:: La ley antiinmigración de
Arizona destapa algunas de las paradojas del adventismo1
Ruben Sánchez, traducción de Elisabeth Serrano Cursa un Máster en Estudios Religiosos y Periodismo, Universidad de Nueva York (beca Fulbright)
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as últimas estadísticas de la Iglesia Adventista en Estados Unidos muestran que es la segunda denominación con más crecimiento en Norteamérica, solo por detrás de los Testigos de Jehová. En 2009, año en que se registraron las últimas cifras, la Iglesia Adventista en dicho país contaba con 1.043.606 miembros y un crecimiento anual del 2,1 por ciento.1 Sin embargo, el crecimiento no es igual en todos los grupos étnicos. Ron Clouzet, Director del Instituto Evangelístico de la División Norteamericana en la Universidad de Andrews en Berrien Springs (Michigan, EE.UU.), declaró a un periodista que en realidad no parece que la iglesia esté creciendo demasiado, sino que los adventistas de origen hispano son «el único grupo que está aumentando en número» y añadió «de no ser por los hispanos, nuestro crecimiento sería aún más deprimente. Así pues, si hay algo que la iglesia norteamericana puede celebrar es la presencia de este grupo étnico. Sin embargo, cuando en 2010 el estado de Arizona aprobó una nueva ley contra la inmigración (la SB1070) que iba dirigida contra los latinoamericanos ilegales, la Iglesia Adventista no apoyó a sus miembros indocumentados. A pesar de que las iglesias adventistas de Arizona tienen hasta un 85 por ciento de miembros considerados
ilegales, la División Norteamericana (DNA) publicó la siguiente declaración en la que aseveró que solo oraba por el redil legal. De puertas para adentro, esta declaración provocó un escándalo dentro de la DNA y entre los líderes adventistas de origen hispano. Algunos de ellos esperaban una declaración abierta y audaz que condenara esta ley que considera la inmigración ilegal un crimen estatal. Sus expectativas estaban basadas en el hecho de que el Comité Hispano de la DNA había redactado previamente una declaración mucho más contundente.
«[La declaración oficial] reflejó fielmente la preocupación de la Iglesia por la situación afirmó por correo electrónico Fred Kinsey, Director del Departamento de Comunicación de la DNA en el momento de redactar dicho comunicado. Sin embargo, fuentes familiarizadas con la situación aseguran que un líder hispano adventista entendió esta declaración como una “bofetada en la cara” de la comunidad hispana adventista en general, un sentimiento que también fue expresado por otros líderes. El Presidente de la Asociación de Arizona, Tony Anobile, anunció a los
Declaración sobre las preocupaciones hispanas Desde la División Norteamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día Contacto: Fred Kinsey, Asistente del Presidente Para la Comunicación · 14 mayo 2010
Los dirigentes de la Iglesia Adventista del Séptimo día en Norteamérica están al corriente de que la ley aprobada recientemente en el estado de Arizona está causando una preocupación significativa entre la feligresía hispana. El Comité Asesor Hispano, en representación de los líderes hispanos de todo Estados Unidos, mostró su preocupación por el posible impacto no intencionado en miembros hispanos que residen legalmente dentro de las fronteras de los EEUU. La Iglesia Adventista del Séptimo Día reconoce el principio de tratar a cada individuo con dignidad y justicia. También reconocemos que el tema de la inmigración es complejo y que no es de fácil solución. Es nuestro deseo y oramos para que el cumplimiento de esta nueva ley en Arizona no cause dificultades a aquellos miembros de origen hispano que residen legalmente en EEUU. Oramos para que Dios guíe a aquellos que elaboran y hacen cumplir las leyes en los Estados Unidos, para que lo hagan con compasión, justicia y respeto a la dignidad. También pedimos que la paz de Dios prevalezca en todos aquellos afectados por esta difícil situación.
1 Este artículo apareció originalmente en inglés en el último número de la revista Spectrum.
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