RED INFORMACIÓN. Edición N° 37, Junio 2023

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El Programa RED INNOVACIÓN es una iniciativa que permite el intercambio de experiencias políticas y sociales de América

Latina y el Caribe, donde se facilitan espacios de comunicación y diálogo entre organizaciones de la sociedad civil, líderes y lideresas políticas, sociales y expertos de Latinoamérica.

EDITORIAL

Francisco Herrero

Asociado Global

Andrea Fernández

Gerente de Programas - Red Innovación

Diego Torres

Oficial de Programas - Red Innovación

Alejandra Florian

Asistente de programas - Red Innovación

Karen Fonseca Saavedra Diseño y diagramación.

a un click de:

Episodio 25

La importancia de la participación política de las personas LGBTIQ

Partidos políticos y selección de candidaturas:

Las PASO en debate

PODCAST / manual webinar /

18 Mayo 2023

CONVERSATORIO VIRTUAL: Juventud Latinoamericana

¿cuál es nuestro rol en la democracia?

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CONTENIDO

PENSAMIENTOS DE LA REGIÓN

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De la hostil disputa por el poder y lo que ya no callan las mujeres

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El voto nulo cuenta. El caso de la junta parroquial rural de Calacalí

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La participación política de las mujeres a la dignidad de alcalde / alcaldesa en el cantón loja

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Endorracismo: una consecuencia del racismo

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ENTREVISTA

La importancia de la participación política de las personas LGBTI. Una conversación con Wilson Castañeda y Salma Luévano.

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Karol
Esteban
Núñez
Solís Menco
Rosero
Telmo Fabricio Rios Montalvan Alejandra Muñoz

Docente tiempo completo e investigadora de la Universidad del Norte, Barranquilla, Colombia. Ph.D en Ciencia Política de Florida International University, con certificado en estudios latinoamericanos. Politóloga e Internacionalista con énfasis en Democracia y Conflicto y Magíster en Gobierno, doble título Universidad del Norte - Universidad de Salamanca.

Sus áreas de investigación y líneas de trabajo son la política comparada y la comunicación política, con un énfasis particular en el análisis de la negatividad y sus efectos en el marco de las campañas electorales, además de los estudios de género. Senior Research Associate para la firma consultora en comunicación e investigación política, Integrated Communications and Research (ICR), y Miembro de la Red de Politólogas #NoSinMujeres.

Fotografía: Louesdon Stéphane

De la hostil disputa por el poder

y lo que ya no callan las mujeres

Karol Solís Menco

La política es un territorio hostil y violento para las mujeres. Pero ¿no lo es, acaso, para todas las personas que compiten por el recurso limitado que es el poder? En este artículo, primero, planteo la política electoral como un terreno por naturaleza hostil; segundo, me refiero a las formas particulares que adopta dicha hostilidad y que se refleja en la experiencia de las mujeres que deciden hacer parte de estas disputas por el poder, y, tercero, presento un reciente avance legislativo en la región que estimo es positivo en el marco de la imperiosa tarea de combatir la violencia política en contra de las mujeres. En el punto dos y tres, me referiré al caso colombiano, toda vez que es el país en América Latina en donde de forma más reciente, el pasado 24 de mayo, se aprobó una ley que busca prevenir, atender y sancionar este tipo de violencia basada en género (El Espectador, 2023).

Considero importante profundizar la discusión social en dos líneas que no deben pensarse separadas sino entrelazadas:

la importancia de las transformaciones institucionales formales o los ajustes normativos, en paralelo con la transformación cultural, el cómo estos avances en los marcos legales lograrán instalarse mientras que se desinstalan las prácticas culturales machistas y patriarcales enraizadas en ideas, valores y sistemas de creencias.

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De la hostilidad de la política.

