Origen de los sifones emeritenses
En Mérida han desaparecido y, en pocas ciudades se fabrican, estas botellas de cristal que tienen en la parte superior un artilugio que, al apretarlo, sale con fuerza agua y gas carbónico a través de un largo tubo que tiene en su interior. Por ese pitorro sale agua de Seltz, o lo que hoy llamamos soda. Cuando se terminaba, se cambiaba por otro. Su precio era de 15 pesetas en la década de los sesenta. El sifón no faltaba en los bares y era uno de los ingredientes del vermut, con un poco de ginebra, o sin ella, y el sifonazo le daba un gusto a esta bebida que la hacía diferente. El refresco de zarzaparrilla, de la familia de las liliáceas, que actuaba como diurético, como sudorífico en las enfermedades de la piel no llevaba alcohol, la cola cero actual, pero con más propiedades. LA FRANCESA El sifón con la marca “La Francesa” fue la primera que se industrializó en Mérida. En cierto momento hubo cuatro fábricas: la Camerana, de la familia de los García de Vinuesa; Zasil y La Extremeña, de Zacarías Silva Zama; y “La fabrica de hielos y sifones” Pedro Hernández, más conocido como “Matacabra”, en la calle San Juan de Dios. La Francesa se fundó en el año 1877, como dice el propio envase, por unos franceses, de ahí su nombre, y su primera ubicación fue en la antigua carretera de Madrid, donde está actualmente Renault. Sus primeros dueños se la vendieron a Manuel Fernández Vinagre, 66 | Mérida 2017
que no tuvo descendencia, y pasó a las manos de Diego Rubio Escudero. La heredó su hija Petra Rubio Hernández, que la trabaja con su marido Manuel Serván Fernández y su hijo Manuel Serván Rubio, que con su padre la cerraron cuando la fábrica cumplió los cien años, en 1977. Esta fábrica de sifones se ubicó posteriormente en la calle Losa, que es la actual Juan Pablo Forner. Algunos de los envases de los sifones La Francesa llevaban el dibujo del Teatro Romano de Mérida, como identificación del lugar de procedencia. Hoy es una pieza de museo. Los había de distintos colores: amarillos, azules. verdes, negros con funda y los que llevaba nuestro más conocido monumento arqueológico. LA CAMERANA En la Extremadura del siglo XIX, llegaron a Mérida desde Montenegro de Cameros, un pueblecito de la provincia de Soria que actualmente tiene 66 habitantes. Los primeros García de Vinuesa descendían de este lugar. Se ubicaron en Mérida; Manuel, el primero de la saga, aparece censado en Mérida en el año 1875. Abre su primer comercio en 1883 en el número 1 de la Calle Santa Eulalia. En el semanario “El Emeritense” de 1890 se publicita: “Gran Bazar de camas inglesas y del país. Velocípedos, somier metálicos, veladores, hierro y cocinas económicas portátiles. Muebles de Viena y Vitoria. Sillería de Rejilla, americanas y del país. MANUEL GARCÍA DE VINUESA,
Plaza, 5. Completo surtido en lámparas, farolas, quinqués y globos, baterías de hierro – porcelana, jaulas, cromos y molduras, mantas, maletas y bolsos para viajes. Tejidos, paquetería y coloniales”. Al llegar a Mérida, Manuel García de Vinuesa Gil llama a cuatro de sus seis hermanos para que vivan y se establezcan en la ciudad; la venida del ferrocarril en 1864 contribuyó a ampliar las perspectivas de futuro. Llegaron Román, Francisca, Melitona y Aurelia, acompañados de sus respectivos cónyuges. Pero Manuel no se contentaba con la iniciativa de establecer una de las industrias del comercio más rentables y prósperas, creó además una entidad bancaria, destacó en la Sociedad Económica Amigos de País, y se unió con su hermano Román y su cuñado Teodoro Soriano Pérez de Agreda, esposo de Aurelia García de Vinuesa Gil, para la constitución de una nueva industria. Manuel y su hermano Román eran los dueños del bazar “Camerano”, que estuvo abierto hasta 1915 cuando murió Manuel. La familia comienza a desarrollar su labor empresarial y constituyen en 1905 otra sociedad mercantil, fabricando desde pastas alimenticias hasta el hielo artificial que se utilizaba para las neveras de la época. Los frigoríficos eléctricos eran una utopía. La empresa “La Camarena” se constituye en 1905 como sociedad mercantil regular, que se dedicaba a la fabricación de pastas alimenticias para sopas. Bebidas, tanto sifones como gaseosas. También