HISTORIA PREHISPÁNICA DE HUARI

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HISTORIA PREHISPANICA DE HUARI DESDE CHAVIN HASTA LOS INKAS 3000 AÑOS DE HISTORIA

BEBEL IBARRA ASENCIOS Editor

INSTITUTO DE ESTUDIOS HUARINOS

IDEH 2009 1


Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas 300 años de Historia Editor Bebel Ibarra Asencios Corrección de Textos y Estilo Arturo Noel Espinoza Cristián Vizconde García Sonia Ríos Villar Edición de Fotos y Planos Bebel Ibarra Asencios Cristián Vizconde García Margarita Brikyte Logística Yuri Lazaro Peña César Blas Chávez Diagramación y Portada Bebel Ibarra Asencios

© Instituto de Estudios Huarinos S.A.C Av. Magisterial 473. Vira. Huari. Ancash Perú. Telf. 043 45 30 30 Hecho el depósito legal en la Biblioteca Nacional del Perú N°: 2008-16079 ISBN 978-603-45405-0-7 Impreso en Perú. Printed in Perú. 2009 Imprenta Solvima Graf. SAC Jr. Saint Saenz 679. San Borja. Telf. 014761206

Publicado con el auspicio de la MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE HUARI Gerencia de Desarrollo Económico, Turístico y Ambiental 2


A los Hombres y Mujeres de la Provincia de Huari

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AGRADECIMIENTOS Los trabajos de investigación de la presente publicación fueron posibles gracias al apoyo de diversas instituciones y la participación de profesionales nacionales y extranjeros. Gobierno Provincial de Huari Gobierno Distrital de Huachis Instituto Nacional de Cultura - Ancash Misión Arqueológica y Antropológica Antonio Raimondi Instituto de Investigación y Desarrollo KUNTUR Comunidad de Acopalca (Huari) Comunidad de Castillo (Huachis) Comunidad de Carash (Huachis) Comunidad de Cesar Vallejo (Huari) Comunidad de Chinchas (Cajay) Comunidad de Huallabamba (Cajay) Comunidad de Huamparán (Huari) Comunidad de Huamantanga (Huari) Comunidad de Huaripampa (Masín) Comunidad de Morocancha (Huari) Comunidad de Pomachaca (Huari) Comunidad de Pachachaca (Huari) Comunidad de Soledad de Tambo (Huachis) Comunidad de Ushnu (Cajay) Arqueólogos Peruanos: Bebel Ibarra Asencios, Cristián Vizconde García, Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva, Felipe Lívora Castillo, Nilton Ríos Palomino, Ricardo Chirinos Portocarrero, Leonel Hurtado Benites, Sonia Sandoval Gronerth, Valerie Vargas Arista, Tatiana Salazar Gamarra, Alberto Guzmán Dongo, Gerberth Asencios Lindo. Carolina Orsini y Eliza Benozi, Misión Italiana. Stephan Naji, Centre National de la Recherche Scientifique CNRS. Francia. Jillian Landeck, Christine Pink, y Kasia. Universidad de Tulane, Tennesse y Vandelvitt. Angela Clark, Universidad de Manchester. Daniel Torres Etayo, Centro Nacional de Conservación, Restauración y Museos de Cuba. Lucia Borba Harumi, Universidad de Sao Paulo, Brasil. Margarita Brikyte, Universidad de California. A los antropólogos Rodrigo Ruiz Rubio y Raquel Quispe Andía. Yuri Lázaro Peña y César Blas Chávez, técnicos y asistentes de logística. Esteban Sosa Chunga, topógrafo. Finalmente un agradecimiento al Ing. Andrés Toro Rodríguez, Gerente de Desarrollo Económico, Turístico y Ambiental de la Municipalidad Provincial de Huari, por su apoyo en los trabajos de investigación en Huari y a Fernando Gutiérrez Honores, ex director del Museo Arqueológico de Ancash.

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CONTENIDO

1. Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas Bebel Ibarra Asencios.....................................................................

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2. La Cultura Recuay en Huari: Las Tumbas de Ushnujirca en Pachachaca (200 – 600 d.C.) Bebel Ibarra Asencios, Ricardo Chirinos Portocarrero y Lucia Borba Harumi.........................................................................21 3. El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu en el valle del río Huaritambo (600 - 1000 d.C.) Bebel Ibarra Asencios, Ricardo Chirinos Portocarrero y Lucia Borba Harumi........................................................................ 37 4. Excavaciones de la Misión Arqueológica y Antropológica Italiana Proyecto «Antonio Raimondi» en el ecosistema de la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral Carolina Orsini .............................................................................. 53 5. Marcajirca: Cronología, Función y Muerte Bebel Ibarra Asencios .................................................................... 63 6. Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca Bebel Ibarra Asencios y Jillian Landeck ............................................77 7. Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha Elisa Benozzi ...............................................................................89 8. Ñawpamarca de Huamantanga: Un asentamiento tardío al este de la laguna de Purhuay Carolina Orsini ............................................................................ 101

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9. Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis Cristián Vizconde García, Nilton Ríos Palomino y Daniel Torres Etayo .................................................................... 107 10. Puka Ranra de Acopalca: Un sitio arqueológico tardío Ricardo Chirinos Portocarrero y Lucia Borba Harumi ...................... 125 11. Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino. Bebel Ibarra Asencios ................................................................. 135 12. El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari: Investigación en el distrito de Huachis Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva ................................... 163 13. Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en el Distrito de Huachis. Cristian Vizconde Garcia, Ricardo Chirinos Portocarrero y Leonel Hurtado Benites ............................................................... 183 14. El Arte Rupestre en la provincia de Huari, Ancash Bebel Ibarra Asencios .................................................................. 199 15. Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos Bebel Ibarra Asencios .................................................................. 217 16. El Apu Llamoq y su presencia en la región de Conchucos Bebel Ibarra Asencios .................................................................. 227 17. Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas Sofia Venturoli ............................................................................ 233 Bibliografía ................................................................................. 247

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1 HISTORIA PREHISPÁNICA DE HUARI: DESDE CHAVÍN HASTA LOS INKAS

Bebel Ibarra Asencios

INTRODUCCIÓN El Proyecto Arqueológico Huari - Ancash ha podido reconstruir una parte de la historia de la provincia de Huari, los resultados de la investigación son presentados en el presente texto. La secuencia del desarrollo prehispánico de Huari se muestra a través de la evolución o cambios de los patrones de asentamiento, es decir, de las transformaciones que hubo en el territorio durante el transcurso del tiempo y cómo la ubicación de los sitios tuvo implicancias en la organización política de los antiguos Huarinos. Estos cambios son presentados de manera cronológica, desde el periodo Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío.

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Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas

EVOLUCIÓN DE LOS ASENTAMIENTOS ARQUEOLÓGICOS EN LA PROVINCIA DE HUARI El estudio toma una muestra de 225 sitios arqueológicos, distribuidos en las microcuencas del Mosna, Huaritambo y Puccha, los mismos que son mencionados de acuerdo su ubicación temporal. Si bien, el inventario de sitios arqueológicos en la provincia de Huari alcanza los 248, no todos ellos son presentados en el presente análisis, puesto que 23 de ellos corresponden a la margen izquierda del río Marañón, que tuvo un desarrollo histórico-cultural diferente a los sitios de las microcuencas mencionadas.

El Horizonte Temprano o Época Chavín (900 - 300 a. C.) Corresponde al momento en que la cultura Chavín se desarrolló en el Perú, especialmente en la zona de Conchucos. La distribución de los asentamientos en este período muestra una ocupación en el fondo de los valles (Pirurojirca en Pontó, Yamllipitec en Huamantanga, Chuncanacush I y II en Huamparán) y las laderas, tanto en explanadas (Huarijircán, Onga, Pirurolloc y Caonín en Huántar, Mashuanco en Pariaucru y Reparín en Cajay) y crestas (Ranramarca en Pontó, Pirushto en Cajay, Matibamba en Masín), como en la cima de los cerros (Llapajmarca en Huacachi y Pan de Azúcar en Huachis). La mayoría de los sitios presenta montículos, construidos a base de plataformas superpuestas con grandes muros de contención, cuya parte alta es de planta circular (Fig. 1). Otro tipo de montículo es aquél constituido, no por plataformas, sino por un gran muro de contención de 3 a 4 m de alto, que forma una gran estructura de planta circular u ovalada. Las piedras y dimensiones de estos muros son más pequeñas que la de los 8


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montículos basados en plataformas y generalmente se hallan asociados a otro tipo de estructuras, como restos de muros y algunos patios. Sólo se ha registrado dos sitios que muestran este tipo: Pirurojrca en Pontó y Pirushtu en Cajay. Dos marcas o pueblos fueron identificados, aunque en la actualidad la superficie muestra estructuras muy destruidas; Tello (1960) las menciona como sitios Chavín. Se ha identificado una marca defensiva y por las características de su arquitectura correspondería al período Intermedio Tardío; sin embrago, los materiales recuperados muestran una relación con la cerámica más antigua identificada en la zona. Este sitio se encuentra localizado en la cumbre de montaña, sobre el poblado de Ocococha (Huacachi). Además, se ha identificado tres estructuras ceremoniales: uno en Huántar (Pirurolloc) y otras dos en el distrito de Huamparán (Chuncayajirca I y II). La primera se localiza en la ladera y las otras en el fondo de valle. Están conformadas por una gran estructura circular (muy perfecta) de aproximadamente 1,5 m de alto, cuya técnica constructiva es muy similar a los montículos sin plataformas. Resulta ser un sitio atípico en el valle del Puccha. Igualmente se registró un cementerio, en cuya superficie se registró cerámica con caolín y se identificó cerámica de estilo Chavín. Así mismo, un abrigo rocoso con materiales Chavín fue identificado: Ushcomachay en Uco. Este sitio también fue registrado por Tello (1960). Al parecer, la ocupación en el fondo de los valles permitió estar cerca a los terrenos más fértiles. La existencia de un gran montículo (Yamllipitec en Huamantanga), único en el fondo de valle, parece haber sido de suma importancia, debido a que en él se halla cerámica de todos los períodos (desde Horizonte Temprano hasta el Horizonte Tardío) a partir del 900 a. C. hasta 1500 d. C.); lo que estaría indicando que otros centros, aunque de menor importancia contemporáneos a Chavín de Huántar, habrían estado funcionando como parte de un sistema religioso local. 9


Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas

La existencia de otros tres montículos, como Huarijircan en Huántar (río Mosna), Yamllipitec en Huamantanga (río Huaritambo) y Pirurojirca en Pontó (río Puccha), distribuidos en tres cuencas sugiere que por lo menos existió un centro principal en cada uno de ellas. Los materiales arqueológicos recuperados en Pirurojirca en Pontó, revelan la existencia mínima de un estilo de cerámica correspondiente al Horizonte Temprano. La existencia de un asentamiento en la orilla de la laguna de Reparín, estaría marcando el inicio del culto a los apus. Las lagunas aún se mantienen dentro de la cosmovisión andina, tal es así que en la actualidad se realiza una serie de rituales o pagos, donde se invoca a los apus para que sean benignos. La existencia de huancas en Onga y Reparín, también señalaría la importancia religiosa de los montículos. Los petroglifos de Caullumachay en Yunguilla (ubicado en el fondo del valle) cuentan con representaciones de monos y figuras que guardaría relación con la iconografía Chavín, lo que estaría mostrando que el valle del Puccha fue una ruta de tránsito entre la sierra y la selva. En resumen, de acuerdo a los datos obtenidos, el uso de los fondos de valles y laderas se manifiesta en igual proporción. Existen asentamientos de similar morfología en ambas zonas. Algunos de ellos, de gran tamaño, habrían sido asentamientos principales que cohesionaban a los asentamientos de ladera. Esto se ve reflejado (además del tamaño), por la continua reocupación que tuvieron hasta el Horizonte Tardío. La presencia de asentamientos en cumbres (dos identificados por encima de los 3600 msnm) contribuiría en apoyar el planteamiento de Burger (1982) sobre la existencia de asentamientos satélites alrededor de uno principal.

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El Intermedio Temprano o Cultura Recuay en Ancash (200 600 d. C.) Durante este período se desarrolló la cultura Recuay. La caracterización de su cerámica sirvió para realizar la datación relativa de los sitios. La distribución de los asentamientos muestra un uso preferencial de las laderas de los cerros, donde las explanadas y las crestas de estos fueron ocupadas con mayor densidad. Todos los montículos en los fondos de los valles son reocupados. Esto indicaría que la importancia religiosa de éstos no disminuyó después de la desintegración de Chavín y que tal vez se mantuvo durante los primeros tiempos del Intermedio Temprano. En las crestas de los cerros, los sitios presentan predominantemente montículos (con o sin plataformas), pero la técnica de construcción varía respecto a la del período anterior. Es introducido el uso de la «pachilla» como elemento constructivo; los montículos terminan en plataformas circulares, con o sin muro de retención. Son frecuentes las estructuras cuadrangulares sobre las plataformas bajas, las mismas que se extienden desde la cresta hasta las partes bajas de los cerros. Llama la atención una serie de estructuras circulares que se asemejan a los corrales descritos por Tello (1929), los cuales están dispuestos a plenitud en la cresta, extendiéndose hasta el fondo de los valles. En la zona de Romerojirca en Huamparán, se contabilizan 12 de estas estructuras circulares (Fig. 2). Su técnica de construcción resulta de la combinación de grandes piedras, a manera de «columnas», con piedras medianas cubriendo los espacios entre cada una. Las estructuras tienen en promedio un diámetro de 15 m y una altura de 1,80 m. La parte central e interna es a desnivel y, en algunos casos, se halla evidencias de un piso. Los afloramientos rocosos sobre los que se ubica el sitio de Pinkush de Huamparán fueron usados como canteras para la construcción de las estructuras. Los sitios que ocupan la explanada de las laderas son mucho más grandes (Caonín en Huántar) y los montículos y las marcas se encuentran asociados a cementerios; surgen 11


Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas

asentamientos monumentales como Gantujirca de Yacya, con muros que superan los 9 m de altura. El patrón de tumbas observado en la zona de Huamparán (Ushnujirca y Ogupampa), muestra un diseño funcional y preconcebido. Estos conjuntos de tumbas constan de diez galerías independientes, donde las deposiciones debieron ser hechas progresivamente y no en un solo momento. El diseño original fue para diez individuos, talvez todos pertenecientes a la misma familia o ayllu. En una de las tumbas de Huamparán (Ushnujirca) se encontró un ceramio de caolín con pintura negativa, con la representación de la muca, figura estilizada y ampliamente difundida en la iconografía Recuay. Durante este período sólo se aprecia el incremento de un asentamiento (25) respecto al período anterior (24). Aquello estaría indicando que la densidad poblacional se mantenía relativamente constante. En consecuencia, la desintegración de Chavín parece reflejar que no afectó significativamente estos pueblos y que éstos habrían tenido marcada independencia frente a Chavín. Podríamos suponer, en relación a la elevada importancia de Chavín, que la atención a sus centros cercanos fue mínima (ubicados en el mismo valle), en razón a que las esculturas de tipo Chavín y Recuay son inexistentes (algunos monolitos han sido identificados en Huántar). En contraste con el Callejón de Huaylas, donde los asentamientos marcan un profundo cambio del Horizonte Temprano al Intermedio Temprano (Recuay) (Gero 1991), el proceso se percibe de manera diferente: no se presentan asentamientos de carácter defensivo; las tradiciones locales anteriores (por ejemplo la reocupación de los montículos) estarían dando señales de la independencia de los asentamientos del Horizonte Temprano frente a Chavín de Huántar. Las construcciones Recuay en la plaza circular, serían una «subversión» a lo que significaría Chavín (poder y represión), mas no a los asentamientos «cercanos» del mismo período; es por ello que muchos montículos, al parecer de carácter ceremonial, son reocupados respetando su funcionalidad, es decir, como lugares sagrados. 12


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La aparición de un sitio monumental como Gantujirca en Yacya, es posible que se haya dado a finales del Intermedio Temprano, por la presencia de cerámica foránea correspondiente al Horizonte Medio. En cuanto a la tipología de sitios y número de asentamientos, éstos varían poco.

Horizonte Medio (600 - 1200 d. C.) En el valle del Puccha hasta ahora no han sido identificados sitios que presenten únicamente ocupación de este período. Todos presentan reocupaciones de períodos anteriores. Así, se tienen sitios del Horizonte Temprano como los montículos Cashapallan en Colcas y Yamllipitec en Huamantanga, en el fondo de los valles; Pan de Azúcar en Huachis, en las cumbres de montañas; y Huarijircan en Huántar, en las laderas; estos continúan siendo usados, probablemente debido a su importancia por su carácter religioso. El sitio monumental de Gantujirca de Yacya presenta materiales que tiene relación con la cultura Cajamarca, pero las transformaciones del asentamiento aún no se han podido reconocer debido al escaso material reportado en la superficie y por estar cubierto en gran parte por vegetación. En las laderas, los asentamientos del Intermedio Temprano como Chullín II en Ampas y Caonín en Huántar, continúan siendo ocupados. Estos se caracterizan por poseer estructuras ceremoniales (plataformas circulares). Los sitios de Trancajirca y Gantu en Masín poseen características particulares. Se observa estructuras cuadrangulares, grandes espacios abiertos y patios de esquinas curvas; en general, una disposición ordenada de las estructuras. Las características de los componentes recuerdan las descripciones de los centros administrativos Wari en el Callejón de Huaylas (Isbell 1989; Buse 1965). 13


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La agricultura y crianza de animales debieron intensificarse, lo cual permitió ampliar las relaciones de comercio e intercambio con los grandes centros administrativos contemporáneos que existieron en el Callejón de Huaylas. La identificación de estos sitios se hizo en base a la cerámica, la cual presenta similitudes con los materiales de otros sitios de la sierra norcentral del Perú (Chinchawas y Huamachuco). La densidad de sitios se reduce considerablemente respecto al período anterior. El tamaño de la muestra alfarera también es reducido y la local, fina o utilitaria, es aún desconocida. Si tomamos en cuenta que el tránsito del Horizonte Temprano al Intermedio Temprano (Chavín a Recuay) no fue muy brusco, a excepción de lo observado en el Templo de Chavín de Huántar con las construcciones en la Plaza Circular, suponemos que la transición del Intermedio Temprano a Horizonte Medio fue también muy calmada. No se observa, como en el Callejón de Huaylas, grandes asentamientos, como Honcopampa o Willcawain. En comparación con la situación de la cuenca sur de Yanamayo (Herrera 2001), los asentamientos de altura en el valle del Puccha son reocupados, pero no aumentan en número como sucede en el Yanamayo. Un profundo cambio se daría en la transición de este período al siguiente. Intermedio Tardío (1200 - 1474 d. C.) Período que comprende desde el fin del Horizonte Medio hasta el momento de la conquista del territorio de los Huari por Tupac Yupanqui en 1474. Los sitios se caracterizan principalmente por ocupar las cimas de las montañas, sobre los 3800 msnm. La mayoría de ellos son de grandes extensiones, algunas llegan a medir varios kilómetros (por ejemplo Misiónjirca en Huacachi). Las marcas defensivas, que corresponden a la mayoría de los sitios presentan una gran cantidad de estructuras que en su mayoría son circulares, construidas sobre terrazas y dispuestas en forma 14


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ordenada como en Pinkush de Huamantanga, Misiónjirca en Huacachi y Pinkuyolloc en Huántar o sin presentar ordenamiento alguno como en Marcajirca. El terreno que ocupan es generalmente rocoso, con pendientes muy pronunciadas; en algunos casos presentan una serie de murallas que bordean todo el sitio, o sólo parte de él, por lo general hacia el sector de menor pendiente. Estas murallas pueden alcanzar una altura de 4 m. También presentan zanjas junto a las murallas, de 2,5 m de ancho y 2 m de profundidad en promedio (Fig. 3). El interior de las marcas defensivas es recorrido por una serie de callejuelas estrechas, siendo una la vía principal. Estas callejuelas están delimitadas por los muros de las viviendas, lo que evidencia un diseño preconcebido de la distribución de los sitios (al menos en lo que corresponde al tránsito). La mayoría de las estructuras están construidas con piedras medianas canteadas, extraídas de los cerros cercanos o de los afloramientos rocosos sobre la que se erigen los sitios. Esto se puede apreciar en Marcajirca, como en otros sitios. Gran cantidad de los asentamientos poseen un sector residencial y otro ceremonial. En el primero se pueden observar viviendas, pero también restos de enterramientos, sean en chullpas o bajo las rocas. El sector ceremonial está compuesto por plataformas circulares dispuestas a distancias regulares, situadas mayormente en las partes más elevadas del asentamiento como es el caso de Marcajirca, Pinkuyolloc en Huantar, Pinkush, de Huamantanga, Misiónjirca en Huacachi, Ñawpamarca en Huachis y Yanagaga en Yacya, entre otros. Las marcas defensivas están dispuestas en todos los puntos principales, es decir al inicio de cada quebrada o «tinki» (encuentro de los ríos) desde donde se domina los valles y cuyas edificaciones se avistan unas a otras, lo que sugiere que existió algún tipo de comunicación. 15


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De otro lado, tenemos los corrales, dispuestos en todas las partes altas. Pueden estar asociadas a cerros o en las explanadas de las cumbres de montañas. Estos corrales están construidos con piedras medianas y grandes; estas últimas se hallan enterradas en el piso a manera de «columnas», mientras que las piedras medianas se acomodan entre el espacio dejado por las piedras grandes. Los corrales de Wiñaj en Huachis están asociados a un cerro que presenta una estructura circular en su cumbre. Sólo uno de ellos tiene una extensión aproximada de 300 m por lado, hecho que nos hace suponer que en estos sitios se realizaron las actividades de chaco. Los corrales pequeños cercanos al anteriormente descrito, podrían haber servido para separar a las hembras preñadas, como a los animales pequeños y grandes. Estructuras ceremoniales se han localizado aisladamente en las partes altas, como es el caso de Jato Viejo en Huachis y Charac en Cajay. Ambas ocupan la cima de una formación rocosa muy alta, de unos 60 m de elevación, a manera de torre. Estas estructuras son circulares y se disponen bajo la forma de muros de contención, no existiendo muro perimétrico adicional que los delimite. Las estructuras funerarias en los principales sitios identificados corresponden a chullpas (Marcajirca en Chinchas, Tupucjirca, Llapajmarca y Misión Jirca), siendo el sitio de Marcajirca el que ofrece el mayor numero de ellas En sitios tan grandes como Pinkush de Huamantanga no se ha identificado este tipo de estructuras funerarias ni de ningún otro tipo, lo que llama la atención sobre las costumbres mortuorias de sus habitantes. Las estructuras residenciales son en su mayoría de forma circular, con diámetros que oscilan entre 4 a 5 m. Los techos debieron haber sido cónicos y recubiertos con paja. Los espacios abiertos ocupan las partes centrales, pero en algunos casos, como en el de Marcajirca, una chullpa se erige a un lado a manera de estructura principal. Las murallas en los sitios generalmente cubren toda la extensión del asentamiento, 16


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incluyendo los sectores residenciales y ceremoniales; lo que no sucede con las fuentes de agua que generalmente se hallan fueras de las murallas; contexto que hace suponer que allí primó el factor seguridad antes que la comodidad y debió haber existido fuerte pugna entre los grupos étnicos locales. Algunos sitios se hallan asociados a una gran cantidad de estructuras agrícolas (andenes). Este es el caso de Marcajirca, asociada a andenes que se encuentras por sobre los 3800 msnm, distribuidos a una altitud mayor que la del referido sitio. En relación con el período anterior el cambio es muy notable. El número de asentamientos aumenta a 44; 24 de ellos situadas en las cumbres de las montañas; 13 marcas defensivas son construidas para este período, lo que significa que ocurrió un incremento poblacional. Muchas de estas marcas son de gran tamaño: Misiónjirca tiene una longitud aproximada de 3 km y los sitios de Pinkush y Yanagaga poseen varias decenas de hectáreas de extensión. Corrales asociados a lagunas nos hace pensar que el culto a las lagunas (entendidas como huancas) está más difundido. Los montículos en los fondos de valle continúan siendo reocupados, aunque al parecer sólo como lugares sagrados o morada de sus ancestros, ya que estructuras tardías no son reconocibles en ellos. De seis corrales registrados, sólo tres muestran asociación con los sitios de este período, los cuales fueron fechados. El aislamiento de los otros tres corrales dificulta la precisión de su cronología, pero al parecer corresponderían también al Intermedio Tardío.

Horizonte Tardío o Inka En este período existe un uso indistinto del terreno. La mayor parte de los sitios se hallan próximos al Qhápac Ñan o Camino Real, el cual atraviesa zonas a más de 4000 msnm como en Ayash, representado por el sitio de San Cristóbal de Tambo; pero también pasa por altitudes de 2350 msnm como en Pomachaca, donde se 17


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avistan sitios de control y un puente. La mayoría de las estructuras reconocidas se hallan próximas al camino y pertenecerían al aparato estatal del Estado Inca, es decir ante sitios administrativos y de control de pueblos dominados. Ñawpamarca en Huachis, sitio de reocupación Inca, ha podido ser identificado por la influencia en los patrones de arquitectura, como lo muestra la existencia de kallancas, estructuras rectangulares que dan a un espacio común o cancha. Estructuras agrícolas se hallan asociadas a tambos, como existe en Ushnutambo donde se halla una gran cantidad de andenes que cubren un área de varios kilómetros, ascendiendo casi desde la orilla del río (2300 msnm) hasta los 3300 msnm. En el sitio de Huaritambo, el área de los andenes es mucho menor, pero en la actualidad se encuentran reutilizados. Huaritambo debió ser un sitio muy importante. En la actualidad se pueden encontrar 23 colcas en buen estado de conservación, además de plazas y canchas y una «escultura» de piedra denominada sillón del Inca. El sitio de Yamllipitec en Huamantanga también muestra evidencias de una reocupación Inca y su larga ocupación podría decirnos mucho sobre su importancia ceremonial o religiosa.

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Figura 1. Montículo arqueológico en la laguna de Reparin.

Figura 2. Corrales de Huamparán. 19


Historia Prehispánica de Huari: Desde Chavín hasta los Inkas

Figura 3. Muralla y zanja en el sitio de Misión Jirca en Huacachi.

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2 LA CULTURA RECUAY EN HUARI: LAS TUMBAS DE USHNUJIRCA EN PACHACHACA (200 – 600 d. C.) Bebel Ibarra Asencios Ricardo Chirinos Portocarrero Lucia Borba Harumi INTRODUCCIÓN Posteriormente a la desaparición de Chavín de Huántar, surge otra expresión cultural en la sierra de Ancash, así como en la costa, es el caso de la Cultura Recuay, la cual está caracterizada por una gran cantidad de cerámica blanca de caolín con decoración negativa; así como una gran variedad de monolitos con representaciones diversas. La cerámica y la escultura son bien conocidas, más no así su arquitectura, pues sólo se tiene evidencias de soterrados o tumbas subterráneas, las cuales se pueden observar en los sitios de Mashuanco en Pariucro, Chullín en Ampas, Katayoc en Huántar, Cashapallan en Colcas, en Oguapampa y Gelleygaga en Huamparán y en Ushnujirca en Pachachaca. Pero aún no se ha podido hallar una arquitectura de tipo ceremonial o doméstica. Podría interpretarse a los Recuay como un pueblo guerrero por las representaciones en su litoescultura y que tuvo una clase sacerdotal 21


La Cultura Recuay en Huari: Las Tumbas de Ushnujirca en Pachachaca

bien diferenciada como lo demuestran sus ceramios; así mismo construyeron fortificaciones como se puede ver en las representaciones de su cerámica, pero en la zona de Huari no existe huella de fortificaciones correspondiente a ese período. Los trabajos en Ushnujirca fueron auspiciados por la Municipalidad Provincial de Huari y fueron realizados entre enero y febrero del 2008, como parte del Programa de Conservación del Patrimonio Arqueológico de Huari.

TERRITORIO DE LA CULTURA RECUAY Estudios arqueológicos indican que esta cultura se desarrolló alrededor del primer siglo de nuestra era y duro hasta 600 años a. C., siendo el área principal de su desarrollo el Callejón de Huaylas y la provincia ancashina de Pallasca, hacia el Norte. Se extendió hacia el Este de la Cordillera Blanca: la zona de los Conchucos y hacia el Oeste en toda la Cordillera Negra y las cabeceras de los valles costeños de Huarmey, Casma, Nepeña y Santa. Parece que existieron varios cacicazgos o pequeños reinos Recuay en Cabana, Caraz, Huaraz, Catac, Aija y Huari (principalmente en Huamparán). Aunque todos compartieron muchos elementos culturales, se puede distinguir los centros regionales por diferencias en su cerámica y litoescultura. En el sitio de Pashash en Cabana se aprecia arquitectura monumental que consiste en muros y edificios de piedras grandes. Existen construcciones semejantes en Incawaín cerca de Caraz y en otros sitios. En Huaraz, Ticapampa y Catac presentan grandes tumbas subterráneas de élite Recuay. Además, se ha identificado asentamientos de esta cultura en Pashash, Balcón de Judas cerca de Huaraz y sobre los restos de Chavín de Huantar, donde se ven sus humildes habitaciones. Deben existir muchos otros asentamientos Recuay por descubrir y estudiar. 22


Bebel Ibarra A, Ricardo Chirinos P., Lucia Borba H

Como aproximación preliminar de la Cultura Recuay puede indicarse que fue un desarrollo regional de la sierra de Ancash, varios siglos después de la caida de la Cultura Chavín. Su economía se basó en la agricultura de tubérculos, maíz y otros cultivos; en la crianza de llamas y en el intercambio comercial entre zonas adyacentes de la selva y costa. Probablemente facilitado por recuas de llamas para transportar productos entre distintos pisos ecológicos. Además, produjeron artesanía fina en cerámica, metal y textiles que se exportó a otras regiones. Mantuvieron contacto con las culturas coetáneas de Huamachuco y Cajamarca en la sierra norteña y con las culturas costeñas de Gallinazo, Moche y quizás Lima y Nazca (Wegner 1996: 2 - 4).

EL SITIO DE USHNUJIRCA El Sitio Arqueológico Ushnujirca corresponde a un cementerio, constituido por un gran número de tumbas subterráneas. El sitio se encuentra a 200 m del lado Este de la Carretera Huari – San Luis (coordenadas UTM 260941 E y 8978624 N) en la Comunidad de Pachachaca, Valle del Huaritambo. Localizado en área de Fondo de Valle (Ibarra 2004), en piso quechua, y cuenta con una altitud de 3670 msnm. Está ubicado en la cima de un pequeño cerro, cubriendo un área aproximada de 8250 m², con medidas de 75 m de Este a Oeste y 110 m de Norte a Sur. El área principal del sitio está conformada por una serie de tumbas (Fig. 1), las cuales ocupan un área aproximada de 19 por 50 m y se localiza en la parte más alta del cerro. Está delimitada por un muro perimétrico (identificable por el desnivel de 20 a 30 cm del piso y por algunos puntos de alineamiento de piedras) y tiene una forma alargada de Norte a Sur, acompañando la inclinación natural del terreno.

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La Cultura Recuay en Huari: Las Tumbas de Ushnujirca en Pachachaca

En el lado Este, el sitio presenta una terraza de 100 m de largo y aproximadamente 20 m de ancho. Después de la terraza sigue una fuerte pendiente. En el lado Oeste se aprecia dos niveles aplanados y el terreno desciende suavemente, llegando a áreas de puquiales. El lado Sur limita por una fuerte pendiente que se inicia a pocos metros del muro perimétrico y el lado Norte no es fácil de definir, debido a que el terreno sigue plano por una larga distancia. En este caso, consideramos su límite como el punto más al Norte en que se presentan vestigios arqueológicos, que corresponde al final de la terraza del lado Oeste. En el área principal del sitio, se tiene un total de 18 tumbas. Estas fueron descubiertas y expuestas por un «huaqueo» realizado en 1999, puesto que se tratan de estructuras subterráneas. En la parte superior, hacia el lado Este, las tumbas consisten en pequeños nichos circulares o rectangulares, usados para depósito de los huesos (Fig. 2). Uno de esos nichos tiene al frente, en la superficie, una pequeña escalera de acceso, lo que indica cierta importancia del personaje o de los personajes allí enterrados, ya que es la única escalera del sitio. Este tipo de tumbas también se encuentran en Guelleygaga, en la parte baja de Huamparán, siguiendo dirección al rio Huaritambo (Fig. 3) y también se han registrado en el valle de Chacas, y corresponderían a los periodos tempranos de Recuay o inmediatamente después de Chavín, es decir hacia los 200 a. C. En el nivel más bajo del áre a principal del sitio, en su lado Este, se encuentran las tumbas subterráneas, que consisten en pequeñas cámaras de planta aproximadamente rectangular, internamente subdivididas o no, alineadas en el sentido Norte - Sur y con accesos independientes orientados hacia el Este (Fig. 4).

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Arquitectura: Técnicas constructivas El análisis del diseño arquitectónico y la técnica constructiva de las estructuras del Sitio Arqueológico Ushnujirca se basó principalmente en las partes internas de las tumbas, ya que las partes externas están poco expuestas. Las paredes internas de las tumbas están constituidas por piedras de diferentes tamaños, generalmente de forma rectangular redondeada y unidas con argamasa de barro. Entre las piedras mayores encajan piedras pequeñas. En algunos casos se observa el uso de «pachillas» (pequeñas piedras rectangulares delgadas dispuestas horizontalmente entre piedras mayores) en pequeña cantidad. Las entradas de las tumbas son constituidas por tres piedras rectangulares: dos jambas y un dintel, y contienen también dos paredes de piedras en sus lados laterales externos, formando un pequeño pasadizo. Tales entradas son reducidas, midiendo en promedio 45 cm de ancho y la misma medida de altura. En algunas tumbas se tiene una primera entrada, luego una pequeña cámara y enseguida una segunda entrada, alineada con la primera, dando acceso a la cámara principal, de mayores dimensiones. En otra tumba se tiene una primera cámara y en seguida dos cámaras mayores dispuestas de lado a lado (Estructura 6). Las cámaras tienen plantas rectangulares, en algunos casos con las esquinas en ángulo obtuso, siendo sus dimensiones variables, con medidas mínimas de 65 por 88 cm y máximas de 1,40 por 2,27 m. En tres tumbas (Estructuras 3, 5 y 6) se aprecian hornacinas internas, tanto en la pared frontal como en las paredes laterales de la cámara principal. Tienen forma cuadrangular, con medidas medidas de 20 cm por lado y 10 a 15 cm de profundidad. Posiblemente sirvieron para contener ofrendas dedicadas a los muertos.