El poder es un recurso limitado y codiciado. La disputa por este es, entonces, hostil por naturaleza. Para empezar, no hay contiendas electorales sin campañas políticas negativas, entendidas éstas últimas como el simple ejercicio de hablar del oponente político (Geer, 2006). La negatividad en sí misma es deseable si trae al debate público información relevante y verdadera, entregada por las campañas en competencia, que ayude a informar las preferencias de los electores y que de otra forma no conocerían (Mattes y Redlawsk, 2016). No obstante, la negatividad puede adoptar formas indeseables, promover ataques de mayor intensidad y arar un camino de violencia.

Adicionalmente, la dinámica electoral está permeada por la dualidad amigo-enemigo, de la que hablaba Schmitt, en donde las relaciones se caracterizan por antagonismos (Alcalá, 2015), y la arquitectura democrática, a través de la que se asigna el poder, implica que haya múltiples juegos de suma cero ocurriendo en simultáneo, microcosmos de ganancia total o pérdida absoluta de una determinada posición política y de poder.

Así las cosas, que en la competencia electoral haya altos niveles de negatividad y de formas hostiles de competencia, resulta, podría decirse, una consecuencia lógica de las reglas de juego institucionales que, paradójicamente, se formulan para garantizar sociedades más pacíficas. Pero, sumado a lo anterior, es posible identificar que la negatividad, la hostilidad y la violencia presente en los caminos de disputa por el poder, adopta formas particulares cuando las mujeres se hacen parte de la contienda electoral. Surge entonces la categoría y el fenómeno de la violencia política contra las mujeres (Krook, 2017).

Violencia política: la doble hostilidad contra las mujeres.

En occidente, el siglo XX fue el siglo de las mujeres, señala Teresa Valdés (2013), quien sugiere que hubo una transformación sustancial de los lugares que les fueron posibles ocupar en la sociedad a partir de los derechos que empezar a ser reivindicados. En definitiva, en este punto de la historia la oleada de la reivindicación del derecho al voto es la marca más visible, reconocido por vez primera en la región en Ecuador y consagrado en la Constitución de este país en 1929 (Barrancos, 2020). No es posible, desde luego, concebir consignas como “sin mujeres no hay democracia” sin remitirnos a la idea de participación y derecho al voto universal.

Pero, no es posible entender qué ha implicado para las mujeres desde entonces el ejercicio de sus derechos políticos, la posibilidad de participar del debate de lo público en el marco de la reivindicación de su derecho al voto y la posibilidad de no solo elegir, sino también ser elegidas, sin observar este fenómeno: que la política es hostil, pero es dos veces hostil contra las mujeres. Una primera, por su naturaleza, y una segunda, por el género. Y es hostil aún más veces, si se trata de mujeres racializadas, pertenecientes a grupos étnicos, o si su orientación sexual es diversa. Una mirada interseccional permite entonces reconocer en la política un territorio de disputas que se tornan violentas, pero que, además, adopta formas particulares que construyen la categoría ‘violencia política contra las mujeres’, entendida como una forma de violencia basada en género que incluye actos de amenazas, violencia física, sexual, psicológica, económica y/o simbólica que atenta contra el ejercicio de sus derechos políticos y humanos (ONU, 2021).

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Veamos algunos ejemplos. Un análisis crítico de los mensajes hostiles que recibieron candidatas mujeres en Gran Bretaña en la plataforma Twitter, indica que, en esta red digital, se despliega hacia las mujeres violencia haciendo particular referencia a su apariencia física y con una carga emocional más fuerte o extrema que la que se dirige a los hombres. Las autoras concluyen que la violencia política contra las mujeres está arraigada en una extendida percepción social, y es que su participación política viola las reglas de la performatividad de género (Esposito y Breeze, 2022).

