Boletín Alas-OE #358

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TEMA DE LA SEMANA: Iglesias, política y libertad religiosa en México 1. Juan Amador y los 150 años de la Iglesia Presbiteriana El Sinaí: Leopoldo Cervantes-Ortiz

natismo.[1].

Vuelve a colocarse en la mesa el debate sobre la cronología de la presencia presbiteriana en México y la importancia de su trasfondo político e ideológico en la conformación de la heterodoxia religiosa en el país

Ahora que se están celebrando los 150 años de la Iglesia Presbiteriana Sinaí de Villa de Cos, Zacatecas, vuelve a colocarse en la mesa el debate sobre la cronología de la presencia presbiteriana en México y la importancia de su trasfondo político e ideológico de orientación liberal en la conformación de la heterodoxia religiosa endógena en el país.

El próximo domingo 12 de julio se celebrarán los 150 años de organización de la Iglesia Presbiteriana El Sinaí, de Villa de Cos, Zacatecas. En ese templo se han celebrado, tradicionalmente, los aniversarios del presbiterianismo mexicano. Con motivo de esta conmemoración, se ha recopilado un conjunto de folletos militantes producidos por Juan Amador, intelectual liberal radical y dirigente de la iglesia en cuestión, quien entre los años cincuenta y setenta del siglo XIX los dio a conocer como parte del debate anticlerical de la época. 1872 es el año que el presbiterianismo reconoce como su inicio formal con la llegada de los misionerios estadounidenses. Amador, sin ser propiamente protestante, fue uno de los pioneros de esta vertiente cristiana, tan rechazada en México y América Latina, y su labor encarnó la manera en que las fuerzas ideológicas anticatólicas se unieron para restar privilegios a esa iglesia. A continuación, un fragmento de la nota introductoria a la recopilación que lleva por título Juan Amador: documentos militantes desde Villa de Cos (1856-1872), patrocinada por varias instituciones evangélicas. Se presentará ese mismo domingo 12 de julio por el Facebook Live de la Comunidad Teológica de México, a las 19 horas, tiempo de la capital mexicana, con la participación de Christian Barraza Loera, Carlos Martínez García y el compilador. Grandioso, elevado es ciertamente, ¡oh pueblo sufrido y digno de mejor suerte! El objeto con que hoy os habéis reunido. Venís a presenciar el acto solemne del juramento sagrado que vuestra primera autoridad política, vuestros empleados y el M. I. Ayuntamiento a vuestro nombre prestarán en estos momentos ante esa imagen santa de nuestro Salvador, ante ese mártir inocente y justo, esa bendita víctima de la democracia, ese supremo legislador, cuyo sublime evangelio es el acto que debiera unir a todos los hombres y a todos los pueblos de la esfera que habitamos; pero que la obra impía de un partido abiertamente conjurado contra los seres de su misma especie ha hoyado [sic] mil veces bajo su hedionda y opresora planta, regando con la sangre inocente del pueblo los altares que ha levantado su idolatría a los inmundos ídolos del orgullo, del egoísmo y del fa-

Juan Amador De aniversarios e instituciones eclesiales

El hecho mismo de que el inicio formal de la comunidad de fe se ubique en 1870, dos años antes de la llegada formal de misioneros presbiterianos estadunidenses al país es una clara muestra del desfase con que esta denominación ha marcado sus inicios formales desde hace mucho tiempo. […] La proverbial distancia hacia la opción política, así como el escaso rigor que ha caracterizado al oficialismo del presbiterianismo mexicano, se ha expresado en diversas oportunidades. […] Dado que esta institución no ha logrado consolidar, luego de más de 140 años de labores un área específica para el estudio de su historia y no cuenta con un Archivo histórico formal (clasificado, catalogado y disponible para los investigadores), a diferencia de otras denominaciones similares, la práctica predominante ha consistido en hacer publicaciones conmemorativas que poco aportan al análisis profundo del desarrollo de esta iglesia. Así sucedió en 1947 (con la organización de la Asamblea General), en 1972 (celebración del llamado ―Centenario‖, es decir, del trabajo misionero extranjero) y en 2012 (con los denominados 140 años de la misma actividad presbiteriana estadunidense). […] En es un breve resumen histórico dado a conocer por la directiva de la INPM en 2012 y que, a su vez, reproduce lo incluido en otros dos textos dados a conocer ese mismo año, en el párrafo que registra lo que denomina ―Precursores del Presbiterianismo en México‖, se incluye el nombre del médico estadunidense Julio (Greyson, en realidad) Mallet Prevost, ―quien empezó a predicar en 1867en el norte de nuestro País, para lo cual adquirió el templo que había sido católico romano denominado San Agustín, en Zacatecas, Zacatecas‖. Y agrega: ―Este hombre de Dios, ha sido reconocido como el iniciador de la obra Presbiteriana en México‖. [2] No se hace mención, en absoluto, de alguien que colaboró directamente con Mallet Prevost, Juan Amador (Villita de la Encarnación, Jalisco, 1817-Villa de Cos, 22 de marzo de 1876), quien lo antecedió en el esfuerzo por promover una visión religiosa alternativa en Villa de Cos, Zacatecas, lugar donde se estableció desde 1857, y que culminó con la organización de la iglesia evangé-

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