3 RELACIÓN: A TRAVÉS DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS
Un discípulo de Cristo, como todo ser humano, es relacional. Fuimos creados para vivir acompañados.44 ¿Te imaginas vivir en este mundo solo? No hay lugar en la Biblia para vivir en la soledad. Dios dijo: “No es bueno” (Génesis 2:18). El inicio de su relacionamiento es con su Creador, luego con su familia, también con un grupo reducido de amigos, le sigue la iglesia y posteriormente la comunidad.45 Cuando Jesús llamó a sus discípulos, a vivir en relacionamiento, no tenía en mente un grupo de amigos que se reúnen para tener una vida social meramente, sino para vivir un relacionamiento con Intención, Propósito y Dirección. Quizás, el cuadro más impresionante de una iglesia que se relacionaba intensamente es presentada en el libro de Hechos 2:46, 47 donde se describe a la Iglesia apostólica: “Y perseverando unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios, y teniendo favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos”. 44 Alejandro Bullón, Compartir a Jesús es todo (Buenos Aires: ACES, 2011), 117. 45 Javier Tula Llanos, Discipulado radical y expansivo (Ñaña, Lima: Ediciones Fondo Editorial de la Universidad Peruana Unión), 36.
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RELACIÓN: A TRAVÉS DE LOS GRUPOS PEQUEÑOS
“El Salvador se mezclaba con los hombres como alguien que deseaba su bien. Les mostraba simpatía, atendía sus necesidades, y se ganaba su confianza. Entonces les decía: ´Sígueme´”. (Elena G. de White)