La literatura encuentra que las respuestas de los votantes a las dinámicas de género son complejas y de naturaleza multifacética. El debate electoral presidencial en los Estados Unidos en 2016 es un ejemplo perfecto de ello. Mientras un estudio que analizó la disputa entre Trump y Clinton encontró que el señalar acciones de Trump como sexistas y machistas movilizó a favor de Clinton un grupo de votantes con un perfil particular: grupos históricamente subrepresentados, demócratas débiles y votantes independientes (Caughell, 2016), un segundo estudio encontró que esos mismos señalamientos también movilizaba a favor de Trump a otro grupo de votantes, con otro perfil particular: los “sexistas hostiles.”

Los sexistas hostiles son descritos en el estudio personas que perciben las relaciones entre hombres y mujeres como un juego de poder y una competencia de suma cero, individuos que consideran que, si las mujeres ganan poder, lo hacen a expensas de los hombres, perciben que las mujeres que compiten electoralmente buscan controlar a los hombres y su reacción es, en consecuencia, adoptar una actitud abier-

tamente antagonista hacia las mujeres (Cassese y Holman, 2017, 2019).

Los anteriores, son solo algunos ejemplos sobre la complejidad al incluir la variable género al entender la dinámica electoral y los costos que deben asumir las mujeres tanto si eligen participar y enfrentar formas de violencia política, como si deciden denunciarla en el marco de sus campañas. Entender estas dinámicas es relevante porque, sin duda, la hostilidad y la violencia desplegada en contra de las mujeres en política, busca, en últimas, restringir y disuadir su participación en el debate electoral y representa, en consecuencia, una amenaza a democracias que enfrentan enormes retos para el reconocimiento y la incorporación de las mujeres como actores políticos de pleno derecho (Krook, 2017).

Promover la participación política de las mujeres es, entonces, una moneda con dos caras: en una, está la necesidad de justamente desear y exigir representación de intereses y causas particulares que nos enlazan. Pero, de otra parte, promover la participación de las mujeres es mover una arena y levantar el polvo de nuevas formas de violencia que deben decididamente combatirse y buscar erradicar.

Avances legislativos y retos.

‘¡Paridad ya!’ y ‘¡Sin mujeres no!’, se lee en pancartas y diversas piezas digitales de una campaña nacional en Colombia que promueve una ley que garantice el 50% de participación y representación de las mujeres en cargos públicos, además de ampliar la ley de cuotas del 30 al 50%, y al que le queda un debate en el Congreso para convertirse en ley. Pero

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¿para qué? o, ¿Por qué es importante hablar de una democracia paritaria?

campaña nacional en Colombia que promueve una ley de paridad

Hablamos de democracia paritaria para, a través de la lengua misma, reconocer la necesidad de libertad e igualdad como un requisito sin el que no es posible hablar de democracia, y para dar cuenta de una lucha que busca un nuevo pacto social, un modelo en donde hay una redistribución de las responsabilidades entre hombres y mujeres en todas las esferas de la vida, de manera tal que sea posible gozar de una igualdad sustantiva (Aguirrezabal, 2017) y del ejercicio de los derechos políticos de las mujeres, reivindicados tras siglos de ignominia.

Pero, a la luz de lo planteado en los párrafos anteriores, hablar de democracia paritaria implica, además, hablar de cómo y en qué condiciones las mujeres llegan a jugar en la política electoral. Así las cosas, dos luchas se encuentran y han de avanzar en simultáneo: la lucha por mayor representación y la lucha por erradicar las violencias basadas en género y en particular la violencia política en contra de las mujeres.

En ese orden, también en Colombia, recientemente se logró la aprobación en el Congreso de una nueva ley con la que se busca prevenir, atender y sancionar eventos de violencia política contra las mujeres. Se suma así a países con leyes específicas en esta materia como Bolivia y Perú (MOE, 2023). Algunos de los datos visibilizados en la ponencia que dio viabilidad a esta nueva ley, es que, en este país, 6 de cada 10 mujeres electas reportan ser víctimas de violencia política por ser mujer, y, de acuerdo con la MOE (2022), de 516 vulneraciones en el calendario preelectoral en 2022, el 26.6%, 137, fueron hechos en contra de mujeres y casi una tercera parte fueron agresiones letales, mujeres que perdieron la vida en el ejercicio de sus derechos. Luego, en la promoción de la participación política de las mujeres es inherente una defensa de los derechos humanos y la salvaguarda del primero de los derechos: la vida. Es también, en esa línea, una lucha por cumplir la promesa democrática de que nadie perderá la vida por ejercer un derecho político.