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El techo interno de las tumbas es constituido por lajas de grandes dimensiones (midiendo de 30 cm a más de 1 m de ancho), encajadas de lado a lado (Fig. 5). De igual forma, los nichos funerarios tienen grandes lajas que los tapan, aunque en la mayor parte de ellos tales lajas han sido removidas. En el interior de una de las tumbas existen dos piedras pulidas, incrustadas en la pared frontal, cerca al techo. Las piedras miden aproximadamente 40 por 50 cm. En una de las piedras el pulimento forma un hundido en la superficie, acompañando el contorno de la piedra, resultando así una forma rectangular redondeada. En la segunda piedra, se tiene un motivo similar, conformado en alto relieve. Una interpretación del significado de tal tipo de trabajo y de la simbología que involucra demanda una profundización de los trabajos en el sitio, bien como una investigación acerca de la iconografía referente a la cultura a que está asociado. De todas formas, se trata seguramente de un trabajo de carácter ceremonial funerario, probablemente exclusivo a ese tipo de contextos. El material arqueológico Durante los trabajos se encontró material cerámico, probablemente proveniente del interior de las tumbas, como ofrendas a los muertos y removido por el «huaqueo». Fueron recolectados en total 198 fragmentos cerámicos, mayormente fragmentos de paredes de vasijas, bordes y bases. La pasta de la cerámica es muy variada respecto a su coloración (roja, marrón oscura, negra o blanca) y contextura (compacta o porosa, lisa o áspera). Muchos fragmentos presentan decoración pintada en negro y principalmente en rojo, con líneas delgadas o anchas. También se observan fragmentos con engobe blanco o rojo. La forma de los bordes es variable, con labios evertidos o directos. Los ejemplares de bases encontradas son generalmente en forma de pedestal.

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Otro tipo de material cerámico encontrado fueron los fragmentos modelados de esculturas cerámicas, tal vez partes de vasijas. Hay un interesante fragmento que aparentemente es parte de una figura antropomórfica y presenta engobe blanco; otro fragmento es posiblemente la representación de una cabeza de ave, con vestigios de engobe blanco y pintura roja. Además del material recolectado en el proceso de trabajo, se pudo tener acceso a vasijas anteriormente retiradas de las tumbas por el propietario del terreno donde se encuentra el sitio (Fig. 6 y 7).

LA ESCULTURA DE ESTILO RECUAY EN HUARI No sólo la cerámica de caolín es la principal característica de la Cultura Recuay, sino también su litoescultura, en la cual existe una gran cantidad en el Museo de Arqueología de Ancash en Huaraz, la mayor parte de las esculturas encontradas en Huari, corresponden a estatuas las cuales son esculturas en bulto de hombres y mujeres de 0,5 a 1,5 m de alto. La mayoría está sentada con las piernas rectas o cruzadas y las manos sobre las rodillas. Muchos hombres llevan un tipo de arma, como un mazo, un escudo cuadrado o redondo, un rico tocado adornado con manos-trofeos humanos y, a veces, un plumaje semilunar, grandes orejas redondas, cabezas trofeos-humanos suspendidos sobre el pecho y la espalda y a veces un collar de secciones rectangulares. Las mujeres están bien vestidas con trajes y mantas decoradas. Algunas llevan criaturas o bolsas pequeñas. Se desconoce su función original, es posible que sirvieran de objetos en memoria de los difuntos importantes que se colocaban en tumbas colectivas. En el sitio de Chinchawas en la Cordillera Negra, estos monolitos se encuentran en ambos lados del acceso a una estructura.

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En Huamparán se ha podido registrar una laja de piedra sobre la cual se halla tallada un personaje sentado con las piernas abiertas y báculos o bastones en ambas manos, del mismo modo se ve dos camélidos al parecer alpacas en cada lado. Son muy pocas las representaciones de camélidos en la escultura Recuay, esta laja es un representación de la fertilidad ligada a los animales, indicando la importancia de las alpacas en la economía de los antiguos huarinos en esa época (Fig. 8). Otra escultura, representando un personaje con las manos hacia arriba (Fig. 9), fue registrada en una casa, cercana al puente Vira (cerca al Instituto Pedagógico de la ciudad de Huari), la cual se encuentra formando parte del muro de la casa. Según los pobladores muchas de estas esculturas fueron encontradas en las localidades de Cushin y Buenos Aires.

INTERPRETACIONES PRELIMINARES La arquitectura de las tumbas subterráneas de Ushnujirca, así como las características del material arqueológico ahí recuperado constituyen indicativos directos de que se trata de un cementerio correspondiente a la cultura Recuay. Se advierte un patrón de distribución funcional y preconcebida de las tumbas, con los nichos funerarios al Oeste, en la parte más elevada del terreno y las cámaras funerarias alineadas al Este, con sus accesos orientados hacia esa dirección. Sin embargo, es probable que las deposiciones hayan sido hechas progresivamente y no al mismo tiempo (Ibarra 1994). Este sitio, junto con el Ogupampa1, constituyen un modelo de la organización de los cementerios de la sociedad Recuay; hasta el momento se han identificado principalmente tumbas subterráneas. La mayor parte de los asentamientos de este período está conformada por montículos y los pirushtus, estructuras de forma 28


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circular (a modo de eras) que se encuentran en la cima de los montículos, existen una gran cantidad en Cajay. Si bien, la arquitectura de las tumbas es conocida, no hay información de la existencia de restos óseos en el interior de éstas, por lo que se presume que fueron saqueadas en épocas prehispánicas. 1

Ogupampa estaba dentro de los sitios ha ser investigado en el proyecto, pero esto no se concretó por la negativa de los propietarios a realizar investigaciones en este sitio, limitando de esta manera el conocimiento de nuestro pasado.

Figura 3. Tumba tipo cista en Gellygaga. 29


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Figura 1. Plano del sitio de Ushnujirca. 30


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Figura 2. Tumbas tipo cista. 31


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Figura 4. Vista de entrada de las tumbas.

Figura 5. Vista general de las tumbas. 32


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Figura 6. Ceramio estilo Recuay encontrado en el sitio. 33


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Figura 7. Cerámica recuperada durante los trabajos.

Figura 8. Escultura en bajo relieve que representa a un personaje con báculos acompañado de un camélido en cada lado. 34


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Figura 9. Escultura en bajo relieve de estilo Recuay hallado en Cushin, Huari. Actualmente forma parte del muro de una casa en la esquina del puente Virá, camino al instituto pedagógico. 35


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3 EL HORIZONTE MEDIO EN HUARI: PINKUSHJIRCA Y USHNU EN EL VALLE DEL RIO HUARITAMBO ENTRE LOS 600 - 1000 d.C.

Bebel Ibarra Asencios Ricardo Chirinos Portocarrero Lucia Borba Harumi

INTRODUCCIÓN El Horizonte Medio en la Arqueología Peruana, es lo que cronológicamente comprende entre los años 600 – 1200 d.C. y en el Perú se caracterizó por el desarrollo de la Cultura Wari, cultura que tuvo su centro de desarrollo en el pueblo del mismo nombre en el departamento de Ayacucho, y que no tiene nada que ver con Huari de la sierra de Ancash. Por otro lado sus límites cronológicos están poco definidos y varían de acuerdo a las regiones, para el caso de Huari, podríamos decir que termina hacia los 1000 d.C. de acuerdo a los fechados del sitio de Marcajirca, cuya ocupación principal es del Intermedio Tardío 1000- 1500 d.C. 37


El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

El presente Artículo se basa principalmente en los trabajos realizados en el sitio de Pinkushjirca en Huamparán y en el sitio de Ushnu en Cajay. Trabajos que fueron auspiciados por la Municipalidad provincial de Huari. Al mismo tiempo expresamos nuestro agradecimiento al poblado de Ushnu por todo el apoyo para realizar nuestra investigación.

El Horizonte Medio en la Sierra de Ancash 600 – 1000 d.C. Este período es poco conocido tanto en el Callejón de Huaylas como en la zona de Conchucos, para el primero existen más evidencias y estudios, donde los sitios representativos de este período como Wilkawaín y Honcopampa, ambos ubicados en la margen derecha del Río Santa. Este período también es considerado como época de la influencia Wari o Imperio Wari, donde se adoptó e incorporo rasgos culturales en cerámica como en arquitectura de la ciudad de Wari (Ayacucho). Las investigaciones en Wilkawaín fueron hechas por Bennett, quien menciona: «En Wilcawaín nosotros encontramos una galería con cerámica típica Recuay estratigráficamente debajo del terreno de un lugar habitacional conteniendo materiales del período medio. Así que declaró que el período Recuay precede a la influencia del período Tiahuanaco medio, el contraste en los estilos hace la separación más marcada. (Bennett 1967). El padre Soriano quién se dedicó a visitar sitios antiguos en el Callejón de Huaylas; también habla de Wilkawaín y asocia este tipo de construcción con otras en la sierra de Ancash: Chinchayhuasi (Pira), Illawaín (Aija), Pichikjayanani (Catac), Teckosh (Ticapampa), Ucanan, Jancu, Honkopampa y Waullac (Huaraz) a las cuales la relaciona con fragmentos de vasijas fitomorfas, zoomorfas y antropomorfas que fusionan el tipo Huaylas con el Tiahuanaco. Según constatamos también en las tumbas excavadas por la misión Bennett. (Soriano 1941). 38


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Las investigaciones en el sitio de Honcopampa fueron hechas primeramente por Gary Vescelius que realizó excavaciones en Honcopampa, donde describe una asentamiento que guarda un cierto trazo urbanísticos con recintos de planta cuadrangular, al que llama sector residencial, existiendo además otro sector al que llama vecinal con muros circulares muy altos. Cerca a este asentamiento existe un sector que llama de los mausoleos, no sólo porque advierte un tipo de arquitectura sepulcral, sino por la abundancia de huesos humanos y fragmentos de cerámica no utilitaria, del tipo Wari, ceremonial fina que aparece en mínima cantidad en el sector residencial. Este sector está formado por seis mausoleos, de tres pisos con recintos de planta cuadrangular, al rededor de este grupo central se esparcen otras chullpas, menores de escasa figuración en el conjunto, pero importantes por responder al mismo patrón y además proporcionaron fragmentos de vasos ceremoniales Wari, por lo que indudablemente son de la misma época. Honcopampa posee fechados radiocarbónicos que lo sitúan entre 959, 994 y 1,054 d.C. respectivamente propios del Horizonte Medio - Wari Tardío - y se extiende hasta el Intermedio Tardío. Sostiene que Honcopampa es un sitio Tiwanacoide, y que dio en el basural más grande del sector residencial sólo alfarería Blanco Sobre Rojo, lo que prueba fehaciente menos, por lo menos hasta donde llegó la excavación que es un sitio posterior a Huaricoto. (Buse 1965). Vescelius a través de una publicación de Lanning en 1964 hace la siguiente mención: «El complejo Honcocoto, pertenece al Horizonte Medio (Wari) y está asociado con varios cambios mayores en el desarrollo cultural. Las tumbas en chullpas reemplazaron a las galerías y cistas. El Honco temprano se caracteriza por influencias fuertes de varias partes del Perú, pero especialmente de Wari en la sierra sur. Cerámica Chaquipampa B, Nievería y Marañón (Cajamarca), aparecen en las chullpas. Un inmenso centro administrativo y de almacenaje fue construido en este tiempo indudablemente bajo el símbolo del dominio Wari. Este centro fue ocupado a lo largo del período Honco Medio, durante la continuación del dominio Wari es evidenciada por la aparición del estilo cerámico Viñaque, mientras que afinidades con la costa son 39


El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

sugeridas por la popularización de la cerámica impuesta. El Honco Tardío señala el colapso del imperio Wari y es más notable por el gran énfasis en la cerámica del tipo Supe dominante» (Lumbreras 1980: 406) Después de las investigaciones de Vescelius, Willian Isbell, realiza excavaciones en Honcopampa en el verano de 1987, donde elabora una secuencia y características del sitio La Cronología de Honcopampa manifestando que a excepción de un puñado de fragmento del Intermedio Temprano toda la cerámica de Honcopampa data del Horizonte Medio o Tardío, fragmentos del Horizonte Medio son asociados con grupos de patios no modificados, edificios en forma de D y chullpas son corroboradas por datos radiocarbónicos, los fragmentos datan del Horizonte Medio y quizás del Período Intermedio Tardío son asociados con el estrato arado y el grupo de patios remodelados, esto marca el fin de la ocupación prehistórica de Honcopampa. La arquitectura de patios, estructuras en D y chullpas es de una unidad estilística por el uso de piedra y barro en las técnicas de construcción. Mientras las modificaciones tardías de diferentes grupos de patio también emplean piedra y pachilla en su construcción que es de menos calidad, parecen que las construcciones tempranas, aunque no presenta datos es fácil de diferenciarla por la técnica de Pachillado; consecuentemente esto aparece en el estilo arquitectónico de bloques y guijarros como en el grupo de patios, edificios en D y chulpas pertenecen a un período. Honcopampa es mejor interpretado como un centro del Horizonte Medio. (Isbell 1991). Para el Callejón de Conchucos, no existe una clara secuencia ya que en las excavaciones de Burger (Pogoq y Wamanwaín) este período aparece como desocupado; al igual que los señala Amat, al hacer un corte en Huarijircan, donde el Período Medio aparece como un abandono del sitio, en ambos casos estamos frente a un vacío que sólo con futuras investigaciones podrán ser llenados. (Burger: 1982, Amat: 1971). 40


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El Sitio de Pinkushjirca El sitio se encuentra aproximadamente a 1,5 km a oeste de la Carretera Huari –San Luis, (coordenadas UTM 260287E y 8977198) en terrenos de las comunidades Cesar Vallejo de Huamparán y Morocancha, en el valle del Huaritambo. Localizado en área de Cima de Montaña (Ibarra, 2004), entre los pisos de suni y puna, cuenta con altitud máxima de 4.000 m.s.n.m. y mínima de 3.900 m.s.n.m (Fig. 1). El sitio cubre un área aproximada de 3.600 m², con medidas de 240 m de este a oeste y 150 m de norte a sur. Su interior abarca diferentes altitudes, incluyendo la cumbre del cerro. Se caracteriza por la presencia de grandes estructuras circulares, con paredes de piedras construidas con técnica tradicional, bien como estructuras circulares, semi-circulares y rectangulares menores (circunscritos dentro y fuera de las estructuras grandes) y terrazas de cultivo con muros de contención. (Fig. 2). Al oeste, y siguiendo hacia el norte, el sitio se limita por un muro perimétrico, el cual limitando el sitio también en su lado noroeste, donde se encuentra una fuerte pendiente de difícil acceso. El muro perimétrico tiene aproximadamente 1,40 m de altura (en las partes mas bien conservadas) y 0,70 m de ancho y al lado de este muro se encuentra una zanja defensiva anexada al muro perimétrico, con medidas de 100 metros de largo y aproximadamente 1,5 m de profundidad con 6,0 m de ancho. En esta se ubica una entrada de acceso por este lado del sitio. Hacia el Noreste y Este el sitio se limita también por fuerte pendiente, pero ya no se observa muro perimétrico, sino uno o dos niveles de terrazas de cultivo y algunos vestigios de sus muros de contención. Mientras que al Sur el terreno presenta una declividad más suave, y el sitio presenta cuatro niveles de largas terrazas paralelas (aproximadamente 100 m de largo y de 10 a 30 m de ancho), también con algunos vestigios de muros de contención. 41


El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

Sectores de Pinkushjirca El sitio ha sido dividió en tres sectores: terrazas, sector alto y sector bajo. En el sector bajo se destacan dos estructuras circulares de grandes dimensiones (aproximadamente 20 x 20 m cada) (Fig. 3 a y b), subdivididas internamente en pequeños recintos rectangulares (con medidas variando entre 3 y 6 m de ancho), contiguos entre si, y un espacio central libre. Observamos que las dos estructuras no forman un círculo perfecto, sino un contorno cuadrangular con las esquinas arredondeadas. Otras estructuras presentes en el sector bajo son circulares pequeñas (con medidas máximas de 5 x 6 m), que se localizan cerca a las estructuras circulares mayores, y algunas estructuras de contornos y medidas variables, localizados en la parte norte del sitio, pegados al muro perimétrico, y que posiblemente constituyeron corrales. La parte baja es delimitada por un gran muro, que llega hasta aproximadamente 4m de altura (Fig. 4), este tipo de muro y con la misma técnica constructiva se presenta también en el sitio de Gantujirca en Yacya, en el cual se encontró cerámica relacionada al período Horizonte Medio. El sector Alto, corresponde a la cumbre del cerro, zona privilegiada para una visión no solo de todo el antiguo asentamiento, sino también de buena parte del Valle de Huaritambo. Esta parte del sitio tiene formato alargado, con 60 m de largo y anchura máxima de 20 m. Toda su área es plana, claramente resultado de un trabajo de aplanamiento de la cumbre del cerro. Su extremo oeste es enteramente ocupado por una grande estructura circular de contornos y medidas semejantes a las grandes estructuras circulares del sector bajo, pero con interior bastante diferente: aquí se encuentran dos o tres niveles de gradas concéntricas, a manera de un anfiteatro, lo que confiere a esta estructura fuerte connotación de edificación ceremonial. 42


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En el lado Este del sector alto se encuentran pequeñas estructuras semicirculares (con medidas máximas de 6 x 6 m) y una estructura rectangular, única en el sitio (con medidas de 9,0 x 3,5 m). La parte alta presenta un muro de contención a su alrededor, el cual engloba las rocas naturales de la cumbre, y su acceso principal parece ser por el lado Este, donde se encuentra una escalera (aproximadamente 2 m de ancho) en buen estado de conservación.

El Sitio de Ushnu El sitio se encuentra a aproximadamente 1,5 Km al este de la Carretera Huari –San Luis, (coordenadas UTM 262328E, 8977258N) en el Anexo de Ushnu, en el distrito de Cajay. Localizado en área de Fondo de Valle (Ibarra, 2004), en piso de quechua, cuenta con altitud mínima de 3.459 m.s.n.m. y máxima de 3.534 m.s.n.m. Ushnu se encuentra a unos 200 m. en la margen derecha del río Huaritambo (Fig. 1), las estructuras localizadas al pie del Cerro Tucu-Gaga (denominadas por nosotros como Ushnu Bajo) y también en la parte alta del mismo cerro (denominadas Ushnu Alto). En total, el sitio cubre un área aproximada de 6.440 m² , y medidas de 280 m de Este a Oeste y 230 m de Norte a Sur. Si consideramos las áreas donde se concentran las estructuras arqueológicas, tenemos Ushnu Bajo con un área de 14.000m² y medidas de 200 m por 70 m, y Ushnu Alto, con un área de 2.700 m² y medidas de 90 por 30 m. Ushnu Bajo concentra la mayor parte de las estructuras. Estas se encuentran dispersas por el terreno, y según informaciones de locales, algunas estructuras fueron desmontadas para cultivos de chacras, teniendo el sitio una mayor cantidad de estructuras originalmente (Fig. 5)..

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El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

Las estructuras arquitectónicas que sobresalen son las chullpas funerarias (Fig. 6), estructuras de planta cuadrada o rectangular, con altura media de 2 metros, que presentan una pequeña entrada, y restos de huesos humanos y de vasijas cerámicas en su interior. Una de las chullpas que se destaca, por su forma y por su buen estado de conservación, es la Estructura 6 (Fig. 7). Esta presenta planta rectangular suavemente arqueada, subdividida en 3 recintos internos, cada cual con su respectiva entrada. También se identifico una estructura funeraria subterránea, parcialmente expuesta, y localizada en un montículo artificial en el cual posiblemente podría haber más de esas estructuras. Aparte de las estructuras funerarias, se identificaron algunos muros, y una estructura rectangular de dimensiones relativamente grandes, tratándose aparentemente de una vivienda. Estas estructuras se ubican en la parte más baja del terreno de Ushnu Bajo, estando las Chullpas concentradas en las partes más elevadas. Ushnu Alto se ubica a 180 metros al Este y 70 metros a mayor altitud de Ushnu Bajo, en un área de fuerte declividad del terreno. Ahí se encuentran pequeñas chullpas, ubicadas lado a lado en una estrecha terraza sustentada por muros. Las estructuras están pegadas al afloramiento rocoso del cerro, sirviendo este de pared dorsal y de techo superior (Fig. 8). A pesar de las diferencias en la forma y en el patrón de ubicación de estas chullpas en relación a las chullpas de Ushnu Bajo, la técnica constructiva semejante indica que se deben tratar de estructuras contemporáneas entre sí, o sea, correspondientes a un mismo grupo cultural.

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Interpretaciones Preliminares Es muy probable que los sitios de Pinkushjirca y Ushnu sean contemporáneos, o al menos en alguno momento del Horizonte medio coexistieron. Por si parte Pinkushjirca, muestra partes (como el sector alto), que guardan relación con el Patrón Arquitectónico Recuay en Huari. Esto se suma que la mayoría de los sitios que hemos clasificados para el Horizonte medio (600 – 1200 d.C.). Presentan ocupaciones que se remontan hacia la época recuay. Es Interesante también la existencia de que muchos grandes corrales o ushnus existente en la parte baja de Pinkushjirca (Fig. 9), los cuales aun no han sido investigados. La similitud arquitectónica de Pinkushjirca con Gantujirca de Yacya, es muy sorprendente, por lo que creemos que al menos existieron dos asentamientos de gran extensión durante este período en el valle de Huaritambo. La presencia de chullpas, las cuales aparecieron durante el Horizonte Medio en gran parte de los sitios de la sierra norcentral y norte del Perú, por eso creemos que las chullpas de Ushnu pertenecen a ese período. Es difícil aún de determinar si las chullpas de Ushnu fue el cementerio de los habitantes de Pinkushjirca, aún falta trabajos de investigación que hacer.

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El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

U shnu P in k u s h jirc a

M U N IC I P A L I D A D P R O V I N C I A L D E H U A R I PR O YEC T O AR Q U EO LO G IC O H U A R I - A N C ASH

M a p a d e U b ic a c ió n P IN K U S H J I R C A - U S H N U D pto. A NC ASH P ro v . H U A R I D ir. B E B E L IB A R R A

Figura 1. Mapa de ubicación. 46

D is t. H U A R I C A JA Y

Fecha N O V .2 7 / 0 8

D ib . M A R G A R IT A B R IK Y T E


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Figura 2. Plano del sitio de Pinkushjirca. 47


El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

Figura 3a. Vista de estructura circular con hornacinas.

Figura 3b. Dibujo de planta de la estructura circular con hornacinas.

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Figura 4. Vista de muralla este de Pinkushjirca.

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El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

Figura 5. Plano de las chullpas de Ushnu (sector bajo). 50


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Figura 6. Vista de una de las chullpas, sector bajo.

Figura 7. Vista de las tres chullpas adosadas en Ushnu, sector bajo. 51


El Horizonte Medio en Huari: Pinkushjirca y Ushnu

Figura 8. Vista de chullpas en Ushnu, sector alto.

Figura 9. Vista de gran estructura circular o Hatun Corral en Huamparán. 52


4 EXCAVACIONES DE LA MISIÓN ARQUEOLÓGICA Y ANTROPOLÓGICA ITALIANA PROYECTO «ANTONIO RAIMONDI» EN EL ECOSISTEMA DE LA LAGUNA DE PURHUAY: ISHLA RANRA Y LLAMACORRAL Carolina Orsini INTRODUCCIÓN La zona en las alturas del anexo de Acopalca, distrito de Huari, donde se ubica la laguna de Purhuay, es rica en sitios arqueológicos de interés que han sido registrados en el catastro arqueológico hecho en los últimos 7 años por el arqueólogo huarino Bebel Ibarra. A partir del año 2006 ha empezado en esta zona nuevas investigaciones arqueológicas de la Misión italiana proyecto Antonio Raimondi del Castello Sforzesco de Milano en colaboración con Bebel Ibarra auspiciadas por el Museo delle Civiche Raccolte d’Arte Applicada del Castello Sforzesco de Milano y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Italia. En el pasado prehispánico la zona de la laguna de Purhuay revistió un papel muy importante como área de asentamiento y como fuente de abastecimiento de recursos naturales y lugar especial para los rituales religiosos: en el ecosistema de la laguna no sólo existe dos sitios de interés (Llamacorral e Ishla Ranra, excavados en el 2006) si no una verdadera red de asentamientos que se conectan de manera muy estrecha con la laguna. Las excavaciones han 53


Excavaciones en la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral

continuado en el 2007 investigando los sitios de Ñawpamarca y Awilupaccha que se encuentran en las alturas de la laguna en dirección Este. Ishla Ranra A orillas de la laguna de Purhuay, Ishla Ranra se ubica al lado Sur detrás del campamento de Parque Nacional Huascarán. El sitio se presenta como un conjunto de recintos que cubre un área de 4 hectáreas con diferentes zonas de tumbas (anteriormente reconocidas por Ibarra, que observó cinco tumbas, con restos de dos cuerpos, cráneos rotos, fémures). El terreno es muy accidentado en esta parte, y se encuentra a una cota más alta con respecto a la laguna (Fig. 1). Ishla Ranra fue una aldea: todavía se pueden apreciar recintos domésticos con pozos, plazas, tumbas, caminos. Las excavaciones permitieron establecer que el sitio fue frecuentado durante un tiempo corto en la fase final del periodo prehispánico y fue rápidamente abandonado durante la Colonia. La conformación de la aldea es irregular: en la parte mas alta del asentamiento se concentran las estructuras domésticas con planta rectangular, tres de las cuales han sido excavadas, mientras que hacia l extremo Sur del asentamiento se encuentra una plaza ancha y en su cercanía se ubicó una tumba o cámara subterránea (cámara I) en una plataforma de planta ovalada en la parte oriental del asentamiento. La tumba estaba abierta y saqueada. Los hallazgos rescatados pertenecen a tres distintos tejidos ubicados en el fondo de la cámara, una camisa, una cinta y fragmento de tela gruesa, todos de época colonial. Se encontraron también escasos restos de cerámica mezclados a los tejidos. Ishla Ranra ha revelado ser Un sitio extenso (4 hectáreas), localizado en un promontorio llano que domina y permite controlar la zona de la laguna y al mismo tiempo el valle del río de Purhuay camino a la ciudad de Huari. 54


Carolina Orsini

El asentamiento acoge estructuras de varias funciones, plazas anchas y recintos domésticos y ha sido remodelado a lo largo de su (probable) corta historia, como lo demostraría la presencia de estructuras intrusivas y de sepulturas secundarias observadas en el asentamiento (Fig. 2). Desafortunadamente en el sitio se ha recuperado poco material diagnóstico, quizás en razón de la erosión que caracteriza el terreno rocoso, con excepción de un fragmento de cerámica (Período Intermedio Tardío) y para los tejidos de la tumba I, que, según los fechados radiocarbónicos realizados remontarían al 1460 - 1680 después de Cristo. En espera de ulteriores estudios, podemos suponer que Ishla Ranra fue un asentamiento complejo, frecuentado en épocas tardías y construido, quizás, para la explotación de los recursos de la laguna. Durante las prospecciones en las alturas de Purhuay, se puede observar otros sitios arqueológicos muy similares como el complejo de Maria Jiray, donde se encuentran estructuras domésticas similares. También parece probable que Ishla Ranra fuese un asentamiento temporal, construido como lugar de frecuentado ocasionalmente por los pobladores de la zona que ocupaban sitios más formalizados como los poblados de Ñawpamarca de Acopalaca (al Oeste de la Laguna) y de Pueblo Viejo o Ñawpamarca de Huamantana (al Este de la Laguna) ambos construidos en las alturas de Purhuay a una altura de más de 4400 msnm.

Llamacorral Llamacorral es un pequeño conjunto ubicado en el lado Sureste de la laguna. Está conformado por tres muros circulares concéntricos en donde los accesos se hallan perfectamente alineados; en el cerco interior se halla un pozo (Fig. 3). La mampostería y la técnica de construcción de los muros es muy interesante por su acabado refinado, las investigaciones fueron orientadas a la definición de la función de la estructura y a ponerla en relación con los demás restos prehispánicos de la zona de Purhuay. 55


Excavaciones en la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral

Los sondeos de excavación permitieron poner a la luz un apisonado de tierra en donde se encontraron restos de cuentas de collar, una concha y pocos fragmentos de cerámica no diagnósticos. La configuración de las paredes del pozo central es singular, de hecho la inclinación tiene una forma cónica (semejante a un embudo con forma de espiral) como si fuera modificada por el accionar del agua. Los pobladores de los alrededores del sitio en una ocasión visitaron la excavación en la última temporada de trabajo de campo, donde contaron que el pozo era un lugar muy sagrado por los «awilitos»1 y que de su interior en los tiempos antiguos habían salido rebaños de llamas blancas, además que este lugar estaba conectado con la laguna por medio de una escalera y por la cual fluía el agua. La forma del pozo es efectivamente compatible con la presencia de agua que quizás pudo haber brotado de una falda subterránea agotada en la actualidad. Según nuestra hipótesis con respecto a la presencia de agua en la estructura, podría tratarse de un canal cuya función era hacer fluir el agua hacia afuera. Supuestamente nosotros no estamos pensando en una presencia constante del agua, sino en algo ocasional, posiblemente relacionado con un aumento del nivel del agua del pozo. El sitio podría haber sido el lugar desde el cual, «la fertilidad de la laguna» se derramaba en las chacras cercanas y al mismo tiempo el lugar donde se rendían los cultos a la laguna misma. Llamacorral es, como hemos dicho, uno de los lugares más sagrados para los habitantes de la comunidad de Acopalca. La estructura arqueológica es de dimensiones reducidas (12 metros total de diámetro) y se conforma como un complejo de planta circular con tres muros concéntricos concebidos de modo que el exterior sea más alto que el mediano, que es más alto del muro central (Fig. 4).

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Carolina Orsini

La altura de las tres paredes se ha conservado por completo como lo demuestran los fragmentos de losas que se pueden apreciar en ciertas partes de la estructura. Suponemos que la altura variada de las paredes servía para sustentar un techo inclinado hacia el centro de Llamacorral, donde se ubica un pozo para el almacenaje del agua, que se caracteriza por una ingeniosa estructura helicoidal (para facilitar su recolección). Como dijimos, el acceso dentro de la estructura se daba a través de un sistema de puertas alineadas perfectamente que se abren en las tres paredes. En el pasillo que se forma entre las entradas (y que conduce al pozo central) se encontraba una canalización para facilitar el desagüe. Las excavaciones en la estructura han permitido no sólo verificar el sistema constructivo, sino también investigar evidencias de actividades humanas. El área fue frecuentada de manera controlada: se realizaban limpiezas periódicas, que han permitido que en los pisos se hallasen pocos restos materiales. Alrededor del siglo XV un fuego extendido invadió el área. Como demuestra también el fechado del tejido en la tumba de Ishla Ranra, el ecosistema de la laguna de Purhuay fue intensamente frecuentado alrededor de la primera época Colonial. A pesar de que el sitio fue mantenido limpio, se pudo recuperar algunos hallazgos interesantes: chakiras de turquesas de uno o más collares. Al parecer en la estructura entraban personajes de rango, por lo menos en los cercos exteriores donde la altura del techo permitía andar agachados (en el cerco central la altura del techo no sobrepasaba el metro). En el cerco mediano, se encontró un depósito intencional de una media valva de Spondylus princeps. De lo expuesto se deduce que la estructura revistiese funciones ceremoniales relacionadas probablemente al culto del agua (el Spondylus princeps se conoce en las crónicas como el «nutrimiento de las huacas»2 para que 57


Excavaciones en la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral

estas manden la lluvia), y que fuese utilizada de manera poco asidua, quizás durante ocasiones especiales y sólo por personas de las elites.

1

«Awilitos» es el nombre genérico con que los pobladores del sitio llaman a sus antepasados. 2 J. Murra, Formazioni economiche e politiche nel mondo andino [1975], Einaudi, Torino.

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Carolina Orsini

Llam acorra l Ishlaranra

M UN IC IP AL ID AD P RO VIN C IAL D E H UAR I PR O YE C T O AR Q U EO LO G ICO H UA R I - AN C ASH

M ap a de U bicació n LL AM AC O R R AL - IS H LA R AN R A D pto. A NC ASH P ro v. H UA RI D ir. BE BE L IB AR R A

D ist. H U AR I

F echa N O V .27 / 08

D ib . M A R G AR ITA B R IK YTE

Figura 1. Mapa de ubicación. 59


Excavaciones en la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral

Laguna de Puruhuay

Campamento INRENA

0

25

50M

PROYECTO ANTONIO RAIMONDI

LLAMACORRAL Sector: Dibujo:

Plano Ishla Ranra Carolina Orsini

Figura 2. Plano del sitio de Isla Ranra.

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Fecha:

13-02-2007


Carolina Orsini

PROYECTO ANTONIO RAIMONDI 0

5

LLAMACORRAL

10M

PLANO Sector:

Llamacorral

Dibujo: Carolina Orsini

Estructura:

I

Fecha: 08-03-2007

Figura 3. Plano del sitio de LLamacorral.

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Excavaciones en la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral

Figura 4. Vista de Llamacorral.

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5 MARCAJIRCA: CRONOLOGÍA, FUNCIÓN Y MUERTE

Bebel Ibarra Asencios INTRODUCCIÓN El presente trabajo es un resumen de las investigaciones arqueológicas llevadas a cabo de manera interrumpida desde 1999 hasta la fecha en el sitio de Marcajirca. En 1999 se realizó un primer levantamiento topográfico que sirvió de base para saber la extensión del sitio, en el año 2000 se iniciaron las labores de limpieza, y en el año 2005 iniciamos las investigaciones, realizando excavaciones arqueológicas, las cuales han comenzado hasta el presente. Los trabajos en Marcajirca forman parte de mi tesis doctoral en la Universidad La Sorbona de Paris; en los últimos años cuenta con la participación de varios colegas que apoyan en las actividades, principalmente en antropología física.Todas las temporadas de investigación fueron auspiciadas por la Municipalidad Provincial de Huari, excepto la temporada 2006, que fue autofinanciada. Las investigaciones en este sitio buscan revelar información acerca de la cronología, función, el rol de la presencia de los muertos en el desarrollo del sitio, que incluye aspectos relacionados al culto a los ancestros. 63


Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

UBICACIÓN Y LÍMITES Marcajirca se localiza entre los distritos de Cajay y Masin, en las siguientes coordenadas UTM 265650 E, 8962270 N, a una altitud de 3800msnm. Ocupa los terrenos de la Comunidad de Chinchas, Huaripampa y Pomachaca. Ocupa aproximadamente 40 hectáreas, sólo en la parte principal. Es probable que su área original sea de unas 100 hectáreas y consta hasta el momento de 4 sectores (Fig. 1). El área que corresponde a Chinchas es la parte principal y ocupa las laderas Oeste y Este, donde se encuentra la mayor cantidad de chullpas y cuevas. El área que corresponde a Pomachaca abarca la parte Sur del sitio y la ladera Este donde existen numerosas plataformas y cuevas funerarias. El área que corresponde a Huaripampa comprende toda la parte Norte de la ladera Este, conformado por una gran cantidad de terrazas, plataformas y estructuras que aún no se han limpiado. Marcajirca es un conjunto de estructuras que se encuentran en la cima del cerro del mismo nombre, extendiéndose hacia ambas faldas. Presenta recintos de planta circular, murallas, muros de contención, terrazas, patios y plazuelas, hechas con piedras canteadas, unidas con argamasa de barro. Las chullpas registradas muestran, en su gran mayoría, restos óseos humanos, tanto de adultos como de niños; sus techos en gran medida se encuentran en mal estado de conservación, generalmente derrumbadas.

