EL SISTEMA CULTURAL LOCAL: HERRAMIENTA DE DIAGÓSTICO E INTERVENCIÓN
LA DEMANDA CULTURAL Desde una perspectiva secuencial, por tanto, tenemos ya un conjunto de programas, bienes, servicios y oferta formativa vinculada a la dimensión cultural que, a través de un determinado modelo de distribución, se ofrece a la ciudadanía. Esta oferta se consume por parte de los sujetos de un SCL, sean estos residentes permanentes o temporales, dependiendo de los usos y prácticas de consumo de la demanda efectiva local que a su vez vendrán determinados por su caracterización social, económica y demográfica; y a esta demanda efectiva local habría que añadirle la demanda foránea que la constituyen aquellos individuos visitantes. Al mismo tiempo podríamos analizar aquel nivel de demanda potencial o latente, que finalmente no se materializa por las propias características de configuración de la demanda, pero que podría materializarse en otras condiciones o circunstancias.
La práctica y el consumo cultural Uno de los objetos más relevantes de las políticas culturales es transformar los comportamietnos de los individuos en el marco de las prácticas y consumos culturales. Denominamos en este caso prácticas a aquellos acciones relacionadas con las expresiones culturales no desarrolladas en estructuras mediadas por el mercado, mientras que el consumo supondría, por el contrario, todas aquellas relaciones entre el individuo y manifestaciones culturales mediadas a través de mecanismo de mercado. Así comprar un libro en una librería, significaría un consumo cultural, mientras que leerlo en una biblioteca pública supondría una práctica cultural. Tocar en casa la guitarra sería una práctica cultural, mientrás que hacerlo en un academia o con un profesor particular sería, en este sentido, un consumo cultural de formación en enseñanazas artísticas. Como señala Bruce A. Seaman en un reciente working paper sobre la asistencia y la participación en eventos culturales, «Sociologos, psicologos, especialistas en marketing así como economistas, han contribuido a esta cuestión [sobre prácticas y consumos culturales], la cual aún resulta inusualmente enigmática, apesar de los cuarenta años de estudios cada vez más sofisticados». Como podemos seguir en el esquema anterior, en primer lugar podemos observar que un conjunto de variables determinan cuáles son los gustos y preferencias de los individuos sobre las experiencias culturales. La determinación de los gustos y la posibilidad de moldearlos se ha convertido en uno de las cuestiones más cruciales y
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