Para combatir la violencia política en contra de las mujeres, las sociedades vienen avanzando en la incorporación de ajustes normativos y desarrollo un nuevo andamiaje legal, además de la implementación de políticas públicas y programas. No obstante, un camino que parece menos discutido y claro es cómo, más allá del ajuste normativo, se logrará erradicar la cultura patriarcal y machista que sostiene esta violencia, cómo desterraremos, por así decirlo, la institucionalidad informal del machismo, como lo dijimos en la introducción a este texto, aquellas prácticas culturales patriarcales que se derivan de un estar enraizadas en ideas, valores y sistemas de creencias.

Los estereotipos sexistas y, en consecuencia, el sesgo machista que permea la evaluación

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de los cuerpos que participan en política y sus diversos géneros, son factores estructurales de discriminación que trascienden la norma y aquello que la norma puede por sí misma alcanzar a modificar en términos de la percepción y comportamiento de los individuos ¿Cómo lograremos que perfiles como el ‘sexista hostil’ modifiquen la creencia de que la participación política de las mujeres

Referencias

es una amenaza? ¿Cómo podemos lograr que más mujeres denuncien la violencia política sin que se convierta en un arma de doble filo que moviliza en su contra? ¿Cómo, insisto, desraizamos la mirada y las prácticas hostiles contra las mujeres que el ajuste normativo por sí solo no podrá? Son preguntas abiertas para la discusión.

Aguirrezabal, I. (2017). América Latina y la Democracia Paritaria. Política exterior, 31(175), 126-132. ISSN 0213-6856.

Alcalá, A. (2015). La dualidad amigo-enemigo en el propio contexto de Carl Schmitt. Anuario de Filosofía del Derecho (XXXI), pp. 173-202, ISSN: 0518-0872,

Barrancos, D. (2020). Historia mínima de los feminismos en América Latina. Ciudad de México: El Colegio de México.

Caughell, L. (2021). [Review of the book Gender Differences in Public Opinion: Values and Political Consequences, by M.-K. Lizotte]. Perspectives on Politics, 19(1), 271-272. doi:10.1017/ S1537592720004120

Cassese, E. C., & Holman, M. R. (2019). Playing the Woman Card: Ambivalent Sexism in the 2016 U.S. Presidential Race. Political Psychology, 40(1), 55–74. doi:10.1111/pops.12532

Cassese, E. C., & Holman, M. R. (2017). Party and Gender Stereotypes in Campaign Attacks. Political Behavior, 40(3), 785–807.

Esposito, E., & Breeze, R. (2022). Gender and Politics in a Digitalised World: Investigating Online Hostility Against UK Female MPs. Discourse & Society, 33(3), 303–323.

El Espectador. (2023). “Proyecto que sanciona violencia política contra las mujeres se convertirá en ley.” [Mayo 28, 2023] Recuperado de: https://www.elespectador.com/politica/proyecto-que-sanciona-violencia-politica-contra-las-mujeres-se-convertira-en-ley/

Geer, J. G. (2006). In Defense of Negativity: Attack Ads in Presidential Campaigns. Chicago: University of Chicago Press.

Mattes, K., & Redlawsk, D. P. (2014). The Positive Case for Negative Campaigning. Chicago: University of Chicago Press.