LA INVESTIGACIÓN ARQUEOLÓGICA EN MARCAJIRCA: OBJETIVOS Y METODOLOGÍA Muchos han leído u oído hablar acerca del sitio arqueológico Marcajirca. Al conocer dicho sitio, surgen interrogantes, como por ejemplo: ¿de qué época data?, ¿qué fue exactamente Marcajirca?, 64


Bebel Ibarra Asencios

¿cuáles fueron las actividades que realizó la población que vivió ahí?, ¿qué significado tienen todos los huesos que se hallan en las chullpas?, ¿qué son las chullpas?, etc. Preguntas que no son fáciles de responder y que toma mucho tiempo de investigación. La investigación en Marcajirca ya lleva más de cuatro años. Las primeras excavaciones se realizaron en el 2005, con apoyo y presupuesto muy limitado, pero con una gran motivación por conocer una parte del pasado prehispánico de Huari. Actualmente, ya se puede responder algunas de las preguntas formuladas líneas arriba. ¿De qué época data Marcajirca? Gracias a fechados con radio carbono obtenidos de las temporadas 2006 y 2007, se pudo definir que la ocupación más antigua de Marcajirca se remonta hacia el año 1020 d. C. y la ocupación más tardía corresponde hacia el año 1640 d. C. Ello significa que tuvo una ocupación de casi 600 años y posiblemente estuvo funcionado hasta la llegada de los incas a territorio huarino en el año de 1474. ¿Qué fue exactamente Marcajirca? La respuesta guarda relación con la funcionalidad que tuvo el sitio; en ese sentido las excavaciones estuvieron orientadas a ello. Así, se ha podido determinar un sector residencial, donde lógicamente las actividades fueron domésticas (dormir, cocinar, reproducirse, comer, etc.). Lo cual se determinó al recuperar material doméstico, como fragmentos de ollas con restos de hollín, instrumentos de cocer, agujas hechas de hueso, huesos de animales quemados y algunos con huellas de corte, batanes, manos de moler, piruros, que son instrumentos que se usan cotidianamente en las viviendas. De esta manera se pudo inferir que las estructuras excavadas habían sido casas, por lo que dicho sector fue denominado residencial. El Sector Residencial de Marcajirca comprende alrededor de 50 casas, lo cual permite calcular una población mínima de al menos 300 personas.

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Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

También existe un Sector Funerario, el cual está conformado principalmente por chullpas y cuevas funerarias. Una chullpa es una estructura funeraria, es decir, una tumba donde eran sepultados los antiguos huarinos, cuya particularidad era estar siempre abierta, puesto que su acceso nunca se sellaba de manera permanente. Existe, de igual modo, otros sectores en Marcajirca, como el Anfiteatro y el Torreón que son de carácter público, donde se realizaban actividades que congregaba a la población. Pero aún falta mucho por descubrir, se desconoce aún las características de la parte superior de Marcajirca y el lado Oeste (orientado hacia el centro poblado de Chinchas); en el 2008 se ha comenzado la limpieza para descubrir esa parte y se está a la espera de los resultados. En resumen, hablar de Marcajirca es hablar de un PUEBLO, con calles, plazas, casas, tumbas, etc.

¿Qué significado tienen todos los huesos que se hallan en las chullpas? Los huesos hallados son vestigios de sepulturas, que se han hecho en chullpas y cuevas. Las causas de la mortandad es un tema que está siendo estudiado por antropólogos físicos. Entre los objetivos está el determinar la edad promedio de los habitantes, la estatura, el sexo y también identificar algunas enfermedades que dejan huellas en los huesos.

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Bebel Ibarra Asencios

LOS SECTORES DE MARCAJIRCA

El Sector Funerario (B) Este sector ocupa la parte baja del sitio, se halla al Norte del Sector Residencial. Hacia el Oeste se aprecia un aserie de farallones que dan protección y a la vez limitan el sitio con el Sector Alto (E). Se extiende unos 180 m, de Sur a Norte y unos 60 m de Este a Oeste. Hacia el Este se halla una ladera muy empinada, que se prolonga hasta las cercanías del río Puccha (unos 900 m). Hacia el lado Norte limita con los sectores C y D (en ambos sectores no hay chullpas). En este sector existen 38 chullpas y 19 cuevas funerarias,la mayoría con restos óseos humanos en su interior. Debido al estado de conservación de este sector y a la presencia de vegetación no se descarta que el número de chullpas y tumbas sea mayor (Fig. 2).

El Sector Residencial Ocupa la parte Sur del sitio, sobre un terreno elevado, respecto a los otros sectores. La mayor parte de las estructuras tienen planta circular, los vanos de acceso no tienen una orientación en común, el diámetro de las estructuras varía entre 3 a 4 m. Los muros pueden alcanzar hasta 2 m de alto, estos están construidos con piedras unidas con argamasa de barro, con un acabado tosco al interior (Fig. 3). Las excavaciones en este sector proporcionaron material utilitario, como ollas, manos de moler, batanes, etc. Existen alrededor de 40 casas en dicho sector, así como plazas y algunas chullpas y cuevas con restos óseos humanos. 67


Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

Las estructuras se encuentran unidas, y dado la espesura de la vegetación, aún falta determinar las vías de tránsito entre ellas. Además, se encuentran distribuidas sin mayor orden. En algunas de las estructuras se advierte la existencia de una chullpa en su parte media, corresponde a la Estructura 3; la chullpa se ubica de tal forma que sus lados Norte y Sur conforman los muros de otras dos estructuras diferentes. En este sector se ha podido identificar dos Ushnus o estructuras ceremoniales, donde se realizaban rituales. En las chullpas se ha recuperado pequeñas esculturas de piedra (3 cm) en forma de caracol, también esculturas en huesos, todo ello frente al acceso de las chullpas, lo que muestra que estas eran objeto de rituales.

El Sector C Comprende el sector ubicado en el extremo Norte del sitio, que limita con la muralla. Ocupa la parte noreste, a continuación del Sector B o Funerario. Está compuesto principalmente por dos estructuras, de características especiales: el «torreón» y el «anfiteatro». Una descripción de ellos se presenta a continuación: - El Torreón Ubicada cerca al borde del sitio, junto a la pendiente Este. Es una estructura muy grande, mide 7,5 m de ancho y 10,5 m de largo; muestra muros muy gruesos, llegando a medir hasta 1,5 m de ancho. El muro del lado Oeste se proyecta desde la parte alta, elevándose alrededor de 3 m, lo cual le da una imagen semejante a una torre (de ahí el nombre). Esta estructura esta relativamente aislada, ya que no limita con ninguna otra (Fig. 4). 68


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- El Anfiteatro Ubicado junto a la muralla que delimita el sitio, en el extremo Norte. Tiene planta semi ovalada; la muralla es recta y de forma escalonada, orientada de Este a Oeste y mide 26 m de longitud. El eje Norte – Sur mide 27 m. La plaza tiene en el lado Este y oeste tres escalones o gradas, siendo el ancho de estas en promedio de 4 m, cada uno de una altura de alrededor 1,5 m, por tanto entre el patio o «escenario» y el ultimo escalón existen alrededor de 5 m de distancia. Los muros de los escalones son piedras de gran tamaño, algunas miden hasta más de un metro de alto. Probablemente se trate de la estructura más antigua del sitio (Fig. 5).

El Sector D Está localizado en el extremo noreste, al Este del Sector C, bajo el farallón que divide el sitio en una parte baja y alta. Este sector, sin mucha vegetación, comprende mayormente plataformas y grandes «canchas».

TIPOLOGÍA DE LAS ESTRUCTURAS FUNERARIAS Las investigaciones realizadas en el sitio de Marcajirca revelan una gran cantidad de estructuras funerarias, las cuales han sido clasificadas en dos tipos que poseen características morfológicas peculiares y que se repiten en algunos sitios de la cuenca del río Puccha: Chullpas Se han identificado 38 y se caracterizan por tener una arquitectura vertical, construida con piedras unidas con argamasa de barro; presentan techo cónico a base de lajas de piedras delgadas 69


Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

superpuestas; también accesos a desnivel o elevados, con dimensiones de 0,40 por 0,45 cm en promedio, la orientación de estos no obedece a un patrón determinado, es muy distinta la una de la otra. En el interior presentan una serie de piedras sobresalientes a manera de «colgadores», en las esquinas se observan lajas más gruesas unen los vértices de las paredes. Algunas de estas estructuras presentan huellas o restos de enlucido de color rojizo (el enlucido se caracteriza por una arcilla muy fina con presencia de paja muy delgada). (Fig. 6). Varias de estas estructuras poseen techos casi planos, también a base de lajas delgadas de piedra, otras poseen dos niveles y dos accesos para cada uno de ellos; aunque el número de estas es poca en comparación con las de un solo nivel (3); también presentan hornacinas en el interior. En la mayoría de la estructuras de este tipo se puede observar restos óseos, incluso en las que están derrumbadas.

Cuevas Funerarias Se ha podido identificar 8 cuevas, no descartando que existan más. Se caracterizan por hallarse debajo de grandes rocas, donde se construyeron pequeños muretes que delimitan un área y un acceso. El área delimitada depende del tamaño de la roca, pero generalmente es de 1,5 m2. La presencia de restos óseos es evidente, algunas de ellas sólo presentan cráneos y algunos con remodelaciones, siendo el tipo seudo-circular el más común. (Fig. 7).

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Bebel Ibarra Asencios

CONCLUSIONES Marcajirca es un pueblo prehispánico que estuvo ocupado desde el año 1020 d. C. hasta el 1640 d. C.; sin embargo, no se descarta que exista una ocupación más antigua. Los sectores existentes son de carácter residencial, funerario y público (C y D); el residencial compuesto mayormente por casas de planta circular, el sector funerario por chullpas y cuevas funerarias y el publico por el torreón y el anfiteatro. El análisis de cerámica muestra que la mayoría es tardía, hecha con shashal proveniente de las minas de la zona la laguna de ventanilla en Acopalca. Igualmente se ha encontrado algunos fragmentos de tipo Inka Imperial. El Sector Funerario muestra una reocupación que varía entre el Intermedio Tardío a Horizonte Tardío; no se descarta la presencia de material del Horizonte Medio. La asociación cronológica entre las chullpas y las estructuras a su alrededor por el momento no es clara. El Sector Funerario, además de una gran presencia de chullpas, presenta estructuras sin actividad doméstica, como por ejemplo las Estructuras 1, 2 y 4, siendo el caso de la Estructura 3 atípico, pues la gran cantidad de material doméstico recuperado forma parte de rellenos.

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Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

A N F IT E A T RO

TO RREO N

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S EC T O R F U N E R A RIO

S EC T O R F U N E R A RIO

S E C TO R F U N E R A RIO

S E C TO R F U N E R A R IO

S EC T O R R E S ID E N C IA L

SEC TOR R E S I D E N C IA L

SECTO R R E S ID E N C IA L

M U N I C I P A L I D A D P R O V I N C IA L D E H U A R I

P L A N O P L A N IM E T R IC O D E M A R C A J IR C A

Figura 1. Plano del sitio de Marcajirca. 72


Figura 2. Vista panorámica.

Bebel Ibarra Asencios

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Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

Figura 3. Vista del sector residencial.

Figura 4. Vista del Torreón. 74


Bebel Ibarra Asencios

Figura 5. Vista del Anfiteatro y del Torreón.

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Marcajirca: Cronología, Función y Muerte

Figura 6. Vista de la chullpa mayor con huellas de enlucido o tarrajeo en la parte superior, de color rojo y blanco.

Figura 7. Vista de una cueva funeraria. 76


6 INVESTIGACIÓN BIOARQUEOLÓGICA EN EL SITIO DE MARCAJIRCA Bebel Ibarra Asencios Jillian Landeck

INTRODUCCIÓN La investigación bioarqueológica o antropología física en el sitio arqueológico Marcajirca abarca el estudio de los restos óseos que se hallaron en las cuevas funerarias y en las chullpas. El reto en Marcajirca fue realizar los análisis en el sitio mismo, para lo cual se implementó una metodología de excavación-análisis, siguiendo los objetivos trazados. Es decir, la metodología obedecía a la obtención de información sobre el número mínimo de individuos, la edad, sexo promedio y enfermedades que habrían existido. Tanto las cuevas como las chullpas, fueron divididas en cuadriculas o unidades, a las cuales se les denominó del I al IV; los restos óseos eran retirados de una de estas unidades e inmediatamente se procedía a su limpieza, clasificación por tipo de hueso e inventario. Casi en forma paralela al inventario se describía los huesos, usando fichas que reunían información sobre tipo, estado del hueso, orden, etc., lo cual permitió optimizar el tiempo. 77


Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca

Posteriormente, con el inventario y la descripción se procedió a establecer bases estadísticas sobre sexo, edad y número mínimo de individuos (NMI). La descripción de los huesos permitía aislar aquellos huesos que mostraban algún tipo de lesión, enfermedad u otra particularidad, para que puedan ser observados detenidamente al final del trabajo de campo. Todos los restos óseos fueron dejados en el lugar en que fueron recuperados, debidamente clasificados, embalados y señalando su procedencia.

METODOLOGÍA, DATOS RECOLECTADOS Y PERFIL BIOLÓGICO Los restos humanos de la Chullpa 3, Cueva 1, Cueva 2, Cueva 7B y la Estructura 7 incluyen individuos primarios, huesos aislados y algunos elementos articulados agrupados. Aunque la gran mayoría de restos son hallados desarticulados y sin asociación entre las tres estructuras, se han encontrado tres individuos parcialmente articulados en la Cueva 1. Solo se encontró la parte del esqueleto axial desarticulado de un individuo, los otros dos individuos estaban parcialmente enterrados en posición extendida. La gran mayoría de restos humanos estudiados en los Andes Centrales se describen como entierros en posiciones flexionadas y sentadas. La posición de los cuerpos extendidos es extremadamente rara en este territorio (Fig. 1, 2 y 3). Los métodos estandarizados utilizados para determinar la edad, el sexo y estatura fueron tomados de la obra de Buikstra y Ubelaker «Estandares en la recolección de datos de los restos humanos» (1994). Los datos de los indicadores no específicos (stress, fracturas, infección de huesos, caries dentales, abscesos, enfermedades periodontales, medidas postcraneales y enfermedades degenerativas) fueron evaluados y analizados por categorías de edad, sexo y cuando fue posible se hizo un intento 78


Bebel Ibarra A, Jillian Landeck

de delinear un perfil de salud como consecuencia de las diferencias sociales entre los grupos enterrados en las distintas estructuras funerarias. Haciendo un rápido repaso a los datos arqueológicos en los Andes Centrales, Marcajirca provee una rara oportunidad de examinar de manera simultáneamente el patrón funerario arqueológico y los restos humanos. La real cantidad de restos humanos que presenta el sitio es desconocida. Hasta ahora se han identificado sólo de manera superficial 36 chullpas y 16 cuevas funerarias y en ambos sectores se han identificado zonas residenciales y zonas funerarias en el sitio. De estos, una chullpa (Chullpa 3) y dos cuevas (Cueva 1 y 2) han sido completamente excavados y una cueva (Cueva 7B) subdividida y un muro funerario (estructura 7) han sido parcialmente excavados. Sólo los restos de una chullpa y de las cuevas completamente excavadas han sido analizadas para realizar un perfil biológico. La gran frecuencia de esqueletos desarticulados ha complicado la capacidad para estimar el número total de individuos presentes, pero cada elemento óseo individualmente cuenta para calcular el número de individuos en cada estructura: - En la Chullpa 3 se determinó un mínimo de 17 individuos adultos basándose en la tibia izquierda y el número mínimo de 13 subadultos fue determinado en base al fémur derecho. - En la Cueva 1 un numero mínimo de 8 adultos fueron determinados basados en el fémur derecho y un numero de 6 subadultos fueron determinados en base al fémur derecho. - En la Cueva 2 un mínimo de 50 adultos fue determinado en base al peroné derecho y un número mínimo de 18 subadultos fue determinado basándose en el fémur izquierdo.

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Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca

En estas estructuras existe un total de 112 individuos (NMI), muestra que se divide en 75 adultos y 37 subadultos. No todos los individuos fueron incluidos en la muestra basada en el número mínimo de individuos, pero fueron utilizados para calcular el porcentaje de la edad, sexo y estatura. De la Cueva 7A y 7B sólo los restos que exhiben evidencia cultural (modificación y trauma) fueron eliminados debido a la premura del tiempo. Esta evidencia será utilizada para indicar la presencia de violencia y diferenciación social. Algunas áreas periféricas del sitio, concretamente el lado Oeste de la falda del cerro no han sido investigadas o mapeadas y aparentemente existirían algunas chullpas y cuevas funerarias. Son pocos los estudios completos de la región norcentral andina acerca de los restos osteológicos prehispánicos. La determinación de la estatura, edad y sexo se hicieron en el sitio arqueológico y está resumida a continuación:

Material dental El número de dientes que contienen caries fueron registrados en mandíbulas articuladas y maxilares, así como en dientes sueltos. De esta manera el porcentaje de caries de cada grupo son el reflejo de una muestra total de dientes y no por individuo. Entonces se puede asumir que los habitantes de Marcajirca tuvieron acceso a un tipo de comida relativamente semejante, proveniente de un medioambiente reservado y aislado geográficamente. Suponiendo que el acceso y consumo de diferentes tipos de comida en grandes cantidades hayan variado entre niveles de status sociales. Puede prestarse a discusión y suponer que las clases altas consumieron mayor carne, es por ello que pudieron sufrir de caries, asociado a un incremento de proteínas (Robert and Manchester 2005). 80


Bebel Ibarra A, Jillian Landeck

Las incidencias de caries dentales fue medida calculando el número de dientes careados por el número total de dientes adultos. En la Cueva 2, 55 (11,8 %) de 468 dientes adultos exhiben caries de diverso tamaño y severidad. En la Chullpa 3, 22 (10,9 %) de 202 dientes adultos presentan caries. Las caries no fueron calculadas en la Cueva 1 debido a la insuficiencia de datos presentados durante el análisis. La alta presencia de caries que se observa en Marcajirca puede ser atribuido a la presencia o cantidad de maíz y papas, comida de gran contenido en carbohidratos incluidos en la dieta de la gente de los andes de Ancash. (Fig. 4.).

Trepanación La trepanación comprende una especie/tipo de lesión con intervención quirúrgica. En sitios ubicados en los Andes Centrales se han identificados cráneos que muestran trepanación datados entre el 400 a. C. - 1500 d. C. Son cuatro las técnicas de trepanación que se dieron en el Perú prehispánico: el raspado, orificio cilíndrico - cónico y aberturas circulares (Verano 2003). En Marcajirca dos cráneos fueron identificados de la muestra que exhiben trepanación, uno de la Cueva 2 y otro de la Cueva 7B.Existe un alto grado de cicatrización en ambos casos, pero no hay la absoluta certeza de la técnica utilizada, al parecer es la técnica de los orificios cilíndrico-cónicos o del raspado las que fueron utilizadas en ambas operaciones. En ambos casos se muestra evidencia de supervivencia basados en la cicatrización y la remodelación extensiva del hueso. De acuerdo a Verano (2003) esto indicaría que las técnicas del raspado y la técnica del orificio cilíndrico - cónico poseerían una alta tasa de supervivencia. 81


Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca

El cráneo #11/Individuo # 1 de la Unidad 2 muestra una pequeña trepanación. La herida está localizada en el parietal izquierdo y aparece cicatrizado, indicando que el individuo no murió en la cirugía. La trepanación presenta la técnica del orificio cilíndrico – cónicos. Dos trepanaciones adicionales de la Cueva 7B también aparentemente serian de este tipo. Mide aproximadamente 3 cm de ancho. Ninguna de las trepanaciones encontradas en Marcajirca muestra fractura cerebral aunque la herida en un cráneo no siempre está asociada a una fractura visible craneal (Fig. 5 y 6). Ambas trepanaciones encontradas en Marcajirca se localizan en el lado izquierdo del cráneo. Se advierte que las trepanaciones ocurren con gran frecuencia en el lado izquierdo del cráneo (Steward 1958). Aunque el motivo específico de la práctica de la trepanación era utilizada para tratar fracturas del cráneo. Otras posibles razones para este procedimiento incluye el tratamiento para aliviar dolores de cabeza, epilepsia, parálisis y otras condiciones de salud (Verano 2003).

Infección del hueso Un caso probable de osteomylesis fue encontrado en la Unidad 1 del Nivel 2 de la Chullpa 3. La infección avanzada se ve en el distal del fémur derecho de un subadulto. Esta lesión patológica aparece como consecuencia de una fractura del hueso y una posterior infección; restos de pus está presente, lo que significa que la infección se estaba produciendo. La actividad de remodelación del hueso se localiza en la parte infectada, donde el tejido del hueso indica que ello ocurrió hasta la muerte del individuo. La propagación de esta infección desde su focus se debe a una septicemia y posterior muerte del individuo.

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Bebel Ibarra A, Jillian Landeck

Remodelaciones craneanas La remodelación craneal es una práctica cultural, que se realizaba de manera intencional sobre las personas, con la finalidad de poder distinguirlos de los otros; es posible que se trate de símbolos de status social. Las primeras evidencia de remodelaciones se encuentran en Paracas hace 500 a. C. En Marcajirca el cráneo # 9 de la Unidad 2 de la Cueva 2 muestra una probable modificación en forma de depresión moderada posterior de la sutura coronal. Este tipo de modificación es considerada no intencional. Es comúnmente causada por el uso de forros en la cabeza que servían para cargar pesados materiales. Adicionalmente, seis cráneos registrados en la Cueva 7B, exhibiendo modificación anular - oblicua. La modificación craneal intencional fue la practica más propagada a los largo de la población andina. La información de modificación intencional de este tipo se ha utilizado en muchas investigaciones como complemento de los estudios acerca de la diversidad de las sociedades antiguas. La remodelación de tipo anular - oblicua se ve con gran frecuencia en los Andes Centrales, esta remodelación es hecha creando una presión con las bandas del frontal, el temporal, los parietales y los huesos occipitales. Comúnmente textiles o almohadillas fueron utilizados para envolver, al igual que piezas de madera. En muchas poblaciones la modificación craneal sirve como símbolo social de posición y es un indicador de una membresía en un ayllu particular, señalado sobre una región, etnia o un grupo diferente (Fig. 7). CONCLUSIONES Este informe sugiere que la correlación entre la evidencia arqueológica y paleo patológica de una diferenciación social no siempre puede darse. El diagnóstico de enfermedades específicas a través de los restos arqueológicos constituye un reto, debido a las limitaciones de los rastros identificables en los huesos, ya que diferentes enfermedades pueden producir traumas similares. 83


Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca

Durante las excavaciones se encontraron claras evidencias arqueológicas entre tres estructuras funerarias primarias. La Cueva 1 y la Chullpa 3 son modestas en construcción y contenido, siendo muy pobres en comparación con la Cueva 2. Además, los restos humanos de la Cueva 2 fueron encontrados asociados a prestigiosos bienes, incluyendo Spondylus y obsidiana (objetos traídos de largas distancias), así como textiles y otros artefactos de madera y hueso. Adicionalmente, las diferencias entre las estructuras parecen reforzar la idea de que los individuos enterrados en la Cueva 2 habrían sido individuos de la alta sociedad o de élite en contraste con aquellos provenientes de las Cueva 1 y Chullpa 3. No obstante estos hallazgos iníciales son parcialmente incongruentes con otras evidencias patológicas, comparando la alta frecuencia de caries, abscesos, la enfermedad articular degenerativa y otras patologías que fueron descubiertas en la Cueva 2. Por lo tanto, mientras los individuos de la Cueva 2 son asociados con enterramientos de mayor prestigio, también parecen haber tenido muy poca salud comparados con los individuos de la Cueva 1 y la Chullpa 3. Sólo mayores excavaciones en la Cueva 7B y en la Estructura 7 pueden ayudar a ampliar la posición social de estas estructuras únicas. Hasta ahora el intento de construir una conexión entre la salud y el estrato social de los restos humanos de Marcajirca están parcialmente inconclusos, en parte debido a la descontextualización y al mal estado de conservación de los restos humanos, lo cual ha afectado el registro de ciertas patologías. No obstante, las diferencias sociales entre las tres estructuras primarias que fueron examinadas en este trabajo se pueden ver a través del estado de la salud y las evidencias arqueológicas. Así mismo, se infiere que el estatus social juega un rol importante en la exposición y respuesta al desarrollo de la tensión entre Marcajirca y otras sociedades similares, cuyos factores/recursos parecen limitados. 84


Bebel Ibarra A, Jillian Landeck

Figura 1. Cueva funeraria N 1.

Figura 2. Cueva funeraria N 2. 85


Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca

Figura 3. Vista de la chullpa N 3.

Figura 4. Maxilar inferior con huellas de caries. 86


Bebel Ibarra A, Jillian Landeck

Figura 5. Cráneo con huella de trepanación.

Figura 6. Cráneo con huella de trepanación donde se observa regeneración del hueso, por lo que el individuo sobrevivió a la operación. 87


Investigación Bioarqueológica en el sitio de Marcajirca

Figura 7. Cráneo con remodelación anular-oblicua.

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7 LOS SITIOS GEMELOS DE LLAMACORRAL Y AWILUPACCHA

Elisa Benozzi

INTRODUCCION El presente artículo se propone analizar la singular semejanza entre los sitios Llamacorral y Awilupaccha, comparando sus características estructurales, funciones y valor simbólico. Los dos sitios se ubican en las tierras de la comunidad campesina de Acopalca en la provincia de Huari del departamento de Ancash, en un área que pertenece al Parque Nacional Huascarán. El primero de los dos sitios se ubica en la orilla de la Laguna de Purhuay a una altura de 3532 msnm, mientras el otro se ubica al Este de la laguna, en la cumbre del cerro Runtu, a una altura de 4300 msnm. En las cercanías de la laguna de Purhuay, en la provincia de Huari, se ubican dos sitios arqueológicos que sólo difieren por su posición y dimensiones: estos son Llamacorral y Awilupaccha. El primero se ubica a orillas de la laguna, mientras el segundo se encuentra en la cumbre del cerro que domina la laguna en su lado Este (Fig. 1). La conformación de las dos estructuras es bien característica y aquí trataremos analizar su función, basándonos también en los hallazgos muy homogéneos que han sido excavados en ambos 89


Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha

contextos. Se plantea la hipótesis que Llamacorral y Awilupaccha sean estructuras especializadas para el culto a las aguas en estrecha relación con la pacarina de Purhuay, mítico lugar de origen de la población indígena.

EL SITIO DE LLAMACORRAL Llamacorral es conformado por tres estructuras circulares concéntricas, cada una de las cuales con su propia entrada. Las tres entradas se hallan perfectamente alineadas entre si y tienen un ancho promedio de 50 cm. (Fig. 2).Los muros presentan una mampostería muy refinada y el uso de la técnica de la huancapachilla. En el primer cerco interior se halla un espacio circular hundido. El estado de conservación de la estructura es muy bueno tal es así que algunas de las lajas que habrían constituido el techado de la estructura misma aún se encuentran en su posición original. Esto nos permitió establecer la altura integral de los muros y averiguar que el muro exterior era más alto del mediano y el mediano del inferior. Este dato es muy importante en relación a las actividades que se desarrollaban en el sitio, porque, según la hipótesis interpretativa que se formula con la doctora Orsini, la altura variada de las paredes pudiera servir para sustentar un techo inclinado hacia el centro para recolectar el agua de la lluvia en la parte hundida de la estructura. En la temporada de excavación 2006 en el complejo de Llamacorral se han realizado 9 sondeos, denominadas con letras mayúsculas, ubicándose 8 en el interior de la estructura y 1 en el exterior. De los 8 interiores cinco (C,D G, F e I) han sido excavados en el segundo cerco, A y H en el primero y B en la área hundida. El sondeo E, el único en el exterior, se ubicó próximo a una piedra de grandes dimensiones al frente de la entrada del tercero cerco y lamentablemente su excavación nos no proporcionó datos útiles.

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Elisa Benozzi

Cada uno de los demás sondeos ha evidenciado una sola secuencia estratigráfica, compuesta por dos unidades: La UE 1 es un nivel formado después del abandono de la estructura, que es constituido por el depósito natural y por el resultado del colapso parcial del techo y de las paredes, y la UE 2 es un apisonado de tierra, el cual representa el nivel de ocupación del edificio. El análisis de esta unidad estratigráfica realizada en partes distintas de la estructura permitió observar que el piso de la estructura debe haber tenido una inclinación igual a la del perfil natural de la colina donde se ubica el sitio, como demostraron sus cotas. Respecto a los sondeos D, G y F, que están ubicados en el secundo cerco: D se encuentra en correspondencia de la parte más baja de la colina y tiene una cota inferior en aprox. un metro en comparación con las cotas F y G. Mientras en el sondeo I se evidencia un desnivel de 50 cm entre los dos extremos de la Unidad 2 y al final de la UE 2 en el sondeo C presenta en su parte central un área hundida de 30 cm de ancho que podría ser una canalización. Se infiere que dicha inclinación haya tenido la función de favorecer la circulación del agua hacia el interior del edificio y de encanalarla hacia afuera, como sugieren los resultados de la excavación en el sondeo C. El piso apoyado sobre un relleno de piedras grandes ha sido denominado UE 3 y es considerado como un nivel de preparación funcional al piso (Orsini - Ibarra 2006).

EL SITIO DE AWILUPACCHA En el sitio de Awilupaccha, que presenta igual conformación, pero de dimensiones reducidas, se ha realizado un sondeo, que abarca el espacio entre las tres entradas (Fig. 3). De su excavación resultó, que además de la UE 1, que se ha formado después del abandono de la estructura, existía un nivel de ocupación, UE 2, análogo a lo encontrado en L, debajo del cual se ha podido averiguar, por la presencia de unas fracturas en su superficie, la existencia de un nivel de relleno, UE 3. Por lo que pertenecería a la inclinación del 91


Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha

techado y del piso también, pero a razón de su mal estado de conservación no ha sido posible establecerlo con seguridad; siendo muy probable que haya sido igual a la de Llamacorral, con la misma función (Orsini- Ibarra 2007). Los dos sitios se caracterizan por una única fase de ocupación, que gracias al análisis con radiocarbono podemos atribuirlos al Periodo Intermedio Tardío. Además, están conectados también por los hallazgos que se encontraron en dichos niveles de ocupación, que consisten en muy escasos fragmentos de cerámica, pero numerosas cuentas de collares y fragmentos de concha Spondylus en Awilupaccha y una valva de la misma concha en Llamacorral.

SIGNIFICADO DEL SPONDYLUS ENTRE LOS ANTIGUOS HUARINOS El Spondylus es un molusco que vive en aguas de mares tropicales de todo el mundo. Hay diferentes especies, con colores y estructuras distintas, dependientes del hábitat de pertenencia. La especie hallada es el Spondylus princeps princeps. Se trata de una concha bivalva de color naranja - rojo, que se caracteriza en la parte superior por la presencia de «espinas», dispuestas en filas radiales, que también salen del borde exterior. En la parte interior muestra una raya paralela al borde de color rojo - rosado. Esta es la especie que se encuentra más en los sitios arqueológicos andinos, también por su presencia en las aguas calientes de la costa entre Panamá y el norte del Perú (Blower D. 1995). La concha encontrada en Llamacorral es una valva entera de 9 cm de longitud; el color es blanco-coral, por la pérdida de su color original, pero su morfología indica que se trata de Spondylus princeps priceps. Puesta en la capa de ocupación en la UE2 del sondeo F, la concha fue ofrecida posiblemente antes la construcción 92


Elisa Benozzi

de la estructura. En Awilupaccha, en cambio, se ha encontrado, en la UE1 unos fragmentos de concha, y uno de estos, por su coloración rosada, ha sido identificado como Spondylus. La presencia de Spondylus en esta área, ha sido señalada en otros sitios, como Chavín de Huántar, a 20 km de distancia de la laguna de Purhuay. En este importante centro ceremonial del Horizonte Temprano, se han encontrados 53 fragmentos de Spondylus, en el pasadizo subterráneo conocido como la «Galería de las Ofrendas» y en otro pasaje de este mismo sitio, habían otros fragmentos, asociados a una calavera femenina (Burger R. 1984). En Marcahuamachuco, el centro ceremonial del sitio de Cerro Amaru, en el Norte de la sierra de Ancash, se han recolectados mas de 9 kg de concha Spondylus, dentro de uno de los tres pozos llamados chiles (Topic J. 1991). Con sus estructuras y sus hallazgos, este sitio del Horizonte Medio, utilizado para el culto al agua, presenta analogías con los de la Laguna de Purhuay. En el sitio de Marcajirca, en la Provincia de Huari, excavado en los últimos años, bajo la dirección de Bebel Ibarra, se ha encontrado una valva de Spondylus asociada a una sepultura en cueva (Ibarra, comunicación personal). Estos tres ejemplos indican como es que en esta área, dicha concha fue utilizada como ofrenda por las culturas precolombinas, a partir del Horizonte Temprano. Considerando que el Spondylus no está presente en el territorio peruano, es importante analizar cómo esta concha llegaba hasta la sierra de los Andes Centrales, la ruta comercial y la sociedad que se encargaba de este tráfico. La documentación arqueológica, las crónicas y los topónimos, pueden ayudarnos a comprender estos aspectos. Shortman, en sus estudios, indica que probablemente el tipo de intercambio haya variado con el pasar de los siglos y cómo, con el desarrollo de las sociedades andinas (desde los pequeños grupos independientes hasta comunidades complejas), la solicitud de Spondylus haya aumentado, afinando la capacitad de importar y exportar grandes cantidades de conchas a través grandes distancias (Shortman E. 1989). Whitecotton y Pailes 93


Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha

suponen que el transporte de Spondylus se desarrollaba por una serie de contactos a corta distancia, con intercambio de objetos de una comunidad a la otra, pero bajo el control vertical del estado. En este caso, el Spondylus habría estado involucrado en diferentes mecanismos de cambio, como reciprocidad o redistribución (Whitecotton J. - Pailes R. 1986). Hoquenghem (1982), supone que el Spondylus pudo haber ingresado al Perú por tierra, a través de un camino que recorría Tumbes y Piura, y de ahí al resto de la sierra, según el resultado de sus investigaciones en varios sitios que serían paradas en la ruta del Spondylus. En esta ruta Hoquenghem ha identificado también algunos topónimos, como Mullo Pungu, Mullo Corral, Mulluturo, donde mullu es el termino quechua para indicar el Spondylus. Además ha averiguado que estos caminos fueron utilizados desde la etapa Formativa hasta la época Inca. El comercio se desarrollaba también con transporte marítimo, a lo largo de la costa del Ecuador, hacia el Perú. Sobre todo el mullu llegaba al Perú desde la zona del Golfo de Guayas y de la península de Santa Helena, donde Marcos y Zevallanos han reconocido talleres arqueológicos por el trabajo de esta concha (Murra J. 2002). María Rostworowski indica, como en este modelo de intercambio, se necesita la presencia de especialistas en la recolección, el trabajo y el transporte, en una palabra en el comercio del mullu (Rostworowski C. 1977). Llamativo, en este sentido, es el testimonio de Bartolomé Ruiz, que cuenta acerca de su encuentro, en la costa de Cabo de la Galera en Ecuador, con un barco de indios, que transportaban oro, plata, tejidos… para trocarlo, dice el, con una concha marina, con la cual ellos hacían cuentas; sin falta se trata de comerciantes de Spondylus (Murra J. 1980). La importancia comercial de esta concha dependía de su valor simbólico. El mullu, tiene en la ideología andina una valencia simbólica muy compleja. Para entenderla es necesario conocer el concepto de dualidad, «la coexistencia de aspectos opuestos» 94


Elisa Benozzi

(Venturoli S. 2003), como tierra y agua, elementos masculinos y femeninos, derecha e izquierda. En Chavín, las representaciones de Spondylus son muy comunes, en particular el patrón de representación de Spondylus y Strombus (otra concha marina) en posición opuesta, como se ve en el Obelisco Tello; también en la escultura del Dios Sonriente, que tiene en la mano izquierda una concha de Spondylus, y en la derecha, el Strombus (Burger R. 1993). En Kuntur Wasi, en el Norte del Perú, hallazgos de estas dos conchas, se han encontrados asociados a sepulturas respectivamente femenina y masculina (Kato Y. 1993)… y este es solamente uno de los muchos ejemplos posibles. La conocida ilustración de la cosmografía andina de Santa Cruz Pachacuti, representa esta dualidad. En la parte izquierda, el lado femenino, son representados también la luna y el mar. Todos estos ejemplos, nos indican la asociación del mullu a características femeninas, al agua y a la fertilidad. Además, debe considerarse la relación con el fenómeno atmosférico ENSO, también conocido como «El Niño», que provoca un calentamiento de las aguas, creando un habitad ideal para el molusco, también en la costa del Perú. Pero su presencia en esta área, donde normalmente no se encontraría, indica la inminente llegada de lluvias torrenciales y aluviones, un desastre para la agricultora.

