:: Congreso de AMiCUS:
París, 22-25 de septiembre de 2011 Rogelio Fernández de la Calle Licenciado en Derecho, Máster en Mercados Financieros y LL.M. en Derecho Europeo
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alma y nos proporciona nuevas energías para continuar nuestro camino en un mundo cada vez más secular. La temática del congreso estuvo centrada en las profecías bíblicas de los últimos tiempos e introdujo una reflexión sobre cómo debemos vivir para estar preparados en los momentos finales de la historia del mundo.
La predicación del Evangelio En Mateo 24: 14, el Señor nos indica con claridad meridiana una de las señales más importantes que precederán a su segunda venida: «Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.» Todos podemos entender el concepto de que esto debe suceder, pero ¿cuál es el poder que permitirá que la verdad alcance a todo el mundo a fin
de que Cristo pueda venir? Analizando las Santas Escrituras nos damos cuenta de que el derramamiento del Espíritu de Dios fue el percusor de la labor evangelística de los primeros cristianos.1 De la misma manera, el profeta Joel predice otro gran derramamiento del Espíritu Santo antes de la segunda venida de Jesús, el cual nos dará el poder necesario para terminar la obra de Dios en la tierra y nos otorgará el privilegio de poder servir a Dios en estos momentos determinantes de la historia de la humanidad.2 La presencia del Espíritu Santo en nuestros corazones nos acerca a la presencia de Dios y un derramamiento del mismo de forma especial nos conferirá una gran variedad de talentos y capacidades para la gloria de Dios. Este acontecimiento facilitará una comunicación más efectiva y una demostración incuestionable del poder de Dios. No obstante, el regalo más importante y fundamental que el Espíritu nos otorga a través de Cristo es el milagro del amor,3 que nos permite alcanzar una armonía inefable con el carácter de nuestro Salvador. Dios es amor4 y la presencia del Espíritu en nuestras vidas trae consigo sus frutos, tal y como nos relata Gálatas: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza.» (Gálatas 5: 1 2 3 4
ISAAC CHÍA
urante los últimos meses han crecido las especulaciones acerca de cuándo será el fin del mundo. Hemos podido escuchar teorías para todos los gustos y con distinta fundamentación ideológica: calentamiento global, desastres naturales, meteoritos, alienígenas, profecías mayas. Pero…, ¿qué dice la Biblia acerca de ello? Con el objetivo de reflexionar más en profundidad acerca de las revelaciones bíblicas sobre nuestros días, se celebró del 22 al 25 de septiembre en París el quinto congreso internacional de AMICUS. Este tipo de eventos, siempre son una buena oportunidad para conocer gente de otros países que comparten nuestra misma fe. Estar con jóvenes que, como nosotros, anhelan la segunda venida de nuestro Señor es un refrigerio para nuestra
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Hechos 2 Joel 2 Romanos 5: 5 1 Juan 4: 8
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