imprescindible generar estrategias de coexistencia para discriminar y proteger a las alfalfas convencionales de la presencia indeseada de alfalfas Genéticamente Modificadas (GM), tanto para producción de heno como de semillas. Desde 2013 se observa un incremento sostenido (mayor

demanda de proteína de origen animal) de las exportaciones de heno de alfalfa debido a economías emergentes del Oriente Lejano, con aumento de los ingresos y la consiguiente búsqueda de alimentos de mayor calidad y la imposibilidad de utilizar agua para riego en países árabes. Por lo mencionado, es importante atender a esa demanda creciente e insatisfecha. La coexistencia de los sistemas, entendida como, «la producción simultánea de cultivos convencionales, orgánicos, con identidad preservada y genéticamente modificados de acuerdo con las preferencias subyacentes de los consumidores y las elecciones de los agricultores“, según el USDA (2012), es posible y todo se reduce

a la tolerancia. La coexistencia en alfalfa es importante ya que a algunos agricultores o mercados no les gustan los OGM y otros en cambio prefieren OGMs. ¿Cuál es la tolerancia para un nivel bajo de un evento en heno convencional? Algunos dirán cero, como ciertos mercados sensibles, otros no demasiado sensibles «Garantía verbal de no OGM», algunos mercados (China) requieren no detección «No detectado» mediante PCR. En todos los casos es necesario proteger la producción nacional de semilla de alfalfa convencional (no OGM) para garantizar pureza genética y preservar mercados no OGM de heno y otros productos.

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Sí, se puede producir cero heno OGM, pero nadie puede garantizarlo ya que para asegurar “libre de OGM», cada gramo de material debería ser probado, sin dejar nada atrás, incluso problemas de laboratorio. «No OGM» es «no detectado» y debe definirse dentro de los límites de un método de muestreo y análisis o dentro de un protocolo definido, con un umbral de tolerancia. Por ende, la coexistencia de OGM y no OGM es definitivamente posible e importante para satisfacer la demanda del mercado. Los productores pueden producir heno no OGM incluso cerca del heno OGM o con presencia adventicia (que se desarrolla de forma extraña o fuera de su lugar habitual). Es importante definir los umbrales de tolerancia ya que la tolerancia cero no

es analítica ni prácticamente posible. Se debe utilizar una combinación de métodos de control de campo y pruebas para asegurar a los compradores el status de no OGM. Entonces, ¿qué estrategia adoptar? La respuesta sería: presencia adventicia o baja presencia entendida como una pequeña cantidad de evento no deseado en semillas o heno que puede ser importante o no según el productor o mercado. La presencia indeseada de GM en una población convencional de alfalfa se puede dar básicamente por dos fenómenos: flujo génico mediado por polen o flujo génico mediado por semillas. Se define como flujo génico al intercambio de genes entre dos poblaciones.

Flujo génico por intercambio de polen Para que esto ocurra, debe concretarse la formación de semilla proveniente de la fecundación cruzada (alogamia) y el subsecuente establecimiento de las plántulas originadas por esas semillas. En el caso particular de la alfalfa, el flujo génico a través del polen depende de la distancia de

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aislamiento entre las dos poblaciones (es decir entre la alfalfa GM y la convencional), la frecuencia génica, la sincronización de la floración entre las dos poblaciones, y la densidad y el tipo de polinizadores. Considerando los usos de la alfalfa (producción de semilla y producción de forraje, sea

la coexistencia de OGM y no OGM es definitivamente posible e importante para satisfacer la demanda del mercado.


heno o pastoreo) y la presencia de plantas de alfalfa asilvestradas (“alfalfa feral”), se podrían dar nueve combinaciones entre la población fuente de polen y la población receptora de polen: 1) de heno/pastoreo a heno/pastoreo; 2) de heno/pastoreo a semilla; 3) de heno/pastoreo a feral; 4) de semilla a heno/pastoreo; 5) de semilla a semilla; 6) de semilla a feral; 7) de feral a heno/pastoreo; 8) de feral a semilla; y 9) de feral a feral.

de germinar, establecerse y contribuir significativamente a la producción de heno. El caso de los lotes de alfalfa en pastoreo puede incrementar la probabilidad de intercambio génico dado que los pastoreos se hacen a principios de floración (≥ 1020%) o en estadios más avanzados (≥ 50%) para evitar el empaste. Además, el pastoreo normalmente no remueve toda la biomasa (eficiencias de uso del 50 al 75%).

En el trabajo titulado “Pollen-mediated Gene Flow in Alfalfa”, Van Deynze et al. (2008) hacen una consideración detallada de las probabilidades de ocurrencia del intercambio génico en las seis situaciones que involucran lotes de producción comercial (heno o semilla), que podrían resumirse así:

De semilla a heno: la situación tiene muchos puntos en común con la descripta anteriormente, aunque la presencia de plantas totalmente florecidas y la abundancia de polinizadores en un lote para semilla incrementan las probabilidades de ocurrencia. De todos modos, el manejo recomendado del esquema de cortes para heno (botón floral a inicios de floración) previene normalmente la formación de semilla en el lote para henificación.

De heno a heno: usualmente la probabilidad es muy baja porque deberían superarse una serie de barreras ambientales que incluyen el momento de corte (normalmente de botón floral a inicios de floración), la escasez de polinizadores, la remoción completa de la biomasa aérea (que previene la formación de semillas) y la remota posibilidad que tiene una semilla de alfalfa formada en un lote de producción de heno

De alfalfa feral a heno: nuevamente, las barreras mencionadas en el primer caso (heno a heno) aplican en su mayoría en esta situación. Sin embargo, la probabilidad de ocurrencia es aún menor debido a que las plantas ferales son normalmente muy RED DE INNOVADORES

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escasas y de baja producción de polen (en comparación con plantas bajo cultivo). De todos modos, el manejo oportuno de los cortes en la población para heno disminuye notoriamente el riesgo. Complementariamente, el corte (para evitar la sincronía de floración) o la eliminación de las plantas ferales es una práctica recomendada. De heno a semilla: en este caso la probabilidad es algo mayor que en los casos anteriores por factores como el grado y la duración de la floración, y la presencia de polinizadores en el lote para semilla. De todos modos, si el manejo de los cortes para heno y las normas de fiscalización de semilla se cumplen adecuadamente, la probabilidad de flujo génico es baja. Para disminuirla aún más, el uso de mayores distancias de aislamiento sería aconsejable. Por otro lado, la probabilidad de flujo génico se incrementaría en el caso de lotes para pastoreo. De feral a semilla: la probabilidad en este caso es muy baja, dependiendo de la ocurrencia, intensidad y duración de la floración en plantas ferales; de su sincronía con el lote de producción de semilla; de la distancia de aislamiento; y del tipo de polinizadores presentes. Normalmente, fuera de los lotes irrigados, la cantidad de plantas ferales de alfalfa es muy escasa.

