LA AGENDA 21 DE LA CULTURA
su aprobación final tuvo lugar en el marco del IV Foro de Autoridades Locales para la Inclusión Social de Porto Alegre celebrado en Barcelona en el mes de mayo de 2004. Es decir, se trata de un discurso que nace, se discute y se concreta a partir de las inquietudes de organizaciones ligadas al marco local. En la actualidad, se tiene prevista la presentación del documento Agenda 21 de la cultura a la UNESCO para que lo adopte como base para el diseño y la programación de las políticas culturales locales, y el proceso de adhesión para los diferentes gobiernos locales sigue abierto en lo que se pretende como un compromiso internacional, a partir de la realidad local, para afrontar la nueva realidad cultural mundial. Otro aspecto interesante es que su articulado final responde a la dinámica de un proceso abierto y participativo, relativamente extenso en el tiempo (de enero de 2003 a mayo de 2004), que le da el valor de ser un documento que ha aglutinado un alto nivel de aportaciones de muy diferentes procedencias y visiones20. Así, a pesar de que se trata de un documento normativo, cuyos elementos centrales se ubican en el campo indemostrable de los valores y las escalas ideológicas, bien es cierto que se plantea como un documento integrador y en cuya elaboración y aprobación han participado representantes políticos de gobiernos locales de diferentes ideologías, impidiendo su patrimonialización ideológica. Finalmente, otro elemento, aunque más marginal, que puede subrayarse es que si bien desde mediados de los años 60 han sido las recetas del mundo anglosajón o incluso antes del modelo francés las que han orientado la cocina de las políticas culturales, en este caso se trata de un documento cuyo protagonismo de origen claramente latino. La creciente efervescencia Iberoamérica alrededor de discusiones sobre políticas culturales, en parte puede rastrearse a partir de la proximidad sentida por las cuestiones planteadas en la agenda 21 de la Cultura.
LOS CONTENIDOS NORMATIVOS DE LA AGENDA 21 DE LA CULTURA Adoptar la agenda 21 de la cultura como guía de la orientación de las políticas culturales locales implica compartir las siguientes consideraciones, que podemos sintetizar en 6 vectores: 1) defensa de los grandes
20. Podemos corroborar, por nuestra participación directa en las discusiones de Interacció 2004 de Barcelona, que el documento se discutió con franqueza y amplitud y en los días previos a su aprobación sufrió modificaciones parciales en su articulado y su redacción.
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