El primer equipo de oro del fútbol español que jugó en Mérida fue el Donostia en 1933 De la faceta histórica del fútbol en nuestra ciudad se ha recopilado poco, y con contradicciones constantes. Un totum revolutum con militares, ferroviarios, fusiones a la carta de dudosa credibilidad, y la aparición del célebre acta de 1912, al que equivocadamente se confundió como el antecesor de la S.D. Emeritense, cuando entre ambos no existe ningún tipo de vinculación. Es más, distan entre ellos la friolera de 28 años de diferencia. En los años 20, excepto esos equipos Guadiana -que aparecen y desaparecen-, hay muy poca información, por ese motivo, constan en la historia, hasta ocho escudos, que se atribuyen todos al primer equipo, clubes históricos de la ciudad, que nada tienen que ver algunos de ellos con el más representativo (ningún club en la historia del fútbol ha tenido ocho escudos). Particularmente, siempre he tenido predilección especial por los jugadores veteranos, del presente, siempre tienes ahí la información y los datos, pero del pasado... La única forma de sacarle algo digno de ser recordado a un legado histórico deficiente (y este lo es), es a través de esas “viejas glorias”, que por ley de vida, cada día van quedando menos. Hace unos meses también se nos fue Lolino, y otros con sus capacidades mentales ya limitadas. En el tema que nos ocupa, fue Luis Gallardo Puerto, uno de los históricos, quien en su momento me habló de este acontecimiento. Este señor, en 1969, remplazó a Juan Rejas Muñoz como presidente de la pionera de las peñas del Mérida, por entonces Industrial C.F. como fue la denominada “Puerta de la Villa”, fundada en 1965. En concreto, el último año que la entidad tuvo las siglas de Sociedad Deportiva Emeritense, que había visto la luz justo un cuarto de siglo antes. Cuando estos ilustres veteranos han ido desapareciendo de este mundo, con ellos, en no pocas ocasiones, también lo hacían infinidad de vivencias, y riquísimas anécdotas de un puñado de
ex futbolistas que, de manera altruista, se levantaban a las seis de mañana para entrenar, antes de ir a sus ocupaciones. “Eso era afición, y lo demás... es cuento”. Y que como Luis, hacían los desplazamientos apiñados en una camioneta, -la de Bohoyo-, para defender con uñas y dientes los colores del Deportivo Emérita. Para que os deis cuenta de cómo se han recopilado las historias en otras ciudades, vamos a entrar de puntillas en los comienzos del equipo txuri-urdin, que fue precisamente, el rival del Deportivo Emérita en 1933. Fue en San Sebastián allá por 1903 cuando surgió el primer equipo uniformado con los colores verdes y amarillos
del “Recreation Club”. Eran sus muchachos componentes distinguidos de familias acomodadas, los Calisalvo, Satrústegui, Oyarzun o Darda los que se sumaban con entusiasmo juvenil a cultivar el deporte del balón. El Recreation fue un club consagrado al deporte de la raqueta, entronizada en sus magníficas instalaciones de Ondarreta, en su fin colaboracionista pro-futbol, Así llega a la capital de España, y participa en el campeonato nacional. Sembrada la semilla brotan otros modestos núcleos de practicantes, bautizando a sus improvisados equipos con los títulos más anglófilos y pintorescos, y concertando sus partidos dominicales que tenían por espacio el terreno que la autoridad militar utilizaba Mérida 2017 | 73