De semilla a semilla: es el escenario de mayor posibilidad de intercambio génico entre las dos poblaciones de alfalfa, dado que el manejo de los lotes está destinado a generar las máximas condiciones de polinización para la mayor producción de semilla posible. En este contexto, habrá sincronía de floración entre los dos lotes, abundante presencia de polinizadores y muy alta cantidad de semillas maduras. Por eso, para mitigar este natural flujo génico, se establecen en los regímenes de fiscalización las distancias mínimas de aislamiento que se deben observar a fin de mantener la pureza varietal. Para el caso de las alfalfas convencionales, las distancias establecidas (que en Argentina son 200 m para semilla básica, 100 m para primera multiplicación y 50 m para segunda multiplicación) se consideran suficientes para preservar la pureza genética dentro de parámetros razonables. No obstante, atendiendo a que las distancias de vuelo de los agentes polinizadores son significativamente distintas, esas distancias deberían revisarse. En el caso de la “abeja cortadora de hojas” (Megachile rotundata) se ha detectado flujo génico hasta una distancia cercana a los 600 m. Por el contrario, en el caso de la “abeja melífera” (Apis mellifera), se detectó que el flujo génico, si bien en muy baja proporción, es posible hasta una distancia cercana a los 5 km.

Flujo génico mediado por semillas Existen tres potenciales vías para generar flujo génico a través de semillas de alfalfa: 1) mezcla de lotes de semilla genéticamente modificada y convencional durante la cosecha de lotes, el proceso de limpieza y clasificación y/o el proceso de pelleteo (pildorado); 2) el establecimiento de plantas genéticamente modificadas voluntarias, provenientes del banco de semillas, en un lote de producción de semilla de alfalfa convencional que anteriormente haya sido usado con alfalfa GM; y 3) dispersión por animales que hayan pastoreado un lote de alfalfas GM con presencia de semillas maduras. De los tres casos anteriores, el primero es el de mayor probabilidad de ocurrencia. Por lo tanto, una cuidadosa limpieza de la

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cosechadora y un riguroso control del sistema de procesamiento de semilla en todo momento, a fin de prevenir mezclas y/o detectar presencia adventicia de organismos genéticamente modificados, son elementos fundamentales para prevenir problemas. Por otro lado, la implantación de lotes de multiplicación de semillas convencionales debería hacerse con semilla que haya sido analizada y en la que no se haya detectado la presencia adventicia de semilla genéticamente modificada. Una completa descripción de todos estos procedimientos se ofrece en “Best Management Practices for Adventitious Presence-Sensitive Alfalfa Seed Production” (2015).


A fin de evitar la presencia indeseada de semilla genéticamente modificada en lotes de semilla convencionales, se sugieren las siguientes medidas a tener en cuenta: Para la implantación de lotes convencionales, usar semilla de variedades en las que no se haya detectado presencia de GM. Sembrar en lotes que no hayan tenido alfalfa (particularmente GM) al menos en las tres campañas anteriores. Cuidadosa limpieza de la maquinaria de siembra. Utilizar mayores distancias de aislamiento entre diferentes tipos de variedades (GM y convencionales). Esto está relacionado con el tipo de polinizador predominante. Usar polinizadores de menor radio de vuelo, particularmente megachiles.

Cosechar en forma diferente los bordes (más susceptibles de contaminación con polen que los sectores centrales). Coordinar con los vecinos para que no utilicen variedades GM. Relacionado con el punto anterior, otra posibilidad es declarar zonas “libres de GM” para la multiplicación de semillas convencionales. Se sugiere consultar “Grower Opportunity Zones for Seed Production” (2015). Limpieza cuidadosa de toda la maquinaria de cosecha de semillas antes de entrar a los lotes. Monitoreo de cada lote de semilla que entra a la planta de procesamiento para la detección de presencia de GM. Control permanente de todo el proceso de limpieza y clasificación de semilla.

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En función de todo lo anterior y como punto de partida para diagramar posibles soluciones al problema de la presencia adventicia de GM en lotes de semilla convencionales, se sugiere considerar las siguientes medidas: Conformar un paquete tecnológico de “buenas prácticas” para la producción de semilla convencional, incorporando los conceptos anteriormente enumerados (usar semilla con presencia de GM no detectada, limpieza de maquinaria de siembra y cosecha, lotes sin antecedentes de GM en los últimos tres años, limpieza, coordinación con vecinos que puedan usar tecnología GM aprobada, etc.) Definir protocolos de muestreo y método/s de análisis para determinar presencia de genes modificados. Complementando lo anterior, establecer una red de laboratorios homologados para la detección de genes modificados. Atentos a la dificultad práctica de generar partidas de semilla totalmente libres

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de presencia adventicia (PA) de GM, se sugiere definir tolerancias de PA en lotes de semillas convencionales en toda la semilla comercial de categorías registrada y certificada, y 0% para la implantación de lotes semilleros. Obviamente, y a semejanza del mercado internacional de heno de alfalfa, estas tolerancias podrán ser más o menos exigentes de acuerdo al destino de la producción. Si se trata de abastecer a mercados muy sensibles a la PA, los lotes de semilla deberán ser declarados de “presencia no detectada” (no “libres de” porque esa es un requisito imposible de cumplir en la práctica, dado que supondría analizar –y destruir- cada semilla individual). Para mercados menos exigentes, o que acepten la presencia de GM, esas tolerancias podrían ser más laxas. Para más información, se sugiere consultar Putnam et al. (2016). Ampliar las distancias de aislamiento para disminuir significativamente las probabilidades de presencia de polen proveniente de lotes GM que pudieran estar en las cercanías de los lotes semilleros convencionales. Esto también está en función del tipo de polinizadores que se empleen,


teniendo en cuenta los diferentes radios de vuelo de la abeja melífera (hasta unos 5 km) o del “megachile” (hasta unos 600 m). Ante la dificultad práctica de fijar aislamientos de ≥ 5 Km, se sugieren –en principio- distancias de alrededor 2,5 km para abejas melíferas y de 600 m para megachiles. También podría impactar el valor de tolerancia de PA que se adopte, dado que para tolerancias mayores los aislamientos podrían ser menores y viceversa. Regular la obligatoriedad de que las plantas de pelleteo de semilla de alfalfa exijan una certificación de presencia de GM no detectada para cada partida de semilla que ingresa o que, en caso de aceptarse los niveles de tolerancia de PA, se atengan a esos valores.