CULTO AL AGUA Y MITOS El sentido simbólico del hallazgo de Llamacorral, se podría explicar con la ayuda del mito de la creación descrito por Molina. Viracocha creó los primeros seres y ordenó a cada uno llegar a su propia nación pasando por galerías subterráneas y saliendo a la superficie a través de manantiales y lagunas (Molina C. 1989 [1575]). Efectivamente, los lugareños, consideran la Laguna de Purhuay su pacarina, el lugar de origen de sus ancestros. Hay lugares, como Nazca, donde la necrópolis estaba situada próxima a las principales fuentes de agua, a fin de que los muertos estuvieran en relación directa con los ancestros primordiales y los recursos acuíferos. 95


Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha

En Chavín, en Marcajirca y en Kuntur Wasi, se ha reportado el mullu asociado a sepulturas. En esta perspectiva, el mullu de Llamacorral, podría haber sido ofrecido para pedir la lluvia sirviéndose de los antepasados, intermediarios a las divinidades (Venturoli S. 2003). Efectivamente Cobo indica como el Spondylus era considerado una ofrenda ideal para las fuentes de agua, para pedir a los dioses, la reglamentación del agua en momentos de sequía o de fuerte lluvia (Cobo B. 1956 [1653]). Aclarado como los dos sitios tenían relaciones con el culto al agua, la hipótesis es que la recolección de la lluvia, obtenida con la inclinación del techado no haya tenido como fin su almacenamiento sino un valor ritual con el agua como elemento sagrado del paisaje. En las creencias de los pobladores del área, según el relato que unos comuneros Acopalquinos hicieron durante la realización del trabajo arqueológico y que es el mismo recogido también por la doctora Sofía Venturoli en sus investigaciones (Venturoli, en impresión), Llamacorral habría estado conectado con la laguna por medio de su pozo central y del mismo pozo habrían salido rebaños de llamas. Si se pone este relato en relación a lo que hacen sobre la origen del mismo pueblo de Acopalca, cuya fundadora habría nacido de la laguna misma, es evidente como la laguna es actualmente considerada la pacarina de la comunidad y que a ella se atribuya poder sobre la fertilidad de los rebaños y de las chacras. Se considera al pozo central del sito gemelo Awilupaccha, cuyo nombre quiere decir manantial de los antepasados, haya sido en época prehispánica un puquio del cual brotara agua y que también esto podría haber sido considerado una pacarina y haber tenido la misma función y el mismo sentido ceremonial del otro. Tomando en cuenta el concepto en la cosmología andina de hanan, huri - hana y hura en quechua ancashino, que señala la idea que exista una división dualista del cosmos que se refleja también en la estructura social, la presencia de dos sitios gemelos, ambos con carácter de pacarina podría ser explicada hipotetizando que cada 96


Elisa Benozzi

uno de los dos haya sido la pacarina de una mitad del pueblo: el contemporáneo1 sitio residencial de Ñawpamarca, que queda entre cada uno de los dos centros ceremoniales. La partición dual en la actualidad es todavía documentada en al área de Huari, según el análisis de S.Venturoli (Venturoli, en impresión); en primer lugar la división en dos sectores de barrios: hana y hura, de los cuatro barrios de la cabecera municipal. Mientras las acequias de la comunidad campesina de Yacya son la hanasequia y la hurrasequia, y en fin. También, en una de las versiones del mito de fundación de Acopalca se podría individualizar una huella de esta división en el hecho que la heroína fundadora se haya trasladado de la laguna Purhuay a otra en la puna. Los dos sitios podrían haber sido los centros ceremoniales en los cuales las dos mitades de la comunidad rendían culto a sus ancestros y cumplían los rituales ligados al ciclo del agua. La relación entre las fiestas del agua, que se celebran en septiembre y la división de los pueblos en dos barrios es documentada en la actualidad en estudios como lo llevado a cabo por Ossio en los años ’70 en la comunidad de de Andamarca, Ayacucho (Ossio1974), en cuya fiesta del agua los representantes de las dos mitades de la comunidad realizan pagos a sus respectivas acequias y al final hacen ofrendas junto a la laguna, porque el agua es considerada como elemento que une por su propiedad fecundadora. De la misma manera, en la comunidad de Chusqui (Isbell1978), el hanan barrio, el barrio alto, tiene su propia pacarina en la Laguna de Matuma, dicho barrio es conectado en el sentido de los comuneros de Chusqui a la agricultura y a la civilización, mientras la pacarina del hurin barrio es un puquio en la puna. Este barrio se relaciona a la puna, a la ganadería y a los seres salvajes. A pesar de esto los dos barrios celebran juntos el ritual de limpieza de las acequias y también hacen rituales particulares en el lugar de su sacarina y celebran juntos el día final en el cual el agua de las acequias fecunda a la Pachamama. 97


Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha

En la comunidad de Huaros Canta (Farfán Lobatón 2002) también existe la partición en dos mitades de la comunidad y en la fiesta del agua cada una empieza los rituales de limpieza de las acequias desde la laguna que consideran como su pacarina y que es la que alimenta a su propia acequia, la cual a su vez irriga a sus chacras. En todos estos ejemplos siempre se ha mencionado a los canales de riego, por lo que pertenece el agua como elemento que fecunda y esto es porque en la concepción andina sólo el agua que corre fecunda y esto podría ser también la llave para explicar la forma de los dos sitios de Awilupaccha y Llamacorral, que es funcional a imprimir al agua un movimiento y también el hacerla salir hacia las chacras que están alrededores de la laguna y hacia la puna. La puna que muy probablemente es el lugar donde quines vivían en Ñawpamarca criaban sus llamas. CONCLUSIÓN Podría ser que en Ñawpamarca haya existido una división Hanan y Huran y esta podría, también, haber tenido un reflejo a nivel social en la división entre los que practicaban mayormente, si no en forma exclusiva, la agricultura y los que igualmente practicaban la ganadería. A pesar del hecho de que las dos mitades de los pobladores del pueblo de Ñawpamarca identificaban su lugar de origen en la laguna Purhuay, edificaron en la puna otro adoratorio gemelo que representara al principio de dualidad que existía en la comunidad. Podría ser que los dos sitios realizaran también una función ritual específica según su posición: Llamacorral fertilizando las chacras a sus alrededores y Awilupaccha la puna o sea el pasto para las llamas. Se espera que los resultados de la próxima temporada de excavación, en Ñawpamarca, permitan sustentar la hipótesis planteada, confirmando las relaciones entre ambos centros ceremoniales y que su población haya tenido una partición en dos mitades. 1

Como lo demuestra las muestras de carbón de las cuales se obtuvo fechados C 14.

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Elisa Benozzi

A w ilu p a c c h a L la m a c o rr a l

M U N IC IP A LID A D P R O V IN C IA L D E H U A R I P R O YE CT O AR Q U EO LO G IC O H U A R I - A N C A SH

M a p a d e U b ic a ció n AW ILU P A C C H A - LLAM AC O R R AL D p to . A N C A S H P ro v . H U A R I D ir. B E B E L IB A R R A

D is t. H U A R I

Fecha N O V .2 7 / 0 8

D ib . M A R G A R IT A B R IK Y T E

Figura 1. Mapa de ubicación. 99


Los sitios gemelos de Llamacorral y Awilupaccha

Figura 2. Vista panorámica de Llamacorral.

Figura 3. Vista panorámica de Awilupaccha. 100


8 ÑAWPAMARCA DE HUAMANTAGA: UN ASENTAMIENTO TARDÍO AL ESTE DE LA LAGUNA DE PURHUAY

Carolina Orsini INTRODUCCIÓN El Sitio Arqueológico de Ñawpamarca de Huamantanga ocupa la cima del cerro del mismo nombre a una altitud de 4300 msnm y al Este de la Laguna de Purhuay (Fig. 1). Es el sitio más importante de la zona y fue posiblemente una aldea donde se concentraba la élite que controlaba los recursos de la laguna de Purhuay. Es un sitio de carácter doméstico con numerosas casas, plazas, patios y callejuelas que se ubican en tres terrazas concéntricas que se han denominado A, B y C. Presenta además una serie de murallas y zanjas que lo protegen (Fig. 2). En la parte superior del sitio (Sector A) se puede observar una estructura más grande de planta circular, que probablemente representa la plaza más alta del poblado (Fig. 3). Ñawpamarca de Huamantanga estaba conectado con las quebradas gracias a un camino prehispánico, hecho de piedras planas, que desciende hacia el actual poblado de Huamantanga/Colcas. Otro posible camino 101


Ñawpamarca de Huamantanga

se encuentra en la vertiente occidental del sitio, y está delimitado por un muro de una sola cara en la parte más abrupta del cerro que sirvió para aplanar el declive y permitir la delimitación de una vía. No es insensato pensar que este camino llevase a un puquio (hoy en día seco) que posiblemente sirvió como fuente de abastecimiento para el sitio. Los trabajos realizados por el proyecto A. Raimondi en Ñawpamarca de Huamantanga completan la visión acerca de la fase de ocupación prehispánica de la zona de la Laguna de Purhuay. La información obtenida permite entender las relaciones entre tres sitios del área, dos de los cuales son Ishla Ranra y Llamacorral.

LAS EXCAVACIONES REALIZADAS POR EL PROYECTO ANTONIO RAIMONDI (TEMPORADAS 2007 - 2008) Las excavaciones realizadas hasta el momento han permitido identificar una función fundamentalmente doméstica del sitio. Las viviendas se encuentran próximas a los murallones que delimitan las terrazas, utilizándolos como paredes de las habitaciones. La planta de las viviendas de Ñawpamarca de Huamantanga es tendencialmente cuadrangular (Fig. 4). El acceso a las habitaciones era probablemente realizado a través de puertas corredizas realizadas con material perecible, el piso al interior de la habitación fue de tierra apisonada. Ningún elemento hasta la fecha nos ha permitido individualizar como estaban dispuestos los techos, habiendo hipotetizado su probable inclinación, para permitir un mayor flujo del agua en caso de lluvias o nevadas y sostenidos por palos de madera que han dejado huellas en el piso de diferentes casas que se han estudiado. Puede suponerse que el material con el cual fueron edificados los techos era perecible (paja y barro) del cual no ha quedado vestigio. 102


Carolina Orsini

Algunas de las estructuras domésticas estaban asociadas a un pozo para recoger el agua de la lluvia al exterior de la casa. Las estructuras generalmente no poseían ventanas y estaban asociadas a una especie de patio, donde se habrían realizado la mayor parte de las actividades de producción. La terraza ubicada en la parte más alta del cerro se caracteriza por poseer estructuras anchas que permiten hipotetizar una función pública. Allí se encontró también un taller para trabajar los metales. De los datos descritos brevemente se infiere que Ñawpamarca de Huamantanga ha sido construida en un entorno de alta puna con una importante ubicación en posición dominante con respecto al eco sistema de la laguna de Purhuay. En el sitio se concentraba la población que posiblemente gozaba del entorno natural de la laguna y de sus alrededores para su sobrevivencia. Llama la atención el esfuerzo realizado por los antiguos pobladores de Ñawpamarca de Huamantanga para la construcción de un sitio a tal altura, posiblemente para dominar las fuentes de agua que se encontraban en los alrededores, el territorio de Purhuay y a su vez ostentar una privilegiada posición defensiva.

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Ñawpamarca de Huamantanga

Ñ au p a m arca d e H u a m a n ta n g a

M U N IC IP A L ID A D P R O V I N C IA L D E H U A R I P R O Y E C T O A R Q U E O L O G IC O H U A R I - A N C A S H

M a p a d e U b ica c ió n Ñ AU PAM ARCA D p t o. A N C A S H P ro v . H U A R I D ir . B E B E L IB A R R A

D is t. H U A R I

D ib . M A R G A R IT A B R IK Y T E

Figura 1. Mapa de ubicación de Ñawpamarca de Huamantanga. 104

F echa N O V .2 7 / 0 8


3

1

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2

1

3

4 5

2

SONDEO C

SONDEO B

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1

SONDEO A

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4

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5 6

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7

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5

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9

Carolina Orsini

Figura 2. Plano de ÑawpamarcaHuamantanga.

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Ñawpamarca de Huamantanga

Figura 3. Vista panorámica del sector A.

Figura 4. Vista de la estructura 1 del sector C. 106


9 ARQUITECTURA Y FUNCIÓN DE ÑAWPAMARCA DE HUACHIS Cristián Vizconde García Nilton Ríos Palomino Daniel Torres Etayo INTRODUCCIÓN El presente artículo pretende mostrar algunos de los trabajos realizados en el sitio de Ñawpamarca, y auspiciados por la Municipalidad Distrital de Huachis, los mismos que hacen énfasis en su registro (planimétrico, estratigráfico, gráfico y químico) y conservación (limpieza y retiro de vegetación arbustiva en estructuras debilitadas). La puesta en valor es un proceso que contempla la investigación, conservación y las acciones de promoción y difusión con la finalidad de revalorar el patrimonio cultural y mostrarlo a las comunidades aledañas y visitantes en general, pues constituye una herencia milenaria e histórica. Ñawpamarca de Huachis se ubica en la cumbre de un cerro (N 8 959 750; E 270 780; alt. 3 900), límite de los Centros Poblados de Carash y Huachis, en el distrito de Huachis, provincia de Huari, región Ancash. (Fig. 1). 107


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

La metodología aplicada en el registro tuvo en cuenta: 1.- La definición del área nuclear del sitio arqueológico 2.- La inferencia de la función general. Las labores de investigación se efectuaron en tres campos: Levantamiento planimétrico del asentamiento (definición arquitectónica), excavaciones arqueológicas y análisis de muestras de suelos (fosfato y ph).

DEFINICIÓN DEL ÁREA NUCLEAR. El asentamiento arqueológico de Ñawpamarca de Huachis, emplazado en la cima de un cerro colindante con el cerro Wiñac (en dirección suroeste), está conformado por varios montículos naturales, los cuales han sido transformados con una serie de terrazas y estructuras arquitectónicas de diversas funciones. Siete son los montículos identificados, alineados de este a oeste, con una orientación de 15º SE.(Fig. 2). El levantamiento planimétrico con estación total definió la localización del sitio mediante coordenadas UTM, posteriormente se elaboraron los planos de planta de los elementos arquitectónicos. Los resultados fueron los siguientes:

SECTORIZACIÓN DEL SITIO Principalmente usando la arquitectura, se diferenciaron seis sectores según los promontorios naturales, los cuales fueron denominados del I al VI:

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Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

Sector I Muestra una serie de terrazas y, en la parte más alta, dos promontorios a modo de plataformas circulares; ambas estaban cubiertas por vegetación (ichu, espinos, arbustos, etc.). La cima de la Plataforma 1 tiene 19 m de diámetro mayor y 8,50 m de diámetro menor, con una altura de 4 m aproximadamente. No presenta estructura alguna en la cumbre. La Plataforma 2 posee planta ovalada, con un diámetro mayor de 20 m y uno menor de 16 m, y una altura de 1,5 a 2 m. Estaba cubierta por abundante vegetación (ichu, espinos y arbustos, etc.) y se asocia con dos terrazas, a modo de espolón. En la superficie se reconocen algunos restos de chullpas (mínimo tres); sin embargo, en dirección este dichos vestigios disminuyen, notándose la presencia de afloramientos rocosos.

Sector II Está conformado por tres promontorios naturales, los cuales fueron transformados en plataformas con dirección este - oeste, designadas como Plataformas 1, 2, y 3: La Plataforma 1 (N 8 959 367 y E 271 079, 4 006 m.s.n.m.), con orientación de 22º NO, tiene planta ovalada, con un diámetro mayor de 14,7 m y uno menor de 9,1 m aproximadamente. En la cima de la plataforma se observan algunas piedras canteadas, desordenadas, con cierta cantidad de vegetación. Hacia el sur se asocia con un muro que divide en dos espacios el extremo sur de la siguiente plataforma, la cual mide 63 m de largo y 39,2 m de ancho en el lado este; se estrecha a 21,7 m en el oeste. Siguiendo esta última, hallamos a una estructura (E1) de planta rectangular, a modo de pequeña plataforma; los restos del paramento fueron elaborados con piedras de gran tamaño. 109


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

La Plataforma 2 (N 8 959 449 y E 271 052, 3 999 m.s.n.m.) con orientación 20º al NO; tiene una longitud de 49 m de largo y de 12 a 14 m de ancho. Entre las plataformas 1 y 2 se ubica una estructura cuadrangular de aproximadamente 12 m de largo y 11 m de ancho; conformada por algunos alineamientos de piedras, posiblemente una pequeña plataforma. La Plataforma 3 (N 8 959 506 y E 271 033, 4 018 m.s.n.m.) presenta una orientación de 22º NO. Tiene aproximadamente 37 m de largo y 12 m de ancho. Como parte de la plataforma, en la superficie, existe un montículo de función desconocida (E3); en el frontis noreste se distinguen alineamientos de grandes piedras. Entre los sectores II y III hay un pequeño montículo de planta ovalada y, en la parte superior, un alineamiento de piedras canteadas que lo divide en dos.

Sector III Localizado en las coordenadas UTM N 8 959 782 y E 271 024, a una altitud de 3 992 m., con orientación 15º al NO. Este sector está compuesto de una serie de terrazas. En la parte más alta se observa un espacio abierto que parece ser una especie de Plataforma (P1), de 65.8 m de largo y 19.5 m de ancho aproximadamente. Se puede apreciar que es levemente más alta en relación al Sector IV y más abajo que el Sector II. En la cima de la Plataforma 1 se distingue un montículo alargado (E1) perteneciente a una estructura derruida. En la parte media hay una acumulación de piedras canteadas, posiblemente restos de chullpas.

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Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

Sector IV Está conformado por varias terrazas superpuestas. Se ubica en las coordenadas UTM N 8 960 301 y E 270 803, a una altitud de 3 982 m, tiene una orientación de 33º al NO. En la terraza más alta hay una estructura rectangular, alargada, la cual fue denominada Recinto 1 (R1). (Fig. 3). Está asociada a otros dos recintos (cuadrangulares) pequeños, catalogados como Recintos 2 y 3. En dirección sureste se ubican dos terrazas superpuestas sobre la Terraza 1 (T1) y se aprecian dos pequeños montículos de piedras; el más cercano al Recinto 2 muestra un «pircado», mientras que el segundo parece corresponder a los restos de una chullpa. Sector V Localizado en las coordenadas UTM N 8 960 301 y E 270 803, a una altitud de 3 982 m.s.n.m., con una orientación de 33º al NO. Este sector, al igual que los demás, está constituido por una gran cantidad de terrazas. En la parte más alta presenta una Plataforma (P1) de planta rectangular con esquinas curvas, de 16 m de largo y 7,7 m de ancho. Hacia el noroeste existe otra Plataforma (P2) de 28 m de largo por 22,4 m de ancho aproximadamente. Muestra algunos recintos, resaltando una estructura circular (EC1) que parece ser una tumba saqueada. Hacia el noreste, sobre una terraza, hay un espacio abierto denominado Plaza 1 (P1), de 53,9 m de largo por 21,7 m de ancho; delimitado por muros «pircados» de 0,80 m de espesor; en la misma dirección notamos un vano asociado con restos de un camino que se dirige al Sector VI. (Fig. 4 y 5). Al noroeste se distinguen terrazas anchas, superpuestas, y algunos muros que delimitan grandes espacios abiertos, a modo de plazas. 111


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

En dirección sur hay un muro que desciende hasta la parte más baja de las terrazas y divide el espacio en dos sectores: hacia el suroeste, las plazas o patios con presencia de algunas chullpas; y al extremo sur, varios recintos aglutinados. (Fig. 6). Sector VI Está conformado por cuatro a cinco terrazas superpuestas cuya parte central culmina en una plataforma ovalada. La parte más alta se ubica entre las coordenadas UTM: N 8 960 850 y E 270 383, a una altitud de 3949 msnm, con una orientación de 48º al NW. En la parte alta del montículo se ubica una estructura de planta ovalada, la cual ha sido denominada Plataforma 1 (P1), esta tiene 18 m de largo y 9,50 m de ancho; en superficie no se encuentran estructuras. La altura aproximada que alcanza el muro de contención es de 3 m; hacia el lado Este se distingue una acumulación de piedras, probablemente correspondiente a una chullpa.

LAS EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN ÑAWPAMARCA DE HUACHIS. Las excavaciones se llevaron a cabo en dos sectores, IV y V. Los sondeos restringidos se efectuaron con el objetivo de definir la estratigrafía y recuperar material que permitiera el establecimiento de una cronología relativa del asentamiento. Las unidades intervenidas tuvieron como dimensiones 1,50 m de lado; paralelamente se hicieron análisis de fosfatos para la identificación de áreas de actividad. Cada una de las unidades fueron abiertas tomando en cuenta las pautas de la ficha técnica denominada «Ficha de Registro Estratigráfico». En el Sector IV se intervino el Patio 2, situado al sur de la Plaza Central, a una distancia de 10 m del Sector V. Su contorno es irregular, posee una planta casi elíptica, con dimensiones de 18 m 112


Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

de largo y 8 m de ancho. Presenta dos accesos con vestigios de escalinatas: uno en el extremo sureste del patio y otro en el noroeste. El patio presentó las siguientes capas: Superficial, 1a, 1b, 2a, 2b, 3 y 4. Así mismo, se excavó en dos recintos ubicados en el extremo sur del Patio 2. Uno de ellos posee planta semi-circular, de 4,5 m de largo por 4 m de ancho. El otro recinto muestra planta irregular, destacando una pequeña estructura rectangular (1 m de largo por 0,50 m de ancho). Las excavaciones en estos recintos descubrió la ausencia de la capa 4. En el Sector V se intervino el Patio 1, el cual es un espacio abierto de planta asimétrica, de 12,60 m de largo por 6,10 m de ancho. Tomando el eje longitudinal, se orienta a 72º al NO. La unidad de excavación fue ubicada en el noroeste del recinto adosado al muro perimétrico que conforma el patio. (Fig. 7). En total se identificaron dos vanos de accesos: el primero, al este, el cual se interconecta con un Recinto Circular. Mide 0,42 m de ancho y 0,59 m de espesor de muro, se orienta 22º al NO. El segundo vano mide 0,42 m de ancho y 0,59 m de espesor de muro, se orientado exactamente al sur. El Recinto Circular fue intervenido con dos unidades de sondeo, llegando en una de ellas hasta la Capa 5. El recinto mide 10,5 m de norte a sur en su diámetro mayor, y 10,4 m de este a oeste en el menor. El contorno es bastante regular y constituye la estructura circular más grande del sitio arqueológico. (Fig. 8).

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Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

LOS ANÁLISIS DE MUESTRAS DE SUELOS (FOSFATO Y PH). Además de las excavaciones arqueológicas, Ñawpamarca de Huachis sirvió para implementar prospecciones geoquímicas de suelo e identificar áreas de actividad. Para este objetivo, el sitio fue dividido en cinco sectores de los cuales se eligió el IV: Estructura 1 (estructura circular 1, de gran dimensión). Estructura 2 (estructura que delimita con el Patio 1). Estructura 3 (estructura circular 2 de pequeña dimensión). Estructura 4 (estructura que delimita con el Patio 2). Estructura 5 (estructura de rectangular 1). Estructura 6 (estructura de rectangular 2). El procedimiento de análisis químico consistió en el empleo de dos soluciones agregadas a una pequeña muestra de 1 g de suelo arqueológico. La primera es una solución extractora de Fosfatos, compuesta por molibdato de amonio disuelto en ácido clorhídrico y agua destilada. La segunda es reveladora de la presencia de Fosfatos extraídos y se compone de ácido ascórbico disuelto en agua destilada. En presencia de sales de Fósforo se produce una reacción colorimétrica que, de acuerdo a su intensidad, se clasifica en una escala de 0 a 5. Para colectar las muestras de suelo se procedió a dividir el área en una retícula de 1 m2 y fueron tomadas de los vértices de la retícula mediante un extractor de metal de ¾» de diámetro y a una longitud de 20 cm. Con ello se logró una cobertura de subsuelo estándar en toda el área muestreada que elimina posibles errores producidos por distorsiones provocadas por el cultivo. Las cantidades de muestras colectadas por estructura fueron:

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Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

Estructura 1 2 3 4 5 6 Total

Cantidad de muestras 24 78 20 67 21 40 250

Las muestras fueron procesadas en el terreno y los resultados introducidos en el programa Surfer 8 para su análisis y graficación. En términos generales, la prospección geoquímica es práctica para la identificación de patrones de contaminación significativos y uso social del espacio. En conclusión, la prospección geoquímica de suelos ha permitido elaborar una caracterización global de los tipos principales de estructuras presentes en Ñawpamarca y sus posibles usos sociales. Las estructuras circulares de pequeñas dimensiones fueron posiblemente destinadas a habitación pues presenta un patrón de contaminación característico de este tipo de ocupación. En tanto, las estructuras cuadrangulares con valores bajos de contaminación indican otro tipo de función o circunstancias culturales en el uso del espacio; por ejemplo, abundante barrido u ocupación cultural de otra índole, tal vez del período Horizonte Tardío (Inka). Los patios estudiados constituían, en alguna medida, lugares de producción de desechos orgánicos, sea por depósito de basura o porque estaban relacionados con el procesamiento de herramientas o alimentos (carnes, pieles, hueso, etc.). Por lo tanto también se debe analizar la distribución de los patios y sus vínculos con diferentes estructuras habitacionales circulares y rectangulares.

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Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

Los análisis efectuados en el caso de las estructuras 1, 2 y 3 han sido corroborados por las excavaciones efectuadas en el campo, lo cual demuestra la potencialidad de la prospección geoquímica para la generación de hipótesis de trabajo y la identificación de áreas de actividad, además de tener ventajas como bajo costo y rapidez.

INFERENCIA DE LA FUNCIÓN GENERAL DE ÑAWPAMARCA DE HUACHIS. La función general se ha determinado a partir del análisis de la disposición de las diversas estructuras y espacios confortantes del yacimiento arqueológico. Se establecieron sectores y un sistema de circulación interna; además se tomó en cuenta la disposición geográfica y las áreas adyacentes, y se procedió a ejecutar una serie de excavaciones restringidas en algunas estructuras representativas. Los seis sectores definidos presentan ciertas diferencias y a la vez características comunes. En base a las particularidades de la arquitectura y del material recuperado se infiere que al menos dos sectores (IV y V) corresponden al Periodo Intermedio Tardío (900 1300) e Inca (1300 - 1440). Sin embargo, se hallaron algunos fragmentos decorados que corresponderían a periodos más tempranos. Además, un aspecto a tener en cuenta es la aglomeración de las estructuras rectangulares y circulares asociadas con patios (patrón típico del Periodo Intermedio Tardío), las que se concentraron mayormente en los Sectores IV y V, en contraste con los demás, los cuales se componen de terrazas y plataformas asociadas generalmente a estructuras simples de espacios abiertos, a modo de «corrales», excepto el Sector I, donde en el lado noreste existe una aglomeración de recintos correspondientes probablemente a una área residencial. 116


Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

En los sectores intervenidos solamente se excavaron cinco unidades, dos en el IV y tres en el V (áreas de mayor aglutinación de estructuras). El objetivo fue identificar y diferenciar funciones, por lo cual los análisis de suelo proporcionaron una sólida referencia, siendo corroborada por las excavaciones. En el caso de las estructuras circulares (dos recintos), los análisis indicaron la poca existencia de fosfato por lo cual es difícil poder adscribirlas a estructuras domésticas. Con las excavaciones también se obtuvieron los mismos resultados, a excepción de un recinto con una remodelación anterior (caso que se tratará líneas más adelante). Respecto a las construcciones rectangulares (dos recintos), con los análisis de suelo se halló prácticamente la ausencia de restos orgánicos, por lo que es poco probable que tuvieran función doméstica. El análisis en los recintos abiertos (patios) resultó en un mayor grado de presencia de residuos orgánicos en contraste con los circulares y rectangulares, por lo que es probable que las actividades diarias con el respectivo descarte de basura correspondan a este tipo de edificaciones. En los recintos circulares es notoria la ausencia o poca presencia de actividad doméstica. En el recinto más grande, los materiales recuperados no indican tal actividad, por lo que probablemente las funciones fueron otras (pernoctar, por ejemplo). El recinto conocido por los lugareños como «La Capilla» tuvo gran importancia y congregó a muchas personas, probablemente para el culto; las evidencias arqueológicas demuestran que el recinto fue limpiado en el momento de su abandono; la presencia de banquetas y hoyos alineados es importante y refuerzan la hipótesis de la función ritual. Esta construcción tiene características arquitectónicas Inca como el vano de doble jamba, además se halló un tiesto con ese estilo recuperado en la excavación del Patio 2. La investigación demuestra que hubo varias ocupaciones en Ñaupamarca, las cuales se remontan al Periodo intermedio tardío hasta el Horizonte Tardío, sin descartar ocupaciones más 117


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

tempranas. Se ha confirmado la remodelación y construcción de recintos en diferentes momentos, es probable que ello corresponda al crecimiento del asentamiento, especialmente de los sectores IV y V.

CONCLUSIONES 1. Ñawpamarca de Huachis presenta ocupaciones de los periodos Intermedio Tardío y Horizonte Tardío, aunque se han identificado ocupaciones más tempranas. 2. Está en la cumbre de un cerro aledaño a la localidad de Huachis, y se accede a través de un camino con características prehispánicas, probablemente Inca. 3. Es un asentamiento de carácter administrativo con sectores residenciales, una gran plaza rectangular y estructuras funerarias. 4. Los análisis deben ser extendidos a otros sectores del sitio con el objetivo de conocer el uso del espacio mediante la identificación de áreas de actividad. Finalmente, el inicio de la puesta en valor de Ñawpamarca de Huachis es una tarea que cuenta con el apoyo del Gobierno Municipal de Huachis y de la población, quienes se han comprometido a continuar de manera organizada las labores de cuidado de su patrimonio arqueológico en procura de su inserción dentro de un circuito turístico y con el compromiso de fomentar la investigación continua a fin de acrecentar el conocimiento acerca de los antiguos grupos sociales que habitaron ese territorio.

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UBICACIÓN DEL SITIO ARQUEOLOGICO ÑAUPAMARCA DE HUACHIS

Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

Figura 1. Plano de ubicación. 119


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

N .M .

P L A N O D E L S IT IO A R Q U E O L O G IC O Ñ A U P A M A R C A D E H U A C H IS

Figura 2. Plano del sitio Ñaupamarca de Huachis. 120


Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

Figura 3. Recinto 1 del Sector IV, llamado también «La Capilla».

Figura 4. Gran plaza o patio del sitio. 121


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

Figura 5. Estructuras cerca de la gran plaza. Obsérvese el vano.

Figura 6. Recinto cuadrangular con hornacinas. 122


Cristián Vizconde G, Nilton Ríos P, Daniel Torres E.

Figura 7. Excavación que descubrió una ocupación más antigua.

Figura 8. Recinto circular, el más grande del sitio. 123


Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis

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10 PUKARANRA DE ACOPALCA: UN SITIO TARDÍO EN HUARI

Ricardo Chirinos Portocarrero Lucia Borba Harumi

INTRODUCCIÓN El presente artículo presenta el resultado preliminar de la investigación hecha en el sitio arqueológico de Pukaranra, en el Centro Poblado de Acopalca y formó parte del Programa de Puesta en Valor de Sitios Arqueológicos - Circuitos Ecoturísticos - Huari, auspiciado por la Municipalidad Provincial de Huari. Los trabajos de limpieza del sitio consistieron en la remoción de la vegetación de las estructuras arqueológicas y sus cercanías, así como el retiro y traslado de gran cantidad de piedras que cubrían muchas estructuras provenientes del derrumbe de la ladera del cerro que limita el sitio hacia el noroeste. Para la habilitación turística se implementó un circuito interno, construyéndose caminos de piedras en locales adecuados para el transito de visitantes y también dos bancas de descanso: una colocada en la entrada del sitio y otra en un lugar que permite observar el sitio panorámicamente. 125


Pukaranra de Acopalca: Un sitio arqueológico Tardío

En el proceso de trabajo se encontró material arqueológico en superficie, principalmente cerámico y en menor proporción lítico. Tal material fue identificado de acuerdo a su localización, recolectado y debidamente embalado, teniendo en vista un futuro análisis de laboratorio que posibilite un acercamiento a la cronología relativa y a la funcionalidad del asentamiento.

DESCRIPCIÓN DEL SITIO El sitio se encuentra en el Centro Poblado de Acopalca, aproximadamente a 2 km al Oeste del pueblo, frente a la Catarata Maria Jiray (coordenadas 18L 0257766 E, 8966774 N) en el valle del Río Shashal, ocupando un área de Fondo de Valle (Ibarra, 2004), en el piso ecológico quechua, y cuenta con una altitud aproximada de 3300 msnm, distribuyéndose en un terreno inclinado del estrecho valle (Fig. 1). El sitio se caracteriza por sus pequeñas estructuras redondeadas, conformando paredes de piedras. Tales estructuras son contiguas, abarcando una gran área en esa parte del valle. El área aproximada del sitio es de 10,500 m², con medidas de 150 m de Este a Oeste y 70 m de Norte a Sur (Fig. 2). Sus límites naturales son: al Norte por un cerro rocoso, cuya cima está aproximadamente a 500 m de mayor altitud en relación al sitio; al Sur por el Río Shashal y al Este y Oeste por fuertes pendientes del valle (Fig. 3). En la parte baja del sitio, cerca al río, se encuentra una pequeña laguna cubierta por vegetación y que incita historias míticas entre los lugareños. Las estructuras del sitio presentan formas y tamaños variables. Las estructuras mayores tienen aproximadamente 6 m de diámetro y las menores hasta 2 m de diámetro. Sus plantas son generalmente 126


Ricardo Chirinos P, Lucia Borba H.

circulares o redondeadas, en muchos casos con contornos irregulares y raramente con un formato rectangular (Fig. 4). Esas estructuras están aglutinadas, muchas veces comunicadas por un pequeño acceso y se asientan parcialmente en un nivel más bajo que la superficie, ya que se encuentran en un área de declive natural. Presentan entre si características muy semejantes, no verificándose estructuras fuertemente diferenciadas por su arquitectura. En los espacios entre una y otra estructura frecuentemente se identifican caminos de circulación, observables por el aplanamiento del terreno, con cerca de 1 m de ancho. Muchas estructuras presentan en su piso interior pequeñas estructuras subterráneas, como pozos redondeados de aproximadamente 80 cm de ancho y con profundidad aparentemente pequeña (máximo de 1 m). En algunos casos, esas estructuras subterráneas se encuentran tapadas por lajas de piedra y pueden ubicarse tanto en el centro del piso o en un rincón. También se encuentran algunas estructuras subterráneas de características semejantes, fuera de las estructuras redondeadas. En el interior de una de ellas se encontró material cerámico. No se halló en todo el sitio material óseo, sea humano o animal, lo que no confirma la hipótesis de que haya estructuras funerarias en el sitio.

