LITERATURA:
LIBERTAD Y CATARSIS EN MEDIO DEL CONFINAMIENTO
Por: Alba Marina Mogollón Duque Directora Programa Licenciatura en Humanidades y Lengua Castellana
Especial para Ágora.
… sin embargo, es mucho haber amado, / haber sido feliz, haber tocado el viviente Jardín, / siquiera un día.
Jorge Luis Borges.
EN LA ACADEMIA De hambre y de sed (narra una historia griega) muere un rey entre fuentes y jardines; yo fatigo sin rumbo los confines de esta alta y honda biblioteca ciega.
Es el lenguaje lo que nos ha hecho humanos, y el que nos ha permitido transmitir el conocimiento, el pensamiento y el sentir de una generación a otra y a través del mundo entero, más allá de las fronteras políticas y geográficas. Precisamente es el lenguaje en su modalidad escrita el que marca el inicio de la historia; y las ideas transmitidas a través de la escritura son la semilla que con el paso del tiempo se convierte en el fruto del ejercicio del pensamiento. La facultad del lenguaje ha marcado el desarrollo de la humanidad, muta y transmuta, se ocupa de lo inmanente y también de lo trascendente, marca el avance de las épocas y la transformación de las culturas y las creencias.
Enciclopedias, atlas, el Oriente y el Occidente, siglos, dinastías, símbolos, cosmos y cosmogonías brindan los muros, pero inútilmente. Lento en mi sombra, la penumbra hueca exploro con el báculo indeciso, yo, que me figuraba el Paraíso bajo la especie de una biblioteca
Los tiempos actuales no son la excepción, más aún en medio del actual confinamiento, cuando es precisamente el lenguaje la más digna y humana tabla de salvación, y “la prótesis de la memoria de la humanidad por excelencia” como bien lo dijo Borges, el sabio aquel del Poema de los dones, quien imaginó en medio de su oscuridad, el paraíso como una biblioteca. –
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