Avalar el levantamiento de la prohibición de importar Megachile rotundata a fin de favorecer no sólo el uso de menores distancias de aislamiento, sino también para aumentar los rendimientos de semilla de producción nacional, ya que esta especie es 10 a 20 veces más eficiente en el desenlace y la fecundación de flores que la abeja melífera. Promover el análisis de declaración de zonas “libres de GM” para disminuir drásticamente las probabilidades de deriva génica. Atentos a la concentración de superficie dedicada a la multiplicación de semilla de alfalfa, una opción para este tipo de declaración podría ser el Valle Bonaerense del Río Colorado (VBRC-zona CORFO), que posee alrededor de 7.000 ha de lotes semilleros de alfalfa.

Promover la discusión intersectorial de todos estos temas con otros organismos o instituciones pertinentes del ámbito público (SENASA, INTA, Dirección de Biotecnología y otras dependencias pertinentes de la Secretaría Agroindustria) y privado (CSBC, Asociaciones de Productores, y otras) y gobiernos provinciales.

Por otro lado, considerando que el VBRC tiene una importante producción de miel, la declaración de zona libre de GM podría también favorecer la exportación de los productos derivados de esta actividad. Obviamente, la declaración de “zona libre” debe tratarse a nivel de gobiernos provinciales y de los productores interesados. Existen antecedentes semejantes para este tipo de situaciones, como las normativas nacionales para la preservación de color de catáfila en cebolla y para la generación de papa semilla libre de virus.

FUENTE www.todoalfalfa.com.ar/como-controlar-la-deriva-genica-desde-alfalfas-ogms-aalfalfas-convencionales/

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GANADERÍA

Ingredientes para lograr dietas uniformes El beneficio de una dieta bien mezclada paga el costo del esfuerzo extra por implementar el correcto orden de los ingredientes. Algunas recomendaciones a tener en cuenta.

Junto con la lectura de comederos, quizás la actividad más importante de un feedlot como operativa diaria sea la de preparar dietas sin errores de carga de ingredientes y correctamente mezcladas, ya sea dentro de un día o todos los días. Aquellos productores que lo logren van a mejorar la conversión alimentaria y reducir los riesgos de problemas digestivos (acidosis).

Por: Guiroy, P.¹; Colombatto, D.² ¹ Director de Tecnologías Bovinos de Carne, Provimi Argentina. ² Profesor Asociado FAUBA, Investigador Adjunto INPA-CONICET. Consultor en Ganadería de Carne.

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Partiendo de una misma dieta, la composición que reciba el corral 1 debe ser igual a la composición de la dieta que reciba el corral 2, y así sucesivamente. Esto requiere un equipamiento en buen estado, por lo que es fundamental que periódicamente se chequee la condición del mixer (evitando desgastes excesivos) y una buena precisión de las balanzas.


Otro aspecto importante y que muchas veces se descuida, es el orden de carga de los ingredientes al mixer. Resulta imposible lograr dietas consistentes sin un orden de carga adecuada para los ingredientes utilizados, pudiendo variar de feedlot a feedlot. Lamentablemente, muchas veces el orden de carga está dictado por la conveniencia práctica de agregar un ingrediente primero y otro después, dependiendo de la localización de cada uno en el patio de comida y/o el recorrido del mixer. Pero esta es justamente un área para mejorar porque el beneficio de una dieta bien mezclada paga el costo del esfuerzo extra por implementar el correcto orden de los ingredientes. Por lo tanto, el diseño de los patios de comida debe prepararse en forma funcional, pen-

sando siempre en el mínimo movimiento de tractores y mixers posible. Los ingredientes en una dieta varían en su porcentaje de inclusión, pero también en tamaño y forma de partícula, densidad, porcentaje de humedad, adherencia, etc. Todas estas características ayudan a entender y definir cuál es el mejor orden de carga para lograr dietas uniformes en el comedero. A continuación, se enumeran algunos puntos a tener en cuenta:

El beneficio de una dieta bien mezclada paga el costo del esfuerzo extra por implementar el correcto orden de los ingredientes.

Ingredientes con tamaños y densidades similares tienden a mezclarse fácil y rápidamente. Por ejemplo, los granos molidos/quebrados tienen densidades que se asemejan más a las harinas olea-

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ginosas, pellets pequeños o premezclas en harina, que a los silos y subproductos húmedos. Por lo tanto, los ingredientes finos y secos se deben agregar juntos y mezclar antes de agregar los alimentos húmedos. Los henos son de muy baja densidad y por eso se deben agregar primero en el orden de carga. Si se los agrega últimos, por tener baja densidad, quedarían en la parte superior del mixer (como si flotaran). Agregar los productos de baja inclusión al medio del orden de carga para permitir que se vayan mezclando con otros ingredientes desde el comienzo y así lograr una distribución completa en la dieta. Esto puede ser un cambio de paradigma para muchos productores que agregan, por ejemplo, la premezcla o suplementos vitamínicos/minerales (más

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urea) como último ingrediente. El riesgo de una distribución espacial inadecuada de micro ingredientes críticos en la dieta es grande y puede minimizarse siguiendo estos consejos. La inclusión de subproductos con alto contenido de humedad (burlanda húmeda, gluten húmedo, vinaza, melaza, etc.) dificultan el logro de dietas uniformes en comparación con dietas de ingredientes secos (aunque a la vista parezca lo contrario). De hecho si estos subproductos son altos en grasa (burlanda, vinaza) u otros componentes que causan "pegajosidad", pueden provocar el secuestro de micro ingredientes limitando su mezclado con el resto de la dieta. Por lo tanto, es mejor ponerlos en último lugar para permitir que el resto de los otros ingredientes de la dieta se hayan mezclado antes.


Aunque el orden de carga ideal para un feedlot se tiene que determinar caso por caso, en general para una dieta de terminación se podría hacer de la siguiente manera:

1 Si se usan henos, agregarlos primero.

5 Silaje de maíz u otros silajes.

2 Granos procesados.

6 Subproductos húmedos.

3 Suplemento seco (premezcla mineral en harina o en pellet).

7 Líquidos (vinaza, melaza) si los hubiera.

Subproductos secos (expeller de soja, pellet de girasol, 4 cascarilla de soja, afrecho de trigo, etc). Dejar mezclar de 1 a 3 minutos.

Dejar mezclar durante el tiempo especificado para el tipo de 8 mixer. Generalmente no menos de 8 minutos e incluso más si se usan subproductos húmedos o líquidos.

