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Declaración Universal
Declaración Universal
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Luis J. Goróstegui
I
«¡POR FIN!», pensó Nooll cuando oyó la sirena del colegio que indicaba que era la hora de volver a casa. Lo cierto es que le gustaba ir al colegio, pero era evidente que, a sus doce años, prefería jugar con sus amigos en lugar de tener que estudiar todo lo que le enseñaban en clase. Por eso, nada más oír la sirena, se despidió de sus amigos con un sonoro «¡hasta luego…, quedamos para jugar esta tarde al baloncesto donde siempre!», que se oyó a tres manzanas, y salió corriendo.
Nooll vivía no muy lejos del colegio por lo que, en el aerobús que circulaba a siete niveles de altura por las calles de la ciudad, llegaba en menos de cinco minutos a casa. Cuando llegó, entro gritando:
—¡Hola!... ¡Ya estoy en casa!... ¡Mamá…!
Nooll tuvo que repetir los gritos tres veces hasta que su madre salió del laboratorio que tenían en el sótano, desde donde trabajaba para una empresa de diseño y construcción de propulsores cuánticos hiperlumínicos. Su madre, Taiy, era física especializada en partículas de alta densidad y desde hacía cinco años trabajaba en un nuevo prototipo, con la suerte de poder hacerlo desde su propia casa. Su padre era ingeniero en una empresa de diseño y fabricación de robots, pero él tenía que ir a la empresa para trabajar.
—Hola Nooll —le dijo su madre—. ¿Qué tal hoy en el cole?
—¡Muy bien! —le respondió Nooll muy contento—. En la última clase hemos estado hablando de las distintas civilizaciones inteligentes que se conocen actualmente, y de sus características y diferencias.
—¡Eso es muy interesante!... Nooll…. ¿Qué te ha parecido? —le preguntó mamá.
—¡Oh!... ¡mola eso de ser tan distintos…! —le respondió Nooll.
—Bien… Ven…, vamos a merendar… —le dijo Taiy.
—Mamá…, hay una cosa que no acabo de entender muy bien… —le dijo Nooll mientras se comía un enorme y sabroso bocadillo.
—¿Qué es, cariño? —le preguntó su madre.
—Sé que hay dos galaxias que conocemos…, la Vía Láctea y la Enana Canis Mayor…, con muchos planetas habitados por distintas especies inteligentes…, y que habrá más galaxias más lejanas con más seres inteligentes en ellas…, sin embargo la Vía Láctea sólo estuvo originalmente habitada por humanos, procedentes de la Tierra, desde donde se expandieron por toda ella…, mientras que la Enana Canis Mayor desde el principio estuvo habitada, que conozcamos ahora, por quince especies inteligentes que construyeron otras tantas civilizaciones, como nosotros los humanos…, aunque es posible que existan algunas otras más que aún no conozcamos…
—Eso es correcto, hijo. ¿Cuál es tu duda, entonces? —le preguntó su madre.
—Lo que no entiendo muy bien es por qué una galaxia sólo generó una especie inteligente…, los humanos…, mientras que la otra generó quince. ¿Por qué no generaron ambas el mismo número de especies inteligentes?...
—Bueno… —le respondió su madre son una sonrisa—, yo creo que eso es cuestión de probabilidad…. verás… en cierto sentido cada galaxia es independiente de las otras…, hay galaxias que, como la Vía Láctea, sólo tienen una especie inteligente autóctona…, hay galaxias que tendrán sólo dos…, hay galaxias que tendrán tres…, hay galaxias, como la Enana Canis Mayor, que tienen quince…, incluso podrán existir galaxias que no tengan ninguna especie inteligente… Mira…, te pondré un ejemplo… ¿Te acuerdas cuando fuimos a casa de los abuelos y vimos cómo les daban de comer granos de maíz a las gallisaurios?
—Sí… ¡me acuerdo de que casi me muerden la mano cuando les quise dar yo de comer! —dijo Nooll.