Arquitectura: Técnica Constructiva Las paredes de las estructuras son construidas principalmente por piedras de forma rectangular y dimensiones medianas (de 10 a 30 cm de ancho), con algunas piedras de dimensiones mayores. No se observa el uso de «pachillas» o argamasa de barro entre las piedras, constituyendo paredes de aspecto rudimentario.

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Pukaranra de Acopalca: Un sitio arqueológico Tardío

Las estructuras tienen planta generalmente irregular y en muchos casos las paredes engloban grandes rocas ya previamente establecidas en el terreno. En algunas estructuras se puede identificar claramente su acceso, demarcado por jambas y algunas presentan gradas de acceso. En una estructura se verificó divisiones internas, conformando dos recintos rectangulares comunicados entre si.

Material Arqueológico En casi todas las estructuras del sitio se encontró significativa cantidad de material arqueológico, principalmente cerámico. Este se caracteriza por fragmentos de vasijas en gran medida de grandes dimensiones y sin decoración, eventualmente con restos de carbón, indicando que se tratan de vasijas de uso doméstico. En mucho menor proporción se encontró fragmentos de pequeñas vasijas cerámicas con decoración modelada, incisa y con pintura roja, y un motivo cerámico de formato cónico con perforaciones, el cual tiene correspondencias con el material hallado en el sitio Ushnu. En una estructura se encontró también una piedra de Shashal, mineral abundante en el valle del río de mismo nombre y usado hasta la actualidad como antiplástico en la cerámica.

ESTADO DE CONSERVACIÓN DEL SITIO ARQUEOLÓGICO El Sitio Arqueológico Pukaranra se encuentra parcialmente cubierto por derrumbe rocoso proveniente del cerro que lo limita al Norte. Debido a eso, muchas estructuras no pudieron ser debidamente identificadas. El derrumbe ocasionó también el deterioro de muchas estructuras.

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Ricardo Chirinos P, Lucia Borba H.

Por otro lado, por la gran cantidad de piedras en el terreno, se advierte que el área no fue utilizada para actividades agrícolas modernas y por lo tanto las estructuras se mantuvieron a lo largo de los años. De esa manera, la gran densidad y distribución de las estructuras del sitio pueden ser observadas. Es probable que el derrumbe de piedras haya evitado o al menos dificultado el «huaqueo» en el sitio, dado que no se observa vestigios de esa actividad. La gran cantidad de material arqueológico encontrado en superficie, en estado de conservación relativamente bueno, indica la riqueza de material que puede ser recuperado en su contexto original.

INTERPRETACIONES PRELIMINARES Por las características del sitio, podría considerarse que se trata de un asentamiento de carácter residencial, constituyendo las estructuras viviendas y/o áreas de almacenamiento; los fragmentos de cerámica utilitaria encontrada en la superficie de estas estructuras corroborarían dicha hipótesis. La gran cantidad de estructuras agrupadas de forma aglutinada e irregular, edificadas con técnica de mampostería bastante simple, muestran la satisfacción de necesidades inmediatas, características del patrón de asentamiento del Intermedio Tardío (900 - 1440 d. C.) en la zona (Bonnier 1997, Orsini e Ibarra 2007) periodo en que se daría un incremento poblacional en contraste con los periodos anteriores (Horizonte Medio – 500 a 900 d. C.). Las pequeñas estructuras subterráneas que se hallan en el interior de las viviendas y afuera de estas, posiblemente tendrían diferentes funcionalidades, como almacenamiento de grandes cántaros o una función funeraria y/o ritual.

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Pukaranra de Acopalca: Un sitio arqueológico Tardío

El sitio no dispone de áreas abiertas ni tecnologías para el cultivo en sus alrededores, lo que lleva a suponer que las actividades agrícolas de su población fueron realizadas en terrenos más alejados. Se puede sugerir, por lo tanto, que el asentamiento estaría directamente relacionado con otros asentamientos mayores cercanos, como los que se localizan en los alrededores de la Laguna de Purhuay, tal como Ishlaranra (con un patrón de asentamiento muy similar a Pukaranra) o Ñawpamarka de Huachis, en el distrito del mismo nombre, entre otros. Muchas de estas hipótesis tendrán que ser corroboradas con futuras investigaciones; Pukaranra muestra un gran potencial para la investigación y el desarrollo turístico, que como sabemos son dos actividades complementarias.

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Ricardo Chirinos P, Lucia Borba H.

P u k a ra n ra M U N IC IP A L ID A D P R O V IN C IA L D E H U A R I PR O YE C TO AR Q U EO LO G IC O H U A R I - A N C A SH

M a p a d e U b ic a c ió n PUKARANRA D pto. A N C A SH Pro v. H U A RI D ir . B E B E L I B A R R A

D is t. H U A R I

F e ch a N O V .2 7 / 0 8

D ib . M A R G A R I T A B R I K Y T E

Figura 1. Plano de ubicación.

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D3

B E11

E34

D26

A6

D31E29

E30

E33

A7

E26

E25

E24

E35

D35

A9

RI

OS

SH HA

E23

AL

D26

D29

E27

E29

E28

E19

E21

E20

E18

E17

A5

E19

E12

E16

D11

E10

E13

E9

D9

E14

E3

E8

E4

A4

A3

E5

E6

E15

E7

A2

A4

A1

E2

NM

E1

Pukaranra de Acopalca: Un sitio arqueológico Tardío

E29

B= E=

E37

D= A=

B

E12,13,17,33 = E14 =

M U NICIPALIDAD PRO VINCIAL DE HUARI PRO YECTO ARQ UEO LO GICO H UARI - ANCASH

PLANO DEL SITIO DE PUKARANRA D pto. ANC ASH Prov. HUARI D ir. BEBEL IBARRA

Figura 2. Plano del sitio de Puka Ranra.

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Dist. HUAR I

Fecha NOV.27 / 08

D ib. M ARG ARITA BRIK YTE


Ricardo Chirinos P, Lucia Borba H.

Figura 3. Vista del sitio con la catarata María Jiray.

Figura 4. Vista de una estructura doméstica. 133


Pukaranra de Acopalca: Un sitio arqueológico Tardío

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11 RAPAYÁN Y LAS OCUPACIONES PREHISPÁNICAS EN EL ALTO MARAÑÓN HUARINO1 Bebel Ibarra Asencios

INTRODUCCIÓN El presente artículo muestra parte del resultado de los estudios realizados durante el año 1997, en el marco del Proyecto Inventario de Sitios Arqueológicos de la Provincia de Huari, auspiciados por la Municipalidad de Huari, en dicho proyecto se identificó 104 sitios, que comprende la cuenca del río Mosna, Puccha y la margen izquierda del Marañón; durante el año de 1998, realizándose exploraciones hasta la desembocadura del río Yanamayo (Piscobamba) siguiendo la margen izquierda del río, con lo cual se abarcó un total de 50 km. El texto presenta la descripción de los sitios arqueológicos de los distritos de Huacchis y Rapayán, que se hallan en la margen izquierda del río Marañón, donde los sitios presentan una similitud, cabe mencionar que también el distrito de Paucas se halla en está margen, pero no presenta restos con las características de los otros dos. 135


Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino

Se muestra una descripción de cada uno de ellos, como testimonio de un patrimonio arqueológico amenazado hacia su desaparición. El enfoque de este estudio se hace tomando como referencia el análisis de los rasgos arquitectónicos, así como el emplazamiento de los asentamientos para poder entender su función e interrelación.

ANTECEDENTES Las investigaciones en el Alto Marañón se han concentrado principalmente en los sitios del área de Huánuco, los primeros estudios arqueológicos fueron realizados por Bertrand Flornoy en la década de los ‘50, especialmente en el sitio de Tantamayo y Susupillo, mencionando sólo al sitio de Rapayán (Bonier 1987: 3). Posteriores trabajos fueron realizados por Elizabeth Bonier, donde encuentra una ocupación que data del Precerámico; para la época tardía clasifica a los sitios en aldeas fortificadas (por la presencia de murallas), de ganadería y fortines; donde los asentamientos ocupan repisas en las laderas de los cerros, muchos de ellos muy empinados; a los edificios les da una función funeraria y eventualmente algunos de vivienda, señala a su vez que los asentamientos poseen una división por barrios, lo que sugiere una organización social tipo ayllu; la jerarquía de los edificios funerarios, podría reflejar la distinción entre los ancestros dentro del linaje (Bonier 1998: 147-153). Investigaciones llevadas a cabo en el sitio de Garu por Ricardo Sánchez y Denesy Palacios, muestran que el sitio ocupa la cresta de un cerro, presentando un patrón definido, y la presencia de murallas, estructuras en su mayoría circulares, con accesos rectangulares y trapezoides, con nichos internos, entierros en chullpas de un metro de altura (Sánchez y Palacios 1988: 153161). Donald Thompson, menciona que los Wamali construyeron grandes casas circulares, presumiblemente con techos cónicos y torreones 136


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rectangulares, sugiriendo que estos sirvieron como depósitos donde sus ventana habrían permitido una ventilación y las piedras sobresalientes al interior habrían servido como ganchos; los sitios no obedecían a ningún planeamiento formal, del que fuera impuesto por el terreno y el factor de nucleación (Thompson 1970: 67-75). En sus exploraciones en la Provincia de Antonio Raymondi (Margen derecha del río Pushca), describe los sitios de Yarcan, Para y Tashamarca, sitios que ocupan la crestas de los cerros, en posiciones evidentemente defensivas, con estructuras rectangulares, con restos de hastíales y entierros en chullpas cuadrangulares, cuevas y una en forma de colmena [sic], así mismo refiere que la arquitectura de Rapayán es mucho más elaborada (Thompson 1973 : 39-45). La publicación más extensa sobre el sitio de Rapayán es de Hernán Amat, quien estudio el sitio de Rapayán, sugiriendo que los «edificios» fueron de carácter público, las unidades domésticas se hallan al filo de un precipicio, con vanos trapezoidales y la existencia de jerarquías en los asentamiento urbano y rural; los urbanos estarían divididos en villa mayor, secundarias y villorios, su organización sociopolítica estaría dada como comunidades agropecuarias estables, todos los asentamientos estuvieron unidos por una red de caminos, que debió iniciarse en período precedentes. Amat propone denominar Cultura del alto Marañón a los sitios comprendidos entre las nacientes del Marañón hasta la provincia de Chachapoyas en Amazonas (Amat 1980: 614 - 630). Sobre la antigüedad de la ocupación refiere que un corte practicado en el sitio de Ushcurajá, obtuvo una secuencia que parte con Chavín, luego Blanco sobre Rojo, posteriormente una cerámica local, después la cerámica local del complejo Rapayán y finalmente pocos fragmentos Inca Provincial (Amat 1971: 51). Nuestros trabajos en la cuenca del río Puccha han revelado sitios a gran altitud, pero con estructuras circulares, sólo las chullpas poseen una planta cuadrangular con techo de falsa bóveda (Ibarra 1997b: 19-20); la existencia de los «edificios» se da sólo hasta el 137


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distrito de Huacchis, en los kilómetros siguientes no existe este tipo de arquitectura, pero también se realizan enterramientos en las laderas de los cerros y en cuevas. Los estudios etnohistóricos especialmente de los Yaros indican que tenían su territorio en la provincia de Chinchaycocha (hoy Junín) y que tenía por vecinos a los Chupachos, a los Yachas a los Yanamates y a los Huamalli, fueron un pueblo de tradición pastoril venidos del altiplano, que tenían pocas Huacas y que adoraban a sus «Malquis» los cuales eran sus antepasados que se hallaban enterrados en mausoleos (Duviols 1973: 172). En un período difícil de determinar los Yaros habrían de construir el imperio de los Yarovilcas, y que en su afán de conquista se dirigen hacia el occidente y dominan las partes altas del Callejón de Huaylas y Cajatambo (Amat 1980: 615-633). Waldemar Espinoza llega a conclusión que el Imperio Yaro abarcó una extensa zona de las tierras altas hacia los siglos XII y XIII y que tuvo una duración efímera con una agitada existencia (Amat op. cit). Alberto Bueno, distingue el Yaro Arqueológico del Yaro Histórico e indica que los primeros se refieren a una cultura del período Formaciones Regionales (100 – 800 d. C.), y que fue un señorío regional asentado en el actual departamento de Pasco, para los siglos XII – XV se desmembraron y dispersaron hacia el sur-oeste de la Pampa de Junín y la cuenca del río Huallaga donde coexistieron con los Chupachos, Pilco y otros. Los Yaros Históricos son los que fueron documentados por Huamán Poma de Ayala con el nombre de Yarovilcas, en los siglos XV y XVI, los incas lo encontraron en una situación de minoría étnica y sin importancia política; en lo que atañe a la arquitectura de Piruro esta pertenece a la etnia Huamallí y los edificios son funerarios teniendo como sede la región de Tantamayo (Bueno 1988: 129).

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Estudios etnohistóricos, realizados en la zona de Huari, revelan la existencia de dos grupos que habrían sido vecinos de los Huamallí, los Huari y los Pincos, el primero habría ocupado la margen izquierda del río Pucha y el último la margen derecha hasta el río Marañón donde estaba dividido y ocupado por Ichoc Pincos, en lo que es en la actualidad el distrito de Uco (León 1996: 143-144).

DESCRIPCIÓN DE LOS SITIOS En la margen izquierda del río Marañón fueron localizados 21 sitios arqueológicos que guardan una similitud en su arquitectura, pero todos ellos se hallan inscritos en el mapa de ubicación respectivo (Fig. 1). Siendo su composición arquitectónica el aspecto a resaltar a continuación:

1.- Gantumarca Este sitio ocupa una ladera muy empinada la cual es cortada por un precipicio, formando terrazas sobre la cual se encuentran asentadas las estructuras, éstas se hallan cubiertas casi en su totalidad por una tupida vegetación. El sitio está conformado por murallas con torreones a cierta distancia, uno de ellos de 7 m de altura, de forma lunar y con cuatro niveles o pisos, en su interior presenta un acceso de forma cilíndrica con peldaños de piedra que dan a la parte superior. Otro torreón de 8 m de altura presenta hornacinas en su segundo nivel o tienen una entrada pequeña y después se prolonga hacia abajo a manera de ánfora. Esta estructura se levanta sobre un afloramiento rocoso, la parte superior es de forma lunar, el techo presenta lajas de piedras que sobresalen a manera de aleros. Así mismo, presentan una especie de ventanas, de forma cuadrada de aproximadamente 40 cm por lado, las cuales sobresalen a la verticalidad de la estructura. Es muy posible que hayan servido para poder observar la parte 139


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baja de las estructuras, ya que estas son muy altas. Esta estructura al estar en la esquina prolonga una pared o muralla siguiendo la morfología del terreno hacia la parte baja donde existe el precipicio, la altura de estas murallas es en promedio de 3,5 m. Otra estructura o torre se halla en el lado Sur, al borde del precipicio y es la más alta hasta ahora mide aproximadamente 12 m de altura, pero está destruido (sólo se observa una de las paredes). Todas las hornacinas están orientadas hacia el interior del sitio. Estos edificios forman en el interior una serie de patios los cuales están distribuidos por niveles que siguen la morfología del terreno. En los alrededores se puede observar pequeñas tumbas hechas en las laderas, aunque es difícil de establecer si son del mismo período que las estructuras del área. No se ha podido observar estructuras más pequeñas, pero es posible que existan más abajo y estén cubiertas por vegetación.

2.- Uchumarca El sitio ocupa una ladera muy inclinada donde existen afloramientos rocosos y sobre ellos están asentados dos «edificios» (estructuras de una altura superior a los 4 m con hornacinas, hechas de piedras unidas con argamasa de barro y pachilla, generalmente presentan varios pisos o niveles). Se han construido terrazas con muros de contención, sobre las que están las estructuras, las cuales se encuentran muy destruidas y cubiertas de vegetación, sólo se aprecia con claridad uno de los lados de cada «edificio» ya que por efecto de la gravedad el otro se ha caído.

3.- Rurijahuan El sitio se halla en la cresta de un cerro de bases rocosas y tiene una extensión aproximada de 3 hectáreas, aunque la mayor parte está cubierta de una vegetación muy tupida. 140


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En la entrada, cerca al camino, se halla un «edificio» de 9 m de altura, con los accesos orientados hacia el río; presenta 3 niveles, siendo su interior de forma cilíndrica, el cual presenta peldaños de piedra que conducen de un nivel a otro. Esta estructura, al hallarse en una esquina, proyecta un muro que se prolonga hacia la parte baja, el cual posee piedras sobresalientes a manera de gradas. 15 m más abajo se observa un patio de planta circular el cual está rodeado por murallas, donde existen dos recintos a manera de galerías que están construidas con piedras de lajas muy delgadas y unidas con argamasa de barro, sobre estas estructuras se encuentra otra, pero con el acceso al Norte saliendo del patio. (Fig. 2). El sitio arqueológico presenta gran cantidad de estructuras de planta irregular, cuadrangular y circular, además de pasajes y restos de caminos; la mayoría de los recintos de planta cuadrangular, presentan un acceso de forma trapezoidal de 1,70 m de altura promedio y en su interior se hallan hornacinas, con la entrada pequeña a manera de «ánfora», algunas de ellas presentan restos óseos; ya en el interior hay otro acceso de forma trapezoidal que da a un pequeño recinto de dos niveles, siendo el ancho de estos de 1,10 m, con una longitud de 2 m y una altura para el primer nivel de 1,20 m y 0,75 m para el segundo.

4.- Pirushto El sitio se halla sobre una ladera casi plana en donde los afloramientos rocosos son escasos. Está formado por un conjunto de estructuras de planta cuadrangular y algunas circulares, así mismo existen «edificios» cuya altura en promedio es 6 m, pero que están muy deteriorados, la vegetación en esta parte es escasa, pero las estructuras presenta una especie de musgos que crecen en el interior de sus recintos cubriéndolos. El estado de conservación es regular, pero la forma del sitio ha sido alterada por los sembríos y la destrucción del mismo. 141


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5.- Alcayan El sitio se encuentra emplazado en una cresta totalmente de roca que da a un precipicio muy profundo en el lado Sur. Está conformado por dos «edificios» de tres niveles cada uno, con una altura de 6 m en promedio y el techo de lajas planas que sobresalen a manera de aleros, los accesos están orientados hacia el río Marañón.El estado de conservación es bueno, pero su acceso y posición es muy peligrosa para transitar.

6.- Complejo Rapayan Por razones prácticas se ha dividido en varios sectores que obedecen a nombres con los que actualmente son llamados por los pobladores. Todo el sitio se halla rodeando el actual distrito de Rapayán, siguiendo la cresta y la falda de los cerros: a) Ushcurajá Se halla en la parte más baja del complejo a la orilla del cerro. Está conformado por una sola estructura de dos niveles y cuyo techo presenta varias cornisas, las cuales están formadas por lajas que sobresalen unos 50 cm. La altura de la estructura es de 3,5 m, con un ancho de 2,80 m y una longitud de 5 m; las piedras están unidas con argamasa de barro. En el interior de la estructura, en lo que sería el segundo nivel, existe gran cantidad de restos óseos, ésta tiene un acceso orientado hacia al Norte. Al parecer esta estructura ha sido restaurada ya que la argamasa con que está hecha la parte frontal es de color marrón claro y corresponde al tipo de tierra que existe en los alrededores, mientras la argamasa del lado derecho es de un color rojo opaco y ese tipo de tierra no existe en los alrededores sino unos 500 m más abajo donde la gente siembra. 142


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b) Huashgo Este sector se halla a unos 400 m al Oeste de Ushcurajá, se encuentra ubicada en la cresta del cerro y se extiende aproximadamente unos 500 m. La entrada está conformada por un enorme «edificio» de tres niveles, el cual presenta ventanas sólo en los niveles 2 y 3. Además de dos accesos en el primer nivel de 60 por 70 cm aproximadamente. Esta estructura tiene una altura aproximada de 5 m y de ésta sale una gran muralla que se proyecta hacia el Norte, con una altura de 3,5 m en promedio, la muralla sigue la topografía del terreno, extendiéndose uno 100 m. Al interior de las murallas existe una serie de patios distribuidos en varios niveles, además de una gran cantidad de estructuras de planta cuadrada y algunas circulares, con accesos de forma trapezoidal de 1,70 m de altura en promedio, con «ánforas» hacia los costados del acceso que dan hacia el interior. Otro acceso de forma trapezoidal conduce hacia un recinto de dos niveles dispuestos en ambos lados; los vestigios de los muros llegan a alcanzar hasta 4 m de altura y se puede observar hornacinas. (Fig. 3). Existe una enorme «torre» de forma semicircular de 10 m de altura aproximadamente, el cual presenta un acceso en la parte baja y una ventana en la parte superior, el techo no presenta lajas sobresaliendo a diferencia de los otros «edificios». Se aprecian estructuras con techos a dos aguas, con una gran cantidad de hornacinas en los muros. La argamasa de la mayoría de las estructuras es de color rojo opaco. Pero también se observan muros que se adosan, los cuales tienen diferente color de argamasa. Todo el lugar se encuentra cubierto por vegetación y las estructuras están en proceso de destrucción.

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c) Sucushrajá Se halla a unos 500 m al sur-oeste de Huashgo, justo en un nivel superior del distrito de Rapayán, al igual que el anterior también ocupa la cresta del cerro. Está rodeado por una muralla que parte de estructuras grandes a manera de «edificios» las cuales presentan una forma escalonada por el desnivel del terreno. Parece que este sector ha sido el más importante, ya que el tamaño es mucho mayor que la de los otros, en él se puede observar gran cantidad de estructuras de planta cuadrangular y circular, además de algunos de planta irregular con accesos y vanos trapezoidales, el techo de la mayoría de los «edificios» es en falsa bóveda. Algunas estructuras presentan indicios de ampliaciones o etapas de construcción, al parecer aprovechando los restos de viejas estructuras. También se aprecia dos colores de argamasa, uno marrón claro y el otro rojo opaco. Existen huellas de algunas estructuras domésticas que fueron habilitadas para recintos funerarios. Existe un conjunto de «edificios» que forman una especie de media luna, es desde ahí de donde se proyectan las murallas, las cuales presentan piedras sobresalidas a manera de peldaños. A diferencia de los otros «edificios», estos son más amplios interiormente e incluso los accesos son más grandes y están comunicados entre sí por peldaños. d) Chaupis Se halla a continuación de Sucuhsrajá, a unos 100 m aproximadamente. El sitio empieza con un muro de contención hecho de lajas grandes de piedra, de aspecto muy rústico, las cuales están unidas con «calicanto», una argamasa muy dura. Unos 50 m después existe una torre de planta semicircular, que no presenta accesos, pero por una ranura de un muro se aprecia restos óseos, 144


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al parecer se trata de una «chullpa», cuyo techo fue cerrado o sellado después de colocar los cadáveres. Los recintos tienen accesos trapezoidales y al costado de estos, en el interior, existen hornacinas a manera de «ánforas» en donde se aprecian restos óseos. También se aprecian estructuras que tienen techo a dos aguas. Algunas de ellas muestran un buen acabado con lajas planas cortadas y pegadas a los accesos a manera de zócalos, lo cual le da una buena apariencia, estas lajas se hallan tanto en el interior, así como en el exterior. Chaupis posee dos tumbas que tienen techo de varias cornisas, con salientes cada 60 cm. Es semejante al de Ushcurajá, pero a diferencia de ese, éste posee un friso de forma triangular, hecho con lajas muy delgadas de piedra, los accesos son trapezoidales y de una altura promedio de 55 cm. En el interior de la tumba se observa una gran cantidad de restos óseos, al parecer fue una tumba colectiva, donde se sepultaron personas de una misma familia. (Fig. 4). En la zona de Rapayán y los sitios de Huánuco sólo se tiene conocimiento de estas a partir de esta tumba que permite plantear su relación con los sitios del Pajaten (San Martín) y Kuelap (Amazonas). Según información de los pobladores, existieron varias de estas tumbas las cuales han sido destruidas por huaqueros. e) Huatza Castillo Es el sitio arqueológico más alejado, se encuentra a unos 500 m de Chaupis y está conformado por sólo un «edificio» de 7 m de altura que tiene una orientación Norte y cuya parte frontal se encuentra destruida. Desde este edificio se extiende unos muros de 3,5 m de altura, a manera de brazos por ambos lados, los cuales forman en la parte delantera una especie de patio, estos muros son adosados y no son parte en sí de la estructura. Se distinguen tres niveles.

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f) Mata Castillo Es un enorme «edificio» situado a unos 500 m al Oeste de Rapayán, en la ladera de los cerros. Tiene una altura de 9 m, 5,50 m de ancho y una longitud de 21,5 m; presenta tres niveles cuya altura promedio es de 1,80 m. Es el «edificio» mas grande que existe en toda la zona; siendo una lástima que su parte frontal halla colapsado y sólo se conserve la parte posterior; por la altura que presenta de un nivel a otro es posible que halla sido un «edificio» de carácter público o un enorme «templo», ya que no existen estructuras a sus alrededores. Los muros son muy anchos, de 1,50 m en promedio y el interior presenta esquinas curvas, lo que le daba una gran estabilidad. No se aprecia ningún acceso en la parte delantera, sólo un vano de ventilación en la parte posterior del tercer nivel.

7.- Llinquey Localizada en la cumbre rocosa de un pequeño cerro, en la margen derecha de la quebrada de Contán, sobre el camino hacia Tactabamba. Está conformada por tres estructuras: dos de planta cuadrangular y la otra irregular, están hechas con muros de piedra canteada, de manufactura muy rústica; por su aislada ubicación puede haber sido un puesto de vigilancia.

8.- Tactabamba I Se encuentra al Este del poblado de Tactabamba, sobre una terraza, ocupando una cresta muy empinada, sobre la cual se han construido «edificios»; cuatro de ellos están agrupadas a manera de media luna y rodeadas por muros de contención: Las estructuras están cubiertas por vegetación, muy destruidas, y que habrían sido «edificios».

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9.- Tactabamba II Se halla a unos 500 m sobre el nivel del sitio Tactabamba I. Está formado por cuatro «edificios» agrupados sin mayor orden, los que presentan muros perimétricos, siendo la altura de las estructura de 5 m aproximadamente.

10.- Quellkall El sitio ocupa la cresta de un cerro que presenta afloramientos rocosos, con una longitud aproximada de 500 m, siguiendo un eje oeste - este que se proyecta hacia el río Marañón. Las estructuras están en ambos lados del camino. Por su extensión y lo separado de sus estructuras ha sido dividido en sectores que corresponden a: a) Sector 1 Ubicado en el extremo Oeste, se halla sobre una pequeña cresta formada por un afloramiento rocoso; está conformado por un «edificio» de planta cuadrangular con esquinas curvas al interior, en los muros se distinguen delgadas lajas de piedras que sobresalen interiormente, lo que puede haber servido para la separación de niveles. Otro «edificio» se encuentra adosado a éste, con paredes que tienen las caras planas de la roca hacia el exterior y dos hornacinas de forma cuadrangular. Al pie de estos «edificios» existe una especie de patio, en donde se aprecia gran cantidad de fragmentos de cerámica. En la argamasa de los muros se puede hallan partículas de cuarzo blanco molido. b) Sector 2 Se encuentra en el lado derecho del camino que conduce de Huacchis a Yanas, a unos 200 m del Sector 1. Está conformado por dos «edificios», de dos niveles, unidos por una especie de escalera, el ancho interno es de 50 cm y su longitud 147


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es de 3,30 m, siendo la altura del primer nivel de 1,75 m y del segundo 1,60 m. La técnica constructiva consiste en el uso de piedras medianas de los paramentos internos y externos, y el espacio entre ellas es rellenado con piedras más pequeñas; la técnica del techo es en falsa bóveda; el acceso está orientado hacia el río y tiene una altura de 1,10 m, donde lamentablemente el «edificio» se ha partido. c) Sector 3 Ubicado al extremo Este, corresponde al sector principal. Se halla a unos 50 m del Sector 2. Está conformado por estructuras de planta circular y cuadrangular, la mayoría de ellas presentas hornacinas de forma cuadrada. Junto al acceso, en el interior, forma una especie de «ánfora». La mayoría de las estructuras están muy destruidas. En este sector existe una estructura de planta rectangular que presenta un hastial, lo cual indica que tuvo techo a dos aguas. En el extremo Este existe un precipicio que delimita el sitio, por el lado Sur se proyecta un largo muro que desciende hacia Queropampa. Se observan algunos «edificios»; además de estructuras funerarias construidas en las laderas, justo en la parte media del sitio y en su interior se hallan restos óseos, siendo la altura de estas estructuras de 1,30 m. En la cima por donde pasa el camino existe una especie de «columnas» cuadradas formadas por el amontonamiento de piedras que flanquean ambos lados del camino; estos se presentan en cada cresta por donde pasa el camino.

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11.- Rapraj Está conformado por un «edificio» que consta de tres niveles; su ancho interno es de 1 m y el externo mide 2,70 m, su longitud es de 9,70 m y la altura de 8 m aproximadamente. La altura del primer nivel es de 1,50 m, el acceso está orientado hacia el río y mide 50 por 70 cm. Este «edificio» presenta nueve recintos en su interior.

12.- Queropampa El sitio se encuentra ubicado en la cresta del cerro. Presenta cuatro estructuras que están separadas. La primera es de planta rectangular, de 2 por 4 m, con las esquinas interiores curvas; presenta hastíales, así como hornacinas rectangulares, además de un patio rectangular en el frontis. La segunda estructura es de planta rectangular, que muestra dos hastíales y un acceso de forma trapezoidal de 1,80 m de alto. El tercero es un «edificio» que consta de ocho hornacinas funerarias (existen gran cantidad de huesos en cada una), siendo la orientación de los accesos hacia el río. La cuarta estructura es también un «edificio» que presenta tres niveles, con un ancho interno de 60 cm y una altura de 90 cm. La longitud entre cada nivel no se puede determinar, ya que ha colapsado una parte de la estructura; sus accesos están orientados hacia el río. La altura del «edificio» es de aproximadamente 6 m.

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13.- Numiawilca Se halla a unos 400 m bajo el nivel de Queropampa, ocupando la cresta del cerro. Está conformado por dos «edificios», los cuales están muy destruidos y cubiertos por vegetación, lo que impide observarlos bien, siendo la altura aproximada de ellos de 6 m. Existen además algunas estructuras de planta cuadrangular, pero muy destruidas. 14.- Matacastillo El sitio se encuentra en una pequeña cresta rocosa, que presenta pendientes muy pronunciadas e inaccesibles. En la parte baja presenta una serie de muros ubicados a cierta distancia y entre ellos se puede apreciar estructuras de planta circular, en la que se aprecian fragmentos de cerámica. El sitio está rodeado por un muro, el cual permite transitar sin peligro de caerse por la pendiente, dicho muro tiene un espesor de 1 m y 1,40 m de alto, los cuales presentan «caballetes» en la parte superior que les protege de la lluvia. Además se observa un sistema de drenajes ya que el piso es de roca sólida. Presenta un «edificio» con pequeños recintos ubicados a un lado del sitio, de 4,5 m de altura, siendo el acabado muy rústico, lo cual se debe al tipo de roca, pero con la misma técnica de los anteriores sitios. Otro «edificio» tiene 4 m de altura y presenta peldaños para subir, además de un vano en la parte superior. Otra estructura está dada por una pared muy gruesa (1,60 m) que presenta un acceso en la parte baja y encima de éste una hilera de lajas planas de roca (aleros), que sirve para caminar, también muestra un vano en la parte superior. 150


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Por la posición del sitio y la naturaleza de la construcción se trata de un conjunto de estructuras netamente defensivas, ya que el espacio que está cercado por los muros de retención no habría permitido vivir más de diez personas y en este caso los «edificios» pueden haber servido como depósitos. (Fig. 5).

15.- Ichon Ocupa también la cresta del cerro. Presenta estructuras de planta cuadrangular, con las esquinas curvas y con los accesos de forma trapezoidal, orientados hacia el río. Las estructuras presentan hornacinas de forma semicircular. Todas las estructuras están muy destruidas y ocupan una pequeña área de aproximadamente 300 m2. En esta parte también se aprecian «columnas» como las de Quellkall, las cuales están en ambos lados del camino.

16.- Chucman El sitio ocupa la ladera del cerro y está conformado por varias estructuras de forma rectangular y las esquinas interiores curvas. Existen además tres «edificios» en los que se pueden observar restos óseos en las hornacinas. La altura de los edificios mide en promedio 6 m y presentan tres niveles, la mayoría están destruidos.

17.- Yurajcastillo Se halla al Oeste de Ichón, siguiendo la misma cresta del cerro. El sitio está conformado por dos «edificios», pero con el acabado más rústico debido al tipo de piedra que se usa, pero con la misma técnica; la altura mide en promedio de 6 m y de tres niveles. El estado de conservación es regular ya que estos se muestran partidos y deteriorados. 151


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18.- Cullcuy Se halla al Este de Huacchis, encima de lo que es la escuela primaria de este distrito, ocupando una pequeña loma, delimitada por muros de contención. Las estructuras son de planta cuadrangular, con hornacinas trapezoidales al lado de los accesos. La altura de las estructuras mide en promedio 1,60m. Existe una estructura con planta en D, que presenta hornacinas en dos niveles, en el primero hay cuatro y en el segundo dos grandes, ubicadas junto al acceso. La disposición que guardan las estructuras entre sí es ordenada, lo que indica cierto planeamiento; la técnica es diferente a las estructuras hasta ahora descritas, ya que no presenta «edificios», ni hastíales en los muros, ni esquinas curvas, tan solo hornacinas.

19.- Araupa Ocupa una pequeña terraza en la que se halla un «edificio», en la parte delantera se encuentra un patio en el que se hallan muros perimétricos hechos con piedras de viejas estructuras por los actuales pobladores. Por la cantidad de piedras que existe en superficie se puede advertir que hubo más estructuras arqueológicas en el sitio. El «edificio» no presenta restos óseos en las hornacinas, pero si una especie de peldaños que sirven para subir. El ancho interno es de 45 cm. El edificio se encuentra cercado por un patio en cuyos muros se aprecian pequeñas hornacinas. La estructura parece estar adosada a una pared que muestra las piedras unidas con la técnica del «cosido». 152


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El patio parece haber tenido varios recintos, la parte superior del «edificio» tiene forma de media luna; presenta tres niveles, la altura total del «edificio» es de 6,20 m.