La razón por la cual el grano y el suplemento se agregan al comienzo es porque tienen un tamaño de partículas y densidades similares. En consecuencia, el suplemento se distribuirá rápidamente a través del grano. Esta mayor dilución del suplemento antes de la adición de ingredientes húmedos mejorará la distribución espacial de los micro ingredientes en la dieta completa. Por último, hay que recordar que los mixers no se deben sobrecargar y funcionan mejor si se llenan a no más del 75% de su capacidad nominal. Si se sobrepasa demasiado esta medida, el mezclado será deficiente. Tal como sucede cuando se llena demasiado un bowl con ensalada, es poco

probable lograr un mezclado eficiente. Los feedlots deben trabajar con sus nutricionistas para que los ayuden a monitorear y medir la uniformidad de la mezcla, que va más allá de una evaluación visual. A modo de conclusión, cargar un mixer no es meramente adicionar ingredientes y mezclarlos por varios minutos. Hay premisas básicas que, de ser respetadas, aseguran que la dieta formulada por el nutricionista sea la misma que los animales reciben y consumen en todos los corrales, permitiendo entonces transformar los nutrientes en kilogramos de carne o litros de leche en forma eficiente.

FUENTE https://www.engormix.com/ganaderia-carne/articulos/orden-carga-ingredientes-dietas-t47085.htm

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BIOECONOMÍA

Cambios en el consumo generan nuevas tendencias en los mercados de alimentos y bioproductos La agroindustria y la bioeconomía argentina tienen una oportunidad sin precedentes. ¿Qué buscan ahora los consumidores? ¿Cómo podemos satisfacerlos?

Por: Mansilla, M. GTD Chacra de Valor Agregado en Origen

La Chacra de Valor Agregado en Origen se conformó a raíz del interés de un grupo de socios de Aapresid para buscar alternativas que les permitan mejorar la rentabilidad de sus empresas, diversificar riesgos y contribuir al desarrollo sustentable. Las posibilidades de generar productos y servicios a partir de las materias primas son muchas, pero de ahí a que un proyecto pueda ser viable y competitivo hay una larga distancia. Un punto clave en cualquier negocio que emprendamos es conocer los mercados, los diferentes nichos de consumidores y las tendencias. El concepto de valor tiene que ver

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con lo que está dispuesto a pagar un cliente por un producto en función de la percepción que tiene acerca de él y los beneficios que le brinda. Por lo que, si no conocemos cuáles son sus necesidades y los aspectos que valora, es muy difícil generar valor en una empresa. Es por ello que desde la Chacra trabajamos en un taller para analizar y discutir las nuevas tendencias en el consumo. La globalización, internet y el desarrollo de nuevas tecnologías en los últimos años cambiaron rotundamente nuestras vidas, y la forma de hacer negocios no es la excepción. Vivimos en tiempos donde, las empresas ya


no deciden qué producir. Pero si las empresas no lo deciden, entonces, ¿quién lo hace? La respuesta es simple, EL CONSUMIDOR. El acceso a la información de manera masiva y pública, así como la posibilidad de poder expresarse y compartir con otros usuarios a través de diferentes medios sus experiencias de compra, sus gustos, sus valores, les dieron herramientas a los consumidores, los empoderaron, y son ellos los que traccionan la demanda y a quiénes debemos analizar para satisfacerlos si queremos tener éxito en cualquier proyecto que emprendamos.

Características del nuevo consumidor Este consumidor súper informado, tiene acceso en tiempo real a todo tipo de consultas a través de su dispositivo móvil y puede elegir entre cientos de opciones de un mismo producto. Es crítico, exigente, quiere respuestas de forma rápida y práctica. Cada día está más abierto a usar nuevas tecnologías, especialmente post pandemia, compra más cosas de manera virtual y usa menos dinero en efectivo. Este consumidor también es cada vez más consciente de su responsabilidad como tal y comienza a valorar las empresas confiables por la calidad de sus productos, transparentes por la información que brinda acerca de cómo fueron producidos, y responsables con los derechos humanos, con el medio ambiente, con los animales y con el desarrollo local. Por último, con tanta información y millones de opciones, están abiertos a probar nuevas experiencias y quieren productos personalizados que respeten sus gustos y valores.

Por todo esto, podemos concluir, que no solo importa lo tangible de un producto, sino también todo lo intangible que viene con él. Según GlobalData, “el 60% de los consumidores están centrados en la experiencia de compra y no en el producto. Como tal, vivimos en una economía de experiencias donde el valor de los alimentos y bebidas incluye algo más que el sabor. Cualidades como la textura y el aroma se han dejado a veces aparcados y llega el momento de innovar en ello”. En relación a esto, un estudio de IBM (Haller et al., 2020), realizado en consumidores de 26 países de los 5 continentes, muestra estadísticas contundentes: El 81% valora la confianza de la marca (información, transparencia, calidad, trazabilidad, responsabilidad social y ambiental). Los consumidores de todas las edades o ingresos están dispuestos a pagar primas mucho más altas por productos alineados con sus valores personales.

El 70% de estos compradores pagaría un 35% más para compras sostenibles, como productos reciclados o ecológicos. El 57% de ellos incluso está dispuesto a cambiar sus hábitos de compra para ayudar a reducir el impacto ambiental negativo. El 79% declara que es importante que las marcas brinden autenticidad garantizada, como certificaciones y transparencia total, dispuestos a pagar por ello un 37% más de dinero. Muchos de estos cambios de hábitos generan fuertes tendencias en los mercados globales, en especial en los de alimentos y bioproductos que se pueden generar en reemplazo de productos derivados del petróleo o de síntesis química que atentan sobre la salud y el medioambiente. Esto significa una oportunidad sin precedentes para la agroindustria y la bioeconomía argentina.

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a) Tendencias en los mercados alimentarios 1) La salud y la alimentación van de la mano

Hay una conciencia muy fuerte de los beneficios que trae a la salud una dieta equilibrada y nutritiva. Se comen menos hidratos de carbono y grasas, y aumenta la demanda de proteínas, vitaminas y fibras. En lo que respecta a las proteínas, en Oriente el consumo seguirá aumentando principalmente de carne de cerdo, pollo y vaca. En Occidente, comienza a bajar levemente el consumo de éstas al reemplazarse por proteínas de origen vegetal como las legumbres y semillas. También, comienza a demandarse cada vez más y a mayores valores, aquellos alimentos y/o componentes que aporten beneficios específicos a la salud física y mental, en la reducción del riesgo de enfermedades crónico-degenerativas, en las funciones nutricionales básicas, metabólicas o fisiológicas. Son los llamados alimentos funcionales y nutracéuticos. Podemos observar el incremento de productos que tienen altos conte-

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nidos de una proteína, un mineral, en fibras o alguna molécula esencial, que ayudan a prevenir o tratar una enfermedad. Por otra parte, se habla de “superalimentos” (como término “marketinero”, ya que de forma oficial no están reconocidos como tal), a productos como las semillas de cáñamo, chía, quínoa, sésamo, arándanos, paltas, almendras, granada, kale, hierba de trigo, maíz morado, coles, entre otras que podemos producir en Argentina. Se piensa en sustitutivos del azúcar a base de frutas y verduras. Aparte de las alternativas como stevia, miel y jarabes de plantas, se pueden generar sabores dulces con almíbar de frutas y almidones. Swerve, por ejemplo, es un sustituto no glucémico y 0 calorías del azúcar, que combina el eritritol con ingredientes de frutas y hortalizas para producir un edulcorante.