—Imagina que cada gallisaurio es una galaxia, y que cada grano de maíz es una civilización de seres inteligentes… Cuando el abuelo les echó los granos de maíz algunas gallisaurios comieron sólo un grano…, otras comieron dos…, otras tres…, hubo algunas que se pusieron moradas de maíz y otras, en cambio, que no comieron ninguno… Pues algo similar sucede en la realidad, no todas las galaxias tienen el mismo número de civilizaciones inteligentes viviendo en sus planetas.
—¡Ah…! Creo que ya lo entiendo… —dijo Nooll—, pero… ¿por qué somos tan diferentes entre sí?
—¿De verdad crees que somos tan diferentes? —le preguntó su madre.
—¡Pues claro…! —le respondió Nooll—. Los humanos somos… ¡así!... —y se señaló de arriba abajo—, sin embargo, mi amigo Isit, que es un a’ethëru, parece un abisal marino…; mi amigo Garsay, que es un nyboläm, parece un delfín…; Awora, que es una wanëen, tiene alas…; Jicha, que es una nikürn, es prima lejana de los tigres…, ja, ja, ja… —dijo riendo—; Atnd, que es un unëwa… con esa piel ceniza…; Brikimran, una arutätsu, parece un insecto…, me recuerda una mezcla de mantis y araña…; Undsay, un waküme… con sus orejas de murciélago…; Dyack, que es un o'nysäth, es igualito a una planta… de esas exóticas…; y además están mis compañeros que son senhaëth, sasricäl, soröd, nuhimäron, këyu, e’shinün o narähi…, que parecen casi humanos…, al menos andan y se mueven como nosotros…, pero no lo son… no del todo… ¡Claro que somos distintos, mamá!
Su madre le miró, sonriendo, le acarició la cabeza y le dijo:
—¡Pero eso son sólo diferencias físicas, Nooll!... Eso no hace distinto en esencia a nadie…, igual que no hace distinto a alguien tener diferentes costumbres, o diferentes creencias éticas, morales o religiosas…, o vestir de forma distinta… Por comer diferente tipo de comida…, por ser hincha de un equipo deportivo diferente… o, incluso, por tener una historia diferente…, no somos, en esencia, distintos… ni mejores ni peores… Nadie debe ser discriminado por ninguna de esas diferencias…, en verdad todos son iguales… ¡todos somos iguales!… y merecemos ser tratados con los mismos derechos básicos, y, en cuanto a las obligaciones esenciales, siempre deben ser exigidas de forma proporcional a las aptitudes de cada uno. ¡Recuérdalo siempre, Nooll!
—¡Pues a mí los nuhimäron me caen fatal! —protestó Nooll.
—Eso no es verdad, Nooll… En todo caso será alguno de tus amigos nuhimäron el que te cae mal, pero no todos los nuhimäron…, y seguro que tú tienes también algo de culpa en eso… ¿verdad? —le dijo su madre.
—Supongo que sí, mamá —dijo Nooll, un poco avergonzado.
—Bueno, y ahora… ¿no tienes un partido de baloncesto?... —le recordó su madre—. ¡Anda!... cámbiate de ropa y vete a jugar… ¡corre! —¡Sí, mamá! —le respondió riendo.
Nooll salió corriendo, se cambió de ropa y se fue al parque que estaba enfrente de su casa. Sus amigos ya estaban jugando. Su madre se asomó a la terraza del salón y vio cómo Nooll jugaba con el resto de sus amigos del colegio… Vio cómo se reía y discutía con el resto de chicos y chicas…, vio cómo le robaba el balón a Dyack, con su morfología de planta exótica…; vio cómo ayudaba a levantarse del suelo a Unëwa… con esa piel ceniza tan especial…; vio cómo intentaba quitarle el balón a una narähi, aunque con los cuatro brazos de la chica moviéndose a la vez Nooll lo tuvo imposible…; vio cómo ayudaba a encestar a Awora, que pasaba volando sobre la canasta…; incluso vio cómo le pasaba el balón a un nuhimäron…
Taiy estaba muy orgullosa de su hijo… y sabía que de mayor sería alguien importante…, pero no porque llegara a ser rico y poderoso…, sino porque respetaría a todas las personas por igual, independientemente de ser de una especie u otra… ¡Estaba segura!
