“¿Qué has hecho? La sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra” (Génesis 4, 10). Con estas palabras, Dios confrontó a Caín por el asesinato de su hermano Abel. Dios dijo que había “escuchado” el clamor de la sangre de Abel que le pedía cuentas a Caín. Siglos después, en la Carta a los Hebreos se dice que “la sangre con que hemos sido purificados… nos habla mejor que la sangre de Abel” (Hebreos 12, 24). ¿Qué es lo que la sangre de Jesús nos habla mejor que la de Abel? Esa es la pregunta que procuraremos responder en esta temporada de Cuaresma, y veremos que la sangre de Cristo nos comunica en realidad tres mensajes elocuentes: • Un mensaje de perdón • Un mensaje de sacrificio • Un mensaje de nueva alianza En los próximos cuarenta días, fijaremos la mirada en el sacrificio redentor de Jesús, cuya sangre brotó hasta caer en tierra, y en la Última Cena, en la que él ofreció a sus discípulos “mi sangre, la sangre de la alianza” (Mateo 26, 28). Veamos cuál es el mensaje que Jesús tiene para nosotros, un mensaje que puede conducirnos al gozo de la Pascua. 16 | La Palabra Entre Nosotros
Tampoco
La sangre del perdón Cristo y la mujer sorprendida en adulterio (¿Quién no tiene pecado?). Vasily Polienov, (1844-1927). Museo Estatal Ruso, San Petersburgo, RussiaPhoto, Crédito: Scala/Art Resource, NY