RECUERDOS DE LA ESCUELA SECUNDARIA Recuerdo mi escuela secundaria y sus canchas mal pintadas. Recuerdo los harapos del conserje, la delgadez de su pequeño hijo. Recuerdo la sonrisa estropeada de algunos niños y su forma burlona de llamarme "raro". Recuerdo a mis maestros jugando baraja en su sala privada y el día en que sorprendí a uno inhalando cocaína. Recuerdo una niña llamada Diana y el salón polvoroso de las arañas. Si las clases eran más aburridas que siempre, recuerdo que iba a los baños a escribir ESCAPAR en las paredes. Recuerdo el árbol torcido que crecía justo a mitad del patio. —Yo odiaba ese árbol, lo golpeaba, lo hacia "sangrar" a palos. — Hoy, después de mi trabajo en la funeraria, opté por ir caminando a casa. Sin planearlo, pase por mi vieja escuela secundaria; entré, recordé. Tantas cosas recordé... El viejo salón de las arañas era ya una gran oficina. Y, lo juro, al ver al gran árbol del patio, no pude evitarlo: lo abracé y lloré en su regazo.
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