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8. Impacto de las reformas borbónicas

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Sobre los autores

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de mercancías. tanto Ramírez de Arellano como Quijano Velarde y los tagle fueron dueños de importantes haciendas como La Pólvora en Surco; Molino de Gato en Magdalena; La Vega en Lurigancho y Santa Beatriz en Huatica, cuya actividad principal era la plantación de alfalfa, pastos y artículos de panllevar, además de la caña de azúcar.96 Respecto a Domingo Ramírez de Arellano, su radio de acción no se limitó al comercio internacional, sino que mantuvo conexiones con comerciantes de los puertos de Acapulco, Veracruz y el Río de la Plata. Intercambiaba cobre, trigo, sebo, cueros por azúcar que enviaba desde el Perú. Además, tomó contacto con mercaderes de La Paz, Oruro, Cochabamba, La Plata, Potosí y tucumán.97

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Importantes comerciantes de provincia fueron los Sánches Navarrete y los Gonzáles de Salazar, asentados en Piura y vinculados al puerto de Paita, por donde ingresaron esclavos negros al virreinato, además de ser proveedores de cascarilla para los comerciantes de Lima dedicados a la exportación.98 En Arequipa, se destacó el comerciante español Lucas de la Cotera, cuyas transacciones más importantes se desarrollaron en la segunda mitad del año 1821. Posiblemente, su actividad anterior la desempeñó en la región de La Paz y Potosí, nos sugiere Víctor Condori. Sus relaciones mercantiles no solo se circunscribieron al Perú, sino que se extendieron a Río de Janeiro y España, donde despachó en 1822 dos cargamentos de cacao con más de 700.000 libras, es decir, unas 8.600 cargas x 81.99

Los comerciantes limeños capitalizaron la expansión mercantil, al beneficiarse con la mayor cantidad de transacciones; pero, por otro lado, fueron quienes solventaron las necesidades de la Corona a fines del período colonial, cuando España se vio inmersa en una nueva serie de guerras internacionales: primero contra Inglaterra y, luego, contra la Francia revolucionaria. A través del Consulado de Comercio, prestaron cuantiosas sumas dado que eran quienes controlaban el capital líquido, situación que veremos en el siguiente punto.

8. Impacto de las reformas borbónicas

Entre los cuestionamientos que se han planteado los historiadores en los últimos tiempos se encuentran los siguientes: ¿qué tanto afectaron las reformas borbónicas en el ámbito económico y mercantil?, ¿fueron las que propiciaron un crecimiento económico o —como sostienen algunos autores— dicho crecimiento venía gestándose desde antes y, por lo tanto, las reformas solo capitalizaron esta coyuntura?

96. Sánchez 1999: 29-63. 97. Aguilar 1999. 98. Hernández García 2008. 99. Condori 2006.

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también se ha puesto en tela de juicio cuáles fueron las intenciones de la Corona. Para John Lynch, las reformas en su conjunto significaron una segunda conquista de América, en la medida en que la nueva dinastía pretendió retomar el control económico, político y social de las mismas. En este sentido, podríamos aceptar que las reformas cumplieron su cometido, dado el mayor control y presencia de la autoridad real en América. Otros autores consideran que las reformas perseguían un fin fundamentalmente económico, es decir, aumentar el comercio y, por consiguiente, la recaudación fiscal. En esta línea, se encuentra José María Delgado, quien basa su conclusión en el estudio del anteproyecto de Ortíz de Landázuri en 1771, en donde se critica la aplicación del derecho de tonelada y palmeo y se propone reemplazarlos por el derecho ad valórem, con el cual se obtendría un incremento del 13% en la recaudación fiscal. Por su parte, el artículo de J. Barbier y H. Klein al que se refiere García-Baquero (2003) considera que fueron las necesidades económicas surgidas de la política militar y los enfrentamientos bélicos las que, en realidad, determinaron los cambios en el aspecto fiscal. García-Baquero sostiene, además, que no hubo desde el gobierno un aumento de las inversiones destinadas al fomento de la industria y la agricultura, aunque sí existió la decisión de reducir los impuestos de los frutos del país destinados a las colonias.100 D. Brading considera que el crecimiento económico en las colonias estimuló la nueva oleada de comerciantes que se asentó en América a mediados del siglo XVIII y tuvo como consecuencia un desplazamiento de los criollos por parte de los peninsulares; sin embargo, en el caso del Perú, dicho desplazamiento no fue tan evidente.101 Por el contrario, se evidencia que los recién llegados se insertaron en la sociedad colonial mediante el matrimonio, por lo que hubo más bien complementariedad que enfrentamientos. Por otro lado, hemos visto que en el ámbito mercantil funcionaban en realidad como grupos de familias que se interconectaban entre sí para determinadas transacciones.

