La familia que caminó unida
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aminar los 3.529* kilómetros** de El Sendero de los Apalaches es toda una hazaña. Hacerlo con cuatro niños pequeños es todavía más insólito. Los doctores Olen y Danae Netteburg lo hicieron durante el año 2020. Lyol (11), Zane (9), Addison (7), y Juniper (4) caminaron todo el trayecto. Juniper terminó el recorrido a la edad de 4 años y 340 días, convirtiéndose en la persona más joven en completarlo. “Ella caminó cada paso del sendero”, dice Danae. Recorrer el sendero en un 2020 perturbado por la pandemia agregó otro obstáculo. Olen recuerda su primer roce con el virus. “El 19 de marzo fue el día cuando las cosas comenzaron a cerrarse. Habíamos caminado solo 70 kilómetros. Compré nuevas provisiones, por lo que cada mochila estaba pesada. Caminamos 13 kilómetros hasta la cabaña donde planeábamos quedarnos; nuestra caminata
Original de Estados Unidos, Kermit Netteburg enseñó comunicaciones en la Universidad Andrews entre 1973 y 1986, luego trabajó como encargado de comunicaciones del presidente de la División Norteamericana hasta 2004. Fue pastor durante 10 años antes de retirarse en 2014, con más de 50 años de servicio en la Iglesia Adventista. Kermit y su esposa, Donna (Karpenko), fueron entusiastas animadores y proveyeron puestos de descanso ocasional a su hijo Olen y su familia, en su travesía por el Sendero de los Apalaches.
más larga hasta entonces. Pero el refugio tenía un aviso: ‘Cerrado por coronavirus’”. El siguiente lugar para quedarse estaba a 5 kilómetros, y tendrían que desplazarse en la oscuridad, algo que nunca antes habían hecho. Decidieron continuar y acampar justo antes de que oscureciera. “Estábamos comiendo ramén (fideos), alumbrados con linternas en las cabezas, y nadie se quejaba. En lugar de eso, ¡los chicos practicaban las poses que adoptarían en el Monte Katahdin para cuando llegaran al extremo norte del sendero!”. Esa noche, Olen sonrió para sí preguntándose si tendrían la oportunidad de completar el trayecto. Juniper se ganó su apodo para el sendero —“La bestia”— en uno de los primeros grandes ascensos. Se enfrentaron a una colina empinada de unos 304 metros, y Danae tomó la mochila de Juniper para que fuese más fácil para la niña. Cuando habían subido unos 91 metros, Danae encontró a Juniper llorando. Oh, oh, pensó. Juniper no puede hacerlo. Pero la verdad salió a la luz: ¡Juniper gemía porque quería llevar su propia mochila! Había nacido La Bestia. “A menudo ella guiaba a la familia, estableciendo el paso para el resto de nosotros” dice Olen. Los demás también tuvieron sus apodos para el sendero: Lyol se convirtió en Llamarada, porque cada mañana encendía la fogata. Zane se convirtió en Búmeran, porque le encantaba adelantarse o caminar un poco fuera del camino, pero siempre regresaba. Addison se convirtió en Alas de Ángel, porque a menudo caminaba con calcetines gruesos, botas, ¡y un vestido de princesa! Olen era El Rey León, y Danae era Abeja Reina. ¿Cómo mantuvieron a los chicos en marcha? Cantaban canciones. (“Nunca más quiero volver a escuchar ‘¿Quieres construir un muñeco de
La familia caminó con frío y con calor, con nieve y con lluvia, con niebla y con sol. Desde la izquierda: Zane, Juniper, Olen, Danae, Addison y Lyol.
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