Las marcas están apuntando a la próxima generación con productos más originales, ampliando la oferta más allá de alimentos tradicionales con ingredientes más saludables.


Las marcas están apuntando a la próxima generación con productos más originales, ampliando la oferta más allá de alimentos tradicionales con ingredientes más saludables. Apuestan por snacks más nutritivos como frutas deshidratadas, alimentos fermentados, con un poco de picante o con sabor umami (delicioso, de regusto prolongado), uso de harinas alternativas, etc. Pero la mayor de las preocupaciones del consumidor es la seguridad de que lo que come sea inocuo y seguro. Según la FAO

(FERG. 2015), cada año en el mundo se enferman 600 millones de personas -casi 1 de cada 10 habitantes- por ingerir alimentos en mal estado y alrededor de 420.000 mueren por esta causa. Es por ello que se valora muchísimo la calidad de las materias primas y los procesos, pudiéndose certificar, para conocer su origen y el camino recorrido hasta llegar a sus manos, o lo que llamamos trazabilidad. Sin ella no se puede acceder a muchos mercados ni obtener diferenciales de precio, al igual que pasa con muchas certificaciones.

2) Dietas especiales En los últimos años se dio una gran proliferación de productos sin TACC, libres de gluten, grasas, alérgenos u otros componentes. También se desarrollan segmentos de mercados para un público determinado como los adultos mayores, niños, deportistas, entre otros, con nutrientes específicos según los requerimientos de cada nicho. Pero sin duda lo que está revolucionando el mercado de los alimentos es la fuerte tendencia al vegetarianismo y veganismo. Las causas son variadas: la sensibilidad que genera en algunas personas el consumo de productos de origen animal, por el impacto ambiental que estos pueden generar, por gusto, moda, etc. La proteína vegetal se ha convertido en una de las más buscadas. Se espera que su demanda crezca en un 43% en 2030, casi tres veces más que el crecimiento estimado de la proteína animal. Un informe de la Comisión Europea (2018) señala que el mercado de alimentos para proteínas vegetales está experimentando un crecimiento de dos dígitos, impulsado por la demanda de alternativas a la carne y a los lácteos. Se estima que su mercado pasará de 18.500 millones de dólares en 2019 a 40.600 millones de dólares para 2025, según datos de la plataforma de investigación de mercado MarketsandMarkets (2020).

Además, y a diferencia de lo que se cree, en la actualidad no son únicamente los vegetarianos y los veganos quienes buscan alimentos realizados con proteínas vegetales. El 86% de las personas que compran productos con este componente comen carne. Esto demuestra que, lejos de ser consumidas únicamente por un nicho, las proteínas vegetales atraen a un grupo cada vez más amplio de compradores. El mercado incluso resulta atractivo para las empresas cárnicas que no quieren quedarse fuera del juego. Estas incluyen a multinacionales como Tyson Foods, Cargill y Campofrío que ya ofrecen productos alternativos a la carne. Otras compañías como Nestlé y Unilever también han lanzado productos veganos. Burger King revolucionó cuando lanzó la “Impossible Burguer”, una hamburguesa idéntica a una de carne pero hecha 100% a partir de plantas. El éxito fue tal, que a su competencia McDonald 's no le quedó otra alternativa que anunciar la suya a partir de este 2021. En Rosario la empresa local Frizata hizo su propio lanzamiento.

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Por último, una ola abstemia, sobre todo entre los más jóvenes, obliga a repensar el portafolio de bebidas sin alcohol. En el mundo crece el mercado de las aguas saborizadas, las bebidas energizantes y otro tipo de infusiones a base de frutas y hierbas, ya sean frías o calientes.

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3) Comer y algo más: una experiencia Como mencionamos antes, no sólo importa el producto en sí sino los atributos que vienen con él, los valores que persiguen y los servicios que brinda. Así observamos, en diversos estudios, cómo crece año tras año la demanda de alimentos orgánicos, muy por encima de lo que lo hacen los alimentos convencionales. A su vez comienzan a valorizarse aquellos productos que fueron producidos cuidando el planeta, o que respetan el bienestar animal, o están libres de antibióticos. También, se aprecian los aspectos sociales, como el comercio justo, las empresas responsables socialmente y que agregan valor a las comunidades. La mesa familiar también está sufriendo transformaciones. Por un lado, se reducen los tiempos en que todos los miembros del hogar se sientan a la mesa, muchos incluso viven solos y hacen varias de sus comidas fuera de su casa. Esta situación genera la necesidad de no solo alimentarse, sino que además el alimento llegue hasta el cliente de manera fácil y rápida, por lo que una enorme cantidad de personas optan por comidas listas, semi preparadas o pre cocidas donde sólo hay que calentar o cocinar unos minutos. El crecimiento de franquicias como Frioteka o Frizata así lo evidencian. Y el delivery alcanza un nuevo nivel a través de las nuevas aplicaciones del celular como Pedidos Ya, Rappi o algunas empresas que desarrollan sus propios envíos a domicilio. Se compra por internet y se paga con tarjetas y billeteras virtuales. Esto a su vez permite potenciar un negocio, pudiendo llegar a miles de clientes, sin necesidad de tener grandes estructuras y pudiendo prescindir de una distribución propia, sistemas de cobranzas y otros servicios. Otro punto, fruto de la globalización e internet, es cómo se empiezan a popularizar las comidas étnicas como la comida mexicana, japonesa, peruana, entre otras y cada vez son más los consumidores que comienzan a probar nuevas comidas. Tacos y burritos, sushi, sopas, hamburguesas caseras, falafel, hummus, risotto, paella, pastas y panes típi-

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cos, chop suey, tamales, fondue, entre tantos otros, abren la oportunidad de mercado a cientos de ingredientes que podemos producir en el país. Salir a comer afuera y el turismo gastronómico no son nuevos, pero los consumidores cada vez lo ponderan más. Hay claros ejemplos de cómo aprovechar los productos locales creando valor en los diferentes eslabones de la cadena como la del vino en Mendoza, las truchas en Bariloche, el cordero en la Patagonia o los quesos y salames criollos de Tandil.