Queda establecido que el incremento del comercio se debió a la habilitación de varios puertos, tanto en la Península como en América. Respecto a España, en opinión de Xabier Lamikiz y coincidiendo con García-Baquero, el comercio siguió en manos de los gaditanos, quienes fueron los principales exportadores al Perú, con cuyos comerciantes los unía un alto grado de confidencialidad, ya sea por vínculos familiares o de paisanaje.102 Si nos atenemos a los registros

100. García-Baquero 2003: 103-156. El autor comenta distintas tesis, entre las cuales destaca la de José María Delgado referente a la motivación fiscal dominante. 101. Brading 1985: 58-62. 102. Lamikiz 2006: 135-202. El autor trata el tema de la “mutua confianza” a través del análisis de registros de notarios tanto en Lima como en Cádiz y las cartas enviadas por los comerciantes de una y otra orilla, en las embarcaciones incautadas por los ingleses.

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de aduana del Callao, solo hemos encontrado una embarcación procedente de Santander en 1799.103 Por lo tanto, la conexión del Perú estuvo con Cádiz; en cambio, el Caribe y Buenos Aires recibieron una mayor afluencia de embarcaciones procedentes de Barcelona.

Por su parte, John Fisher estima que el comercio libre propició un aumento del 400% con relación al año base de 1778;104 sin embargo, de acuerdo con nuestras investigaciones que tienen como base el puerto del Callao, tan solo dos productos alcanzaron un notable incremento en la exportación durante el período 1784-1796 con relación al período anterior. Estos fueron el cobre y la cascarilla, productos que quedaron exentos del pago de alcabala. El cacao expandió su exportación, pero no lo suficiente, dado que se le concedió a Caracas el comercio directo con España y, por lo tanto, no se percibe una mayor exportación desde el puerto del Callao. Por otro lado, este producto se usó como pago de los negros ingresados por el puerto de Buenos Aires. En cuanto al contrabando, este no desapareció debido a los altos costos de los productos nacionales o extranjeros que se reexportaban a América. Como sostiene García Bernal, la diferencia de precios y los altos aranceles promovió el contrabando más que su eliminación.105

A pesar de lo dicho, no quedan dudas del incremento de la recaudación fiscal no solo íntimamente vinculado con la expansión comercial, sino también con una mejora en la administración real, la introducción del sistema contable de partida doble, la eliminación de la venta de cargos y la creación de la aduana de Lima en 1773. todas estas medidas, de alguna manera, ayudaron a combatir la corrupción administrativa.106

Al analizar la estructura fiscal, Pérez Herrero llega a la conclusión de que si bien aumentaron los ingresos brutos también lo hizo el gasto público, debido a la coyuntura de guerra que se presentó a fines del período colonial. Por lo tanto, la diferencia fue cubierta con los préstamos que las élites virreinales otorgaron a la Corona para cubrir el déficit. Su criterio se resume en que “si se dio un fortalecimiento de la estructura imperial no fue tanto por la capacidad de control del gobierno metropolitano, cuanto por el compromiso de los grupos de poder indianos de mantener el statu quo”.107

103. Mazzeo 1999. 104. Fisher 1987: 29. 105. Bernal 1987: 22. 106. Pedro Pérez Herrero es el más crítico respecto a la idea de crecimiento económico debido a las reformas borbónicas. Si bien su área de estudio es Nueva España, este autor sostiene que la imagen de un crecimiento continuo luego de 1778 se debe más a “la historiografía dieciochesca ilustrada europea y liberal decimonónica latinoamericana”. Los mismos Borbones habrían estado interesados en demostrar el despegue económico, tanto de la metrópoli como de las colonias. 107. Pérez Herrero 1991: 2.

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