MOE (2022). Aumentan las candidaturas de mujeres al Congreso: El mayor reto sigue siendo que resulten electas. [Junio 1, 2023] Recuperado de: https://www.moe.org.co/en/aumentan-las-candidaturas-de-mujeres-al-congreso-el-mayor-reto-sigue-siendo-que-resulten-electas/

MOE (2023). Reformas políticas en América Latina: 10 países de América Latina regulan la violencia política en razón de género. [Mayo 28, 2023] Recuperado de: https://reformaspoliticas.org/bases-de-datos/

Krook, L. (2017). Violence Against Women in Politics. Journal of Democracy, 28(1), 75–89.

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El voto nulo cuenta:

EL CASO DE LA JUNTA PARROQUIAL RURAL DE CALACALÍ

INTRODUCCIÓN.

En Ecuador, el 19 de agosto de 2022, el Consejo Nacional Electoral (CNE) convocó a las elecciones de autoridades subnacionales para el período 20232027. Las y los Vocales de las juntas parroquiales rurales forman parte de estas autoridades, quienes representan a los gobiernos autónomos descentralizados que se conforman en cada una de las parroquias rurales del país, tal como lo establece el artículo 255 de la Constitución de la República.

El Distrito Metropolitano de Quito está constituido por 33 parroquias rurales, entre las que se encuentra la parroquia de Calacalí, ubicada al norte de la ciudad, con una población aproximada de 10.000 habitantes, de los cuales 4.425 se encontraban habilitados para votar en las Elecciones Seccionales 2023. Durante estos comicios, Calacalí se destacó a nivel nacional cuando el voto nulo se impuso como ganador.

Bajo este contexto, el presente artículo pretende analizar, a través de la conceptualización del anulismo, los resultados electorales suscitados en esta parroquia para la elección de las y los Vocales de la correspondiente Junta Parroquial Rural.

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Esteban Rosero Núñez , Consultor independiente sobre Procesos Electorales y Partidos Políticos. Magíster en Ciencias Sociales por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, FLACSO. Esteban Rosero Núñez - Ecuador

El voto nulo

Para comprender lo ocurrido en la parroquia rural de Calacalí durante las últimas elecciones seccionales es necesario primero conocer qué es el voto nulo y las conceptualizaciones en torno al anulismo.

El voto nulo se define como aquel en el que, a pesar de existir alguna marca en las papeletas electorales no es posible determinar claramente la intención del elector por las listas propuestas (Mendoza, 2006).

Consecuentemente, el anulismo es aquella conceptualización electoral en la que los votantes optan por el voto nulo frente a las propuestas de candidaturas que las organizaciones políticas han inscrito en los diferentes comicios. El voto nulo es considerado una de las formas de participación política ciudadana más importantes (Mendoza, 2006) debido a que refleja la decisión del electorado de no optar por ninguna de las opciones propuestas en las papeletas, no por la falta de opciones, sino más bien por la falta de representatividad que revelan dichas opciones.

valoración del voto nulo en los sistemas democráticos latinoamericanos, autores a favor de este tipo de voto plantean que, la estrategia del anulismo es de largo plazo y busca posicionar el voto nulo como un síntoma claro de descontento ciudadano (López, 2015). En este sentido, se plantea la existencia de por lo menos cuatro perspectivas para entender al voto nulo como una expresión de cultura política: culturalista, de identidad, político electoral y de actores sociales (Krotz, 2002). Correspondientemente, se ha acuñado el concepto de alineación electoral, entendido el comportamiento conjunto por el cual los electores deciden no participar de la contienda electoral a través del ausentismo o el rechazo a las candidaturas propuestas mediante el voto nulo y blanco (Borba, 2008). Este último fenómeno, puede ser analizado según Borba, desde las dos grandes corrientes contemporáneas de análisis político: las teorías de la escuela racional y las teorías de la cultura política.