II
Nooll estaba asomado a la gran ventana de la biblioteca del Alto Consejo Intergaláctico. Hoy era un día importante y necesitaba calmarse. A pesar de sus cincuenta y ocho años siempre le relajaba recordar sus días de colegio…, con todos sus amigos y compañeros… y recordar a sus padres. Aunque su madre había fallecido hacía ya ocho años la seguía teniendo muy presente en sus pensamientos. Su padre aún vivía, y, a pesar de sus ochenta y ocho años, se mantenía sano y en forma… Siempre pensaba que su padre llegaría a los cien años, y rezaba para ello.
Nooll era muy consciente de que les debía a sus padres, y a la educación recibida de ellos, el que ahora fuera lo que es… vicepresidente del Alto Consejo Intergaláctico, y que estuviera a punto de hacer pública la declaración que iba a proclamar en pocos minutos ante todas las autoridades galácticas… Una declaración que era el premio a toda una vida de honesta actividad diplomática entre todas las especies inteligentes conocidas de las galaxias exploradas.
—Señor…, es la hora —le avisó su secretario.
—Sí, ya voy —le respondió Nooll.
Y recogiendo unos documentos (en uno de los cuales —un informe complementario en el que se enumeraban las principales características de cada civilización miembro— había garabateado él mismo unas sentidas palabras al margen final), salió de la biblioteca y se dirigió a la gran sala principal. Se trataba de un colosal hemiciclo en el que se debatían, aprobaban o suspendían las reglas que el Alto Consejo ponía en práctica en los diversos planetas. Subió al escenario y, mientras le presentaban, observó a los asistentes. Estaban allí representantes de todas las civilizaciones actualmente conocidas de la Vía Láctea y de la Enana Canis Mayor. Le parecía estar en el colegio rodeado de todos sus compañeros procedentes de las dieciséis civilizaciones galácticas conocidas. Aunque Nooll había sido el principal promotor de esta Declaración, realmente esta había sido el resultado del esfuerzo conjunto de muchas personas pertenecientes a varias civilizaciones, pero todas se habían puesto de acuerdo para ceder el honor a Nooll… Era la forma que tenían de expresarle su cariño y admiración.
En eso el presidente de la Cámara finalizó su presentación y Nooll accedió al atril y comenzó su discurso:
—Estimadas autoridades galácticas…, queridos amigos: seré breve… ¡ninguno queremos llegar tarde a la cena!... ¿verdad? —dijo Nooll sonriendo…, al igual que el resto de los asistentes—. Hace unos instantes… mientras estaba esperando este momento…, gracias señor presidente de la Cámara por su amable presentación…, pensé cuánto había cambiado nuestra forma de vida en estos últimos casi trescientos años…, sobre todo para nosotros los humanos…, aunque creo que también para el resto de civilizaciones galácticas aquí presentes. Proceso que nos ha traído, finalmente, hasta hoy, con la solemne proclamación de la Declaración de Derechos y Obligaciones Universales que voy a tener el honor de presentar.
Todo empezó cuando se produjo el primer contacto entre los humanos y los senhaëth. En ese momento los humanos tuvimos respuesta a una pregunta que nos hacíamos desde el principio de los tiempos… ¿Estamos solos en el universo?... Y la respuesta es ¡NO!... En los siguientes doscientos años, gracias a la mediación de los senhaëth, supimos de la existencia del resto de civilizaciones inteligentes actualmente conocidas de la Enana Canis Mayor…, quince por ahora…, con las que entablamos una amistosa y provechosa relación diplomática y comercial. Sin embargo, ha sido durante los últimos decenios cuando nuestra mutua comprensión nos ha llevado a conocernos mejor y a rechazar cualquier tipo de discriminación por cualquier motivo relacionado con las diferencias morfológicas y fisiológicas, o diferencias de convicciones sociales o religiosas, o simplemente por el diferente gusto en las modas y nuestras propias costumbres e historia… Todo ello nos ha llevado a realizar la Declaración que hoy nos ocupa. No quisiera terminar sin antes alabar el apoyo recibido por parte de todas las civilizaciones galácticas aquí presentes, sin cuya ayuda no habría sido posible dicha Declaración Universal; es notorio que el texto de la misma se ha elaborado a partir de las declaraciones de derechos previamente existentes en nuestras propias civilizaciones, extendiendo su alcance a todas las conocidas actualmente y a las que posiblemente sean contactadas en un futuro y que se comprometan a adoptar las reglas de convivencia aquí declaradas, para el buen porvenir de todos.
