Correo del Maestro Núm. 185 - Octubre de 2011

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maestros EN RED

Personas sordociegas: INCLUSIÓN PARA UNA VIDA DE OPORTUNIDADES Alex García Desde Brasil, nos escribió el maestro Alex García para compartir con nosotros sus reflexiones acerca de la inclusión de las personas con discapacidad. Al final, se encuentran los datos del profesor en caso de que alguno de nuestros lectores desee ponerse en contacto con él.

c

uando se desea destacar la inclusión y exclusión, de hecho, nos volvemos a una serie de reflexiones, o caras, que permean las relaciones entre los seres humanos. Mis palabras cargan la intención de tener el “poder infinito”. ¿Quién no se acuerda de la novela de Umberto Eco, El nombre de la rosa, obra

literaria que se ha convertido en una película de gran éxito. El significado de esta novela y de este título me ha seguido y perseguido por muchos años sin que pudiera desentrañarlo, hasta que, una vez, debido a una investigación, supe que “el nombre de la rosa” era una denominación usada en la Edad Media y significaba el “poder infinito de las palabras”. Es este poder infinito de las palabras que quiero traerles a ustedes a través de las opiniones y reflexiones acerca de la inclusión de las personas sordociegas y de los movimientos que giran alrededor nuestro.

Los dioses son de carne y hueso Con este sentimiento y el deseo infinito que tienen las palabras, empiezo señalando que la inclusión y la exclusión son inseparables por naturaleza. Es cierto que no son las únicas. Inclusión y exclusión son materias antiguas, tal vez tan antiguas que estén presentes desde el comienzo del mundo. Una vez estaba yo en un evento, y allí, un reconocido pensador hizo una breve referencia sobre inclusión y exclusión, presentes, quizás, en la relación entre “Dios” y “Diablo”. Esta imagen me ha llamado la atención. Me ha hecho “abrir los ojos” y “ver más lejos” y, de esta forma, desenvolver nuevas reflexiones, las cuales tengo la oportunidad de compartir con ustedes. Dios por ser el creador de todas las cosas, también es el creador del Diablo. Dios creó al Diablo por alguna razón. Sin embargo, por obra del destino, el Diablo estaba sin control, y ya no aceptaba el control de Dios. Dios, ante el descontrol demoniaco y quizás por no tener la fuerza para recuperar el poder, creó un ambiente para el Diablo y lo envió al infierno. “Si no te puedo controlar, te elimino.” ¡Vete al infierno! Esta reflexión muestra que la inclusión y la exclusión son materias que se desarrollan en la “esencia del control”.

El control Creo que todo tipo de exclusión es una necesidad de control sobre algo que no ha funcionado o que no funciona, es decir, si no te controlo te excluyo. La inclusión es el movimiento que busca revertir este contexto de control, de desigualdad y –por qué no decirlo– de inferioridad. Nosotros, los humanos, poseemos una fuerte necesidad de controlar a los demás y esto no es una novedad. Esta necesidad de control está muy “enmascarada” y oculta. Sabemos que ella está en nosotros, pero no la declaramos abiertamente. Sólo se dará a conocer en el conflicto, es decir, en el conflicto de inclusión y exclusión. Conflicto entre ganar y perder beneficios, de diversos tipos, por ejemplo. En este conflicto es que vamos a observar quiénes excluyen y quiénes incluyen; quién es el controlador y quién es el controlado.

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