(Mendoza, 2006)

Debido a la poca legislación y más aún reglamentación que existe al respecto de la

En consecuencia, para el desarrollo del presente análisis retomamos las dimensiones político electoral en conjunto con la escuela racional, y por otro lado, los postulados de los actores sociales con lo propuesto por las teorías de la cultura política. En primera instancia, se aborda la teoría de la escuela racional entendida como una propuesta epistemológica que propone basar la teoría de la sociedad en las acciones de sus individuos, que son concebidas como orientaciones para la consecución de objetivos racionales (Przeworski, 1988). Es decir que, de acuerdo con los postulados de la escuela racional se pueden producir resultados políticos como acción de la sociedad.

La perspectiva político electoral en conjunto con la escuela racional es abordada por Anthony Downs (1998), que en su obra propone que la decisión de asistir a votar está media-

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El voto nulo es considerado una de las formas de participación política ciudadana más importantes

da por un cálculo del elector valorando que los beneficios a recibir por sufragar son mayores a los costos de emitir dicho voto.

En un segundo momento, el análisis social de la política enfatiza el estudio de los procesos políticos en los elementos extrínsecos del sistema por sobre los elementos intrínsecos del mismo (Borba, 2008). Entre las teorías que se ocupan de este abordaje tenemos la teoría de la cultura política, entendida como la delimitación de dicha cultura por las actitudes y orientaciones de la ciudadanía con respecto a los asuntos públicos.

Esta cultura política se encuentra estrechamente relacionada con la aproximación de los actores sociales, que enfoca el estudio de la participación política en los individuos y no en las instituciones. Según esta corriente, los distintos grupos sociales pueden obtener beneficios particulares de su participación en los distintos procesos electorales. De hecho, se puede entender que los actores sociales a través de su participación política “(…) logran en ocasiones imponer su presencia en el sistema político, explotando las condiciones coyunturales que pesan sobre su estabilidad (…)” (Loaeza, 1999, 402).

En contraposición a estas aproximaciones teóricas, está la posición extremadamente estratégica en torno al valor del voto, que implica valorar la elección de una candidatura propuesta por las organizaciones políticas, más allá de una afinidad ideológica, del planteamiento de su plan administrativo y de desarrollo territorial, e incluso, más allá de la misma preferencia por el candidato en sí mismo. En otras palabras, se promueve la idea del “voto útil”, que consiste en elegir a una opción en detrimento de una candidatura peor (López, 2015).

¿Qué pasó en Calacalí?

Una vez propuesta la conceptualización general del voto nulo y teniendo presente que su mayor debilidad es la falta de tipificación en las leyes electorales sobre los efectos de su cuantificación en los comicios, a continuación, centramos nuestra mirada en Ecuador y de forma específica en lo ocurrido en Calacalí. La opción de voto nulo en el país se encuentra parcialmente solventada, de acuerdo con la Ley Orgánica Electoral y de Organizaciones Políticas – Código de la Democracia se define al voto nulo como una de las opciones de votación, cuya contabilización es obligatoria durante el proceso de escrutinio, y al igual que los votos blancos, no son considerados como votos válidos para alguna de las listas o candidaturas propuestas. Sin embargo, la aplicación de las consecuencias de su victoria no cuenta con una tipificación específica ni reglamentación operativa.

Asimismo, su cuantificación sí trae consecuencias en el país, el numeral 3 del artículo 147 del Código de la Democracia establece la nulidad de una elección en la circunscripción en la que los votos nulos superen a los votos de la totalidad de candidatas o candidatos, o de las respectivas listas de la dignidad a elegirse.

En este contexto, el 03 de febrero de 2023 las y los ciudadanos de Calacalí, habilitados para ejercer el derecho al voto, acudieron a las 14 juntas receptoras del voto establecidas por el Consejo Nacional Electoral para elegir entre otros a las y los Vocales de la Junta Parroquial Rural de su jurisdicción. En dicho proceso electoral se encontraban inscritas para la elección las listas presentadas por cuatro organizaciones políticas: Movimiento Centro Democrático (CD), Movimiento Político Revolución Ciudadana (RC), Partido Izquierda

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Democrática (ID) y la alianza electoral “VA POR TI”.