20.- Olleros Se halla en la margen izquierda del río Contán; su acceso es difícil, ya que la ladera es muy empinada y la vegetación tupida. Está conformado por dos estructuras funerarias, a manera de chullpas, de 1,40 m de altura. No presentan accesos. Los techos han sido destruidos. La otra estructura presenta un acceso de forma trapezoidal a nivel del piso y está orientado hacia el río (Contán). En ambas estructuras existe una gran cantidad de restos óseos. Es muy posible que deban existir mayor cantidad de estas tumbas, en el terreno escarpado y rocoso.

21.- Huashgo El sitio comprende varios sectores que están divididos por la distancia que existe entre ellos, todos ocupan la misma cresta del cerro: a) Sector 1 Está formado por una estructura cuadrangular de 3 por 3,30 m. Presenta hornacinas en dos niveles, en el primero se puede observar tres y en el segundo cinco. El primer nivel tiene una altura de 1,l0 m y el segundo 1,70 m. Para construir el segundo nivel la pared fue ensanchada por unas lajas planas que forman una especie de saliente sobre la cual se continuó 153


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el muro, dicha saliente mide 20 cm, dejando un espacio de 50 cm al interior. Este sector es diferente a todos los que existe en la zona, ya que ese tipo de hornacinas así como las dimensiones del «edificio» son diferentes, mientras los otros son rectangulares y muy angostos, este es cuadrangular, con dimensiones más grandes, parecido a los «edificios» de la zona de Chavinillo en Huánuco. b) Sector 2 Se halla al borde del precipicio, en el que se distinguen restos de un «edificio» de planta cuadrangular, formado por paredes con bóveda, en donde se han acondicionado algunos recintos para fines funerarios, los cuales tiene techos de lajas muy delgadas y grandes. c) Sector 3 Es una estructura junto al camino que conduce desde Huacchis a Magallán. Su construcción es rústica y de piedras muy grandes. Presenta un acceso de 0,70 por 0,90 m y su interior mide 0,70 por 2,50 m, mostrando un techo de lajas delgadas. En una de las esquinas cercana al camino se aprecia una laja delgada que sobresale, la cual presenta un orificio de forma circular, igualmente en la base de roca existe otro orificio, ambos están alineados y de estas construcciones se proyectan una muralla, al parecer ésta es una estructura completa en comparación a las que existen en Ichón y Quellkall, denominada anteriormente como «columnas». d) Sector 4 Está conformado por un «edificio» de 8 m de altura, que presenta tres niveles, el cual está construido sobre una gran roca, pero se encuentra partido por la mitad y está orientado hacia la quebrada de Contán. Alrededor de esta estructura existen varias de planta cuadrangular, cubiertas por vegetación. Algunas de ellas han sido habilitadas con fines funerarios y son de ocupaciones posteriores; no presentan acceso y el techo es de grandes lajas delgadas. 154


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DISCUSIÓN La existencia de un Imperio tal como los señala Amat y con los límites que él propone (Amazonas - Huánuco) no se ve reflejado en la arquitectura, ya que la concentración de edificios se da sólo en Huánuco y una parte de Ancash, existiendo eventualmente en La Libertad y San Martín (Pajatén), los cuales son identificados por la decoración en zig-zag. Por lo tanto, el grupo que construyó dichos edificios estaría concentrado en la parte alta del Marañón, al menos así lo evidencia el registro arqueológico. La filiación cultural o étnica es muy discutida por las versiones etnohistóricas que no dan una certeza de la cronología en que fueron ocupadas; Thompson menciona que los Huamallí construyeron asentamientos con estructuras circulares, lo mismo Sánchez y Palacios respecto al sitio arqueológico de Garu, sin embargo ello no se ha encontrado en la predominancia que ellos manifiestan, sólo se observan eventualmente; por lo tanto esto será un inconveniente para una filiación Huamallí. Si a lo dicho se suma que sus asentamientos se hallaban en partes altas, la mayoría de los sitios estudiados se hallan en la misma altura que los pueblos actuales, los cuales fueron puestos o situados allí por las reducciones y estos es evidenciado por las Iglesias coloniales que datan del siglo XVI. Respecto a lo Yaros, Duviols manifiesta que estos vinieron del altiplano y que tuvieron asentamientos en Cajatambo y el Callejón de Huaylas, pero el registro arqueológico no es claro en ese sentido, razón por la cual no se ha logrado caracterizarlos. Los datos obtenidos señalan que la arquitectura de la zona en estudio no se presenta en el Callejón de Huaylas ni en Conchudos, por lo tanto es necesaria una confrontación de los datos etnohistóricos y el registro arqueológico.

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Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino

La antigüedad de los sitios revelan, según Amat, una ocupación desde el Formativo Medio (Chavín), seguido por Blanco sobre Rojo y una ocupación local, luego la ocupación del Complejo Rapayán e Inca. Esto podría explicar en parte los grandes muros megalíticos con calicanto existente en el sector de Chaupis en Rapayán, cuya técnica no guarda relación con la del asentamiento, sino que presenta similitudes con las bases de sitios Chavín (Onga) descritos por Tello. La ocupación local, después de Blanco sobre Rojo que indica Amat, coincide con la proposición de Bueno acerca de la existencia del Yaro Arqueológico, una cultura de Formaciones Regionales.

CONCLUSIONES La mayoría de los sitios ocupan la crestas de los cerros y están comprendidos entre los 3050 y 3860 msnm; no se hallan sitios en la parte alta de los cerros que sobrepasan los 4000 msnm, ni tampoco se ha podido localizar corrales, a diferencia de otros sitios del alto Marañón. Los asentamientos más extensos a los que denominamos aldeas fortificadas, presentan murallas que rodean los sitios, tal es el caso de Gantu, Rurijahuan, Rapayán y Quellkall, donde la planta de la mayoría de las estructuras es cuadrangular, existiendo eventualmente circulares. Los sitios de menor dimensión se hallan sobre repisas o terrazas formadas por muros de contención, donde los afloramientos de roca son muy notorios, especialmente en los sitios donde hay «edificios», ya que por su altura necesitan una base bien sólida. Existen sitios que por su ubicación en pequeñas cumbres rocosas muy escarpadas, sugieren una función militar, ya que éstas se hallan completamente cercadas por muros perimétricos y su acceso se da por un solo lado, además de tener un acabado rústico como es el caso de Llinquey y Matacastillo. 156


Bebel Ibarra Asencios

Los «edificios» varían morfológicamente, pero su técnica de construcción es la misma, la funcionalidad de estos ha sido muy discutida, sin embargo puede advertirse que los que se hallan alejados de las áreas de concentración presentan en la mayoría de las hornacinas restos óseos; sirvieron como mausoleos y no habrían sido almacenes por lo reducido de su espacio, ya que en cada hornacina entraría con dificultad un saco de papas o maíz, además de hallarse alejados, fuera de las murallas, sin presentar peldaños para acceder. Todos los accesos están orientados hacia el Este, por donde sale el Sol, y algunas de ellas se hallan en sitios de difícil acceso como Alcayán. Los «edificios» que se hallan dentro de las murallas se ubican frente a un patio, con los accesos orientados hacia el interior, alguno de ellos presentan también restos óseos. La función de vivienda de élite es poco probable, por lo reducido de los espacios y la existencia de estructuras rectangulares con un buen acabado. Existen también «edificios» que tienen el interior cilíndrico, con peldaños para acceder, con el techo en de forma de media luna, generalmente ubicados en la esquina de las murallas, haciendo las veces de atalayas. De todos los «edificios» estudiados, existe sólo uno, que mide más de 21 m de largo, 5,50 m de ancho y 9 m de alto, siendo difícil establecer una tipología. Las viviendas más típicas de los sitios lo conforman aquellas estructuras de planta rectangular, con acceso trapezoidal, hornacinas tipo «ánfora» en ambos lados del acceso que dan al interior; otro acceso trapezoidal comunica un recinto de dos niveles no muy altos (separados entre sí por 1 m). En algunas de las hornacinas se han hallado pocos restos óseos, y según los pobladores algunas personas los han colocado ahí intencionalmente, ya que no existe ninguna evidencia de restos de fardos (fragmentos de tela). 157


Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino

De los sitios estudiados, Cullkuy presenta una disposición diferente ante las demás; sus muros son más bajos y las hornacinas se hallan a poca distancia del suelo; además la técnica constructiva es diferente, siendo escaso el uso de la «pachilla», utilizándose piedras más grandes. Las estructuras funerarias, son diversas y es difícil establecer sin son contemporáneas o intrusivas, habiéndose distinguido las siguientes: a) En «edificios» con hornacinas, ya descritos. b) Un tipo de tumba con cornisas, existentes sólo en el Complejo Rapayán, donde una de ellas presenta decoraciones pétreas en zig-zag. c) Pequeñas tumbas ovaladas, construidas en la ladera de los cerros a manera de cuevas. d) Chullpas selladas de planta cuadrangular, con techos de lajas planas, ubicadas dentro de los asentamientos. e) Chullpas de planta circular de 1 m de altura, con accesos a nivel del suelo, ubicadas en quebradas poco accesibles. Se ha identificado etapas constructivas, donde la técnica varía ligeramente, desde el uso de piedras medianas con poca «pachilla» hasta el uso de piedras delgadas con abundante «pachilla». El elemento más diagnóstico es el color de la argamasa, de lo cual se puede inferir que las estructuras con una argamasa de color marrón claro son más antiguas y corresponde al tipo de tierra que existe en los alrededores del sitio, los muros con esta argamasa presenta muros adosados con argamasa de color rojo oscuro (la cual es más reciente y corresponde al tipo de tierra que se halla en la parte baja del sitio); la mayoría de las estructuras con argamasa marrón claro presentan muros de contención que forman las 158


Bebel Ibarra Asencios

terrazas. Respecto al Complejo Rapayán se puede indicar que su crecimiento fue a partir de la parte alta, donde las estructuras con argamasa de color rojo oscuro son menores y es en esta parte donde existen muros de contención con piedras grandes unidas con una argamasa que los lugareños llaman calicanto, la cual es muy dura. Por otro lado, la existencia de un control de los caminos, tal vez como medida de protección, es evidenciada por las estructuras que se muestran a manera de «columnas», las que se hallan en ambos lados del camino y que están ubicadas a distancias regulares (en cada cresta después de una quebrada). Estos puestos de control comienzan en el sitio que se halla en la parte Norte del área estudiada (Quellkall), y de ahí continúan hacia el Sur hasta llegar al Complejo Rapayán ubicado a cinco horas del primer control.

1

Version original del articulo publicado en: 1999 Boletín del Museo Arqueologí a y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos; Año 2, Nro. 6. pp 6- 11. Lima.

159


Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino 296 8992

300

304

308

312 8992

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8976

PROYECTO ARQUEOLOGICO HUARI-ANCASH MAPA DE UBICACION Sitios en la Margen Oeste del Río Marañón Dibujo: Bebel Ibarra Asencios

7.- Llinquell 8.- Tactabamba I 9.- Tactabamba II 10.- Quellkall 11.- Rapraj 12.- Queropampa

Leyenda

Urpish

13.- Numiawilca 19.- Araupá Distrito 14.- Matacastillo 20.- Olleros 15.- Ichón 21.- Huashgo Poblado Sitio Arqueológico 16.- Chucmán 17.- Yurajcastillo 18.- Cullcuy 304

Río Mara ñón

1.- Gantumarca 2.- Uchumarca 3.- Rurijahuan 4.- Pirushto 5.- Alcayán 6.- C. Rapayán

Gantumarca

Escala: 1 : 100,000

308

312

Figura 1. Mapa de ubicación de los principales sitio arqueológicos en la margen derecha del río Marañón, Huari. 160

8972


Bebel Ibarra Asencios Elevacin Frontal

Corte de Perfil

Planta de los Diversos Pisos

4

4

4

3

3

3

2

2

2

1

1

1

Figura 2. Vista de planta, elevación y corte de uno de los edificios.

Figura 3. Isometría de una vivienda típica de Rapayán. 161


Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino

Figura 4. Dibujo de elevación de la tumba en el sector de Chaupis, Rapayán.

Figura 5. Reconstrucción isométrica de una estructura defensiva. 162


12 EL CAMINO REAL INKA O QHAPAQ ÑAN DE HUARI: INVESTIGACIÓN EN EL DISTRITO DE HUACHIS Arturo Noel Espinoza Carlos Escobar Silva INTRODUCCIÓN El presente artículo es una síntesis del resultado obtenido en el marco del desarrollo de las labores de registro arqueológico y acciones de Conservación Integral del camino prehispánico y los vestigios asociados a lo largo del tramo que une la localidad de Pomachaca, el C. P. de Castillo y el anexo de Soledad de Tambo en el distrito de Huachis. Estos trabajos fueron realizados gracias al apoyo brindado por la Municipalidad Distrital de Huachis y la Municipalidad Provincial de Huari, y formaron parte del Proyecto Inka Naani, auspiciado por la Municipalidad de Huachis a través de la ONG. Kuntur. La intervención arqueológica permitió establecer las causas de las afectaciones y proponer las acciones posteriores y consideraciones acerca de la importancia y urgencia en la toma de medidas para salvaguardar el referido camino y aquellos sitios prehispánicos asociados, dado su significado primordial y, en general, su legado patrimonial en el ámbito cultural para el desarrollo de diversas comunidades. 163


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

TRASCENDENCIA DE LOS CAMINOS PREHISPÁNICOS EN LOS ANDES CENTRALES Dejando de lado la denominación «Inka Naani», la definición del «Qhapaq Ñan», parece ser consensuada, en tal sentido Lumbreras (2004a: 5) señala que constituye el «...camino principal de una extensa red de comunicaciones que se había organizado a lo largo de los muchos siglos de la civilización andina y que los Incas del Cusco habían articulado en el siglo XV, como parte de un proyecto político integrador, llamado Tawantinsuyu», «...de donde se desprendían una serie de caminos laterales que vinculaban el eje longitudinal con todos y cada uno de los asentamientos humanos instalados en las cimas, laderas y quebradas de la cordillera.» (Ibíd.: 9). «En términos de patrimonio arqueológico es, sin duda, el mayor monumento que se conoce en el continente americano y que es compartido por seis países andinos.» (Ibíd.: 17). Es indudable que el Perú prehispánico, milenario, tuvo un continuo de expresiones culturales que respondieron a una serie de necesidades, cada una con particularidades enmarcadas en diversidad de entornos geográficos, manteniendo contactos con grupos humanos que fueron complejizando sus formaciones sociales, políticas y económicas. Una respuesta a la necesidad de manejar longitudinal y verticalmente el territorio, en gran medida agreste, fue la conformación de rutas que permitieran el acceso a recursos de distintos pisos ecológicos (Brack 1983); los productos eran conducidos a través de largas distancias, pero también, las ideas, las costumbres, los conocimientos en distintas ciencias (astronomía, arquitectura, religión, etc.). «La fundación y rápido crecimiento de tantos establecimientos (tampu y centros urbanos) en la red de caminos del territorio incorporado al Tawantinsuyu, fueron esenciales para la política expansionista y control territorial» (Gasparini y Margolies 1977: 106). Hoy se sabe que la acumulación de experiencias, en torno a la consolidación de un sistema vial integrador, tuvo su apogeo durante el Tawantinsuyu. Al respecto, Martínez (2004: 19) opina que «el Qhapaq 164


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

Ñan aglutinó en un solo sistema la infraestructura previa de los diferentes territorios...». En ese sentido, Lumbreras (2004b: 6) agrega que «...el ´camino Inca´ es más bien un estupendo proyecto político de integración trans-regional que una maravillosa obra de ingeniería. Pero eso no lo podremos saber si no se asume que su estudio debe ser diacrónico, no sólo para encontrar la historia de los diversos proyectos de integración andinos, pero para entender la mecánica estructural de la red de comunicaciones que funcionó entre los antiguos pueblos de los andes.»

ANTECEDENTES ARQUEOLÓGICOS E HISTÓRICOS DEL CAMINO PREHISPÁNICO EN HUARI. La red vial del camino prehispánico constituye una obra monumental que trasciende el territorio peruano, el cual presenta una manifiesta planificación y jerarquización en las diferentes edificaciones asociadas a este; así como también, revela una especialización en su construcción, en concordancia con ciertas actividades socioeconómicas, lo que permite inferir distinciones de estamentos sociales entre los habitantes que se asentaron a lo largo de dicho sistema vial. Alguna vez el camino prehispánico y las rutas transversales, incluyendo el camino costero -que Hyslop (1992) y otros viajeros apenas pudieron avizorar- y aquellos que penetraban hasta la selva, integraron un extenso territorio. «El Qhapaq Ñan no sólo ´heredó´ parte de su infraestructura de períodos anteriores, sino que también trascendió a períodos posteriores. La Colonia asume parte de ésta, aunque dotándola de un significado y un uso diferente que marca el principio del fin de la integración del territorio andino.» (Instituto Nacional de Cultura 2004: 37). (Fig. 1). Las labores que se han de mencionar en el presente artículo aportan resultados cuya información permite aproximarse a la definición de las características de la formación socio-económica, modo de vida 165


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

(incluyendo sub modos) y cultura de los grupos sociales que habitaron el área de estudio. Cabe señalar que la metodología empleada conlleva un análisis, interpretación y síntesis de las evidencias, a fin de que se conozca el significado en relación a sus manifestaciones culturales, el uso y adaptación al medio circundante, tecnología empleada y las actividades sociales, económicas, políticas y religiosas que pudieron darse. En principio, la longitud que abarcó la red vial en tiempos prehispánicos y especialmente durante el Imperio del Tawantinsuyo resulta difícil de precisar, dado la falta de conservación e investigación. Sin embargo, se calcula que «... los Incas ampliaron el ámbito de sus relaciones, estableciendo una red de casi 35000 km, que llegaba hasta Quito por el Norte, y Santiago de Chile y Mendoza (Argentina) por el Sur.» (Lumbreras 2004a: 6). El Proyecto Qhapaq Ñan (llevado a cabo por el INC) estima que esta red vial alcanza los 25000 kilómetros sólo en Perú (Martínez 2004: 22). Hacia la época de la conquista inca la actual provincia de Huari se hallaba dividida en varios señoríos independientes: las provincias de Pinco y de Huari. En lo que respecta a la zona de estudio debe mencionarse que la mayor parte de los documentos etnohistóricos señalan sólo la antigua provincia o grupo de los Pincos. Más no así la de los Huari; sin embargo, investigaciones realizadas en los últimos años demuestra la existencia de este grupo. La evidencia de la ocupación Inca está dada por el mismo camino que según las crónicas lo mandó a construir Huayna Capac en su viaje a Quito; el camino que viene de Huánuco Pampa (principal sitio cerca de Huari) sigue hacia Yauya, Conchucos y Huamachuco. Los vestigios arqueológicos Incas fueron fechados (relativamente) por su ubicación dentro del Qhapaq Ñan, la mayoría de ellos se halla a un lado de dicho camino y lo constituyen principalmente tambos (al menos es lo que indica la toponimia del lugar).

166


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

Según Garcilazo la conquista de la región andina de Ancash fue obra del generalísimo Inca Cápac Yupanqui, hermano de Pachaccutec, quien gobernaba el Imperio del Tawantisuyu y del príncipe heredero Tupac Yupanqui, que acompañaba a su tío, a quien le tocó realizar después la conquista de la costa del Señorío de Gran Chimú. También señala que desde Chucurpa ambos habrían mandado apercibimientos acostumbrados a las provincias vecinas, sometiéndose la de Pinco, más no así los señoríos de Huaraz, Yauya, Piscobamba y Conchucos, los que deponiendo sus rivalidades se unieron para defender su independencia contra el enemigo común, en una guerra larga y sangrienta, y que sólo sitiados por el hambre, los coaliados se rindieron; sólo los Yauyas se sometieron en las provincias del norte y de buena voluntad el curaca de Huamachuco (Amat 1971: 35). Estas tierras fueron testigos de la lucha practicada entre los ejércitos de Huascar y Atahualpa, donde hubo un combate cerca al puente de Pomachaca. Cieza de León señala al respecto que las tropas de Huascar abandonaron el campo quemando el puente en su retirada, por lo que Calcuchimac, general de Atahualpa, se arrojó y cruzó a nado seguido de varios de los suyos dando muerte a los soldados fugitivos de Huascar (Antúnez 1929).

UBICACIÓN DEL TRAYECTO DEL CAMINO PREHISPÁNICO INTERVENIDO. El área intervenida se inicia en la confluencia de los ríos Huaritambo y Mosna, los que forman el río Pushca, en la provincia de Huari, 147 km al este de la ciudad de Huaraz, en el departamento de Ancash. La sección del camino registrado comienza en el puente Pomachaca, situado en las coordenadas UTM N 8 960 868 y E 264 812 (distrito de Huari), pasando por el sitio arqueológico Ushnu Cruz (N 8 960 610 y E 266 695, a 2 950 m.s.n.m.), el Centro Poblado de 167


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

Castillo (N 8 959 653 y E 267 464), culminando en el sitio arqueológico de Soledad de Tambo (N 8 958 646 y E 268 314), en el distrito de Huachis. (Fig. 2).

EL CAMINO PREHISPÁNICO (TRAMO POMACHACA – SOLEDAD DE TAMBO). La metodología tomó en cuenta una serie de ítems considerados en una ficha técnica, basados en los siguientes criterios: 1. El trayecto va desde la localidad de Pomachaca hasta la localidad de Soledad de Tambo, con una distancia de 6 280 km, en cuyo recorrido existen una serie de elementos arquitectónicos, con diferentes aspectos de conservación, composición y función. 2. El tramo fue dividido en dos sectores: desde Pomachaca hacia el C. P. Castillo y desde allí hasta Soledad de Tambo. 3. Cada sector se subdividió en segmentos definidos a partir del corte de la carretera o por su asociación directa con un centro poblado. (Figuras del 3 al 13). 4. Los segmentos se dividieron en unidades establecidas por su orientación en línea recta. El procesamiento de los datos ha permitido la obtención de valiosa información, además del desarrollo de unidades analíticas como: Material constructivo empleado. Técnica constructiva. Diseño (forma y función). Si bien, cada unidad muestra características particulares registradas en sus respectivas fichas técnicas, se debe precisar que el ancho promedio del trayecto intervenido es de 2,35 m.

168


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

La información concerniente a las características de los elementos asociados indica que la disposición de las gradas de las escalinatas y descansos se ha establecido en base a su conservación, ya que en algunas unidades han desaparecido. Siendo el tamaño promedio del paso: 38,06 m y del contrapaso 14,5 m. En cuanto a la composición de todos los elementos arquitectónicos que conforman el camino, se ha determinado que se empleó indistintamente dos tipos de roca: sedimentaria y volcánica, con presencia (en algunos casos) de fósiles de especies marinas (algas y moluscos).

LA CONSERVACIÓN CONSIDERACIONES

INTEGRAL:

ACCIONES

Y

La Conservación Integral aplicada en la intervención arqueológica implicó la participación de las comunidades insertas en el área de estudio, mediante mecanismos adecuados, dentro de distintas etapas relacionadas con la limpieza y mantenimiento del patrimonio arqueológico. Todas aquellas actividades se realizaron según lo estipulado en una serie de normas internacionales (cartas y convenciones) concernientes al Patrimonio Cultural, particularmente el arqueológico, ya que su aplicación permite la salvaguarda de los monumentos prehispánicos en beneficio de las actuales y futuras generaciones: -

Carta de Venecia (Carta internacional sobre la conservación y la restauración de monumentos y de conjuntos histórico-artísticos)1 Carta del Restauro 19722 Carta de Burra3 Carta Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico4

169


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

Declaración de Xi’an sobre la Conservación del Entorno de las Estructuras, Sitios y Áreas Patrimoniales5 El desarrollo de la metodología para la Conservación Integral tomó en cuenta una serie de aspectos, tales como: el enlace con la comunidad, la limpieza, consolidación y restauración de los elementos constitutivos del camino prehispánico y los restos asociados. (Figuras 14 y 15). En síntesis, la conservación de la sección entre Pomachaca y Soledad de Tambo implicó dos aspectos: técnico y social, puesto que el camino como elemento integrador y conformante del Patrimonio Cultural del Perú requería un tratamiento particular; en ese sentido se propuso una estrategia enmarcada en la Conservación Integral, enlazando a la población aledaña con el área de estudio y con los profesionales y técnicos encargados de conducir las labores de campo. Para realizar la intervención material en la conservación se ha tomado en cuenta que el camino, de más de cinco siglos de antigüedad, perdió su función principal al momento de la desestructuración del sistema administrativo incaico con la llegada de los españoles en el siglo XVI, dejando de lado la comunicación entre los establecimientos del gobierno incaico, dando paso a la comunicación entre reducciones y haciendas, abriendo nuevos senderos y afectándolos con animales de carga que antes no se conocían. Dichas afectaciones continuaron y su mantenimiento fue casi nulo. En la actualidad, la construcción de una carretera destruido partes del camino, a lo que se agrega las obras de tendido eléctrico e instalaciones de agua y desagüe, aunque su uso continúa. Por esta razón, mantener en su totalidad los elementos auténticos y el diseño original resulta una tarea difícil, por lo que se procedió a combinar las técnicas de conservación y restauración sobre la base del camino prehispánico, dando atención a aquellos elementos que permiten su consolidación, pero adecuándolos al trayecto que sigue en uso y tomando en cuenta las afectaciones. Las labores de limpieza, consolidación de elementos, mantenimiento y borrado de pintas, así como la construcción de nuevos muros de contención para la protección del camino, junto con nuevas 170


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

canalizaciones y apertura de cunetas, son el resultado de la aplicación de técnicas de conservación sobre un camino prehispánico que continúa y seguirá en uso por la población. La Conservación Integral también contempló la enseñanza del cuidado y respeto al patrimonio arqueológico y cultural, mediante talleres, charlas y participación en Asambleas Comunales, labor que tuvo acogida por ser innovadora en los poblados donde se participó. CONCLUSIONES 1. El estudio del camino prehispánico es una tarea que debe implicar la sistematización de su registro y en la medida de lo posible establecer acciones de conservación. 2. El nombre oficial del camino prehispánico es Qhapaq Ñan ya que era la vía principal del cual se desprendían una serie de caminos laterales o secundarios, uniendo todo el territorio, con instalaciones y almacenes bien planificados y abastecidos (Qollqas), y Tambos para el descanso con adecuada disponibilidad de agua. Su origen se remonta hasta hace 2500 años antes de los Incas. Incluso 1000 años antes de Cristo había un intenso tráfico por estos caminos con rutas establecidas a partir de un plan económico, social y también ritual o religioso. 3. La sección estudiada fue en tiempo de los incas parte del Qhapaq Ñan, aquel camino que provenía del Cusco y llegaba hasta Quito, uniendo ciudades importantes y del cual partía un sin número de caminos transversales. Sólo es comparable en importancia y trascendencia con el gran camino de la costa que iba desde Poquera en Tacna hasta Cabeza de Vaca en Tumbes, en el Perú. 4. El tramo intervenido une las localidades de Pomachaca y Soledad de Tambo (6 2806 km), pero como vía principal del Qhapaq Ñan llega hasta el gran centro ceremonial – administrativo de Huánuco Pampa. 171


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

5. Respecto a las construcciones asociadas se distinguen dos tipos: Ushnu Cruz y las terrazas agrícolas. La presencia de Ushnu Cruz avala la hipótesis de que los Incas maximizaron la producción y la controlaron en esta área. Las terrazas se distribuyen sucesivamente desde las partes más bajas hasta los sectores medios de los cerros. 6. La metodología empleada en el registro ha permitido identificar: a.- Técnica constructiva.b.- Material constructivo. c.- Diseño (forma y función). 7. La puesta en valor del camino prehispánico de Huachis y otros atractivos turísticos es un proceso que se ha iniciado con el apoyo de las autoridades locales y la participación de la población aledaña. Su registro, conservación y habilitación turística es una tarea que continúa en procura de un beneficio socio-económico para las comunidades del distrito. En este caso, el antiguo camino sigue en uso después de más de 500 años, su mantenimiento beneficia a las actuales poblaciones que se hayan en su trayecto.

(Notas) 1

Elaborada en el II Congreso Internacional de Arquitectos y de Técnicos de Monumentos Históricos, realizado en Venecia del 25 al 31 de mayo de 1964. Aprobada por ICOMOS en 1965.

2

El Ministerio de Instrucción Pública de Italia en el intento de llegar a criterios uniformes en la actividad específica de la Administración de Antigüedades y Bellas Artes en el campo de la conservación del patrimonio artístico, ha reelaborado, teniendo en cuenta la opinión del Consejo Superior de Antigüedades y Bellas Artes, las normas sobre restauración. Tales normas reciben el nombre de «Carta del Restauro 1972».

3

Adoptada el 19 de agosto de 1979 por ICOMOS Australia (Comité Nacional Australiano del ICOMOS). Actualizada el 23 de febrero de 1981, el 23 de abril de 1988 y el 26 de noviembre de 1999. La Carta de Burra provee una guía para la conservación y gestión de los sitios de significación cultural (sitios del patrimonio) y se basa en el conocimiento y experiencia de los miembros del ICOMOS Australia.

4

Preparada por el Comité Internacional para la Gestión del Patrimonio Arqueológico (ICAHM) y adoptada por la Asamblea General del ICOMOS en Lausana en 1990.

5

Declaración de Xi’an Sobre la Conservación del Entorno de las Estructuras, Sitios y Áreas Patrimoniales. Adoptada en Xi’an, China, por la 15ª Asamblea General del ICOMOS, el 21 de octubre de 2005. Versión Final, 22 de octubre de 2005.

172


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

F ue nte: IN C , 2 00 4.

Figura 1. Mapa del Camino Inca según J. Hyslop (1992). 173


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

Figura 2. Mapa de ubicación del distrito de Huachis con relación a la provincia de Huari. 174


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

Figura 3. Ubicación de los segmentos registrados en el camino prehispánico entre Pomachaca y Soledad de Tambo. 175


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

Figura 4. Camino prehispánico: Segmento I, margen derecha del río Pushca.

Figura 5. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento II. 176


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

Figura 6. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento III.

Figura 7. Camino prehispánico: Vista del inicio del Segmento IV. 177


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

Figura 8. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento V.

Figura 9. Camino prehispánico: Vista de la parte final del Segmento V e inicio del Segmento VI. 178


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

Figura 10. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento VIII, en las afueras del Centro Poblado de Castillo.

Figura 11. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento VIII. 179


El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari

Figura 12. Camino prehispánico: Vista parcial del Segmento IX, hacia Soledad de Tambo.

Figura 13. Camino prehispánico: Vista de la parte final del Segmento IX, en el sitio arqueológico de Soledad de Tambo. 180


Arturo Noel Espinoza, Carlos Escobar Silva

Figura 14. Habilitación de un canal en el camino prehispánico.

Figura 15. Retiro de vegetación entre las estructuras del sitio arqueológico de Ushnu Cruz. 181


182

TOTAL REGISTRADO:

– Soledad de Tambo

Pomachaca

Tramo:

TRAMO

Dividido en 3 unidades.

Segmento III: Entre Jaqtayquilla y el corte numero 3 de la carretera que conduce al C. P. Castillo.

Dividido en 55 unidades

Segmento I (VIII): Entre Cancha (parte baja de Castillo) y Yuncan (afueras de Yanapoto). Segmento II (IX): Entre Yuncan y Soledad de Tambo.

Castillo (final) –

Soledad de Tambo

Dos sectores

Nueve segmentos

Dividido en 9 unidades

Segmento VII: Entre Yasamano (Yanashallash) y el corte de la carretera.

298 unidades

Dividido en 75 unidades.

Dividido en 36 unidades

Segmento VI: Entre Taraukru y Yasamano (Yanashallash).

Sector 2:

Dividido en 12 unidades

Dividido en 17 unidades

Distancia: 0,500 km

Dividido en 28 unidades

Segmento II: Entre Pumapunku y Jaqtayquilla.

Segmento IV: Entre el corte 3 de la carreta y Chinowanushgam.

Distancia: 0,806 km

Dividido en 63 unidades

Segmento I: Entre Pomachaca y Pumapunku.

6 280 km

6

Distancia: 2,005 km

Distancia: 0,1296 km

Distancia: 0,314 km

Distancia: 1,038 km

Distancia: 0,236 km

Distancia: 0,302 km

Distancia: 0,95 km

DISTANCIAS

CANTIDAD DE UNIDADES

SEGMENTOS

Segmento V: Entre Chinowanushgam y Taraukru.

Castillo (inicio)

Pomachaca –

Sector 1:

SECTORES

CUADRO N° 1.- División del Tramo Pomachaca – Soledad de Tambo y distancias registradas.

Inicio: 2600

Final: 3720

Inicio: 3450

Final: 3450

Inicio: 3210

Final: 3223

Inicio: 3171

Final: 3120

Inicio: 2852

Final: 2885

Inicio: 2641

Final: 2861

Inicio: 2809

Final: 2804

Inicio: 2777

Final: 2777

Inicio: 2679

Final: 2679

Inicio: 2600

ALTITUD (msnm)

El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari


13 USHNU CRUZ: UN CENTRO ADMINISTRATIVO – CEREMONIAL INKA EN EL DISTRITO DE HUACHIS Cristián Vizconde García Ricardo Chirinos Portocarrero Leonel Hurtado Benites INTRODUCCIÓN El sitio arqueológico de Ushnu Cruz forma parte del paisaje cultural de la quebrada de Huachis, en el distrito del mismo nombre, asociado con un complejo de terrazas agrícolas y con parte del trayecto del Qhapaq Ñan (o Inka Naani), el cual se dirige desde la localidad de Pomachaca hasta Soledad de Tambo. Las investigaciones en este sitio fueron posibles gracias al apoyo dado por la Municipalidad Distrital de Huachis. Ushnu Cruz, conocido también como Ushnu Rampa, se ubica en el distrito de Huachis, provincia de Huari, departamento de Ancash. Se localiza en las coordenadas UTM 8 960 610 y 266 695, a 2950 m.s.n.m.; a 2 km del puente Pomachaca, el cual cruza el río Mosna, donde confluye con el río Huaritambo, formando el Pushca. Tiene una extensión de aproximadamente 1 ha. 183


Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

Se accede al sitio mediante el camino prehispánico que parte del pueblo de Pomachaca, a 2600 m.s.n.m. (distrito de Huari) y se dirige hacia el Centro Poblado de Castillo, a 3300 m de altitud (distrito de Huachis).(Fig. 1).

