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LYDIA FOSSA
hoy de la astronomía inkaica, de su relación con la actividad del calendario y con el ritual y las personas que participaban en él. Algunos de los primeros autores españoles no tuvieron tiempo de estudiar esos aspectos; otros los consideraron diabólicos y peligrosos de tratar; otros se dedicaron a observar la organización económica, agraria, sin tomar en cuenta su vinculación con el ritual y la astronomía sagrados. Son estos aspectos que no tomaron en cuenta los españoles o que conscientemente decidieron rechazar, los que podemos empezar a buscar en los textos tempranos. Esos textos exhiben, también, vacíos de significado y espacios “en blanco”, intersticios que constituyen interesantes puntos de partida para el examen de la problemática transferencia semántica y léxica entre lenguas y culturas. Hemos podido comprobar que los vacíos corresponden a la falta de comprensión de parte del autor sobre lo que describe: “[…] como yo tengo por costunbre de contar solamente lo que tengo por çierto segund las opiniones de los honbres de aca y de la relaçion que tome en el Cuzco dexo lo que ynoro y muy claramente no entendi y tratare lo que alcance […]” (Cieza 1985: 121) y también: “[…] se dexan tantas cosas de escrevir por no las alcançar por entero que fuera [menester] otro compe[n]dio mayor quel que se a hecho” (Cieza 1985: 201). Es una confesión de la renuncia a informar sobre algo que excede la capacidad de comprensión y se le declara “inalcanzable”; por eso sabemos algo sobre lo que le pareció difícil de comprender a algunos de los escritores de esa época. Pero los espacios en blanco aparecen cuando el patrón cultural del observador interfiere con la observación y oculta elementos culturales del grupo observado. Estos son los lugares de los silenciamientos, de lo que se dejó de relatar, de lo que no se dice porque la cultura occidental no permite su percepción y, por lo tanto, tampoco admite su comprensión: el poder de las mujeres en tiempos de los inkas, la interpretación de los khipu, la astronomía sagrada. Se llega a conocer estos aspectos, aunque no se les trate específicamente en los documentos coloniales tempranos, por intermedio de otras disciplinas, especialmente de la lingüística, la arqueología, la historia y la antropología. A veces, estos han sido apenas esbozados en algún texto generalmente escrito por algún mestizo, o han sido tratados como fábulas indignas de crédito por los autores españoles. Otras veces, ha habido un silencio concertado sobre algunos temas que obligó a una recreación. Creo que uno de ellos ha sido, por ejemplo, el enfrentamiento bélico entre Huáscar y Atahualpa. La figura de la lucha entre facciones nativas debe invitarnos a sospechar de su
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validez histórica por cuanto repite lo sucedido en México y desdice los numerosos informes registrados sobre la mínima utilización de la fuerza bélica en el Tawantinsuyu. Así también, y de manera sistemática, las fuentes españolas de este periodo evitan hacer alusiones a toda práctica cultural relacionada con lo sagrado andino por ser desagradable a los colonizadores30 y, además, por considerar que ello impide una rápida y efectiva evangelización. El silenciar un hecho es tan significativo para el analista como describirlo y comentarlo. La ingerencia de las mujeres en el ámbito de lo sagrado y aun de lo social no pudo ser observada ni descrita por razones culturales. La postura analítica aquí es hacer una crítica al observador español quien, al no ser capaz de percibir un hecho cultural, opina que éste no existe. Sabemos ya que la capacidad de percepción está fuertemente marcada y hasta limitada por factores culturales; las descripciones de las realidades nativas basadas en la percepción que de ellas hacen los europeos, deben ser examinadas con cuidado, buscando algún detalle que permita iniciar una investigación de lo que no pudo ser observado o registrado. Esta tarea no es fácil y puede ser objeto de una sobreinterpretación de la textualidad referida, en términos de Eco (1992: 49).31 Pero la inestabilidad de las representaciones textuales y la teoría poscolonial invitan a continuar indagando en los textos y, con la ayuda de otras disciplinas, en el pasado nativo. Algunos autores han denominado como “exuberancias y deficiencias” (Mannheim 1991: 128 y ss.) a estas fallas en la transcripción fiel de la realidad andina en Europa. Y, hasta cierto punto, esta propuesta de clasificación de hechos lingüísticos tiene asidero. Siguiendo con el ejemplo
30. “Muchos otros terminos particulares a mas de que al presente se pudiera tractar, como son los que significan las cosas de sus templos, adoratorios y servicio dellos, oblaciones, sacrificios que ofrecian, ritos de sus sacerdotes, bailes, danzas, juegos y fiestas, cantares que hazían y dezian; pero por evitar prolixidad, y porque muchos dellos se pondran en el vocabulario, y aun tambien porque mi intencion principal en este arte no es enseñar hablar cosas superfluas y curiosas en esta lengua, sino solamente las necessarias para la predicacion y publicacion del Evangelio y declaracion de los misterios de nuestra redempcion, me paresce que al presente abastara lo dicho” (Santo Tomás [1560] 1995: 145). 31. “La sobrestimación de la importancia de las claves generalmente nace de una inclinación a considerar los elementos más sobresalientes como significativos. Pero el mismo hecho de que sean tan evidentes debería permitirnos reconocer que se les puede explicar en términos mucho más económicos” (Eco 1992: 49). (Traducción de la autora).