Permitidme, ahora, que lea la Declaración de Derechos y Obligaciones Universales…, dice así:
Declaración de Derechos y Obligaciones Universales
El Alto Consejo proclama la presente Declaración de Derechos y Obligaciones Universales como ideal común por el que todas las civilizaciones galácticas deben esforzarse, a fin de que tanto los individuos como las instituciones, inspirándose constantemente en ella, promuevan, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos, obligaciones y libertades, y aseguren, por medidas progresivas de carácter interplanetario, su reconocimiento y aplicación universales y efectivos, tanto entre los planetas de las civilizaciones miembros como entre los de los territorios y planetas colocados bajo su jurisdicción.
Artículo 1: Todos los seres galácticos miembros de las Civilizaciones Galácticas nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros.
Y así continuó leyendo el texto completo de la Declaración hasta un total de 50 artículos. En cuanto terminó de leerla todo el hemiciclo irrumpió en un atronador aplauso. Nooll saludó a los asistentes, salió del escenario emocionado y se dirigió donde estaba esperándole su padre.
—Mamá estaría muy orgullosa, hijo —le dijo su padre con una sonrisa y, abrazándole, le dio un beso.
INFORME COMPLEMENTARIO
Clave: O'moring87/It'ver'aet26-H30 Es importante encuadrar los hechos en su marco histórico. Para ello, veamos un breve resumen cronológico (FLT):
• Año 2618 d.C. —Primer asentamiento permanente humano en un planeta externo al Sistema Solar (en el planeta Altair).
—Inicio de la expansión de la humanidad por la Galaxia Vía Láctea (GVL).
• 5100 apróx. —Fecha oficial de la finalización de los asentamientos humanos por la GVL.
—Inicio de un periodo de paz y prosperidad.
• 10000 aprox. —Fin del periodo de paz y prosperidad.
• 10121 [4 de julio] —Inicio de la Primera Guerra Galáctica (1ªGG).
• 12234 —Fin de la 1ªGG. Inicio del llamado «Periodo de Decadencia».
—Debido a los efectos devastadores de la 1ªGG se produjo un retroceso tecnológico de tal magnitud que los planetas llegaron a perder contacto entre ellos; incluso, con el paso de los siglos, cada planeta llegó a pensar que estaba solo en el universo.
• 17500 —Fin del «Periodo de Decadencia». Inicio del llamado «Nuevo Renacimiento»: la humanidad inició un proceso de resurgimiento moral y tecnológico.
• 29951 —Fin del «Nuevo Renacimiento».
—Tuvo lugar el 1er. contacto entre los humanos de la Tierra y los humanos del planeta Varnewë. A partir de entonces, la humanidad inició un proceso de unificación interplanetaria que dio como resultado la fundación del Alto Consejo, el cual llegó a agrupar unos 1500 planetas, aproximadamente.
• 32453 [5 de julio] —Primer asentamiento humano en un planeta externo a la GVL: en el planeta Gianaëi (planeta virgen, no habitado por ninguna civilización; inicialmente denominado Esperanza) de la Galaxia Enana Canis Mayor (GECM).
• 32763 [28 de septiembre] —Primer contacto entre los humanos de la GVL y habitantes de la GECM, en concreto del planeta Senhaë: los senhaëth.
En el 32763 d.C. se produjo el primer contacto entre humanos y seres de otra galaxia, distinta a la Vía Láctea, en concreto del planeta Senhaë de la GECM. Tras ese primer contacto, el Alto Consejo Intergaláctico promovió diversas expediciones con el objetivo de entablar relaciones diplomáticas y económicas con nuevas civilizaciones. A diferencia de la Vía Láctea, en la que todos sus habitantes procedían de la misma civilización humana, originada en el planeta Tierra, en la GECM convivían diversas civilizaciones, cada una de ellas con su propio origen independiente del resto.
