Yuyarccuni Año II N° 2
Katty Bravo
the process followed during the campaign of the new extirpation of idolatries by the priest Sarmiento de Vivero, in the doctrine of San Bartolomé de Tupe, which in 1660 belonged to the Yauyos corregimiento of the Archbishop of Lima. This case allows me to explain how the punitive practices carried out by the Inquisition —since its inception— were endorsed by various treaties, among them the Malleus Maleficarum, which supported the ideological basis of the Removal of idolatries against indigenous women who possessed some type of of knowledge that went beyond the understanding of the colonial authorities. Keywords: Witch, devil, stereotype, extirpation of idolatry, healers. Introducción Los estereotipos categorizan a las personas y las ubican dentro de algún grupo social. Cuando son negativos conducen a la construcción de la otredad mediante sentimientos de rechazo del “otro”, considerándolo como diferente, raro, y en algunos casos, peligroso. En el proceso de construcción del “otro” se establece una relación de poder que se inserta en la vida cotidiana a través de los discursos en un espacio y tiempo determinado. Hall (2013) plantea que los repertorios de representación y prácticas representacionales que han sido utilizados para significar al “otro” en la cultura popular de occidente, creando un discurso racializado estructurado por un conjunto de oposiciones binarias que naturalizaban las diferencias (p. 439). Así, se creó la dualidad Dios –Diablo, maldad - bondad, hombre - mujer, etc., lo que llevó a la creación de un estereotipo naturalizado de mujer denigrada por su propia fisiología. Desde la perspectiva del catolicismo colonial, la mujer era portadora de todo tipo de taras, generalmente la presentaba bajo cuatro formas: como una libidinosa, como la compañera del diablo, como una imbécil y, en raras ocasiones, como una santa (Bechtel 2001, p. 201). Así, la imagen anatemizada de Eva como tentadora de Adán y seguidora del “demonio” fue un factor decisivo en el proceso histórico que justificaba la opresión de las mujeres ya que atravesó todas las clases sociales y se fue afianzando y retroalimentando a lo largo de los siglos. En el siglo XV, los sacerdotes alemanes Heinrich Institoris y Jakob Sprenger crearon el máximo instrumento de control y represión para las seguidoras del demonio, el Malleus Maleficarum o Manual de la Inquisición, en el que se establecían las pautas para identificar y castigar a estas mujeres. Según el manual, la palabra fémina tenía dos raíces: fe y minus, que unidas significan “menos fe”; con ello, se creó una figura subordinada, iniciándose una férrea persecución del Diablo a través de los cuerpos materiales de las mujeres y se perfiló la imagen de la bruja como enemiga de Dios. Estos estereotipos adquirieron su real importancia cuando fueron instrumenta26