EL CINE PORNO El cine porno está entre dos calles lóbregas que la gente transita apresuradamente, donde los borrachos duermen sobre las aceras. Es como cualquier otro cine: oscuro. Sin embargo, en su interior, en las esquinas de sombra, los hombres se masturban unos a otros y, de vez en cuando, se hincan. Todos sabemos lo que en él se proyecta. He visto a los adolescentes que odian las clases entrar con falsas identificaciones, con la mochila atestada de golosinas, y dormitar la permanencia voluntaria tras cansar la muñeca sobre sus miembros. Es como cualquier otro cine: inmundo, construido para albergar multitudes que escupen, eructan, gritan insolencias. He visto sus baños rayados con graffiti donde los tímidos se esconden para orinar y los orgullosos se muestran tal cual. Hay en él un cuarto más oscuro que oscuro, que está allí, anexo, y que sirve para… El cine porno está aquí. ¡Pasen y vean la maravilla del hombre: el cinematógrafo!
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