LA UNIÓN-MISIÓN DEL MEDIO ORIENTE Y NORTE DE ÁFRICA
Misión Global se trata de alcanzar para Jesús a los no alcanzados. Lo hacemos de varias maneras, incluyendo el ministerio de los pioneros de Misión Global, los Centros Urbanos de Influencia, los “Estudiantes Valdenses” y los fabricantes de tiendas. La siguiente historia fue escrita por la esposa de un fabricante de tiendas, cuando él trabajaba en la región del Medio Oriente y Norte de África. Nos hemos reservado sus identidades para protegerlos a ellos y a la obra Adventista allí.
Un fabricante de tiendas observado
M
e encanta observar cómo Dios está usando a mi esposo, de formas maravillosas, como fabricante de tiendas. Vivo para Dios, tal como lo hace mi esposo. Pero no soy el maestro que “está ahí”, enseñando pacientemente a sus estudiantes, constantemente tendiendo puentes de entendimiento e interactuando cautelosamente con los colegas en un ambiente multicultural, cada día, todo el día. No fui yo quien hizo la primera y alarmante declaración: “¡Quiero ser un fabricante de tiendas!”. Yo no tuve que escribir un currículo o buscar en internet puestos para maestros en la región del Medio Oriente y Norte de África, adonde nos sentíamos llamados a servir. Pero oré mientras él escribía una carta de presentación para adjuntar a sus solicitudes declarando que, como creacionista, necesitaba la libertad de enseñar un diseño inteligente en sus clases. Yo sabía que eso limitaría enormemente nuestras oportunidades. Durante semanas vi que sus solicitudes no eran contestadas y me preguntaba si esa era la
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voluntad de Dios para nosotros. Oramos una y otra vez pidiendo la dirección de Dios. Entonces, Dios abrió dos puertas en el mismo país. Una era en una escuela que pagaba un salario tan bueno que nos impresionó: podríamos viajar, ahorrar, vivir de un solo ingreso. Las circunstancias eran asombrosas, aunque se requería que enseñara evolución como un hecho científico. La otra era en una escuela que parecía perfectamente cómoda, incluso complacida, con su deseo de enseñar creación. ¡Ellos le darían la libertad de presentar a Dios como el Creador de nuestro mundo! Por un tercio del salario. Noté cuán rápidamente tomó la decisión. Ahora mi esposo está feliz enseñando diseño inteligente en su clase de ciencias. Y, precisamente ayer, Dios me dio una oportunidad de observar a mi esposo en su elemento. Debí pasar la mayor parte del día en su escuela, porque nuestro carro tenía problemas. Entonces me di cuenta de que él tuvo una razón específica para convertirse en fa bricante de tiendas: compartir aliento y esperanza. Los estudiantes llegaron a su clase con muchas historias después de un largo fin de semana. Él