LA VIRGEN DEL CASTRO. DIOSA Y SEÑORA DE LA LLUVIA Por David Gustavo López Sobre la coronación de un antiquísimo castro o poblado erigido en lo alto de un cerro, que fue pertenencia de alguna tribu del pueblo astur, tal vez de los orniacos que habitaban las tierras que se extienden al sur de Astorga, sobre la cuenca del río Duerna, se halla el devotísimo santuario de la Virgen del Castro. Viéndolo desde cualquier punto de su entorno, con su aspecto de vigía del territorio y con la masa oscura y rocosa del monte Teleno (2.188 m) del lado de poniente -el monte que los astures consideraban su dios, y que los romanos equipararon a su Marte guerrero, bautizándolo como MartiTileno- es inevitable la sensación hierofánica de aquellos lugares donde lo sagrado parece manifestarse. Todo indica que, desde tiempos remotos, posiblemente desde antes de que naciera el pueblo astur -entre los siglos VII y VI antes de Cristo- como consecuencia de una fusión gradual entre las gentes nativas de la Edad del Hierro y las oleadas procedentes del centro de Europa, en este castro existió un santuario vinculado a un poblado allí existente. Fueron muchos siglos de cultos y rituales celebrados en el lugar que, como siempre ocurre, experimentaron un fenómeno de sincretismo religioso cuando el cristianismo llegó a estas tierras -existen documentos que confirman que Astorga, la
ANTROPOLOGÍA y TRADICIONES POPULARES
Foto Tierra Mágica Asturica Augusta de los romanos, ya era sede episcopal a mediados del siglo III-. Como resultado de tal fusión de creencias, lo que entes era, casi seguro, un culto a la Diosa Madre, deidad de la fertilidad, se transformó en devoción y culto a la Virgen del Castro, cuyo nombre bien habla del lugar donde está erigido su santuario y del cual también deriva el del pueblo emplazado a su pie, posiblemente continuador del que se hallaba en la cima: Castrotierra de la Valduerna.
Ilustración 2. En lejanía, el santuario del Castro, visto desde la torre y posible despoblado romano de Argentiolum.
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