BARISTAS
HISTORIAS DE
Comensales
Una bebida caliente que se toma en las zonas más cálidas del planeta, entre ellas Mérida con sus más de 40 grados de temperatura
M
érida, una ciudad donde la temperatura puede alcanzar hasta los 43 grados centígrados y una sensación térmica de 52, la gente gusta de tomar café, y no de ahora, con las modernas cafeterías que tienen cómodos sillones, espacios que funcionan como oficinas y un muy apreciado aire acondicionado, sino desde hace más de 50 años.
unos frutos rojos, que las pusieron algo locas. El pastor recogió los frutos, se los llevó a un abad e intentaron prepararlos, con tan mal resultado que arrojaron las semillas al fuego, las cuales desprendieron tal aroma que los convenció de intentarlo otra vez. José Luis Ancona agrega que también los árabes, habitantes del desierto, son famosos por su delicioso café y por crear cafeterías; por tanto, no es extraño que en una zona tan cálida como la capital de Yucatán también se ingiera esa bebida. LUGARES MUY FEOS
José Luis Ancona Maldonado, presidente del Canirac de 1994 a 1995, recordó oportunamente que el café surgió de zonas calientes. Una de las historias se desarrolla en Etiopía, cuando a un pastor llamado Kaldi, se le fueron las cabras al monte y comieron
En “La Ciudad Blanca” se toman café americano y expresso. Como en el resto del mundo, son las opciones más consumidas. “Los cafés (cafeterías) de antes eran lugares sumamente feos, los cafés del centro eran deprimentes. Sí, de verdad. Sucios,
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malolientes, calurosos…” El amante del café recuerda algunos nombres y anécdotas, entre ellos que El Café Louvre, que se ubicaba en el centro histórico de Mérida, carecía de puertas, estaba abierto las 24 horas del día, pero cuando Efraín Calderón Lara (a) “El Charras” armó una “revuelta” en busca de transformar el sindicalismo en el estado, los dueños del café decidieron poner cortinas metálicas, aunque se dice que jamás tuvieron necesidad de usarlas. La fama de esta cafetería también se debe a los conocidos “caldos fríos”, que no era más que una cerveza servida en una taza de café, el vapor que genera la bebida fría se asemejaba al “humo” que despide el café. Otros sitios entrañables y que el entrevistado ubica en la categoría de “feos” son: Cafetería Pop, hasta hoy uno de los sitios favoritos para desayunar o “cafetear” en el centro, sus meseros son ampliamente reconocidos por los “parroquianos”; La Giralda y el Café La Alameda, donde se servía café árabe, del que hablaremos en otra edición.