Boletín Alas-OE #361

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OBSERVATORIO ECLESIAL AÑO 7 * 25 - 31 JUL 2020 * NUM. 361

La organización Texas Civil Right Proyect denunció la semana pasada que el gobierno Trump estaba utilizando la cadena de hoteles Hampton Inn & Suites en varias localidades fronterizas para detener a niños migrantes antes de su deportación para evitar dejar un rastro judicial. El viernes, la organización denunció al gobierno y este lunes el Departamento de Justicia indicó al tribunal de Washington DC que los menores que estaban en el hotel el 23 de julio y que todavía estén en Estados Unidos van a ser sometidos a los procedimientos migratorios y no serán expulsados. Según organizaciones de derechos humanos, unos 200 niños fueron retenidos en hoteles para después ser deportados entre abril y junio. Texas Civil Right Proyect afirmó que los hoteles se habían convertido en "agujeros negros de información para que la gente detenida no pueda buscar ayuda" y denunció que los migrantes colocaron carteles en las ventanas diciendo que no tenían acceso al teléfono y pidiendo "ayuda".

Este lunes la organización celebró que frenaron la expulsión de los menores e informó que el gobierno accedió a transferirlos a la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR). "Esto es claramente una admisión de mala conducta por parte del gobierno de Trump. Sin embargo sabemos que hay muchas otras familias que fueron detenidas ese hotel y que todavía podrían estar desaparecidas", denunció la organización. Cuando se conoció esta práctica, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) expresó su preocupación y señaló a Estados Unidos que la detención de niños y adolescentes no acompañados "es una violación a sus derechos". El gobierno de Trump mantiene una línea dura contra la inmigración y en 2018 implantó una política de "tolerancia cero" que implicó la separación de miles de niños de sus padres en la frontera. Ante la ola de indignación, el mandatario tuvo que suspender su aplicación. (jornada.com.mx) 28/07/2020

GÉNERO Y ECUMENISMO 66. La Magdalena y su (no) pecado: Eduardo de la Serna “O era prostituta o era la pareja…Magdalena no i portaba. Importaba su cuerpo” La obsesión con lo sexual (a partir del rechazo helenista del cuerpo, seguramente) llevó a entender los siete demonios como un gravísimo pecado sexual Un tema teológico e ideológico se transformó en sexual. Y entonces, para muchos (todavía hoy) Magdalena fue compañera de Jesús Lo cierto es que los cuatro evangelios afirman la presencia de la Magdalena, y mencionándola siempre en primer lugar No pretendo ser ni creativo ni novedoso al escribir sobre María Magdalena en esta nota, menos después de que Carmen Bernabé escribiera su libro ¿Qué se sabe de…? María Magdalena (Verbo Divino 2020). Pero sí quiero tratar de aclarar algunas cosas… Era frecuente ver que se ponía en paralelo como ejemplo de grandes pecadores y grandes arrepentimientos a san Agustín y santa María Magdalena. Y – como era de esperar por cierta perversión – sus pecados habían sido sexuales. Por ejemplo, la conversión de Francisco de Asís, que va a la guerra (con lo que esa palabra significa) y llega a ser el hermano universal no es tan importante como la con-

versión de Agustín que tuvo sexo (sic). Pareciera que las negaciones de Pedro y la huida de los demás amigos dejándolo sólo al Maestro no es tan grave como una supuesta e inexistente prostitución No es la ocasión de ser detallado, pero, en el caso de la Magdalena, la falta de datos históricos de los Evangelios (que no están interesados en brindarlos, porque no son para eso los Evangelios), llevó a que con el tiempo se integraran en uno a dos o más personajes. La idea era ―rellenar los huecos‖. Así se unió a Judas con Tadeo, a Bartolomé con Natanael, por ejemplo. Y el caso emblemático fue María Magdalena, es decir, de Magdala. En los Evangelios encontramos una mujer anónima, en Betania, casa de Simón, que unge la cabeza de Jesús (Marcos 14,3), pero Juan nos dirá que esa fue María, de Betania, la que ungió los pies (Juan 12,3) y los secó con los cabellos. Ahora bien, Lucas nos narra, en otra casa, de otro fariseo, también Simón, que una prostituta ungió los pies de Jesús y llorando los secó con los cabellos. Es decir, sin duda, un hecho de la vida de Jesús es interpretado por los distintos evangelistas de distinta manera (anticipo de la sepultura, en Marcos y Juan, arrepentimiento de los pecados, en Lucas), y atribuido a diferentes personas: una prostituta, en Lucas, María de Betania en Juan, una mujer anónima, en Marcos. ¿Cómo terminamos en María Magdalena? Difícil saberlo. A María de Magdala sólo la encontramos en los relatos de la Pasión, Sepultura y Resurrección una vez (Lucas

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