EDUCACIÓN PARA LA CIUDADANÍA Y LA CONVIVENCIA Tomamos parte en la humanización de Bogotá
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2.1. Presentación Cuanto más pienso críticamente, rigurosamente, la práctica de la que participo o la práctica de otros, tanto más tengo la posibilidad, primero de comprender la razón de ser de la propia práctica, segundo, por eso mismo, me voy volviendo capaz de tener una práctica mejor. (Freire, 1997)
En la unidad 1, exploramos la manera en que abordamos y gestionamos los conflictos en los que estamos inmersos de manera individual y colectiva, aprendimos algunas herramientas que nos ayudan a examinarlos para evitar su escalamiento, conocimos los caminos posibles para gestionarlos y el papel que podemos tener en ellos. Sin embargo, analizamos los conflictos según el papel que desempeñamos en ellos. Por tanto, en esta segunda unidad avanzaremos un paso más allá para descubrir esos conflictos más grandes de los que somos parte y que compartimos con el colectivo social que conforma nuestro barrio y localidad, con el fin de descubrir cuál puede ser nuestro aporte personal y colectivo a su abordaje, gestión o resolución. La humanización aparece con gran fuerza en esta unidad, como una preocupación ineludible frente a los efectos que tiene sobre las personas --y el espacio geográfico que habitan-- la aparición, permanencia y profundización de conflictos sociales que impiden, entre otros, la realización humana, el disfrute de derechos, el ejercicio de la libertad, la participación ciudadana, el acceso a bienes y servicios... En este sentido, “la humanización no es una palabra más, hueca, mitificante. Es praxis, que implica la acción y la reflexión de los hombres sobre el mundo para transformarlo” (Freire, 2005, p. 58). Para ello, vamos a utilizar como herramienta la cartografía social. Esta nos permite, entre muchas otras cosas, analizar la realidad, entrar en relación directa con nuestro territorio (barrio - localidad) para dialogar y profundizar los diferentes aspectos que la componen y que requieren nuestro reconocimiento y atención. Restrepo y Velasco afirman que “este proceso debe servir para comprender que el derecho a la vida no es sólo de los seres humanos sino de todas las formas de vida que florecen en el territorio, y para establecer una nueva relación entre los vecinos y de estos con el territorio” (Citado por Mora & Jaramillo, 2004, p. 8) Y ¿qué tiene que ver y la cartografía con nuestros aprendizajes en ciudadanía y convivencia?