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LYDIA FOSSA
Las tensiones involucradas no sólo en el reconocimiento pragmático de escenas y en su asimilación a un sistema de significados, sino también en el informar sobre ellas a otros que están aún más alejados que el autor mismo de esas escenas, tienen un efecto acumulativo y afectan la organización general del texto y, por lo tanto, su significado y su sentido.
El tratamiento literario de la historia en Betanzos Interesa ahora examinar el estilo de la Suma y narración de los incas de Juan de Betanzos. Hemos hablado ya de sus varias partes, relacionándolas con diferentes momentos de la vida del autor y con distintas fuentes documentales. Esa partición, que el mismo Betanzos nos ofrece, me servirá de base para estudiar el texto como un discurso literario. Si por literario entendemos el uso de la imaginación creadora en la invención de las tramas y personajes, es posible que la segunda parte sea más literaria que la primera. La primera parte relata el origen de las etnias indígenas y la vida de los primeros gobernantes. Todo ello, pero especialmente las historias del origen del mundo, me hace pensar en un modelo literario bíblico. Algunos autores opinan que su tratamiento tan vago y esquemático de los primeros inkas da la impresión de que estos fueran legendarios, especialmente si se les compara con los inkas posteriores, de la segunda parte, que sí adquieren características realistas. Aun así, Betanzos añade un nombre desconocido hasta ahora, el de Yamki Yupanki, que bien podría ser una invención del personaje en cuestión. La construcción literaria e histórica de las vidas de los primeros inkas está basada en información proporcionada por fuentes indígenas que el autor no identifica individualmente. Estas fuentes parecen haber respondido a las mismas preguntas sobre cada uno de los gobernantes, porque la información que nos proporciona es prácticamente la misma, variando sólo las cifras y nombres de los participantes. La primera parte incluye más “cantares” que la segunda. Estas piezas están insertadas en el texto, muchas veces con descripciones de la coreografía y también de la música y letra. Estos cantares, además de ofrecer información sobre algún aspecto histórico, nos dan datos sobre actos ceremoniales y del culto. El destacable valor dramático de la Suma y narración [...] reside, sin duda, en los recursos literarios que utiliza Juan de Betanzos. Para obtener esa expectativa novelesca que logra despertar en el lector, incorpora diestramente descripciones vívidas, construye personajes un tanto
LA
HISTORIA COMO FRUTO DEL PODER
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esquemáticos pero eficientes al momento de representar valores sociales y culturales, incluye microrrelatos que a veces distraen del tema central, pero que siempre añaden material informativo interesante. La Suma y narración [...] recurre constantemente a la testimonialidad, lo que le permite al autor presentar peculiares efectos de oralidad. Los diálogos que el autor nos permite escuchar a lo largo de su texto contribuyen sustancialmente a darle el dinamismo que el efecto de oralidad infunde en el texto escrito. Curiosamente, los diálogos más extensos se los dedica el autor a los inkas, quienes generalmente se expresan en castellano.51 Estas operaciones narrativas contribuyen a tener cautivo al público mientras sigue las peripecias de los personajes representados. Los recursos lingüísticos de Juan de Betanzos no son destacables por su elaboración estética o su belleza poética. Según Porras: “[...] el relato de Betanzos es áspero, rústico, pobre de lenguaje [...]” ([1962] 1970: 244).52 Sólo hay un momento, en mi opinión, en que el juego de palabras es ingenioso, irónico y denota un fino sentido del humor. Queda la duda, empero, que ello se deba más al parlamento que se glosa que al aporte del traductor-compilador, como se autotitula Betanzos. En realidad, es Inka Yupanki el que habla en castellano, por la pluma de Betanzos: [...] dijo [Inka Yupanki] que estaba muy lejos e que sus pensamientos dellos eran muy atras de do el suyo iba caminando e que les pasaba muy delante el suyo al dellos que al presente que no gastasen tiempo con sus pensamientos en semejante cosa porque les hacia saber que mientras su padre viviese el no pensaba ponerse tal cosa en su cabeza porque el pensaba que su padre habia de dar la tal borla a su hijo Ynga Urco despues de sus dias la cual el pensaba irsele a quitar de la cabeza e la cabeza juntamente con ella [...] (1989: 82).
Interesante la figura metafórica del “pensamiento caminante”, del juego entre pensamientos dentro de la cabeza y la borla sobre la cabeza; del quiebre irónico, inesperado por cierto, de no sólo quitar la borla sino también la cabeza que la sustenta (y los pensamientos dentro de ella). Me inclino a pensar que el original quechua debe haber sido mucho más rico
51.
“[...] los protagonistas nunca dejar oír su palabra: son traducidos” (Cornejo Polar 1994: 206).
52.
La cita sigue así: “[...] y de los monótonos y difíciles de leerse entre los cronistas. Carece de agilidad y de gracia y es incapaz de un comentario personal”. Como no estamos de acuerdo con esta última parte y no es nuestro deseo discutirla aquí, sólo dejamos constancia de la cita in extenso.