Pulsión
Para José Molina
Quiero un gato pardo y un caballo rojo. Quiero un viernes como pátina sobre bronce, pretendo el tiempo de hierro y calcio originales, la piel feral del poeta en el eje de la tan gastada luna. Quiero invocar sobre hojas vencidas y hacer de ellas aves consecuentes. El miércoles fui un bulto de barro mal cocido. –Tardarán en volver los miércoles a mis semanasUn amigo se volvió ceniza, dicen las escrituras de un dios al que ya no temo. Este amigo tenía un caballo rojo y era gato pardo. Anduvo por el mundo sobre las crestas del viento y les otorgó nombres del sur en una lengua acentuada por las claves del agua; pero el mismo líquido en la crisopeya de su páncreas lo abatió hasta que no pudo abrir más la boca ni cerrar los ojos. Él quiso perder el vello y brillo de su cuerpo, ser verde, empezar. Qué amables son las especias en el té oriental de este sábado. Dije quiero y tengo el andar de un gato, caballo rojo reventó mi entrepierna. Enna Osorio Montejo