¿A dónde vamos?, Diciembre/2016

Page 16

Mantou

El jardín de las delicias POR: Emiliano Castillo-Olachea

Pasé de largo y francamente no lo distinguí, hasta dudé por un momento si había leído bien la dirección, entonces pude apreciar un anuncio a nivel de calle y por inercia el anuncio luminoso que lo señalaba: Mantou Gastropub.

Nadie me lo recomendó, lo encontré a través de alguien que lo compartió en Facebook, captó mi atención y revisé con escrutinio su página y comentarios, me interesó. Cuando el antojo por un ramen se convirtió en mi motivo principal para conocerle. El exterior está cubierto por “pallets” y enredaderas, a simple vista no puedes observar hacia el interior al menos que trates de espiar entre las vigas. Para entrar simplemente sigues un camino de grava que hay junto a unos bambúes que te lleva directamente al comedor interior, la barra ocupa el lateral del salón y es lo primero que ves al entrar. El salón es un espacio quizá pequeño en proporción al jardín, cuenta con mesas para cuatro y seis personas, una puerta de acceso a los “water closets” y otra a una híper higiénica cocina (me ofrecieron un tour pero no me alcanzó el tiempo, pero sí pude echarle ojo en mi trayecto al WC) cosa que me cautivó. Piso de concreto, madera, metal, obra plástica de diversos artistas cuelga de las blancas paredes, todo muy visible. Para llegar al jardín al entrar al salón giras a tu derecha, das unos cuantos pasos y ¡voilà! No, no trates de engañarte, en ningún momento te he hecho creer que es un jardín versión castillos del Loire o Versalles que así se lea es otra cosa. Es un muy amplio espacio con versiones distintas de asentamiento, existen algunas mesas de altura normal, otras altas, una sala de pallets y una muy simpática barra que circunda a un viejo árbol. Grava, más madera y metal, redes militares haciendo sombra y guirnaldas de luces (extensiones de focos) y más pallets haciendo de pared y divisiones. Muy simplista, muy DIY (do it yourself).

16 | ¿A dónde vamos?

Decidimos sentarnos en mesa alta no para ver por encima del hombro, sino que nos pareció cómoda y en un punto medio. Un nublado sábado casi acababan de abrir, fuimos los primeros comensales. Un camarero muy joven, simpático, de pantalón y playera negra con el logo del lugar, confiado en su trato nos da la bienvenida con un amable ¡buenas tardes! Nos entrega el menú sí, en una tabla de madera con clip pero, la tabla era de petatillo pintado en color verde y el papel texturizado en tonos crudos. Este explica en dos líneas su concepto de cocina, está compuesto de 7 entradas, 4 steam buns (mantous), 4 fuertes y 1 postre. Bebidas, una reducida lista de vinos, cervezas artesanales y cocteles diversos. Mantou es un pan tradicional del norte de China, es lo que conocemos en occidente como bollo, la diferencia es que su cocción se realiza al vapor; una vez cocido se puede dorar, tostar o freír, existe una versión que se rellena con carne de puerco u otras carnes y vegetales cuyo nombre es Baozi, pero en algunas áreas de éste país asiático le llaman también mantou. De entrada arranqué con una botella de vino y mi acompañante con un Mojito muy bien elaborado; Armando el camarero nos sirvió por cortesía de la casa, en un plato vintage de cristal (que me llamó la atención y que seguro tu mamá o abuelita tienen aún varios) un Bun tostado con queso azul, tomates deshidratados, unas tiras de chicharrón prensado, cilantro y una salsa muy picante, de textura cremosa y que según nos explicó es la versión del chef de la popular sriracha; sin duda alguna ésta era mejor. De las entradas aunque atractivas todas, seleccionamos unos ostiones con salsa Mignonette, un clásico de la cocina francesa; es una vinagreta con shallots y pimienta. La versión de Mantou lleva cilantro, lajas de chile serrano y vinagre de vino tinto.

Revistadondevamos.com


Turn static files into dynamic content formats.

Create a flipbook
Issuu converts static files into: digital portfolios, online yearbooks, online catalogs, digital photo albums and more. Sign up and create your flipbook.