LA TENTACIÓN DE ESTANDARIZAR EL PENSAMIENTO: 6.
La virtud de la heterogeneidad teológica Hanz Gutiérrez Profesor de Teología Sistemática Facultad de Teología, Istituto Avventista di Cultura Biblica “Villa Aurora”, Florencia, Italia
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n quinto paso que nos permite ir más allá del positivismo eclesiológico es la percepción, atención y valoración de la heterogeneidad teológica presente en toda comunidad y cuya inexorable tensión debemos aprender no solo a percibir sino también a garantizar resistiendo a la tentación de hacer todo compacto y lineal. En contra de la tesis del egiptólogo alemán Jan Assmann en su libro El precio del monoteísmo,1 la Biblia no es un libro excluyente sino inclusivo y plural. Esto se puede ver desde los primeros capítulos de la Biblia. De hecho, en los capítulos 1 y 2 del Génesis no hay un único relato sino dos relatos de la creación. El autor final no hace una síntesis de los dos relatos, sino que se limita a presentar las dos versiones, encargándose únicamente de crear simples mecanismos de enlace literario. En el capítulo 1 encontramos la colección llamada elohista y en el capítulo 2 la colección yahvista según el nombre de Dios que se utiliza. Y la diferencia no es solo nominal, sino teológica. El nombre Elohim, en contraste con Jahweh, enfatiza la majestuosidad, el poder y la trascendencia de Dios. De hecho, en el primer relato de la Creación (Génesis 1) Elohim crea el mundo de forma trascendente, únicamente por el poder de su
1 Jan Assmann, The Price of Monotheism (Stanford: Stanford University Press, 2010). Ed. esp.: La distinción mosaica: O el precio del monoteísmo (Madrid: Akal, 2006).
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palabra, en contraste con el segundo relato de la Creación (Génesis 2) donde Jahweh crea al ser humano incluso ensuciándose las manos con barro y mediante el soplo de su aliento íntimo que llega directamente a las fosas nasales del primer hombre y le da la vida. 1. Heterogeneidad teológica: Elías, Eliseo Pero veamos más de cerca esta diversidad teológica estructural en el fenómeno profético. El profetismo bíblico muestra desde el principio su complejidad dada, por ejemplo, por la existencia de varios perfiles públicos que están llamados a interactuar continuamente. El profeta no está solo. Tiene que aprender a interactuar con el sacerdote y con el rey. Pero la complejidad presente en el profetismo no se limitaba a la interacción entre profetas y reyes. Esta presente dentro del mismo profetismo. Lo vemos en la comparación de dos grandes figuras proféticas: Elías y Eliseo. El primero activo en la cuarta dinastía, mientras que el segundo actúa durante la quinta dinastía del Reino del Norte. El hecho de encontrar aquí un maestro y su discípulo no debe engañarnos sobre la complejidad de su relación.