Informe FRUTIHORTICOLA
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La Metrópolis Buenos Aires
En notas de la Redacción de ‘Informe’ u otras referidas a “Buenos Aires” nombramos a la “Metrópolis de Buenos Aires” considerando un solo conglomerado urbano que abarca la Ciudad y los ‘Partidos’ del primero hasta el tercer cordón del llamado “Gran Buenos Aires”.
L
a configuración demográfica y urbana ha cambiado en los últimos 30 años y poco más, desde que –por ejemplo- se inauguró el Mercado Central y se conformaron “islas” urbanas como las denominadas Villas que se instalaron en la Ciudad (en adelante la CABA) y en dichos ‘cordones’ urbanos. Existe un estudio volcado en un libro llamado La Metrópolis de Buenos Aires cuyos autores son Roberto Dromi (ex ministro del presidente Menem) y Fernando Lucero Schdmit editado por un Observatorio de Gestión Pública, un exhaustivo trabajo con datos estadísticos del año 2015 que señalan una población de 14.900.000 habitantes, en un espacio de 14.000 km. cuadrados y una superficie de la “mancha urbana” de 2.440 kilómetros cuadrados. Actualmente la población se estima en más de 17 millones. En este ámbito hacia el oeste, suroeste, se encuentra el Mercado Central en la vía en autopista que corre desde el bajo de la CABA, hasta el Aeropuerto de Ezeiza, con salida al sur a la ruta 25 y su empalme con la ruta 3, por donde converge el transporte en camión de
hacienda hacia el Mercado de Liniers en la CABA. Dicho sea de paso, el “Mercado de Hacienda” fue creado en 1911 cuando eso era campo y son 20 hectáreas que concentra la llegada de la hacienda
que luego del remate debe volver a cargarla para llevarla a los frigoríficos en el 2º o 3º cordón metropolitano. Las frutas y hortalizas Es en esta “mancha urbana” donde se distribuye día a día las frutas y hortalizas que llegan por el
Mercado Central y la que no pasa por el Central, cuyos volúmenes desconocemos, que se depositan y se redistribuyen desde Quilmes, Avellaneda, Lanús, y los grandes partidos más allá de la General Paz, con La Matanza con sus casi 2 millones de habitantes. Es en esta inmensa región donde deben distribuirse los alimentos perecederos, con los problemas e inconvenientes que están a la vista cada día debido a la saturación de las autopistas y la telaraña urbana en que se ha convertido la Metrópolis.
El costo de la distribución es un componente de la economía política que tiene una incidencia absoluta. En particular en el caso de la distribución en una megaciudad como es la Metrópolis, agrega un valor extraordinario a un producto perecedero que requiere un tiempo limi-
tado para llegar desde la zona de producción a un Mercado y de allí al punto de venta que en la Metrópolis puede extenderse a 20 kilómetros con el deterioro correspondiente por carga y descargas sucesivas. Es una de las grandes diferencias con los alimentos no perecederos que pueden recorrer largos caminos y colocarse finalmente en grandes depósitos en toda la región metropolitana en stock y esperar los momentos más favorables para la comercialización. En conclusión, los problemas que genera la concentración y centralización de la Metrópolis Buenos Aires (como los tiempos de la distribución) que se agudizan en la CABA y en los Partidos del primero y segundo cordón metropolitano, encarecen los precios de las frutas y hortalizas. Y por otra parte en la época invernal muchos productos que llegan de entre 500 y más de 1.000 kilómetros, elevan los precios que poco tienen que ver con el valor que reciben los productores. La autopista Richeri es hoy un testimonio diario del colapso automotor no solamente en las horas pico sino prácticamente, todo el día. Cuando se planificó el Mercado Central, Buenos Aires era otra y el número de habitantes y el caudal automotor era cinco veces menor. Las perspectivas, no pueden ser peores. (Informe Frutihortícola. C.C.G.)