LA AGENDA 21 DE LA CULTURA
procesos de información y sensibilización social con el objeto de alcanzar la mayor implicación del tejido asociativo local. Por otra parte se observa igualmente la falta de autonomía financiera en los órganos de participación y la consecuente dependencia institucional de éstos.
COMENTARIOS A LAS FASES METODOLÓGICAS DE LA A21L Para finalizar el análisis, a continuación se realiza un repaso a las dificultades presentadas en la ejecución de las diferentes fases metodológicas de A21L.
La diagnosis
En relación con esta fase, la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) se hacía eco de una serie de obstáculos identificados para abordar su ejecución por parte de los Entes locales, en consonancia con lo que venimos exponiendo en este capítulo. Independientemente de que se trate de diagnósticos ambientales, existen numerosos puntos en común con las dificultades con que pueden encontrarse los Diagnósticos locales en materia de Cultura, por lo que los exponemos brevemente: • El aumento que supone en la carga laboral de los técnicos municipales. Si bien éstos son los mejores conocedores de la realidad local, el trabajo diario impide la asunción de unas tareas que por otra parte son percibidas como una actividad extra, por lo que los diagnósticos suelen externalizarse. La habitual limitación presupuestaria para la externalización de las tareas, lo que redunda en ocasiones en diagnósticos ineficientes (realizados por entregas, dilatados en exceso en el tiempo,...) • Otro factor señalado hace mención a la falta de consenso político a la hora de coordinarse, reconocer las conclusiones o el mismo objeto del proyecto. También, la propia falta de consenso técnico en torno a la prioridad de las acciones extraídas del diagnóstico supone otro elemento destacable. • Como desarrollamos en los párrafos anteriores, el déficit cultural participativo se traduce en desinterés social y afecta al diagnóstico a través del necesario consenso social que éste reclama.
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