La Identidad Digital ha sido un tema debatido desde la llegada de las comunicaciones digitales, en parte por la
incertidumbre que da el anonimato que posibilita este mundo y, en un segundo momento, por las ventajas que también ofrece
esta identidad no revelada. La penetración social de las comunicaciones ha ayudado a movimientos libertarios y democráticos
que en el ámbito físico ven limitadas sus posibilidades por temor a represalias, que se derivan de la fácil identificación de los
agentes detrás de este tipo de comunicaciones.