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Plática con una paloma

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Macrina

Macrina

PLÁTICA CON UNA PALOMA: Andrés Alexis Cruz Gallegos

Era una madrugada lluviosa, de esas veces donde las calles se asemejan a las de

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Venecia. Iba en mi bici, casi remando. Una paloma pequeñita, flotando a mi lado. —Me duelen las alas de tanto volar —murmura.

—A mí las piernas de tanto pedalear —le digo mientras volteo hacia abajo, un poco sorprendido.

—¿Es divertido andar en bici? —¡Bastante! Vas bien rápido y la cara se te peina —digo, esforzándome un poco más en

cada pedaleo. —¡Oh! Nunca he sentido eso.

—Pues, claro, eres un ave. Tú solo vuelas. —¡También sé caminar! Y, a veces, nado.

—Oye, ya que te encuentro por aquí… ¿por qué ya no nos cagan? —Se extrañan, ¿eh? –dice mientras me ve con su cara alegre —. Es algo que se discutió

hace mucho tiempo en la Junta Nacional de Palomas, arriba de la Catedral. Decidimos que ninguno de ustedes se merece nuestra suerte.

—¿Por qué no?

—Los humanos son estúpidos.

—Sí, lo sé, pero hay algunos que no.

—¿Quiénes?

—No lo sé... este… Carlos Fuentes, por ejemplo. En una entrevista dijo que nunca en

su vida le había caído caca de paloma, y eso que pasó mucho tiempo rondando por las

calles de la Ciudad de México mientras escribía La región más transparente. A Cortázar,

por ejemplo, las palomas de París le cagaban diario. En una de sus fotos más famosas su

gran gabardina oscura se ve salpicada con gotitas color blanco, a la altura de sus hombros.

¡Claro que es caca de paloma!

—Bueno, pero hablas de las palomas de París. Ellas comen cosas que hacen que su caca

se disperse por el aire antes de tocar el suelo. Allá los parisinos inhalan la caca de paloma.

Además, las palomas parisinas se llevan bien con los escritores, por esas cosas de La Vie

Bohème; así que cuando quieren cagar a alguien, solo cambian su dieta un poco y ¡listo!

suerte para el resto del día. Ah, por cierto, estás equivocado con lo de Fuentes.

—Vaya…

—Sí. Bueno, me voy —dice antes de sumergir su cabeza en el agua, sacudirse un poco y

emprender el vuelo.

—¡Nos vemos!

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