NATURALEZA
Biól. Fabiola Gpe. Navares Moreno
LOS IMPACTOS AMBIENTALES EN LOS MONOCULTIVOS DE AGAVE
E
n México desde hace muchos siglos se tiene muy arraigado la costumbre de tomar alguna bebida a base del maguey como es el tequila y el mezcal. Según los autores Francia Rodríguez, Luis Martínez y Carlos Palomera en su artículo “Contextualización socioambiental del agave en Tonaya, Jalisco, México” nos cuentan que según la leyenda el agave nació en el lugar donde Quetzacoalt enterró los restos de la hermosa diosa Mayahuel. Y el naturalista Linneo lo clasificó y nombró con el nombre griego de agave el cual significa admirable o noble. En nuestra historia el maguey ha ocupado un sitio importante en las diversas culturas como son los Toltecas, Zapotecas, Mexicas y Mixtecos, cuyo conocimiento y dominio de la planta les permitió usarla como no solo como bebida sino como alimento, ornato, vestido, papel, medicina, calzado, y herramienta de trabajo entre otras cosas (Inah 1997). Hoy en día el agave es parte fundamental para los procesos de fabricación de ixtle en greña, jarabe dulce, tequila, pulque mezcal, bacanora, miel de agave,
22 JULIO - AGOSTO 2022
inulina, composta, forraje y artesanías, sin embargo, las grandes compañías en su afán de obtener grandes ganancias obligan a los pequeños productores a que solo siembren la variedad tequilana weber, que es el tequila azul, pues ofrece mayor rendimiento que las otras especies de agave. Pero el cultivar enormes extensiones con un solo tipo de cultivo, además de ser clones de una misma variedad, ocasiona grandes impactos ambientales, sociales y económicos. Algunas de las serias consecuencias son que en el proceso de plantación durante los primeros años, los agaves son fumigados con fertilizantes y pesticidas, para que lleguen a un tamaño adecuado para la cosecha. Dichos pesticidas, en su mayoría rociados a través de avionetas, o sistemas de riego, van contaminando no sólo la tierra, sino que ya se han visto afectaciones en aves, peces, anfibios y pequeños mamíferos. En otro artículo, “Los residuos de agave como factor de corrosión del suelo donde se vierten” de Hoz Zavala y Nava Diguero, se observa como los residuos derivados del agave en Tamaulipas son vertidos directamente en el campo, con la creencia de que por sí solo se degradan trayendo aportes al suelo. Sin embargo, se les pasó por alto a los productores que todo exceso es malo y que la cantidad de residuos que tiran es tal que el contenido de alcohol, azúcares y cambios en el pH ha creado corrosión en muchos suelos, generando dificultad en la absorción del agua, sales minerales y nutrientes. Finalmente pueden