ALGUNAS CONSIDERACIONES INTRODUCTORIAS
dedicación, unos pocos recursos y algún becario/a brillante, la cuestión estaba resuelta en sólo unas pocas semanas. Y lo mismo podríamos hacer con la relación entre consumo cultural y la bondad individual, entre la frustración sexual y el tamaño del vehículo que se compra o entre la preferencia por los salazones y la propensión al engaño. Todas estas cuestiones pueden ser insignificantes en la mayoría de los casos, o convertirse en elementos esenciales en aspectos estrictamente económicos o de mayor dimensión social. La perspectiva de la economía como ciencia de la elección es que ante opciones alternativas, son los individuos los que escogen una u otra opción tratando de maximizar su utilidad (su bienestar o felicidad) de manera consistente y racional, sujetos a las restricciones impuestas por su presupuesto, naturalmente, pero también por las normas, las instituciones, la presión de sus familiares o sus vecinos o las modas impuestas por la televisión. Es decir es el individuo el que escoge (individualismo metodológico) de manera consistente y racional entre el conjunto de opciones (elección racional o racional choice) que le queda dibujado por los límites impuestos por su capacidad de elección, medida en términos monetarios, limitada por las normas formales o informales de su entorno social –es decir es un individuo, naturalmente poroso al hecho social– y restringida al espacio físico de la comunidad de referencia para el marco de la decisión en concreto (su comunidad de vecino, en caso de la elección tenga que ver con los canales de televisión que va ver, o la nación entera en caso de que su elección tenga que ver ante que bandera se emociona). Con estos mimbres se construyen explicaciones sobre el funcionamiento de la realidad, que a veces nos llevan o al callejón sin salida de las obviedades, otras al baúl de las estupideces, pero a veces, unas pocas veces, nos descubren brillantes relaciones causales que contribuyen con iluminados destellos a alumbrar la construcción de nuevo conocimiento.
INTERNET Y DIGITALIZACIÓN; ¿UNA OPORTUNIDAD O UNA AMENAZA PARA LA CULTURA? La prospectiva social alrededor del fenómeno de la cultura repite con bastante recurrencia el relato que derivamos ineludiblemente cabeza al espacio de la banalización de los mensajes simbólicos, es decir vamos de cabeza al ocaso de la cultura. Cierto discurso enfatiza también en que las nuevas la irrupción de las nuevas tecnologías profundizan esa trayectoria. Para la mayoría, el detrimento del significado profundo, la masificación, la reducción de la diversidad cultural como resultado de la globalización, los fracasos de los sistemas educativos en la transmisión de los acontecimientos esenciales de nuestras historias y literaturas, la tergiversación mediática de los
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