No sólo importa el producto en sí sino los atributos que vienen con él, los valores que persiguen y los servicios que brinda.


b) Tendencias en los mercados de bioproductos Así como mencionamos muchos cambios en la demanda de alimento por cuestiones ambientales y de salud, el resto de los sectores de la economía no son la excepción. Descarbonizar la economía, reemplazar productos derivados del petróleo y compuestos de síntesis química por productos naturales, renovables y/o amigables con el ambiente es una tendencia general. Construcción: La construcción sostenible y de baja demanda energética es el

concepto de moda que tiene a la madera y al bambú como principales estrellas, como forma de secuestrar carbono y por las importantes propiedades térmicas que poseen. Según las estimaciones de FAO (2009), la demanda mundial de madera se va a incrementar significativamente en el futuro próximo. El rollo industrial crecería un 45%, de 2005 a 2030, mientras que la producción bioenergética aumentaría casi un 50%. Un caso a destacar es el bambú. Hay edificios construidos con él, andamios

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más resistentes que el acero, cañerías, durmientes de ferrocarril, pisos, techos, cubiertas de barcos. Plazas y jardines se ornamentan con bambú, que permanece verde todo el año con poco mantenimiento. La industria mundial del bambú genera 12 millones de empleos y comercializa US$70.000 millones al año. Industria textil: La demanda de mezclas de fibras naturales aumenta, como las fibras de yute, cáñamo, lino y otras fibras naturales que pueden mezclarse con el algodón, así como el uso de materiales biodegradables y biopolímeros. Turismo: Después de la pandemia, los viajeros a nivel mundial preferirán un turismo sostenible (34,6%), con inmersión natural (29,3%) y de experiencias locales auténticas (52,0%). Los Centennials o Generación Z son el grupo de consumidores más activos en este ámbito. Captify revela que “eco” es el atributo más importante al reservar un viaje. La búsqueda de opciones ecológicas de viaje aumenta un 144% en 2019, en comparación con el año anterior y post pandemia se incrementa aún más. El turismo rural y de naturaleza en Argentina comienza a despegar.

Energía: Otra tendencia es el aumento en el uso de energías limpias, entre ellas las provenientes de la biomasa. En el caso de los biocombustibles se prevé un aumento del 15% de 2016-2026 con aumentos de precios. Farmacéutica y cosmética: El mercado de los productos de higiene personal orgánicos facturó 8.23 billones de dólares en 2013 y, según el informe de mercado de Grand View Research, en 2020 alcanzó los 15.98 billones de dólares. Los extractos naturales ganan terreno año a año frente a los fármacos de síntesis química. Packaging: El concepto que prima es la reducción del mismo, incluso en algunos casos a cero, y la reducción de polímeros derivados del petróleo. El papel, el cartón, los bioplásticos y otros materiales biodegradables ganan terreno. Bonos verdes, empleos y servicios verdes: este tipo de iniciativas suman adhesiones, incentivos, beneficios fiscales, fondos de inversión a nivel global.

Oportunidades para capturar valor Todos estos mercados se encuentran en expansión por el crecimiento poblacional pero también por el crecimiento de la clase media global, y varios de esos mercados incluso hoy ya se encuentran insatisfechos. Como la demanda excederá la oferta, es lógico pensar que los valores de estos nichos continuarán incrementándose y la brecha de precios entre productos convencionales y diferenciados será mayor. Las empresas

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que mejor entiendan las necesidades de los consumidores y las que estén en eslabones más próximos a ellos son las que tendrán mayores posibilidades de capturar valor. Estos mercados descritos tienen algo en común: demandan productos cuyas materias primas se pueden producir en nuestros suelos de forma muy competitiva, contribuyendo a diversificar la matriz productiva y


a pasar del negocio de los commodities al negocio de productos más especializados, de mayor valor, permitiéndonos avanzar en diferentes eslabones de la cadena e integrarnos con otros sectores. Por ello, representa para nuestra bioeconomía una oportunidad sin precedentes, en especial para la agroindustria. En primer lugar, porque solo 10 países van a tener excesos de materias primas en los próximos años: Australia, Nueva Zelanda, Canadá, Estados Unidos, Rusia, Ucrania y los 4 países del Mercosur. Pero además, los argentinos tenemos algunas ventajas sobre ellos. Los dos primeros no van a poder seguir incrementando su producción por limitantes ambientales, frente a los norteamericanos podemos

producir a menores costos y frente al resto tenemos mayor diversidad de ambientes y mayor tecnología. Además, lo podemos hacer de forma sostenible y eficiente. Ahora bien, necesitamos transformar esto en ventajas competitivas, diversificando, trazando, certificando, procesando, adaptando, agregando conocimiento y servicios, mejorando la calidad del producto y de los procesos, innovando. Y para ello, necesitamos crear equipos interdisciplinarios y alianzas estratégicas. Sobre estos temas continuaremos profundizando con la Chacra de Valor Agregado en Origen, lo importante aquí es dimensionar por dónde pasan las enormes oportunidades que tenemos y entender a lo que le da valor el mercado.

BIBLIOGRAFÍA • Haller K, Lee J, Cheung J. 2020. Meet the 2020 consumers driving change, IBM. EEUU • https://www.ibm.com/downloads/cas/EXK4XKX8 • Grupo de Referencia sobre Epidemiología de la Carga de Morbilidad de Transmisión Alimentaria (FERG). Estimaciones de la OMS sobre la carga mundial de enfermedades de transmisión alimentaria. OMS, Grupo de Referencia sobre Epidemiología de la Carga de Morbilidad de Transmisión Alimentaria (FERG). https://www.who.int/foodsafety/publications/foodborne_disease/ fergreport/es/ • 2018. INFORME DE LA COMISIÓN AL CONSEJO Y AL PARLAMENTO EUROPEO sobre el desarrollo de proteínas vegetales en la Unión Europea. https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/?uri=CELEX%3A52018DC0757 • World Health Organization. 2015. WHO estimates of the global burden of foodborne diseases: foodborne disease burden epidemiology reference group 2007-2015. • MarketsandMarkets. Informe Agosto 2020. Mercado de proteína vegetal texturizada por aplicación (alternativas a la carne, cereales y bocadillos, otros), forma, fuente (soja, trigo y guisantes), tipo (rebanadas, copos, trozos y gránulos) y región: pronóstico global para 2025 • https://www.marketsandmarkets.com/Market-Reports/textured-vegetable-protein-market-264440297.html • Deloitte. Enero, 2020. Estudios seriales del "Futuro del consumidor" II Introspección del consumidor basada en big data. • https://www2.deloitte.com/content/dam/Deloitte/cr/Documents/consumer-business/estudios/deloitte-big-data-insights-delconsumidor.pdf

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BIOECONOMÍA

La soja y otro paso adelante en la química verde Un consorcio de empresas finlandesas se embarcó en un novedoso proyecto para construir la primera planta que convertirá melazas de soja en bioplásticos compostables.