En la fecha en la que los humanos y los senhaëth contactaron, en la GECM existía la llamada Corporación de Planetas, entidad que, de forma similar al Alto Consejo Intergaláctico de los humanos, regulaba las relaciones entre los diversos planetas miembros de dicha Corporación.
La GECM era una galaxia que no había sido totalmente explorada por aquellas civilizaciones más avanzadas técnicamente que en ella habitaban, por lo que la Corporación de Planetas solo agrupaba a las quince civilizaciones inteligentes conocidas hasta la fecha.
Gracias a la intervención mediadora de los senhaëth, a lo largo de los siguientes doscientos años (entre el año 32763 y el año 32963, aproximadamente) los humanos entablaron relaciones diplomáticas y comerciales con las quince civilizaciones miembros de la Corporación de Planetas.
Tanto el Alto Consejo Intergaláctico como la Corporación de Planetas se fundieron en un nuevo y reforzado Alto Consejo Intergaláctico de Civilizaciones Galácticas, encargado de regular las relaciones entre las distintas civilizaciones conocidas o por conocer.
Dichas relaciones diplomáticas y comerciales entre ambas galaxias permitieron y fomentaron que todas las civilizaciones involucradas, tanto la humana como las quince de la GECM, se establecieran en muchos de los planetas ya habitados de ambas galaxias, lo cual favoreció la interrelación entre especies, así como que se colonizaran nuevos planetas vírgenes por parte de dichas civilizaciones. Asimismo se establecieron protocolos de actuación conjuntos entre varias civilizaciones para promover las exploraciones tanto en las dos galaxias habitadas como en otras galaxias más lejanas, con el objeto de establecer contacto con otras civilizaciones.
Las 16 civilizaciones, miembros del Alto Consejo Intergaláctico de Civilizaciones Galácticas, y firmantes de la Resolución 103592-W (XIX) de la Declaración de Derechos y Obligaciones Universales del 18 de diciembre del año 33050 d.C., son las siguientes (indicamos algunas de sus características):
• En la GVL:
1. Humanos: Procedentes originariamente del planeta Tierra, a partir del cual se expandieron a lo largo de la galaxia. Habitan gran parte de los planetas de la GVL.
• En la GECM:
2. Senhaëth: Procedentes del planeta Senhaë. Viven en un solo planeta, aunque disponen de estaciones espaciales, así como yacimientos mineros en diversas lunas cercanas. Morfología semihumana. Civilización pacífica y amable. Poseen capacidades telequinéticas.
3. Sasricäl: Procedentes originariamente del planeta Sasricä. Habitan cinco planetas (Sasricä, Imäni, Irowämako, Sonä e Iwäyo) y varios cientos de lunas y satélites, todos ellos localizados en el sector Y44 de la GECM. Poseen alta capacidad tecnológica. La diplomacia no es su fuerte. De carácter recio y algo brusco. Valoran el honor y la valentía. Morfología semihumana. Muscularmente fuertes pero de baja estatura, no suelen alcanzar el 1,65 m.
4. A’ethëru: Procedentes originariamente del planeta A’ethër. Potencia militar. Controlan todo el sector X3D de la GECM. Habitan en 250 planetas, aproximadamente, y varios miles de lunas. Muscular y físicamente imponentes, poseen características morfológicas que evidencian su origen evolutivo de alguna especie abisal marina autóctona, aunque actualmente son bípedos terrestres. Respiran oxígeno aunque soportan altas concentraciones de ácido sulfúrico en el aire.
5. Soröd: Procedentes originariamente del planeta Soröhd. Civilización Zem. Son pacíficos y muy reservados. De gran altura física. Morfología semihumana. Viven sólo en el planeta Soröd y sus tres lunas (Luräy, Vorhät y Antäs). Debido a la alta concentración de metano de sus atmósferas, tanto del planeta como de sus tres lunas, requieren máscaras de respiración cuando visitan otros planetas.
