4.6. ¿Por qué el museo como escenario? El museo es en sí mismo un recurso normalizado integrado en un entorno comunitario. Es un contenedor de un acervo cultural y un tesoro patrimonial que lo invisten como espacio de prestigio social y cultural generador de experiencias vitales y fuente de conocimiento psicosocial. Constituye un lugar de encuentro con otras personas con intereses comunes. Podría decirse que se transforma en un ágora contemporánea llena de significación y significados para las comunidades que los alojan y donde funcionan como espacios identitarios. A través del uso del museo como herramienta y agente de transformación valoramos y promovemos el concepto de «museo para todos», su accesibilidad y la materialización del derecho universal de participación ciudadana. Una vez fijada su acción sobre estos principios, el museo se constituye como una herramienta eficaz que facilita y promueve los procesos de cambio y recuperación de personas diagnosticadas con una enfermedad mental y los de cualquier persona que participe en este tipo de acciones. El museo permite a cada individuo una vivencia de sí mismo alejada de un rol de enfermo, con las importantes implicaciones que esta distancia adquiere respecto a la construcción de su identidad personal y social. Su participación en este entorno comunitario de considerable reconocimiento social permite la emergencia de fortalezas, capacidades y potencialidades, así como la reducción de las barreras presentes en el contexto sociocultural actual. El trabajo colaborativo facilita la exploración de nuevos ambientes ocupacionales, minimizando las anticipaciones negativas y los miedos iniciales. Más allá del impacto funcional y, situadas en el eje simbólico, experiencias como la del PCEA o la del Proyecto Grupo SUR ayudan a percibir el arte desde la vivencia cotidiana, a encontrar significados a situaciones de nuestra vida diaria a través del arte y a inaugurar nuevos canales de expresión emocional que
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