ÁRBOLES QUE SOBRESALEN DENTRO DEL ESPESO BOSQUE Redactado por: Viviana Esguerra Villamizar. Docente Programa Comunicación Social.
EN CONTEXTO
Artículo: En Manaure, Cesar, hay episodios perdidos del realismo mágico. Plaza Simón Bolívar, en Manaure. Fotografía: Estudiante Daniel Alexander Gutiérrez.
Es verdad que a veces las comparaciones son odiosas, pero no deja de ser cierto que son un método para evaluar épocas, personajes, oficios, profesiones y pedazos de la historia, a nivel mundial.
titulado Siglo XX: la épica del escritor, enfatiza que “En el siglo XX los escritores fueron referentes de una sabiduría basada en el poder de la letra. Hoy, su importancia ha disminuido. El culto al genio ha desaparecido”.
Que el periodismo de hoy en día, al compararlo con el periodismo de hace 70 años, muestra que los excelentes reporteros de antaño han ido desapareciendo pues ahora la noticia se volvió negocio, y las grandes investigaciones se hacen en equipo y buscan es satisfacer los requerimientos de la tecnología multimedia, es algo que asevera Ryszard Kapuscinski en “Los cinco sentidos del periodista”, libro producto de un taller dictado por la Fundación Nuevo Periodismo, FNPI, hace ya veinte años.
En el mismo texto, más adelante, Kozak Rovero comenta que “Todos somos artistas, escritores y pensadores: las redes sociales, los blogs y la “fan fiction” desarrollada a partir de obras como las del ciclo de Harry Potter (J.K. Rowling) así lo indica. Cualquier youtuber que escriba un libro tiene muchos más lectores que un escritor o escritora de lo que convencionalmente se considera literatura”.
Y sin lugar a duda, el maestro polaco ya fallecido tenía toda la razón al así afirmarlo. Igual parece que sucede con la literatura de antaño, al compararla con la actual. En el portal letraslibres.com, la escritora y profesora universitaria venezolana Gisela Kozak Rovero, quien reside en Ciudad de México, en un texto
Y esta aseveración real la hace la profesora Gisela tras mencionar hombres y literatos brillantes como Borges, Gabo, Vargas Llosa, Thomas Mann o Stefan Zweig. Y sí, es triste y nostálgico ver que las nuevas generaciones a estos autores cada vez los desconocen más, mientras que se apegan a la lectura móvil y se quedan enredados en las trivialidades de las momentáneas y efímeras redes sociales.
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