JURÍDICO
Falsificación de firma... ¿Un delito? Sí, la falsificación de firma es un delito, previsto en nuestra legislación vigente. La falsificación de firma es toda aquella que no proviene de su titular, es el acto de imitar una firma para otorgar o acreditar falsamente un documento, billete, obra de arte, o cualquier otro tipo de documento. Es el replicar falsamente la firma de otra persona, es un tipo muy común de falsificación. Se presenta en documentos públicos y privados. Dentro de los documentos más comúnmente falsificados están: cheques o giros postales, documentos de inversión, documentos corporativos, documentos de identificación y muchos otros. El artículo 243 del Código Penal Federal, establece una diferencia en la falsificación de documentos públicos y privados, así como si estos documentos han sido falsificados por servidores públicos, notarios, médicos, etc. Quienes falsifican la firma de otra persona, lo hacen con intención de obtener una ganancia que puede ser financiera o de poder, a la letra dice: “ El delito de falsificación se castigará, tratándose de documentos públicos, con prisión de cuatro a ocho años y de doscientos a trescientos días de multa . En el caso de documentos privados, con prisión de seis meses a cinco años y de ciento ochenta a trescientos sesenta días de multa.”
La falsificación de documentos se considera un delito grave. Los documentos públicos que pueden ser falsificados, entre otros son: certificados de educación básica y media superior títulos de educación superior cédulas profesionales credenciales de elector pasaportes entre otros. Los documentos privados que se pueden falsificar pueden ser: contratos pagarés contratos laborales contratos civiles contratos mercantiles dentro y fuera de las empresas letras de cambio La firma es un acto personalísimo, ya que al asentar la firma en documento público o privado, otorgamos poder para dar, recibir, transferir y crear derechos y obligaciones, así como poder cometer fraudes, abusos de confianza y otros delitos debido a estos documentos apócrifos.
REVISTA AUDACIA | PÁGINA 11
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