Cuatro empresas finlandesas se unieron para desarrollar el primer proceso en el mundo que permite producir bioplástico compostable a partir de residuos del procesamiento de soja. Para ello, se construirá una planta de biopolímeros en la que se pondrá a prueba la producción de bioplásticos a escala industrial. Mediante técnicas de biotecnología industrial, la instalación piloto convertirá las melazas de soja, que no son aptas para alimentación, en ácido láctico. A partir de allí, este se puede polimerizar en ácido poliláctico (PLA). De esta manera, se obtiene un bioplástico compostable que tiene múltiples aplicaciones médicas y es ideal para la fabricación envases y filamentos de impresión 3D.

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“Este proceso se logró desarrollar a partir de un trabajo colaborativo y es la primera vez en el mundo que se logra producir un polímero de ácido láctico ecológico a partir de los residuos de la industria sojera. De esta manera, podemos ofrecer una alternativa sostenible al ácido poliláctico a base de azúcar y maíz”, dijo Henri Nieminen, director ejecutivo de Finnfoam, una de las empresas que integran el consorcio. Los otros socios del proyecto son Brightplus, el Centro de Investigación Técnica de Finlandia VTT y Nordic Soya. La planta piloto será instalada en la localidad de Uusikaupunki, donde Nordic Soya opera la planta de procesamiento de concentrado de proteína de soja más grande de la Unión

Europea, con una capacidad instalada de 240.000 toneladas al año. La construcción está prevista para 2021-2022 y, una vez en marcha, Finnfoam utilizará el PLA para producir aislamiento térmico para edificios. La tecnología que desarrolló el consorcio consiste en fermentar la melaza de soja utilizando una cepa de levadura genéticamente modificada; y el ácido láctico resultante se separa del caldo de fermentación mediante cromatografía. Los socios dijeron que los residuos globales de la producción de soja podrían producir 22 millones de toneladas anuales de bioplástico.

tecnología industrial y es también un triunfo en la conversión de un residuo industrial en un producto con mayor valor agregado, usando microbios. La iniciativa implicó esfuerzos significativos en tecnología en varias etapas del proceso. Desde VTT, aportamos nuestra experiencia en biología sintética, en la modificación de microbios y en la optimización de bioprocesos”, contó Tiina Nakari-Setälä, vicepresidenta de estrategia e inteligencia empresarial de VTT. Sin dudas, se trata de un gran avance tecnológico en pos de reconvertir aquellos residuos industriales que no son aptos para alimentación pero que sirven para producir bio-productos con alto valor agregado.

“Este proyecto es un excelente ejemplo de lo que puede lograr la experiencia en bio-

FUENTE https://www.bioeconomia.info/2021/04/14/la-soja-y-otro-paso-adelante-en-la-quimica-verde/

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BIOECONOMÍA

Diversificar, agregar valor y ‘circularizar’ la economía en el agro: el caso de Mikito y Conasa SA Dos empresas cordobesas que apostaron por la certificación ASC y ahora van por la medición de la Huella de Carbono para lograr una producción ‘C positiva’.

Mikito y Conasa SA son dos firmas agropecuarias que pertenecen a una misma administración y que apuestan a diversificar, agregar valor y ‘circularizar’ su economía. Sus dos establecimientos, Callerio y Las Peñas, están en pleno centro cordobés, en Las Varillas y Berrotarán. Hacen agricultura de base maíz, soja, trigo y megafardos de alfalfa. Callerio cuenta además con la cabaña ‘La Caterina’ de Aberdeen Angus y en Las Peñas se realiza cría de 1400 madres Aberdeen Angus, mayormente en las sierras. También tienen un feedlot que produce 4.000 cabezas/año.

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Agregado de valor y economía circular En el campo Las Peñas, la firma tiene su propia mini-destilería donde elaboran, por un lado, bioetanol, y por otro, alimento animal como burlanda y vinaza. La capacidad de procesamiento es de 14.000 toneladas de maíz y puede producir 5.5 millones de litros de etanol al año. Según nos cuenta Eugenia Bonillo, directora Agropecuaria de ambas firmas, “la destilería es una forma de agregar valor en origen para una empresa que se encuentra casi a 500 km del puerto. Nos permite transformar el maíz, obtener una rentabilidad extra y agregar valor al negocio ganadero. La burlanda y la vinaza se consumen en el feedlot y como suplemento del rodeo de cría”. El proyecto permite además integrar las actividades de producción, procesamiento y uso de subproductos en un proceso de economía circular, tratando de que todo se aproveche directamente en el campo. Un ejemplo es la vinaza, un subproducto líquido obtenido por centrifugado del caldo de fermentación residual del grano de maíz. “Mientras la mayoría de las plantas evaporan la vinaza -que es básicamente una mezcla de agua con nutrientes-, nosotros se la damos a los animales en bio-bebederos. Así, reducimos el impacto ambiental que pueda generarse en el proceso de evaporación y obtenemos un sistema

de suplementación líquida que no requiere tractores sino que se suministra por gravedad en los bebederos”, cuenta Bonillo. Esta suplementación permite además hacer un aprovechamiento más racional y sustentable de las pasturas naturales, que se regeneran más rápidamente y mejoran su producción en el largo plazo. El feedlot se destina al engorde de la producción propia y a servicios de hotelería/ capitalización. “Los servicios en feedlot son una forma de vender los subproductos generados en el campo con valor agregado. El mayor número de cabezas permite bajar costos fijos y además es una forma de diversificar el riesgo. Todo esto sin tener que inmovilizar mucho capital comprando hacienda”, explica. Tener una industria a campo implica además contratar más gente y más calificada, lo que allana el camino hacia nuevas oportunidades de negocio y opciones de industrialización. Bonillo destaca que si bien la inversión inicial no es menor, son proyectos que encajan perfectamente con modelos asociativos, sobre todo en el consumo de subproductos con animales. Son una herramienta interesante para empresas pequeñas, donde la diversificación es clave para lograr estabilidad y seguridad.