DESCRIPCIÓN DEL SITIO Ushnu Cruz ha sido descrito brevemente por Serrudo (2004: 441442) y por el personal del Programa Qhapaq Ñan del Instituto Nacional de Cultura. Según Serrudo se trata de un sitio ceremonial con dos recintos rectangulares, plataformas, patio y escalinatas. Señala que «es un sitio atípico por el diseño de su construcción…». Actualmente se sabe que Ushnu Cruz es sólo una pequeña parte de un gran complejo de estructuras, principalmente terrazas de cultivo que se extienden desde la parte inferior de la quebrada Huachis, margen derecha del río Pushca, de un lugar llamado Patay, hasta la parte media de los cerros colindantes, llegando a los centros poblados de Castillo, San Francisco de Yanapoto y Soledad de Tambo. La construcción de la carretera Pomachaca - Castillo destruyó secciones del camino prehispánico y de terrazas, afectando ademas al sitio, ya que las piedras provenientes de las partes altas destruyeron parte de las plataformas y muros de los recintos que conforman el conjunto arqueológico. (Fig. 2) Ushnu Cruz está compuesto por una serie de plataformas y dos recintos de planta rectangular; también se distinguen accesos con escaleras, pasajes, vanos y hornacinas trapezoidales. Llama la atención la existencia, al noreste del frontis, de una escalera asociada con una plataforma baja; y al oeste, un recinto casi circular con vano. (Fig. 3 y 4)

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Cristián Vizconde G, Ricardo Chirinos P, Leonel Hurtado B.

LAS TERRAZAS ASOCIADAS CON USHNU CRUZ. A lo largo de la sección del camino de Pomachaca a Soledad de Tambo se ha identificado un gran número de terrazas dispuestas en las laderas, con diferentes características de acuerdo a la geomorfología del terreno. De igual manera, son innumerables las terrazas asociadas con Ushnu, por lo que se estableció un área de muestreo con el fin de obtener información sobre: - Disposición de las terrazas. - Material empleado y técnica constructiva. - Función y significancia cultural. El área intervenida se ubica en la confluencia del valle del Pushca y la quebrada de Huachis, en la parte media de las laderas. Específicamente se localiza en las coordenadas UTM 266 658, 8 960 808; 266 557, 8 960 660 y 266 679, 8 960 712. Limita hacia el noroeste con la carretera Huachis-Pomachaca, hacia el noreste con el inicio de las laderas de la quebrada de Huachis y hacia el sur con el camino prehispánico y el sitio arqueológico Ushnu Cruz. El área aproximada es 34 531 m2. (Fig. 5). La zona de vida de esta área es conocida como Bosque Húmedo Montano Tropical (bh-MT), presentando temperaturas entre 7° y 13° C (Ccente y Román 28: 2006). Entre la vegetación se presentan diferentes tipos de cactáceas, además de molle, tara, lloque. El tipo de suelo característico de estas laderas es el coluvial o coluviónico, originados por la acción dinámica de la gravedad, siendo superficiales o profundos, gravosos y de moderada a baja fertilidad (ladera del valle del Pushca); también se observa suelos de origen residual, derivados de materiales rocosos desarrollados in situ siendo superficiales (ladera de la quebrada de Huachis). En cuanto a su capacidad de uso los suelos están subdivididos del I al VIII, de acuerdo a sus limitaciones y necesidades aumentan en el mismo orden; en el área de estudio se presentan los suelos de clase VI y VII, suelos con topografía desfavorable de relieve irregular con pendientes mayores de 25 % a mayores de 50 %, pudiendo 185


Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

ser utilizados para la actividad pecuaria y forestación (Ccente y Román 29-30: 2006). En el proceso de registro y estudio del camino y Ushnu Cruz, también se identificaron fósiles debido a la naturaleza y procedencia de las rocas, donde predominan aquellas estratificadas de origen sedimentario del Cretáceo. La disposición de las terrazas fue diferente según las características del terreno. El espacio correspondiente a una ladera de menor pendiente en el valle del Pushca fue denominado Sector I, en esta área las terrazas están más distanciadas. El Sector corresponde a la quebrada Huachis, donde la inclinación es muy pronunciada, por lo que las terrazas se encuentran más juntas. La técnica constructiva consiste en la utilización de piedras irregulares y con poco trabajo para su disposición final en el muro, aunque siempre se procuró que las piedras tuvieran superficies lisas para conformar los paramentos. No se distingue un orden preciso en la colocación de las piedras, aunque las más grandes fueron colocadas en las bases. - Sector 1.- Presenta una geomorfología de cóncava, por esta razón las terrazas poseen la misma característica. Limita al sur con el muro de contención del camino prehispánico, al norte con la carretera, al este con una «pirca» moderna (lindero que delimita parcelas) y al oeste con el cruce del camino prehispánico y la carretera Huachis - Pomachaca. En este sector se localizan tres terrazas y siete muros incompletos. - Sector 2.- Presenta una geomorfología convexa, al igual que las terrazas. Limita al sur con el muro de contención del camino prehispánico, al norte con un precipicio que llega al río Pushca y al oeste con una «pirca» moderna que sirve de lindero. Este sector tiene una mayor inclinación hacia al este y los muros de las terrazas están en gran parte colapsados. El lado oeste no presenta mayor 186


Cristián Vizconde G, Ricardo Chirinos P, Leonel Hurtado B.

pendiente por lo que el espacio entre terrazas es más amplio. Se contaron siete y un muro incompleto. En el lado sur hay un vano de acceso con orientación al este, el cual comunica las terrazas con un gran espacio abierto, posiblemente una pequeña plaza. Pocos metros hacia el este se ubica un recinto cuadrangular de fina mampostería. (Fig. 6)

USHNU CRUZ Y EL CONTROL DE LA PRODUCCIÓN AGRÍCOLA Existió indudablemente una gestión sobre la producción generada en el complejo de terrazas levantadas desde Patay (cerca del Pushca) hasta Soledad de Tambo, zona en cuya parte media se encuentra Ushnu Cruz. Las terrazas forman una continuidad desde el río Pushca, abarcando principalmente la margen izquierda de la quebrada Huachis, distribuyéndose sobre terrenos aledaños a los centros poblados de Castillo, Yanapoto y Soledad de Tambo, donde se encuentra uno de los centros administrativos Inka. Copan principalmente las partes medias y bajas de las laderas de los cerros.(Fig. 7 y 8). Evidentemente, la cantidad existente hasta hoy, y en mucha mayor cantidad en la antigüedad, demuestran un uso intensivo de los terrenos para su aprovechamiento idóneo en la producción de alimentos. La cantidad de tierra ganada con fines agrícolas con esta modalidad - construcción de terrazas y andenes - fue realmente significativa, y de modo paralelo dicha infraestructura evitó la erosión del suelo por las lluvias y mejoró el manejo del agua. La comunicación o circulación dentro de las terrazas se realizó mediante caminos transversales hechos de piedra. Existe uno que parte cerca de Ushno hasta Patay, el cual en ocasiones forma parte de los muros de contención.

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Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

La gran cantidad de terrenos de cultivo ganado requirió una irrigación adecuada. Actualmente, el manejo del agua es deficiente, además no se observa evidencia determinante para afirmar que hubo irrigación mediante acequias o canales en todas las terrazas. Hasta Ushnu no llega el líquido elemento, pero desde este sector hasta Soledad de Tambo se han registrado 15 puquios o salidas de agua, casi la mitad permanente y en donde la mayoría pierde sus aguas entre las pequeñas quebradas. Sin embargo, se han hallado evidencias de posibles conductos por los cuales se condujo agua hasta determinadas áreas. (Fig. 9). No se sabe exactamente si las terrazas existieron antes de la invasión Inka en Huachis, ni cuál fue su respectiva magnitud si las hubo. La existencia del centro administrativo en Soledad de Tambo y la presencia de Ushnu con sus hornacinas trapezoidales, proporcionan evidencias acerca de la procedencia y función postreras de las terrazas. La remodelación del camino por parte de los Inkas al conquistar estos territorios no significa la ausencia de la ruta en tiempos precedentes, por lo que deben existir terrazas más antiguas pertenecientes a los grupos sociales locales. Comparando la técnica constructiva y el acabado de los materiales utilizados en las terrazas que poseen muros de contención con la de Ushnu Cruz, se puede aseverar que la mayor parte de ellas tiene procedencia Inka, aunque existen otras donde las piedras son de gran tamaño, tales construcciones serían más antiguas o responderían a parámetros todavía no descubiertos. Además, se han observado terrazas sin muros de contención, hechas solamente con cortes en las pendientes, lo cual dificulta aún más su identificación cronológica. La administración desde Ushnu Cruz habría optimizado la producción y el control agrícola en la quebrada Huachis, dada su ubicación en la ruta hacia Soledad de Tambo donde se almacenaría los productos. La maximización de la productividad con las terrazas 188


Cristián Vizconde G, Ricardo Chirinos P, Leonel Hurtado B.

es un claro ejemplo de una gestión adecuada para la producción de alimentos, a diferencia de hoy en día donde la casi la totalidad de ellas está abandonada y sin mantenimiento. Ushnu Cruz, además de ser centro administrativo y de control, estuvo relacionado con actividades ceremoniales o rituales. La escalera, la plataforma baja y la roca frente al sitio, todos asociados y colindantes con la plaza son indicadores para esta hipótesis. La escalera y la plataforma baja tienen una orientación relacionada con el solsticio de verano (N 120º). Asimismo, uno de los recintos (oeste) de la parte superior se orienta directamente al norte, mientras que el otro (este) posee una desviación de 10º aproximadamente. Estos datos deben tomarse en cuenta para una indagación más acuciosa en el tema de las épocas de cosecha y siembra, y en el conocimiento de los movimientos de los astros y sus relaciones con actividades rituales. Posiblemente las variaciones en las orientaciones de los recintos y otras estructuras también señalen diferentes fases arquitectónicas. (Fig. 10 y 11). Es importante acotar que desde Patay (Pomachaca) hasta Soledad de Tambo existe una diferencia de casi 1 000 m, por esta razón las terrazas podrían haber sido divididas en sectores para obtener cosechas de diferentes productos en un área que comprendía variación climática.

CONCLUSIONES 1. La investigación del sitio arqueológico Ushnu Cruz ha permitido obtener información acerca de la técnica y materiales constructivos empleados, además de conocer su diseño y función. 2. Ushnu Cruz es una edificación administrativa y ceremonial con etapas de ocupación Inka. Fue construido con piedras unidas con mortero de barro y presenta una serie de componentes asociados: terrazas, plaza, camino y plataforma-escalera. Muestra, en conjunto, un diseño particular y ubicación estratégica 189


Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

para el control de las actividades que se desarrollaron en su entorno y orientaciones relacionadas con fenómenos astronómicos. 3. Las terrazas asociadas con el camino prehispánico entre Pomachaca y Soledad de Tambo cumplieron una función agrícola, a modo de andenes. El material constructivo fue la piedra y el barro, aunque existen terrazas hechas mediante cortes en la pendiente. 4. La construcción de terrazas amplió los terrenos de cultivo, maximizó la productividad, generó un adecuado manejo del agua y redujo la erosión del suelo. 5. La mayoría de terrazas asociadas directamente con Ushnu Cruz, por la técnica y acabado, pertenecen al Horizonte Tardío (Inka).

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UBICACIÓN DEL SITIO ARQUEOLOGICO USHNU CRUZ

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Figura 1. Plano de ubicación. 191


Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

Figura 2. Frontis del sitio.

Figura 4. Escalera de acceso a la parte superior de Ushnu Cruz. 192


PLANO DEL SITIO ARQUEOLOGICO DE USHNU CRUZ

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Figura 3. Plano de Ushnu Cruz. 193


Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

Figura 5. Plano de las terrazas del norte, aledañas a Ushnu Cruz. 194


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Figura 6. Muro con fino acabado, distinto de las estructuras más antiguas.

Figura 7. Terrazas del oeste, colindantes a Ushnu Cruz. 195


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Figura 8. Terrazas del norte.

Figura 9. Muro cerca del recinto oeste. Se observa evidencia de un posible canal. 196


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Figura 10. Escalera en el frontis de Ushnu Cruz y asociada con el camino prehispánico.

Figura 11. Recinto del oeste. 197


Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en Huachis.

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14 ARTE RUPESTRE EN LA PROVINCIA DE HUARI - ANCASH

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INTRODUCCIÓN El presente trabajo busca establecer recurrencias en las representaciones pictóricas, a través de un análisis diacrónico, y su asociación con los vestigios arqueológicos (arquitectura) cercanos, a fin de definir los diseños que prevalecieron y los tipos de soportes en que se plasmaron, analizando en general el contexto en que se mantienen. El análisis incorpora representaciones rupestres de la provincias de Huari, así como de las provincias aledañas con la finalidad de contrastar la información, a lo cual se sumará el soporte iconográfico de la cerámica, determinando inferencias respecto a posibles relaciones entre lod distintos grupos sociales que se asentaron en dichos territorios.

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El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

LUGARES CON ARTE RUPESTRE EN HUARI En la provincia de Huari existe una gran cantidad de sitios prehispánicos con representaciones rupestres, tanto pinturas como petroglifos (Fig. 1). Ejemplo de ello son los siguientes sitios:

1.- Ushcugaga Localizado en el distrito de Cajay, cerca al camino que va por Cuncash, en el sector denominado Hatun Corral. Ocupa unas formaciones rocosas muy altas. En dicho sitio se ha localizado una serie de tumbas adosadas a los farallones rocosos, todas ellas destruidas y se aprecia gran cantidad de restos óseos al interior, las que corresponderían a los inicios de la época colonial. Son diversos los diseños que se aprecian en las pinturas rupestres, entre ellos una especie de búho o lechuza (Fig. 2a), un personaje con una especie de tocado sosteniendo un báculo (Fig. 2b), diseños abstractos o al parecer incompletos o borrados por posteriormente (Fig. 2c), también se observa un diseño antropomorfo delineado con líneas finas (Fig. 2d). Todas las pinturas son de color rojo oscuro. En general, se conservan bien, pues los rayos solares no les llegan de modo directo durante la mayor parte del día.

2.- Huaritambo Situado en el distrito de Cajay, cerca al pueblo del mismo nombre, donde existe un importante asentamiento Inca, en donde se aprecia alrededor de veintitrés (23) colcas alienadas, una serie de plazas y una gran cantidad de andenes. 200


Bebel Ibarra Asencios

Cerca al sitio se hallan unos afloramientos rocosos muy grandes; en uno de estos se encuentra una pintura de color rojo que representa cabezas antropomorfas (Figura 3a), además de una serie de diseños abstractos (Fig. 3b). Muestran un buen estado de conservación.

3.- Reparin Ubicado en el distrito de Cajay, en los alrededores de la laguna de Reparin, próximo al sitio arqueológico del mismo nombre. El referido sitio correspondería al período Horizonte Temprano (Ibarra 2003). Está conformado por una serie de plataformas y muros de contención. En una de las terrazas que forman las plataformas se aprecia una huanca, de aproximadamente 1 m de alto. La pintura rupestre se halla en una las grandes rocas sueltas al borde de la laguna, la cual muestra diseños lineales que se entrecruzan, entre las líneas se aprecia un diseño antropomorfo (Fig. 4). Las pinturas son de color rojo, pero a diferencia de las otras su color es mas opaco, tal ves debido a su antigüedad. Es posible que sea contemporáneo con el sitio arqueológico de Reparin.

4.- Quellcaymachay Emplazado en el distrito de Cajay, en el camino que va a Huallabamba, próximo al sitio de Jahuamarca, un cementerio prehispánico (Ibarra 1997). Las pinturas rupestres se hallan dentro de una cueva; los diseños son antropomorfos y geométricos en color rojo.

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El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

5.- Marcajirca Localizado entre los distritos de Cajay y Masin. Marcajirca es un importante sitio del Intermedio Tardío (Ibarra 2001), en el se encuentra una gran cantidad de estructuras funerarias de varios tipos (cuevas con muros, chullpas y tumbas adosadas a farallones), de igual forma un sector residencial (parte baja) y ceremonial (parte alta). Las pinturas rupestres se hallan sobre una tumba adosada al farallón, en ellas se aprecian diseños antropomorfos y zoomorfos (una especie de camélido) (Fig. 5). Estás son de color rojo oscuro. Además, también existen otras pinturas bajo las rocas, que representan una especie de círculos, con pequeños puntos en el interior.

6.- Yurajmachay Situado en el distrito de Chavín; registrado por Diessl (2003: 355356). Las pinturas rupestres se hallan dentro de un abrigo rocoso de considerables dimensiones; en el se puede apreciar una serie de «plazas» a desniveles. Las pinturas son de color rojo y se encuentran dispuestas en varios grupos, siendo los diseños mayormente antropomorfos, que muestran personajes con tocados (Fig. 6a, b), de perfil (Fig. 6c) y de pie aparentemente con algunos atributos zoomorfos (Fig. 6d); así mismo, se observan diseños abstractos (Fig. 6e). En el sitio existe también una especie de huanca, y varios muros que delimitan espacios internos.

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7.- Gargawain Ubicado en el distrito de Rahuapampa, cerca de la carretera que conduce a Huanuco. Presenta dos pinturas sobre el frontis de un gran farallón (200 m de altura), apreciándose diseños estilizados de cabezas antropomorfas a manera de «soles», notándose justamente los rayos solares (Fig. 7). Las pinturas son de color amarrillo y rojo oscuro. Llama la atención que se encuentren aisladas respecto a algún sitio arqueológico, teniendo como única referencia cercana al camino prehispánico que pasaba por ahí.

8.- Caullumachay Emplazado en el distrito de Pontó, al sureste de Huari, al borde de carretera a Llamellin, en el anexo de Yunguilla, a 2340 msnm, en la margen derecha del río Puccha. La geomorfología de la zona comprende farallones de formación arenisca (carbonatada), muy agreste, con deslizamientos de tierra y gran cantidad de rocas caídas a raíz de la construcción de la carretera, causando también el desprendimiento de algunos paneles rocosos que contaban con representaciones arqueológicas. Caullumachay se halla próximo al sitio arqueológico de Purunmarca, que correspondería al Horizonte Temprano (Ibarra 2003), en el trayecto de un antiguo camino que conduce a la selva peruana. Los petroglifos ocupan la parte baja de un farallón y cubren aproximadamente una longitud de 25 m. Los diseños han sido hechos con la técnica del raspado, siendo las incisiones de un grosor promedio de 12 mm (Ibarra y Chirinos 2002: 215-220). Los diseños se clasifican de la siguiente manera:

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El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

a) Diseños zoomorfos: - Diseño de una lagartija, la cual se halla en el Panel 4. Este animal es típico de la zona, es decir de zonas cálidas (Fig. 8 a). - Diseños de zorros, sólo están representados en el Panel 5. Este animal también es típico de la zona, aunque su hábitat es sobre los 3000 msnm. Circunstancialmente baja a la «quebrada» en busca de su presa (Fig. 8a). - Diseños de monos, siendo tres los que están claramente representados en el Panel 4 y 6, uno de los diseños del Panel 6 está incompleto, pero la forma de su cola sugiere que se trata de dicho animal. El mono no es un animal típico de los valles interandinos, su hábitat es la selva baja (Fig. 8b). - Diseños de aves: se hallan en los Paneles 5, 6 y 7, exactamente no se ha podido identificar a que tipo de aves pertenecen específicamente, aunque haciendo comparaciones con la fauna local podría tratarse de un cóndor por el penacho que muestran en la cabeza (Fig. 8d). - Diseño de felino, existe sólo uno, el cual presenta una boca muy típica del arte o estilo Chavín, (Fig. 8e). Cabe señalar que el felino tiene su hábitat en la región donde están los petroglifos. b) Diseños antropomorfos: Se puede observar en las Paneles 1, 5 y 6, donde dos de ellos poseen «antenas» que representarían tocados, el tercero es algo más abstracto (Fig. 8f). 9.- Chivay Pampa Localizado en el distrito de Uco, en el camino que va a Pariacancha. Está constituido por una serie de petroglifos geométricos, que representan líneas paralelas. No se encuentra ningún sitio arqueológico asociado a este. 204


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10.- Minamayua Situado en el distrito de Uco, en la quebrada del mismo nombre, que a su vez conduce a los distritos de Huachis y Rapayán. El sitio está constituido por una serie de pinturas antropomorfas y geométricas de color rojo, sin que se tenga evidencias de sitios arqueológicos cercanos.

11.- Iglesia Machay Ubicado en el distrito de Huacachi, parte baja del sitio arqueológico Misiónjirca, uno de los sitios más grandes de la cuenca del Puccha (aproximadamente 3 km de largo). Las pinturas rupestres se hallan en los primeros metros del interior de una cueva de aproximadamente 7 m de alto y 50 m de profundidad. En ella se encuentra una serie de diseños: antropomorfos, zoomorfos, abstractos y geométricos. Entre los diseños antropomorfos se aprecian: - Rostros con penacho (Figura 9a). - Un personaje de perfil con un penacho más largo; los penachos podrían ser representaciones de tocados, como se ve en la Figura 9e. - Un personaje con un tocado muy diferenciado. - Perfiles o siluetas antropomorfas (Figura 9c). - Un personaje con atributos zoomorfos (Figura 9f). Entre los diseños zoomorfos se hallan: - Un ave de perfil con las alas extendidas (Figura 9d). - La representación, al parecer, de un insecto, que mide cerca de 1 m de alto. Todas las pinturas son de color rojo; a simple vista se nota que los diseños fueron repintados, tal vez debido a que fueron hechos en varios momentos.

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El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

12.- Rapayán Emplazado en el distrito de Rapayán. El sitio arqueológico muestra una serie de piedras que forman parte de la arquitectura, en la cual se hallan representaciones pintadas de color rojo y negro. Los diseños son geométricos: espirales, caras y líneas; también existen diseños antropomorfos (Fig. 10). Las piedras sobre las que están pintadas son de naturaleza diferente a la de las empleadas en las estructuras; ellos se debe a dos posibles explicaciones: Probablemente fueron traídas de un farallón o cueva donde las pinturas habían estado anteriormente, o el uso de piedras de color claro fue para que los diseños sobresalgan.

PETROGLIFOS, PINTURAS RUPESTRES Y ARQUITECTURA La presencia de diversas expresiones en la cuenca del Puccha, evidencia la importancia de este arte dentro de la cosmovisión de las antiguas poblaciones de este territorio. Si bien es difícil establecer la antigüedad directa del arte rupestre (al menos con los recursos con los que se dispone), se señala a continuación algunas recurrencias a manera de conclusiones: 1.- Los petroglifos son una expresión cultural muy antigua en la provincia de Huari. Los petroglifos de Caullumachay guardan relación con el estilo Chavín (900 – 200 a. C.) y están asociados al camino prehispánico que se conduce a la selva, lo que explicaría la presencia de diseños selváticos, como lo el del mono. 2.- Existen pinturas rupestres asociadas a estructuras del Horizonte Temprano, como el caso de Reparín; pinturas que tratan de resaltar diseños antropomorfos. Es interesante esta asociación pues se considera a Reparin como un sitio arqueológico de carácter ceremonial, uno de los dos sitios en la cuenca del Puccha, exactamente al lado de una laguna, con la presencia de elementos religiosos como la huanca. 206


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3.- Pinturas rupestres asociadas a estructuras funerarias, se ha identificado en dos sitios arqueológicos: Marcajirca y Ushcugaga, siendo más compleja y explicita en este último sitio. Las pinturas rupestres de Marcajirca se hallan dentro de un gran sitio con sectores, residenciales, ceremoniales, y funerarios. Estas deben datar entre finales del Periodo Horizonte Tardío e inicios de la Colonia, pues las pinturas que se hallan en Marcajirca corresponden a un tipo de tumba tardía en con relación al sitio mismo. Las pinturas de Ushcugaga se hallan alejadas de sitios residenciales, al igual que de las tumbas, pues es sabido que durante los primeros años de la Colonia, la población enterraba a los muertos en los cerros que eran considerados como sus huancas. El entierro en sitios alejados, como este, respondería al deseo de mantenerlos ocultos o alejados de los extirpadores de idolatrías. 4.- Existen pinturas en el interior de los asentamientos, como en Iglesiamachay y Yurajmachay, que se encuentran en cuevas, la primera en una cueva que se halla en la parte baja de un sitio del Periodo Intermedio Tardío y la segunda en una cueva que tiene ocupaciones entre el Precerámico Tardío e Intermedio Tardío. En Rapayán las pinturas se hallan sobre las piedras que forman parte de los muros de los edificios; edificios que corresponden al Intermedio Tardío (Ibarra 1999: 6-11, Mantha y Malca 2004: 467488). En Huaritambo se hallan asociados a afloramientos cercanos al centro administrativo Inca del mismo nombre. 5.- Pinturas rupestres asociadas a caminos antiguos, como en Gargawain y los petroglifos de Caullumachay, habrían servido como lugares de referencia, para medir distancias o tiempos de caminatas que se hace de un lugar a otro.

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El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

Paucas Uco

Huacchis

11

Rapayán

12

Anra 2

#3 Cajay HUARI

9

8

Huacachi

12 #1 # #4 Masín 7 Pontó Rahuapampa #5 Chaná Huachis

Huántar

San Marcos

Chavín Leyenda Sitios con arte rupestre Distritos SITIOS DE LA PROVINCIA DE HUARI CON ARTE RUPESTRE NOMBRE DEL SITIO

6

1 2

USHCUGAGA

3 4

REPARIN

HUARITAMBO QUELLCAYMACHAY

5

MARCAJIRCA

6

YURAJMACHAY

7

GARGAWAIN

8

CAULLUMACHAY

9

LEONGAGA

10 C0MPLEJO RAPAYAN 11 CHIVAY PAMPA 12 IGLESIA MACHAY

Distrito Cajay Cajay Cajay Cajay Cajay Chavin Rahuapampa Pontó Pontó Rapayán Uco Huacachi

Clase Pinturas Pinturas Pinturas Pinturas Pinturas Pinturas Pinturas Petroglifos Pinturas Pinturas Petroglifos Pinturas

Cronología Tentativa Intermedio Tardío Horizonte Tardío Horizonte Temprano Intermedio Tardío Intermedio Tardío Horizonte Temprano Intermedio Tardío Horizonte Temprano Intermedio Tardío Intermedio Tardío Horizonte Temprano Intermedio Temprano

Figura 1: Distribución de sitios arqueológicos con arte rupestre en la provincia de Huari. 208


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Figura 2: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Ushcugaga (Horizonte Tardío – Colonial), distrito de Cajay.

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El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

Figura 3: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Huaritambo (Horizonte Tardío), distrito de Cajay. 210


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Figura 4: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Reparin (Horizonte Temprano), distrito de Cajay. 211


El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

Figura 5: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Marcajirca (Intermedio Tardío), distritos de Cajay y Masín.

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Figura 6: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Yurajmachay (Horizonte Temprano - Intermedio Tardío), distrito de San Marcos. Tomado de Diessl (2003, figura 13).

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Figura 8: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Caullumachay (Horizonte Temprano), distrito de Pontó. 214


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Figura 9: Diseños de pinturas rupestres de Iglesiamachay (Intermedio Tardío), distrito de Huacachi. 215


El Arte Rupestre en la Provincia de Huari-Ancash

Figura 10. Diseños de una pintura rupestre que se halla sobre una piedra que forma parte del muro de un edificio en el sitio de Rapayán (Intermedio Tardío), distrito de Rapayán. El dibujo fue realizado en base a una foto tomada por Alexis Mantha.

Figura 7: Diseños de pinturas rupestres del sitio de Gargawain, distrito de Rahuapampa. 216


15 GRUPOS ÉTNICOS EN LA PROVINCIA DE HUARI: HUARIS Y PINCOS Bebel Ibarra Asencios

INTRODUCCIÓN En los Andes Centrales, existe desde hace mucho tiempo trabajos que buscan contrastar los estudios arqueológicos con los etnohistóricos. Con el surgimiento de la corriente indigenista se produjo un verdadero cambio de perspectiva en el tratamiento de lo andino. Uno de los principales impulsores fue Valcárcel, quien introduce libremente la información etnográfica, junto con los datos de las crónicas y dándole igual validez que a los datos históricos, los cuales complementó con la información arqueológica (Millones 1980: 5). Otro trabajo que incluye el uso de diversas fuentes es el de Tello (1923), quien destaca las correspondencias entre la mitología de la sierra y la floresta tropical. Posteriormente los trabajos de Zuidema (1989), Duviols (1986) y Murra (2002) muestran nuevos caminos, al usar información etnohistórica, etnográfica, ecológica y arqueológica en sus interpretaciones. Estos trabajos comparativos han consolidado los estudios andinos al margen de las influencias de la arqueología procesual, que se inclina a dar explicaciones y generar leyes (Burger 1989: 37). 217


Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos

Las aproximaciones etnohistóricas a los datos arqueológicos deben ser corroboradas con la evidencia material, puesto que en algunos manuscritos la visión occidental ha hecho caer en errores la recolección de datos sobre las costumbres y rituales de los antiguos pobladores, (Duviols 1974-76: 275). Es remarcable el trabajo de Taylor y Duviols, en el uso de documentos de tipos burocráticos, eclesiásticos, desprendiéndose de alguna manera de las crónicas. Para el caso de la zona de Conchucos los trabajos de León Gómez (1995; 2004), constituyen una fuente importante en el estudio de los grupos étnicos. Ejemplo de esto son los trabajos de Murra en la zona de Huanuco. El empleo de los documentos burocráticos se ha integrado con la información arqueológica, sobre todo para analizar la validez de algunos modelos antropológicos en el estudio de los períodos tardíos de la arqueología (Orsini 2005). Puede considerarse los rituales que realizaban los grupos étnicos enmarcados dentro de tres ejes: practicas funerarias, culto a los ancestros representados en el paisaje (huacas y huancas) y los rituales ligados a la agricultura. Para todo ello los datos etnográficos y la tradición oral aportan buenos referentes sobre dichos ejes, que ayudan a comprender la distribución de los grupos étnicos. En algunos casos fenómenos como los mitmae o el intercambio de productos pueden interferir en el proceso de identificación de estos grupos (Stanish 1989b). El estudio de las prácticas funerarias brinda información sobre las costumbres mortuorias de un determinado grupo, que puede ser contrastada con los datos etnohistóricos, puesto que la evidencia material es más abundante y puede ser analizada (tumbas, restos óseos, ajuares, etc.), mientras que para los rituales, la evidencias de estos merecen un estudio intensivo de los sitios (excavaciones y prospección), que tomen en cuenta la evidencia etnográfica, puesto que algunos aspectos de la vida de los antiguos pobladores no tiene referentes en los datos etnohistóricos (de la región), como es el caso de las danzas que hacen alusión a antiguos rituales y en otros casos corroboran lo que dicen los datos etnohistóricos; un ejemplo son las palabras empleadas en los rituales de «pago a la tierra», que son las mismas que se usaron y fueron registradas por los cronistas quinientos años atrás. 218


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DISTRIBUCIÓN TERRITORIAL DE LAS ETNIAS EN LA REGIÓN DE CONCHUCOS Es sin duda el aporte de la etnohistoria, lo que ha brindado considerable información sobre la distribución y existencia de las etnias que habitaron el antiguo Perú, antes de la conquista española. Muchas de las distribuciones descritas por los cronistas corresponden a cómo el territorio estuvo dividido, incluso durante la conquista inca (Fig. 1).

Los Huari El área geográfica de éste grupo coincide con las actuales provincias de Asunción, Fermin Fizcarrald, Antonio Raimondi y parte de la provincia de Huari. Diversos documentos coloniales indican que en la provincia de Huari ocuparon el territorio hasta el poblado de Pomachaca, así mismo el río Puccha, el cual habría sido el límite natural entre este grupo y sus vecinos denominados Pinco. León Gómez señala que las fuentes son claras al precisar que los Huaris estuvieron divididos en dos mitades o sayas llamadas, Allaucahuari e Ichohuari (Fig. 2). Ichohuari, que significa ala izquierda, habría ocupado las provincias de Asunción, San Luis y Antonio Raimondi. Mientras que Allaucahuari, que significa a la derecha ocupaba una parte de la provincia de Huari, hasta el poblado de Pomachaca. (León 1994: 143-144).

Los Pincos Ocuparon los territorios de los actuales distritos de Huantar, San Marcos, Chavin, Uco, Paucas, Rahuapamapa, Chaná, Pontó, Anra, Huacachi y Huachis. En los expedientes al igual que Huari se encuentra dividido en dos mitades: Ichoc Pincos y Allauca Pincos. 219


Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos

Alguna fuente menciona a Allauca Pincos como Collna Pincos. Collana en runashimi significa principal y probablemente haya tomado ese nombre porque en esa saya se hallaba la Pachaca más importante y era el lugar donde residía el curaca principal del grupo étnico (León 1994: 144). Ichoc Pincos, se encuentra en la parte izquierda, y corresponde a los distritos de Huacachi, Rahuapampa, Ponto, Chaná, Huachis, Anra, Uco, Paucas, Rapayán y Huacchis (Fig. 3). Allauca Pincos, se encuentra en la parte derecha, y corresponde a los distritos de Huántar, San Marcos y Chavín de Huántar (León 2004: 459).

Los Conchucos El curacazgo o señorío étnico de Conchucos tuvo por territorio las actuales provincias de Corongo y Pallasca en la sierra del departamento de Ancash. Como todas las etnias septentrionales del Tawantinsuyu, estuvo estructurada en huarancas y pachacas, cuyos pobladores vivieron en pequeñas llactas (o pueblos), teniendo el más numeroso a mediados del siglo XVI ciento cincuenta tributarios y el más pequeño cuatro. Sus ruinas todavía existen, aunque algunas de ellas continúan habitadas, como por ejemplo Corongo, Cabana, Tauca, Llapa, y Cusca. En general, el curacazgo de Conchuco se extendió por lo que hoy son las jurisdicciones distritales de Aco, Bambas, Corongo, Cusca, la Pampa, Yanac, Yupán, Bolognesi, Cabana, Conchucos, Huacascaschuque, Huandoval, Lacabamba, Llapo, Pallasca, Pampas, Santa Rosa y Tauca, algunos de ellos de ecología yunga, tales como Pallasca, Huandoval, Cabana, Tauca, Llapo y los caseríos de Chaquilpón y Ancas. De estas antiguas llactas, todavía siguen habitadas varias de ellas, tales como Tauca, Corongo, Cusca y Cabana. Según Cristóbal de Albornoz, el nombre verdadero de Tauca es Taucapan; y fuera de los setenta y siete pueblos citados 220


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por Cristóbal Ponce de León, Albornoz menciona a Caycachis, Guachichilla y Maray. En Conchucos, además, había un tambo al que Guamán Poma de Ayala le da el nombre de «real», lo que indica que era de gran importancia en la ruta caminera de la sierra chinchaysuyana (Espinoza 1964: 9-13). Si tenemos en cuenta que la etnia Conchuco abrazó lo que actualmente son las provincias de Pallasca y Corongo, al norte del departamento peruano de Ancash, se concluye de que tuvo aproximadamente 3307,43 km2 de superficie. Hasta la década de 1870, a la de Pallasca, de cuando en cuando todavía se la llamaba «provincia de Conchucos», lo que a veces arrastraba consigo ciertas confusiones. Pero en la década de 1890 desapareció completamente el tan antiguo y mentado nombre de Conchucos, el que ha quedado relegado a un miserable y triste caserío que tiene el rango de villa, ahora casi ha deshabitado debido a la emigración de sus habitantes a Chimbote y a Lima en busca de mejores niveles de consumo.

Los Siguas y Los Piscobamba Según León Gomez (2004: 459), estos grupos existieron en la región de Conchucos. Los siguas ocuparon los territorios de la actual provincia de Sihuas, mientras que los Piscobamba los territorios de las provincias de Mariscal Luzuriaga y de Pomabamba.

