Adiós Danchurchaid
Reina Castillo Jefa de Finanzas DCA Ingrese a Danchurchaid en Junio del año 2000, fue este mi primer contacto con el mundo del trabajo por el desarrollo. Nunca imagine en aquel entonces que esta seria para mí una escuela de vida. DCA me permitió conocer algunas de las personas más admirables que llevare para siempre en mi mente y corazón. Desde la primera visita a una familia beneficiaria comprendí que era este tipo de trabajo el que yo deseaba realizar y que pondría todo mi empeño para hacerlo de la mejor manera. Sin duda alguna el crecimiento de la oficina regional significo para mí un crecimiento propio. Cada paso que DCA dio en la región dejaba creer y sentir que yo también crecía, no solo porque éramos más personas y porque había más proyectos, crecía porque los retos cambiaban y cada vez se tornaban más complejos, más interesantes. Así mismos los resultados del trabajo en la región cada día fueron siendo cada vez más visibles. DCA no solamente deja un legado de organizaciones fortalecidas deja también un grupo de personas que con sus conocimientos, compromiso y arduo trabajo contribuyeron a que cada proyecto, programa y/o iniciativa fuera de beneficio real para las comunidades apoyadas. Por todas aquellas personas que laboraron para DCA durante su presencia en Honduras estoy segura poder hablar por cada uno de ellos y agradecer por la oportunidad que se nos dio para compartir y aprender. Para todos los que conocí en 16 años y para los que llegamos hasta el final gracias por ser tan grandes colegas y amigos.
Goodbye DanChurchAid
Reina Castillo Jefa de Finanzas DCA I joined DanChurchAid in June 2000 as my first encounter with development work. I never imagined at that moment that this should be my school of life. DCA has permitted me to know some of the most admirable persons who I will carry forever in my mind and heart. Since my first visit to a benefitting family, I realized that this was the type of work I wanted to do, and I put all my efforts into doing this work in the best way possible. Without any doubt, the growth of the regional office meant a personal growth for me. Every step taken by DCA in the region gave me the sensation that I was growing as well, not only because we grew in number of staff and there were more projects, we also grew because the challenges changed and became increasingly demanding, and more interesting. In this way, the results of the work in the region became more visible by the day. DCA does not only leave a legacy of strengthened organizations, but also a group of persons who with their knowledge, commitment and hard work contributed to that every project, program or initiative benefitted the communities we supported. In the name of all the persons who worked with DCA during its presence in Honduras, I am sure to speak for all of them when I appreciate the opportunity we were given to share and learn. To all who I got to know during 16 years and to those who join us till the end, I wish to thank you for being such great colleagues and friends.
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DCA Centroamérica / DCA in Central América 1993-2016