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Sellos de sustentabilidad El compromiso con la producción sustentable se inició hace tiempo con la acreditación del programa Buenas Prácticas Agrícolas de la provincia de Córdoba y de la norma IRAM 14.130. Otra de las apuestas en esa línea fue la certificación con el sello ASC (Agricultura Sustentable Certificada) de Aapresid. “Como productores, estamos firmemente comprometidos en el camino de la sustentabilidad y de la integración con la comunidad en general. Estamos convencidos de que, a través de la certificación, mejoramos nuestros procesos, nuestro impacto y la rentabilidad”, explica Bonillo. El objetivo para los próximos años es continuar con la medición de la Huella de Carbono (C) y lograr una producción ‘C positiva’. “Esto nos permitirá ofrecerle al consumidor y a las empresas productos sustentables. El sello ASC nos abre la puerta para abas-

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tecer empresas de consumo masivo que activamente buscan productores certificados”, afirma. La firma trabaja en un proyecto junto a ONU para hacer mediciones de huella de C a campo. “Una vez definida la línea de base empezaremos a diseñar acciones concretas para ser C positivos. Maximizar el tiempo en que el suelo está poblado con raíces vivas será una estrategia clave en línea con el objetivo de capturar más C”, señala. Si bien, hoy la empresa no tiene llegada directa al consumidor es un camino al se que apunta en el mediano plazo. “Creemos que el consumidor elegirá cada vez más productos de origen sustentable, para lo cual es importante que existan sellos que los avalen”, cierra Bonillo.

“Creemos que el consumidor elegirá cada vez más productos de origen sustentable, para lo cual es importante que existan sellos que los avalen”


Aapresid Certificaciones – Novedades

Agricultura Sustentable Certificada (ASC)

Por primera vez en la historia del sello, los productores certificados en ASC de Aapresid recibieron un diferencial económico por la producción de soja en los establecimientos certificados. Este diferencial se dio a partir de un sistema de créditos que se negociaron para la producción de soja de la campaña 19/20 y deja precedentes para seguir avanzando

Municipio Verde

El proyecto de gestión de las prácticas productivas que se desarrollan en las áreas periurbanas de las localidades sumó un nuevo certificado. El municipio de Pergamino incorporó 3 localidades del partido bajo el certificado de Municipio Verde y continúa trabajando para completar la totalidad.

en mayores reconocimientos para los productores ASC de Aapresid. Es importante recordar que la certificación ASC de Aapresid certifica los procesos de los establecimientos en su totalidad, incluyendo a todos los cultivos bajo el sistema de siembra directa y abarca todos los ejes relevantes de las prácticas sustentables: Ambiental, Social y Productivo.

Aapresid tiene como objetivo ordenar y transparentar las prácticas que se desarrollan en las áreas periurbanas, logrando sinergia entre el trabajo del municipio, los productores y los asesores en post de la sustentabilidad de los sistemas y el cuidado de las comunidades cercanas y el ambiente.

La certificación de Municipio Verde de

Algodón Responsable Argentino

Aapresid y la Asociación Argentina de Productores Algodoneros (AAPA) lanzaron Algodón Responsable Argentino, una certificación que hace foco en el proceso del cultivo de algodón, basada en los principales ejes de la sustentabilidad de los sistemas agropecuarios. El objetivo es desarrollar fibra de algodón de calidad y de manera responsable con los recursos, que permita posicionar a este

Relevamiento Programa Triple S de Cargill

Aapresid está desarrollando un relevamiento de prácticas sustentables productivas, ambientales y sociales que responden al Programa Triple S de Cargill. Nuestra institución ha aportado y adecuado al protocolo de Cargill para Argentina y a las prácticas de los sistemas de producción. Se desarrollan visitas a campo de 150 productores en más de 10 localidades, con el objetivo de diagnosticar el estado de situa-

cultivo internacionalmente con un sello de calidad certificado. Actualmente se está avanzando en un proyecto piloto con 7 empresas que están implementando el protocolo. La idea es que esté disponible en la próxima campaña para todo aquel productor interesado en certificar este cultivo. El objetivo a largo plazo es lograr la certificación BCI (Better Cotton Initiative) en Argentina.

ción inicial, desarrollar un plan de acción para la mejora continua de los sistemas productivos y brindar soporte a los productores que Cargill incluye en el programa. La elección de Aapresid para esta actividad se ve sustentada en la experiencia de la institución en prácticas de sustentabilidad en los sistemas de siembra directa y en el desarrollo de sus proyectos de certificación y gestión de los mismos.

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AGENDA CHARLAS AAPRESID COMUNIDAD DIGITAL El conocimiento en tus manos El ciclo incluye presentaciones de especialistas en distintas temáticas y permite el intercambio y debate en vivo. Son seminarios virtuales de carácter gratuito con inscripción a través del link que se indica en cada charla. Conocé el calendario disponible online en: www.aapresid.org.ar/eventos Redes Sociales: Instagram Aapresid - Facebook Aapresid Twitter @aapresid

PUBLICACIONES E INFORMES TÉCNICOS AL ALCANCE DE TODOS Accedé de manera online a todas las publicaciones mensuales de “Red de Innovadores”, así como también a las Revistas Técnicas de ganadería, cultivos invernales, maíz y soja. De esta manera, Aapresid pone al alcance de todos su abanico de información técnica y de actualidad institucional. Además podés acceder a todos los informes de sus Redes temáticas: Maíz Tardío; Soja NEA; de cultivos de servicios Aapresid- Basf y Maíz del sur bonaerense.

CONGRESO AAPRESID 2021 “Siempre vivo, Siempre diverso” Del 11 al 13 y del 17 al 20 de agosto Formato virtual

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AGENDA AAPRESID Ciclo de capacitación e intercambio a lo largo del 2021 para abordar los temas de la campaña, con la mirada puesta en los sistemas de producción y con información para la toma de decisiones que el productor necesita, cuando la necesita. Estos espacios únicos reunirán: el conocimiento de los mejores especialistas, la mirada y experiencia de productores referentes de distintas zonas del país y la última tecnología disponible ofrecida por las empresas. Próximas fechas: 14, 16, 23 y 30 de Junio Conocé el calendario disponible online en: www.aapresid.org.ar/eventos

CONTENIDOS AUDIOVISUALES Canal de YouTube Accedé en cualquier momento y desde cualquier lugar, a las mejores charlas y jornadas de la institución, entre las que se encuentra el Seminario completo de Cultivos de Servicio y el taller de la Chacra Pergamino, en el que se relatan los logros de más de 6 años de planteos verdes. Además, se pueden encontrar las plenarias y talleres del Congreso Aapresid.

Todas las novedades respecto a la programación de las charlas podrán seguirse por las redes sociales de la institución.


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Jornadas virtuales a campo

Capacitaciones y cursos

Recorridas de ensayos

Jornadas UPA "Un Productor en Acción"

Las mejores decisiones productivas necesitan del mejor conocimiento técnico

Revista digital: contenido técnico exclusivo para acompañar cada decisión.

Congreso Aapresid

Ciclos de charlas con especialistas


Revista Técnica 2021

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