6. Nyboläm: Procedentes originariamente del planeta Nyboläth. Civilización eminentemente acuática. Fisiológica y morfológicamente están adaptados para poder vivir tanto bajo el agua como en tierra. De configuración semihumana. Son bípedos. Poseen un sistema dual branquiapulmón poderosamente eficaz. Evidentemente han evolucionado a partir de alguna especie marina autóctona. Aunque son capaces de hablar, entre ellos prefieren usar una comunicación a base de frecuencias ultrasónicas de baja densidad, indetectables por el resto de civilizaciones.
7. Nuhimäron: Procedentes originariamente del planeta Nuhimär. Habitan tres planetas y cinco lunas. Disponen de biotecnología de alta eficiencia. Excelentes cazadores. De gran longevidad, llegan a alcanzar los 300 años (Año Estándar Galáctico). Disponen de naves bioespaciales aunque sin armamento bélico. Morfología semihumana. El planeta dispone de grandes bosques con árboles gigantes donde viven los nujimäron. Comparten planeta con los eürith: especie submarina seminteligente.
8. Wanëen: Procedentes originariamente del planeta Wanhë. Bípedos, disponen de dos fuertes y grandes alas que les permiten volar. Expertos en el diseño y construcción de aeronaves estelares y propulsores hiperlumínicos.
9. Nikürn: Procedentes originariamente del planeta Nikür. Bípedos de constitución felina. Fieros guerreros. Altos y muy fuertes. Muchos son reclutados como soldados para la guardia de la Corporación de Planetas de la GECM.
10. Këyu: Procedentes originariamente del planeta Këyuth. Expertos mineros. Son capaces de ver en la oscuridad. De fuerte constitución física. Morfología semihumana. Civilización pacífica aunque algo orgullosa. Buenos diplomáticos.
11. E’shinün: Procedentes originariamente del planeta E’shinü. Debido a las muy bajas temperaturas de su planeta están perfectamente adaptados para resistir fríos intensos. Cuando habitan otros planetas viven en las zonas polares, preferentemente. En caso contrario sus hábitats disponen de la tecnología para mantener las temperaturas propias de su planeta de origen. Su sangre posee altas concentraciones de anticongelante natural. Morfología semihumana. Son expertos cazadores. Disponen de tecnología para construir naves espaciales y motores cuánticos.
12. Unëwa: Procedentes originariamente del planeta Unëwan. Expertos burócratas. Civilización pacífica aunque sin sentido del humor, de piel ceniza. Se toman todo al pie de la letra, sin captar dobles sentidos. Morfología semihumana. Suelen trabajar en tareas administrativas.
13. Narähi: Procedentes originariamente del planeta Naräh. Civilización pacífica. Han sabido compaginar su respeto por las antiguas tradiciones con su alto nivel tecnológico. Expertos diplomáticos. Altos, de constitución elegante y bípedos. Poseen grandes ojos capaces de ver a grandes distancias. También poseen capacidades telepáticas. Tienen cuatro brazos.
14. Arutätsu: Procedentes originariamente del planeta Arutätsun. Buenos
comerciantes. Disponen de tecnología para construir naves espaciales y cargueros interplanetarios. De morfología seminsectívora, poseen manos prensiles.
15. O'nysäth: Procedentes originariamente del planeta O'nysä. Civilización pacífica. Su morfología física delata su similitud con algún tipo de planta autóctona, aunque se sospecha que dicha morfología es debida más a modificaciones genéticas provocadas que a un proceso evolutivo natural. Su lenguaje está basado en sonidos suprafrecuenciales cuánticos. Cuando tienen que comunicarse con alguien de otra especie utilizan un traductor universal simultáneo.
16. Waküme: Procedentes originariamente del planeta Wakümeh. Habitan en 10 planetas y 43 lunas, todos ellos en el sector K6F de la GECM. Civilización semipacífica, de morfología semihumana. No atacan si no son atacados, pero en la guerra son temibles. Expertos músicos, con grandes pabellones auriculares. Casi todo su armamento está basado en tecnología sónica.
(Datos obtenidos de la Enciclopedia Intergaláctica, 821ª edición, con autorización de los editores).
Luis J. Goróstegui Ubierna (España) Blog: observandoelparaiso.wordpress.com