ESTRÉS Se trastorna una respiración, se tensan nervios como clavos lacerando carne y alma. El mundo se afana en unas sienes, prensa a punto de reventar el cráneo. El gran mal ha invadido una vez más… Y entonces la madre azota a su hijo amado hasta sangrarlo; y el padre desconoce razón, paciencia, compromiso destruyendo en un instante —irremediablemente— el hogar. Y el amante se vuelve contra el amor. Y la diabólica pasión tiñe de púrpura la vida misma. Todo en un instante ciego que todos prefieren olvidar; pero que olvidan sin perdonar. Así la historia continúa dejando severas huellas en lo profundo. Todo inició con una sensación ajena crecida ahora hasta el infinito.
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