Capítulo 8
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LA CUMBRE DE AMERICA DEL NORIE Talkeetna, Alaska
o que vi en el rostro del guardabosque no me dejó ninguna duda en la mente. El sabía que alguno de los que estábamos en ese cuarto iba a ser herido o quizá moriría en la montaña. Una vez más, un pensamiento familiar se insinuó con poder en mi cerebro. ¿Estaba yo utilizando la ascensión como una distracción del dolor que me había producido el divorcio? ¿O trataba de probarme a mí mismo que podía hacer cualquier cosa que un hombre con dos piernas podía hacer? ¡No! Me recordé a mí mismo. Dios y yo hemos arreglado todo eso. Yo estoy aquí por Dios y el mensaje que quiere enviar a sus hijos! -¿Alguna pregunta? -el guardabosque parecía mirar directamente a mí. - Sí -dijo un alpinista detrás de mí arrastrando las palabras-. ¿Cuándo salimos para el campamento base? Una risita nerviosa pasó por entre todos los novatos. El guardabosques miró al hombre, con un rostro severo, aunque profesional. -De acuerdo con el servicio meteorológico, tendremos que esperar que se despejen las nubes en la montaña para facilitar un aterrizaje y un despegue seguros. -¿Cuánto tiempo debe tomar eso? - preguntó otro.
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