UN ESQUIZOFRÉNICO I Se abre una voz a mitad de la noche. ¿Qué es ese lenguaje inconexo, ese decir “lejos” para decir “jamás”, ese torpe pensar que intenta trasparencias, ese nudo gutural de significados vacío? ¿Por qué su risa le viene en lo inoportuno? Su espejo no es tan imaginario para reflejar su imagen expandida o deformada. Un grito en él está contenido y siente que los ruidos lo agraden, que debe bailar con el acto y ganar. El miedo le crece hasta lo innombrable. (Miedo de ser borrado del umbral por el aleteo de una mosca.) Se encaja las uñas en la cara, escondido en el baño. Desesperado. II Sujeto replegado sobre sí, retraído como una ostra, como la flor que se cierra si la tocas. Desconcierto de ser uno mismo, y en el uno la multiplicidad, lo poliforme, la ausencia. Autodestrucción inconsciente del propio yo; porque no quiere vivir, pero tiene miedo hasta de morir. III Duda sobre su mano derecha y su mano izquierda en un mundo que le explota de delirios. Habla de lo que no está, dice que lo observa una conciencia perversa, que hay voces en su interior “jugando de él”. 54