ARTEBA
ARTE ¿BA O NO VA? Por Amanda Ravasi
La feria de arte más importante de Argentina está pidiendo a gritos ser renovada, pero parece que algunos escuchan y otros no. ¿Hablamos de un cambio superficial de formato o de una redistribución de los puestos? No. Se trata de una transformación estructural que esté en consonancia con lo que sucede a nivel global y nacional: las mujeres, en el arte, no nos callamos más. Que la feria de arte situada en el complejo de La Rural en la Ciudad de Buenos Aires venía sufriendo algunas dolencias en relación a su conformación no es novedad. Si bien se trata de un encuentro significativo en la escena artística nacional, hace ya algunos años que arteBA se ha convertido en un evento donde convergen diversas y complejas situaciones. Desde los precios de los puestos y la distribución de las distintas galerías, hasta las problemáticas concretas del arte contemporáneo, la feria ha ido sorteando –a veces con cintura, a veces no- los procesos intrincados que las últimas décadas nos han arrojado. El intento de arteBA por actualizarse tuvo su punto clave este año, cuando a partir de la crisis generada por el Covid-19 se volcó al medio virtual como modo de salir adelante. Si bien es cierto que ya existían tiendas en línea para la compra de producciones artísticas, el hecho de trasladar un evento de esta magnitud de lo material a lo digital conlleva un enorme trabajo que merece la pena analizar. A simple vista, pareciera que se trata de una maniobra audaz que varias ferias del mundo adoptaron en este contexto, pero es necesario
36 | Artes Visuales
visualizar que debajo de ese manto de compromiso con la causa se esconden entramados un tanto más complejos. Sería inocente pensar en arteBA como un evento meramente artístico, ya que al tratarse de una feria lo económico posee un rol fundamental, y es en este sentido que la relación virtual-monetaria no da los mismos resultados que la experiencia ‘en vivo’. Por otra parte, hace tiempo ya que varias galerías locales se sentían desplazadas por sus homónimas internacionales, que eran recompensadas por su participación ocupando los principales puestos. Este desplazamiento de lo nacional no es un hecho fortuito, pues da cuenta de los intereses simbólicos y económicos que existen detrás de la gestión de la feria realizada por Fundación arteBA, que pregona en sus objetivos “el incentivo y la promoción de la producción artística contemporánea”. Producción contemporánea, sí; nacional… no tanto. Más allá de las reconversiones materiales, que pueden resultar interesantes, hay otro tipo de modificaciones estructurales que hace años han aparecido en el mundo y vienen adquiriendo fuerza y compromiso, y tienen que ver con el rol de la mujer en el campo del arte.