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Después de estos primeros nueve hoyos, el campo deriva en la costa rocosa del océano Pacífico. La grama se extiende justo hasta el borde de los precipicios y el jugador puede concentrarse con el sonido de las olas. Los entendidos opinan que son los mejores hoyos finales que podrán experimentarse
Cypress Point Club
Belleza natural Por un lado, el océano Pacífico, por el otro, un bosque de cipreses. Este renombrado campo de golf tiene bien ganada su fama no solo por los paisajes que ofrece, sino por su exclusividad Por Ana María Matute Fotos Cortesía
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unque tiene más de 90 años, el campo de golf del Cypress Point Club no deja de sorprender por su belleza y los retos que representa para los golfistas. Tanto es así, que ha sido posicionado como uno de los tres mejores del mundo por publicaciones tan importantes como Golf Magazine y Golf Digest. No ha pasado de moda desde que el escocés Alister McKenzie lo diseñara en 1928. Aunque McKenzie no era arquitecto de profesión, su amor por este deporte lo llevó a ser el creador de importantes praderas como el Augusta National Golf Club, el Cypress y muchos otros tanto en Gran Bretaña como en Australia, Argentina, Estados Unidos, entre otros países. En la década de los 70 la revista especializada Golf Digest bajó a Cypress Point de categoría, pues sus expertos consideraban que los hoyos eran muy “fáciles”. Sin embargo, esa opinión cambió a partir del año 2000, cuando Sandy Tatum, famoso golfista, arquitecto de campos, antiguo presidente de la United States Golf Assotiation y miembro del club, convenció a sus compañeros de agregar nuevos
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hoyos finales. Esto se hizo pero respetando el diseño original de los bunkers de McKenzie a partir de fotografías viejas.
Las características
Lo que inspiró a McKenzie fue lo imponente del terreno. El Cypress