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Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos

Conclusiones Podemos que durante los años de la ocupación Inka y los primero años de la colonia, la zona de Conchucos, no solo comprendía un solo grupo étnico –los conchucos- sino que existieron otros más, en la actualidad se llama región de los conchcuos por el uso contante a través del tiempo de este nombre. Es interesante que esta región se hizo conocida como de «los conchucos» debido que al momento de marchar las tropas de Francisco Pizarrro que estaban al mando de su hermano Hernando Pizarro, desde Cajamarca al Cuzco, luego de asesinar a Atahualpa, entraron por el lado norte de de la sierra de Ancash, territorio de «los Conchcuos», y es así que decidieron llamara a toda esta parte con este nombre.

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Figura 1. Mapa de los grupos étnicos elaborado por Ibarra en base a León Gómez, 1995; y Rowe, 1963. 223


Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos

Figura 2. Mapa de los grupos étnicos en el valle del Puccha elaborado por Ibarra.

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Figura 3. División de los grupos étnicos en Icho y Allauca en el valle del Puccha.

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Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos

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16 APU LLAMOQ Y SU PRESENCIA EN LA REGIÓN DE CONCHUCOS

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INTRODUCCIÓN Siempre se ha tenido a la vista, desde los inicios de la ciudad de Huari, el imponente Llamoq, el apu de la provincia, el apu de los huarinos; también se le puede denominar la huanca, el awilu, la jirca; pero este juego semántico, no cambia el significado que tiene para los huarinos, del «apu del pueblo», el protector. Los apus constituyen los ancestros, que tienen cierto carácter divino y que se representan de muchas maneras, como por ejemplo: cerros y lagunas. Un ancestro que en la antigüedad tuvo la misión de fundar el pueblo de Huari (no se hace referencia al actual Huari), proteger al pueblo, proteger las cosechas y que ahora se muestra en el paisaje en forma de un cerro, algo muy común en los andes peruanos.

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El Apu Llamoq y su presencia en la región de Conchucos

LAS REFERENCIAS HISTÓRICAS Revisando documentos escritos correspondientes a los tiempos de la Colonia, se halló la siguiente referencia: Rodríguez Príncipe, quien vivió entre 1578 y 1638, menciona la existencia de una huaca, también llamada Llamoq, en el pueblo de Marca en el Callejón de Huaylas. Al respecto señala: «... a un cuarto de legua desta población muy antigua donde en un adoratorio rodeado de cantería y en medio hecho un caracol estaba su respetada y principal Huanca llamada Llamoq que era una piedra al modo de una calavera tan pesada como fiera que mirarla ponia horror estaba rodeada de muchos sacrificios adorábanla con airjuas y trompetas estos llactas y era huaca e la madre del cacique y los deste ayllo dijeron proceder de esta huaca….». En la Relación de los Primeros Religiosos Agustinos que data de 1560, se menciona que en Huamachuco se veneraban a piedras redondas o munigundo, a las peñas muy grandes a las que se les denominaba Yamaguaca y Yamoguanca. En la zona de Huachis, en la zona denominada Jatoviejo, los pobladores tienen miedo de subir a un cerro al cual llaman falso Llamoq, (también lo conocen como Winaj); porque: «cuando uno sube a él, se aparece en el Llamoq de Cajay». Los ancestros también pueden haber sido conquistadores, que llegaron de otros lados y se establecieron en un lugar. Es por eso que la representación de una huanca conquistadora, que irrumpió en la zona de Conchucos proveniente del Callejón de Huaylas o viceversa podría explicar del por qué existen varios Llamoq en la sierra de Ancash. Otro dato sobre las huancas – cerros, es el que señala Cristóbal del Albornoz en 1584, quien se refiere: «Existe Anco-vilca, la huaca principal de los indios de Huanuco y Pincos, la cual es una piedra 228


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que está en un cerro pequeño junto al pueblo de Pincos». Este pueblo de Pincos se halla cerca de Huachis. En la actualidad Ango, es el nombre del único nevado fuera de la Cordillera Blanca, al cual los huachisinos llaman «Apu Ango».

LLAMOQ Y LOS DATOS ARQUEOLÓGICOS Quienes han subido alguna vez a Llamoq, pueden haber notado que el cerro constituye un sitio arqueológico, rodeado por una serie de muros, que ascienden de manera concéntrica, para luego terminar en una plataforma circular, sobre la que actualmente se halla una cruz (Fig. 1). Debe aclararse que Llamoq tiene dos cimas, dos cruces, una de ellas es la que se ve desde Huari, y en donde a mediados del 2008 los pobladores colocaron una nueva cruz y detrás de ésta se halla la otra cima, que no es visible desde Huari, y es a la cual se refiere el presente texto (Fig. 2). Casos similares se repiten en muchos de los sitios arqueológicos que ahora presentan cruces, como por ejemplo: - La cruz de Chullin, se halla sobre un sitio arqueológico (Ampas). - La cruz de Gantujirca (se halla sobre un inmenso sitio arqueológico con muros que superan los 8 metros de altura) se localiza en Yacya. - La Cruz de Winaj en Huachis, este sitio presenta las mismas características que Llamoq: presenta una serie de muros que rodean al cerro, culminando en una plataforma, sobre la cual se encuentra la cruz. En fin, existen cruces y huancas a lo largo del territorio de Huari.

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El Apu Llamoq y su presencia en la región de Conchucos

COROLARIO La presencia de numerosas cruces obedece al hecho que durante el periodo de la conquista los antiguos peruanos, tuvieron que cambiar sus creencias, obligados por el poder católico de aquel entonces. Pero sucedió que muchos de los pueblos que tenían sus ancestros en los cerros, en los lugares arqueológicos, decidieron colocar las cruces cristianas en estos lugares para no separarse de sus ancestros, lo que generó que los extirpadores de idolatrías, aquellos mandados por la Santa Inquisición, vieran que dichas cruces cristianas eran objeto de culto; surgiendo así una simbiosis entre lo antiguo y lo moderno (europeo), que perdura hasta la actualidad, lo que se refleja en el hecho de que muchas festividades católicas, fueron «enmarcadas» por la Iglesia dentro del calendario antiguo para su continuidad en el tiempo.

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Figura 1. Vista panorámica de la Cruz de Llamoc.

Figura 2. Vista de una de las estructuras que rodea el sitio de Llamoc. 231


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17 ACOPALCA Y YACYA: ORIGEN DE DOS COMUNIDADES HUARINAS

Sofia Venturoli

Yayarunas: Yacya y su pasado Yacya, o Llaquia como indican los documentos coloniales, se presenta con una clara identidad política desde la llegada de los españoles. En la visita de Toribio de Mongrovejo, el pueblo de Yacya se califica junto a otros en la lista de los asentamientos de la «Doctrina de Sancto Domingo de Guari»: «Tiene por anexo esta doctrina un pueblo que llaman San Joan de Yacya que esta a una legua del dicho pueblo de Sancto Domingo, el cual visitó su Señoria y hallo haber en el conforme a la relación que hicieran los indios del dicho pueblo, ciento y nueve indios tributarios y cuarenta y seis reservados y trescientos y seis de confissión, y animas cuatrocientas y setenta y una, todo lo cual constó por relación de los indios» (Mongrovejo [1593] 1920: 410).

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Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas

Ya en el año 1593, encontramos en Yacya una cofradía probablemente dedicada a San Juan, todavía patrón del pueblo, constituida por setenta personas. De hecho, Yacya existe, desde ese entonces, como pueblo con su identidad política y religiosa: en un documento del 1566 se nombra como pachaca1 independiente con su curaca: «Cristóbal Chipi de la pachaca de Yaquya» (ADH 526 - prot - caja 2 doc. 2 reg. 9). Desde los datos de la visita de 1593 nos damos cuenta que al pueblo le pertenece también un obraje, de propiedad de los mismos pobladores. En Yacya, el manejo y la explotación de la tierra y de los productos artesanales se queda adentro del grupo, logrando, mediante la comprensión y el bueno utilizo de instrumentos legales españoles, obtener la independencia de Huari, lo que significa obtener la independencia del poder español. «Hay una legua deste pueblo unos tornos y obrajes que es de Joan Guamán-guanca, indio principal de dicho pueblo, en el cual hay y tiene de provisión ochenta indios, los sesenta dellos de provisión son mochachos y los veinte tributarios; y de presente no tiene ni le dan más de cuatro indios tributarios y seis mochachos. Tiene este obraje seis tornos y diez telares, está poblado en un sitio muy agradable y bueno (Mongrovejo [1593] 1920: 411). Yacya, de toda manera, también es fruto de una reducción de la época toledana. Considerando que el sitio prehispánico existe todavía, y que es un lugar de peregrinajes muy presente en la cosmovisión del pueblo hasta hoy en día, podemos darnos cuenta de donde venían y tal vez cuantas eran2 las personas que formaron la reducción. El lugar del asentamiento prehispánico se encuentra de hecho a una hora hacia la puna desde la plaza de la comunidad actual, que al tener las ruinas de la iglesia del siglo XVI, debe seguramente constituir la ubicación original de la reducción. Por lo tanto los habitantes de Yacya, contrariamente a los de Huari, fueron reducidos en una suerte de balcón ubicado precisamente debajo del pueblo prehispánico. Esto y la falta de vías de comunicaciones modernas entre Yacya y el centro socio-político del área, Huari, 234


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hace que la comunidad haya podido mantener, más que otros pueblos del área, sus estructuras sociales y religiosas, sobretodo con respecto a su vínculo con el territorio y a los lugares sagrados. A pesar de esto, el vínculo ideológico con Huari es aún muy fuerte y es posible encontrar huellas de este lazo en el mito de fundación de Yacya que se presenta como especular al de Huari. «Esto ha sido en tiempo de abuelos, entonces Maria Jiray con el Juan Huarín eran pareja habían hecho un acuerdo diciendo vamos a levantar una iglesia el primer que termina va a ser cabecera, entonces la Maria Jiray tremenda iglesia ha construido, esa que se ve, en cambio Juan Huarín una iglesia chiquita había construido, no esa que se ve (en Huari), la antigua, ahora la han modernizado. Entonces en esa época no existían cristianos solamente pajaritos y ellos eran humanos. Entonces la Maria Jiray como era poderosa sus ollitas eran chiquititas chiquititas, la servia a los peones y la aumentaba la comida. Entonces de Huari su esposo sube, y ve la gente cantidad de peones levantando a la iglesia, entonces su esposo le dice ‘porqué cocinaste tan poquito para cantidad de gente esta comida no va a alcanzar’ ‘ si me va alcanzar’ y el hombre terco, terco no le creía. Llegaron pelear, entonces después de terminar la comida, Maria Jiray dejo el esposo ‘contigo no nos comprendemos’ y se fue y atrás le fue su esposo y la siguió, siguió, hasta la punta hasta la media vuelta, hasta La laguna Chonta. Entonces dice pe ‘Maria Maria esperame’, nada, Maria no le hizo caso. Entonces subió subió, agarró su caballo del Juan Huarín y el nada le alcanzó. Pasó por Tocoshpataq, Hatungosh, Shumacpamapa, Wawarumi, Allayaqru, Negrotiashpamapa, Ishqyiagrish, Hatuniagrish, Cunrurioq, Pinlluyana allí hay una cueva y aparece una virgen, yo si encontré cuando estaba chiquita – Yanacocha, Cuchinincanto, Shashayacu, Atúnpunqu, Ichicpunqu, Ichicchonta, Hatúnchonta. Llegó a una laguna chiquitita no más, cuando ya estaba para acercarse el Juan Huarín la laguna se levantó, allí se metió la Maria Jiray, ya no pude alcanzarla su esposo, y el esposo regresó llorando. Cuando se volteó estaba lavando ya en un lavatorio todo blanco. En Cochinincanto, en la subidita a la 235


Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas

laguna, allí cuando se subió casi se desmayó, cuando regresó allí también hay laguna en temporada de lluvia. Allí había dicho Maria porqué no me deja hablar, allí no más espérame para hablar unas cuantas palabras, pero no lo dejaba, se regresó y se metió otra vez y afuera lo ha dejado, no la podía agarrar. Las hijas están enterradas adentro de la iglesia, y esas las había enterradas para que no caiga la iglesia, las hijas de Maria Jiray, dos mujeres» (Maria e Rosalina, Yacya 2005). En el mito de fundación la construcción de la iglesia aparece el empuje inicial para la fundación del pueblo. En el imaginario de los pueblos del área la iglesia representa no sólo el centro focal de la vida religiosa, sino parece simbolizar la comunidad misma, en esa se inscribe su identidad y su nacimiento. Además, de la iglesia depende el futuro de Yacya: a través de la construcción de esta el pueblo asume su papel dentro de la escala jerárquica de los asentamientos de la provincia. Yacya pierde la apuesta y se queda como anexo de Huari. Al mismo tiempo, a nivel interno auto-referencial para la gente de Yacya, es muy importante no es solo la fundación de la iglesia, sino también la subida de María Jiray a la puna, una suerte de peregrinaje a los lugares sagrados hasta el más poderoso: la laguna Chonta. Recurriendo esos sitios María Jiray define los confines del territorio hacia la Cordillera Blanca y sella el pacto con los lugares sagrados fuente de prosperidad y de tranquilidad para toda la comunidad. La fundación de la iglesia marca la entrada de Yacya en la política colonial y su acercamiento al catolicismo, la subida a la puna de María Jiray sella la autodefinición de Yacya como comunidad inextricablemente relacionada a su territorio, con su identidad autóctona orgullosamente ostentada también en la construcción de la memoria y en el manejo del pasado. La adaptación de la memoria para la construcción de una identidad se manifiesta no solo en el mito de fundación sino en las narraciones sobre los antepasados los cuales han dado el nombre al pueblo. El termino Yacya procede supuestamente de los Yayarunas, «los antiguos que 236


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usaban el pelo hasta acá, largo, y su barba también, su pantalón también así cuadradito, puro llanqui (sandalias de cuero de vaca), calchi le decían a los pantalones, de lana no más utilizaban. Pero eran genios, a Huari también los hacían corretear, han sido guerreros los Yayas» (Don Pascual Yacya 2005). Los datos etnohistóricos avalan la existencia de Juan Huarín como cacique de Huari. De hecho en el manuscrito en que se halla el Titulo de la Tierra de Yacya, Juan Huarín firma como cacique de Huari en 1622 al lado del cacique de Yacya Antonio Antahuanca. Solo dos años antes visitador Hernández Principe indicaba e su informe de visita un «ministro de idolatría» de nombre Juan Huarin Hananpa (Hernández Principe [1620] 1923: 29). Las autoridades de la Comunidad de Yacya se pasan desde hace unos 400 años de mano en mano un manuscrito original fechado 16233, de 28 hojas bien conservadas, en las cuales se atestan los límites de la tierra de Yacya. El manuscrito, el Titulo de la Tierra, presenta el camino hecho por las autoridades para medir la tierra y definir los mojones. Los pueblos nombrados y sus autoridades son identificados en sus santos patronos, que además son definidos «padres patrones» de la tierra, entre los cuales se forma un jerarquía así como tenía que existir entre los pueblos. Por esto se dice que «el señor S. Juan Bautista – patrón de Yacya – representa la gracia del señor Sancto Domingo señor de la capital Huari» (Titulo De la Tierra de Yacya: 6). Más adelante encontramos también mención a la Virgen de la Natividad, que junto con San Juan es lapatrona del pueblo. Los dos patronos son indicados como «padres» de los «indios herederos de la tierra» y dueños de la misma: «con fecha de hoy queda entregado las tierras posiadas al padre y facultad del Señor Juan Bautista patrón, i nuestra señora Natividad patrona del mencionado pueblo, como también a sus manos de sus herederos para que gocen» (ibidem: 13); y de nuevo casi a la fin del título: «queda entregado esta sagrada posión al señor patrón San Juan Bautista i nuestra señora Natividad, patrona de este mencionado pueblo» (ibidem: 14). Tanto son dominantes las figuras de los 237


Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas

patronos – el santo y la virgen – que no sólo se identifican con el mismo pueblo yendo a firmar las actas y encontrándose con los santos patronos de los otros pueblos4, siendo dueños de las tierras, sino se denuncian como patrones de los mismos indios. Así leemos al folio 14 de la trascripción: «y los indios, indias servirá de yanacono al patrón i a la patrona hasta el fin del mundo, adornando la Iglesia y los ornamentos que falta sin que no se descuiden de sus obligaciones i amejorando el torre y campanas». Además se delibera que los terrenos de Pariaucro sean regalados a «la señora patrona Natividad i con sus productos de sus terrenos, mejorara la iglesia se tendrá con todos los indios como su yanacono» (ibidem: 15). De hecho también en los informes de las visitas, ya desde los finales del siglo XVI, se notificaban cofradías en honor de la Virgen de la Natividad en Yacya. El camino para la designación de los linderos comienza en la quebrada, en Pomachaca, un pueblo que hasta hoy en día se encuentra adentro de los territorios de Yacya, en el punto de encuentro de lo ríos Huari y Mosna. El nombramiento de los mojones y la titulación de las tierras siguen casi por toda la extensión del manuscrito. Aproximadamente muchos de los topónimos se mantienen invariados hasta hoy en día, además algunos de ellos siguen siendo lugares sagrados, o de importancia particular para la comunidad. Yacya se presenta ya desde la composición de este manuscrito como una comunidad que pone muy en relieve la cuestión de la tierra y sobretodo que sigue con una línea muy dura para lo que concierne los limites de sus propiedades. Con respecto a Acopalca, donde después de la Reforma Agraria se añaden terrenos expropiados a los latifundistas de Huari, en Yacya en cambio se establecen los confines y las propiedades ya en el siglo XVII y de allá la defensa de los territorios sigue vigente, tanto que la reforma agraria del siglo XX no introduce grandes cambios5.

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Acopalca de Obraje a Comunidad Desde el año 1562 fecha de su fundación, la comunidad de Acopalca se conoce también con el nombre de obraje. Desde época colonial, este obraje es un centro de producción de cerámica y de textiles, gracias a la presencia de considerables cantidades de ganado y de arcilla apta a la elaboración de ollas. La fundación española del pueblo se basó en la construcción de un obraje, por lo tanto, desde ese momento hasta hoy en día, la identidad del pueblo de Acopalca se ha mantenido sobrepuesta a la del obraje ollero. De hecho la olla se encuentra en la bandera que el último consejo de la comunidad ha hecho confeccionar poniendo «todos los símbolos identificadores de la comunidad de Acopalca y de su gente». El logotipo de la bandera representa una grande olla – uno de esos cantaros altos por lo menos un metro y medio que se fabrican para la producción y la fermentación de la chicha – dentro la cual se encuentran la caja y el pinkullu, instrumentos de los cajeros, los bosques de eucaliptos y la laguna con las truchas. A pesar de su identidad expresada desde los orígenes por la existencia de un obraje, Acopalca es una Comunidad Campesina reconocida por las leyes agrarias de los años setenta, que tiene un título de la tierra que remonta al 17716. Un documento, conservado por el consejo de la comunidad, fechado 1932, presenta una trascripción de un manuscrito del 1771 donde se señalan los linderos de las propiedades comunales, pidiendo el reconocimiento de esos confines sobre unos terrenos que los comuneros «han estado poseyendo desde tiempos inmemorial» (Título de la Tierra de Acopalca, folio 8 v.). Hoy no existe lo que fue probablemente el primero título de la tierra, el cual, se dice en este manuscrito, se ha «corrompido con el aguacero» (ibidem); un primer título que debía ser precedente a aquello del 1771 que está trascrito en el documento del 1932. Por lo tanto en ese ‘segundo’ título se mandan a medir de nuevo las tierras y a nombrar los mojones «de colindancia» para restablecer los confines. Aunque no es el primer título, ese documento sella la existencia de Acopalca como comunidad 239


Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas

campesina mediante la propiedad sobre sus tierras. En el título del siglo XVIII, Acopalca se nombra como obraje de Huari y parece no tener su propio «cacique», sino pertenecer a la jurisdicción de Huari. De hecho, en el manuscrito se nombra «don Calisto Guancachaico Cacique i Gobernador del repartimiento del Santo Domingo de Allaucaguari, provincia de Conchucos» (ibidem). El manuscrito de 1771, copiado en el documento de 1932, atestigua la propiedad de la tierra a la comunidad de Acopalca y certifica el derecho de explotación de la misma para todos los que están nombrados en el «Título» y sus herederos. En el documento, el cacique de ese entonces, Don Andrés León Guaicachaico, y el patrón del obraje Miguel de Briceño, «razón y padrón de la gente de S. Bartolomé de Acopalca comunidad de los cuatros pueblos que son de Chavín, Huantar, Yaqya y Huari» (ibidem), nombran, en el año 1738, a todos los comuneros: «treinta y cinco indios originarios y tributarios de la comunidad, catorce indios entrantes con derecho sobre la tierra pues pertenecientes y trabajantes en el obraje, diez viudas y sesenta y dos cholos y cholas de menor edad» (ibidem folio 10r.). En este punto del documento se comienzan a definir los linderos mediante un camino que se realiza a lo largo de los confines de las tierras acopalquinas, nombrando los lugares que van a ser mojones. El documento sigue delineando y nombrando todos los mojones que todavía indican lugares específicos y significativos para la comunidad, estableciendo el derecho sobre la tierra para todos los comuneros, dividida en partes iguales y concedida en usufructo a las familias con la prohibición de venderla y donarla, porque la propiedad se queda en la figura de su majestad. «Así están como las que se le señala por reparticiones, las gocen i posean por si sus heredes i sucesores presentes i por venir [...] repartiéndolas igualmente [...] i por tener derecho todos los dichos indios, con la condición de que no las puedan vender, donar, traspasar, ceder, ni posponer en partes ni en todo de ellas, censo ni porción alguna por quedar el derecho de la propiedad a su Majestad» (Título de la tierra de Acopalca folio 15 v.). 240


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El hecho que Acopalca haya sido un obraje, y que hasta pocos años atrás desarrollaba intercambios de productos – cerámica con bienes alimenticios – hasta las definidas «tierras bajas»7 para adquirir productos externos a su capacidad agrícola, ha un poco favorecido la apertura hacia el exterior de la comunidad. Sin embargo los cambios que en estos años se están produciendo, muy velozmente con respecto a la lentitud de los siglos anteriores, se deben atribuir a las influencias resultantes de Huari, donde en los últimos cinco años se han registrados considerables mutaciones sobretodo debidas a las nuevas formas de comunicación. Hasta hoy en día, la gente de Acopalca sigue siendo llamada shashal pupu, ombligo de shashal8 es decir ombligo negro, siendo la shashal una piedra utilizada en la producción de cerámica, que junto con la producción de textiles era la actividad principal del obraje de Acopalca. Acopalca, desde la primera época colonial, ha sido considerado «un obraje» más que un pueblo. A lo largo de la disertación veremos que hasta nuestros días esta diferencia resulta elemento focal de una disímil consideración hacia esta comunidad, con respecto a la visión que la gente del lugar tiene hacia Yacya, no solo bajo el aspecto económico sino también para lo que concierne el ámbito cultural y social. Esta diferencia resulta relevante y más comprensible mediante un estudio de los datos etnohistóricos que ratifican y sobretodo explican la condición moderna de la comunidad de Acopalca. Así relata Toribio de Mongrovejo sobre Acopalca: «hay a media legua deste pueblo (Huari) un obraje en el cual se ocupa la gente de los pueblos siguientes» (Mongrovejo de T. [1593] 1920: 409). La gente trabajante en Acoplaca provenía desde casi todos los pueblos de los alrededores Chavín, Huantar, Yacya, Llamellin, San Luis y la misma Huari, «son por todos trecientos y setenta y cinco personas las que hay en el dicho obraje, en el cual hay noventa tornos y trece telares» (Mongrovejo de T. [1593] 1920: 410).

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Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas

La historia de Acopalca está netamente vinculada con la del obraje, aunque en Yacya también hubo un obraje así como en muchos otros pueblos del Callejón de Conchucos, nunca la identificación entre pueblo y obraje ha sido tan fuerte como para Acopalca. De hecho Conchucos desde época muy temprana se constituye como lugar de obrajes de cerámica y de manifactura textil, deviniendo un importante centro de producción. Es interesante notar cómo en la visita de Santo Toribio no se cite el nombre Acopalca sino se utilice siempre el término «obraje» para referirse a esa comunidad. Así que desde la creación nos damos cuenta cómo la identidad del pueblo se concrete con base a la existencia de un obraje, «el obraje cerca de Huari». Quizás por esta razón también el vínculo con Huari se delinea, desde temprano, mucho más estrecho que en Yacya. Hasta la reforma agraria de los ’70 la mayoría de las tierras de Acopalca han sido de hecho propiedad de familias huarinas. Hasta hoy en día, los comuneros hablan sobre la poca importancia de la agricultura en Acopalca y la gente de Huari comenta la falta de capacidad de los comuneros acopalquinos hacia la agricultura, porque hasta diez/quince años atrás ellos, mas que todo, vivían cambiando su producción cerámica con productos alimenticios. La relación con Huari se precisa por una mayor dependencia de Huari ya sea real o simbólica. Si en Yacya se sienten parte de la comunidad definida por la tierra de la cual son propietarios y que explotan desde el siglo XVI, en Acopalca desde la misma época han trabajado por dueños huarinos sea como gente del obraje sea como campesinos, no obstante el Titulo de la Tiuerra remonte al siglo XVIII (confronta cap. IV). Por lo tanto la distinción con Huari se establece también bajo un reconocimiento de superioridad social de la gente originaria de la cabecera municipal, que en las palabras de los acopalquinos se vuelve una superioridad étnica. De manera ambigua y contrapuesta, los acopalquinos se definen «indios» en contraposición a los «mestizos» o «españoles» de Huari, por un lado con orgullo y por otro lado con un sentimiento de inferioridad9. 242


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En Acopalca – como en Huari y en Yacya – el mito de fundación se confunde con la historia y a menudo, en las palabras de los narradores, la época en que fue constituido el obraje deviene la época del mito. El origen de Acopalca se refleja, como el de Yacya, en aquel mito colectivo de Huari y las tres comunidades – considerando también Cajay. En este caso la heroína es María Rupay (rupay significa calor del sol, sol), la cual en algunas versiones asume el rol de dueña del obraje y que se encuentra a apostar con los demás hermanos. Al final del mito también la heroína de Acopalca se mete a la laguna de Purhuay, aunque se dice que ya no se encuentre por allá sino que se haya movido hacia una laguna más lejana en la puna, una laguna no mansita por la frecuentación humana, una laguna todavía «chucara» es decir salvaje10. En Acopalca, sin embargo, existe un mito de origen a través del cual se explica no sólo la fundación del pueblo, sino la procedencia de los primeros habitantes del área. Origen que, así como el camino de Maria Jiray a la puna, resulta ‘inscrita’ en algunos elementos del territorio hasta hoy en día considerados sagrados y poderosos. «Según la creencia habían dos lagunas Purhuay y la laguna de Reparin de allí surgieron los Huarirunas hombres grandes. En las dos lagunas habitaban dos deas que mandaban las dos poblaciones originarias que estaban en Ñaupa Marca y en Marcajirca11, sobre dos cerros que se miran y de donde se hablaban, también ahora siguen hablándose de un cerro a otro los awilitos. Cuando los españoles llegaron engañaron la gente porqué en lugar de las dos divinidades originarias pusieron la Virgen de la Consolación12, para consolarlos de la perdida de las dos deas. Estos hombres tenían pelo hasta acá, pantalón calchi de bayeta, verdaderamente indios, la gente ha nacido acá en este mismo lugar. Los huanca guerreros eran mandados por la gente de Marcajirca, allá por la punta se paraba el de Marcajirca, allí no era ciudad no vivía la gente allí, allí lo que había era el lugar estratégico para declarar guerra y hacer defensa. El lugar primordial era esta comunidad de Acopalca, 243


Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas

Pueblo Viejo y Cashapayan13 los dos se comunicaban, en dos cerros, allí habitaban los hombres antiguos y cuando había guerra los huanca salían a combatir guerra contra los chavinenses, contra otras culturas, los huanca guerreros eran de Acopalca de esta zona, y de Yacya. En Acopalca las personas son bien distinguidas igual lo de Yacya, son indios, legítimos indios. Ellos como eran obraje hacían ollas y no sembraban nada, estas ollas las llevaban a otras comunidades donde había cantidad de sembrío y hacían cambio, trueque, hacíamos llegar con 7, 8, 9, 10 burros con ollas cargadas cantidad de trigo, papas traían sin trabajar era un tipo de adquirir. Y cuando empiezan así a sembrar por los anos 70, después de la reforma. Cuando hemos olvidado hacer ollas se perdió el obraje.» (Amancio, Acopalca 2004). La narración abarca cuestiones muy ínsitas en el pueblo y compartidas por la comunidad. En ese contexto definirse «indios» asume un valor positivo y ser originario de la comunidad expresa una suerte de orgullo dependiente de la procedencia: «los hombres grandes» que poblaban esta tierra. El concepto de ser «indios» a este nivel se relaciona con la reconstrucción del propio pasado y la necesidad de encontrar una definición y una identificación dentro de las categorías predefinidas por otros, intentando dar a estas clases su connotación originaria despojándola de las connotaciones socio-económicas coloniales. Cuando, en cambio, la contraposición entre ‘indios y mestizos’ se desarrolla a nivel contingente, esa trae consigo un juicio negativo (veremos más en específico que cosa significa, porqué y hacia quien se produce el juicio, en los capítulos siguientes). El vínculo con las lagunas como lugares de origen, expresado por el cuento, ofrece otras motivaciones de complacimiento y de orgullo en el acopalquino que se considera descendiente de estos antiguos pobladores. Puruhuay y Reparin son lugares pródigos de riquezas para el hombre que mantiene correctamente la relación de reciprocidad con su territorio, desde las lagunas pueden salir animales increíblemente fértiles o semillas sorprendentemente 244


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fuertes, sin embargo las mismas lagunas pueden castigar a los que evitan o descuidan tal relación. Explicitar un lazo de ese tipo en el cuento de origen, apreciando el haber salido de Puruhuay y Repárin, significa producir un juicio positivo hacia todos los que descienden de esos primeros pobladores. El pasado de Acopalca y la manera de manejarlo por parte de sus habitantes asumen aspectos y valencias diferentes según el contexto. El haber sido un obraje desde la primera época colonial ha provocado una suerte de racismo hacia los acopalquinos, la definición «indios del obraje» suena, y sonaba, en muchos contextos como despreciativa aludiendo a obreros humildes sin instrucción; como reacción ellos quieren y han querido que ese pasado sea olvidado. Por otro lado el «indio del obraje» se siente valorizado por su origen cuando éste se relaciona a los antiguos pobladores del mito, y también la manera de vivir del obraje – «sin trabajar» se dice en el cuento – pasa a ser un modo para distinguirse de las otras comunidades habitadas sólo por campesinos. (Notas) 1

En los documentos coloniales del área se utiliza el termino pachaca para indicar un núcleo de cien familias, lo cual parece ser la versión ancashina de ayllu, pero no tenemos confirmaciones en la época moderna, pues hoy en día se utiliza el termino ayllu. (Véase también León Gómez 1994). Lo que no es claro, en los documentos revisados en los cuales aparece el termino, si con el termino pachaca se indicase el mismo pueblo o una parte de eso (grupos – parentales – adentro del mismo pueblo), aunque por supuesto el uso que han hecho los españoles no necesariamente presupone una perfecta comprensión del concepto indígena, sin embargo a veces parecen usarlo como sinónimo de pueblo otras veces para una parte solo de eso (ADH 385 - prot - caja 2 doc. 2 reg. 4; ADH 394 - prot - caja 2 doc. 2 reg. 5; ADH 526 - prot - caja 2 doc. 2 reg. 9; y otros).

2

Esperamos los resultados de los recorridos y de los trabajos arqueológicos para esbozar unos números sobre la cantidad de presencia humana en el sitio de Yacya. 3

Agradezco a la Comunidad de Yacya para haberme dado la posibilidad de leer y utilizar el manuscrito, además agradezco a el Presidente del Consejo para haber puesto una conclusión positiva a mi búsqueda del documento cuando, después de varias pesquisas, lo encontré en el medio de la puna a lo largo del camino a la laguna Chonta, y me dio el permiso de llegar a su casa para fotografiar el manuscrito. 245


Acopalca y Yacya: El origen de dos comunidades huarinas 4 5

Confronta capítulo V, sobre la personificación del pueblo en sus santos patronos. Junto con el manuscrito y otros pliegos importantes que resumen la ‘biografía

’ de la comunidad, se encuentra también un documento de 1982 en el cual la Subprefectura de Huari trascribe todo el manuscrito original para resolver una causa de terrenos entre Yacya y algunos vecinos. 6

Agradezco a la comunidad de Acopalca y a su Consejo que me permitió leer y utilizar el documento que el Consejo de la Comunidad guarda celosamente desde hace siglos. Agradezco Amancio Santiago para haberme proporcionado una copia de tal documento. 7 Los pueblos más tocados por este tipo di trueque se encuentran hoy en dia en la provincia de Huari, se trata más que todo de Rahuapampa, Masin, Rapayan, Uco, a veces hasta deslindar en la provincia de Huanuco. 8 La plombagina, la piedra llamada shashal que en quechua significa «frio-frio», deja manchas negras sobre la piel y sobre cualquier cosa toque, se parece mucho a la pizarra, y se utiliza hasta hoy en día como desgrasante en la fabricación de cerámica en toda el área de Conchucos. Para una disertación completa sobre los materiales y las producciones actuales véase Druc C. I. 2005. 9

En el capitulo siguiente, veremos en detalles estas definiciones y lo que comportan en la relaciones socio-cultural de los tres pueblos.

10

Confronta el Capitulo V sobre este tema.

11

Ñaupa Marca y Marcajirca son lugares de ruinas prehispánicas.

12

Hoy Virgen patrona de Acopalca.

13

Pueblo Viejo y Cashapayan son lugares de ruinas prehispánicas.

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pages 63-76

Lucia Borba Harumi

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pages 37-52

Lucia Borba Harumi

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pages 21-36

El Apu Llamoq y su presencia en la región de Conchucos

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Grupos Étnicos en la provincia del Huari: Huaris y Pincos

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El Arte Rupestre en la provincia de Huari, Ancash

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Rapayán y las ocupaciones prehispánicas en el Alto Maranón Huarino.

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Ñawpamarca de Huamantanga: Un asentamiento tardío al este de la laguna de Purhuay

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Puka Ranra de Acopalca: Un sitio arqueológico tardío

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Excavaciones de la Misión Arqueológica y Antropológica Italiana Proyecto «Antonio Raimondi» en el ecosistema de la laguna de Puruhuay: Ishla Ranra y Llamacorral

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Ushnu Cruz: Un Centro Administrativo-Ceremonial Inka en

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Arquitectura y Función de Ñawpamarca de Huachis Cristián Vizconde García, Nilton Ríos Palomino y

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La Cultura Recuay en Huari: Las Tumbas de Ushnujirca en Pachachaca (200 – 600 d.C.) Bebel Ibarra Asencios, Ricardo Chirinos Portocarrero y

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El camino Real Inka o Qapac Ñam de Huari: Investigación en el distrito de Huachis

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