Capítulo 10
DEL PELIGROSO OELAIARE Al CALOR DE IEXAS Glaciar Kahiltna
as alas del Cesna rojo se inclinaron sobre el Kahiltna L Glacier mientras nuestro piloto se preparaba para aterrizar en el amplio campo del glaciar en la base del campa172
mento. Las grietas se alineaban alrededor del extremo del área de aterrizaje. Los esquíes del avión rayaron la helada superficie mientras avanzábamos hacia el extremo de la pista. Adrián me palmeó el hombro y señaló su ventana. - Allí está. Asombrado y con los ojos desorbitados, oprimí la nariz contra el vidrio de la ventana, como un niño que observa un accidente desde la seguridad del automóvil de sus padres. La montaña dominaba las inmediaciones, tan gigantesca y maravillosa como siempre me la había imaginado. Una gigantesca nube envolvía la cumbre. Mi corazón se aceleró. ¡Qué lugar tan maravilloso para morir! pensé, mientras cerraba los ojos por unos momentos para afirmar mis pensamientos. ¡Anímate, Todd! ¡Ten fe! ¡Ten fe! Miré mi reloj, le di unos golpecitos, y después lo sacudí de nuevo. s:15 p.m . ¿Podría ser demasiado tarde? Tendríamos que pasar la mayor parte de la tarde esperando que el clima mejorara para poder aterrizar sobre el glaciar. Este era nuestro segundo intento. Debido a la gruesa nube que lo cubría, el piloto se había visto forzado a regresar a 111