Viaja por Islandia con Iceland Travel Descubre Reykjanes Viajar por Reykjanes te proporcionará una pincelada de las muchas maravillas islandesas: aguas termales, campos de lava, lagos en cráteres, campos geotérmicos, saltos de agua y, por supuesto, la Laguna Azul. La región también cuenta con una amplia gama de actividades al aire libre y algunos excelentes museos y centros culturales. Uno de los encantos evidentes de Reykjanes es su proximidad a Reykjavík, por lo que es ideal para los visitantes con base en la capital. Sin embargo, es una zona que a menudo pasan por alto los viajeros que se hospedan fuera de la ciudad, y aquellos interesados en visitar todo el país y que ponen rumbo norte o este, ¡olvidándose de la hermosa península al suroeste! El resultado de esto es que el área sigue siendo relativamente inexplorada y es muy posible que te encuentres completamente solo en medio de un campo geotérmico de vapor o en la parte alta de un faro. Reykjanes tiene once faros espectacularmente situados a lo largo de su costa salvaje, incluyendo el más antiguo faro de Islandia, Reykjanesviti, que data de 1878, y el más alto del país en Garðsskagi: Faro de Reykjanes Faro Auxiliar de Reykjanes Faro antiguo o nuevo de Garðskagi Faro de Selvogur Faro de Stafnes Faro de Sandgerði Faro de Hólmsberg Faro de Vatnsnes 25
Faro de Gerðistangi Faro de Hópsnes Faro de Krýsuvík
Descubre Reykjanes en el sentido de la agujas de un reloj La montaña Keilir se formó por erupciones subglaciales durante la edad de hielo y es una de las primeras cosas que usted divisará en la distancia en su ruta hacia Reykjanes por la carretera 41. Según los geólogos, la forma cónica distintiva de Keilir probablemente significa que es un cráter. A pesar de sus fuertes pendientes, la montaña no es demasiado difícil de escalar, y la vista desde la cima en un día despejado es inolvidable. Keilir es el símbolo más distintivo Reykjanes y es el símbolo de toda la península. A menudo es visible desde Reykjavík, sobre todo desde Suðurgata, si echamos la vista hacia el oeste desde el Museo Nacional. En la cima de la montaña hay una mesa de hormigón con un mapa en una placa metálica que explica los puntos que se divisan desde allí.
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