La sensación de miedo de un sonido (aterrador) está causalmente relacionada con lo bien que permite localizar una fuente potencialmente dañina y esto probablemente tenga su causa raíz en el vínculo evolutivo entre el miedo y la supervivencia. La incapacidad de localizar un sonido se generaliza a la falta de facilidad o fluidez en el procesamiento del sonido (Grimshaw 2009, p. 4 ).
Un sonido muy grave que no tiene una causa o raíz, aparentemente genera un sentimiento diferente al de sonidos más agudos. El estrés no está activo y mucho menos presente para el observador; aunque si hay una sensación de incomodidad. Es común que en películas de terror cósmico se generen soundtracks con sonidos graves, muy sutiles para mantener al público tenso en escenas específicas. El uso correcto de este recurso se da en el balance, para mantener a los espectadores tensos pero no demasiado. Generando emociones necesarias en los momentos oportunos para realzar el efecto de la película. Y que el uso de sonido en éste caso esté muy bien pensado para relacionarse fluidamente con los efectos visuales de la película.
La famosa película de A. Bayona y Guillermo del Toro “The Orphanage” (2007), es un ejemplo de mezcla entre sonidos graves y agudos. Especialmente en su banda sonora.
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