El proceso electoral se desarrolló con total normalidad por parte del electorado y los demás actores políticos interesados, es decir se culminó con éxito el escrutinio en las juntas receptoras 1 Art. 135.- Concluido el examen de cada una de las actas, la Junta Electoral Regional, Provincial, Distrital y Especial del Exterior procederá a computar el número de votos válidos obtenidos por cada candidato, binomio o lista, según corresponda, así como los nulos y los blancos del voto y de la correspondiente Junta Provincial Electoral, quien dictó la Resolución Nro. JPEP CNE-00412-2-2023 con los resultados numéricos de la dignidad de Vocales de la Junta Parroquial Rural de Calacalí. Como resultado de este proceso, de acuerdo con las actas de escrutinio publicadas en el sitio web del órgano administrativo electoral, 3.880 personas sufragaron de las 4.425 habilitadas para el efecto, por lo tanto, se contó con la participación del 88% del electorado. En consecuencia, las 545 personas que no sufragaron corresponden al 12% de ausentismo. Mientras que, los votos válidos escrutados dan el siguiente resultado:

Además, se contabilizaron 1.882 votos nulos y 189 votos blancos. Es decir, se obtuvo un total de 1.806 votos válidos entres las cuatro listas, lo que es menor al total de votos nulos, esta relación se muestra a continuación:

En definitiva, los votos válidos emitidos para la dignidad de Vocales de la Junta Parroquial Rural de Calacalí no alcanzan el 50% del total de votos emitidos, incurriendo en lo dispuesto en el mencionado artículo 147 del Código de la Democracia. Pero ¿fue esta votación el resultado organizado de una alineación electoral? Para ello se muestra a continuación el comportamiento del electorado de Calacalí con respecto a la elección de las y los Vocales de su Junta Parroquial Rural durante los últimos cuatro comicios seccionales. Este análisis se realiza a partir de tres variables: el ausentismo, el número de listas y los votos nulos.

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Como podemos observar, en los años analizados las variables de ausentismo y número de listas no sufren mayor variación. Sin embargo, para las elecciones seccionales 2023 el voto nulo alcanza un valor preponderante distinto al comportamiento electoral de los comicios precedentes.

Adicionalmente, en contradicción a los opositores del voto nulo que lo enmarcan dentro de un absolutismo radical, en referencia al resto de candidaturas territoriales con competencia en la parroquia de Calacalí, los votos nulos llegan al 24% para la dignidad de la prefectura, 21% para la alcaldía; y, 36% para los concejales rurales. Es decir, el electorado de la parroquia no marcó un voto generalizado de rechazo al proceso electoral, sino que en el resto de candidaturas si optó por escoger mayoritariamente entre las candidaturas propuestas.

Se puede concluir entonces que, lo sucedido con la dignidad de Vocales de la Junta Parroquial Rural es el resultado de una alienación electoral de rechazo de la ciudadanía de Calacalí, frente a las propuestas de candidaturas y los planes de trabajo planteados por las organizaciones políticas.

Ante esta situación, el artículo 217 de la Constitución de la República establece que la Función Electoral es la que debe garantizar el ejercicio de los derechos políticos que se expresan a través del sufragio, así como los referentes a la organización política de la ciudadanía. Por consiguiente, el Consejo Nacional Electoral, una vez que conoció el informe de resultados remitido por la Junta Provincial Electoral de Pichinchase dirigió al Tribunal Contencioso Electoral3 (TCE) para consultar (?) sobre los resultados obtenidos para la dignidad de Vocales de la Junta Parroquial Rural de Calacalí, en un proceso poco convencional, que no correspondía al recurrir mediante un recurso subjetivo contencioso electoral. A pesar de ello, el Tribunal admitió a trámite la consulta y se generó la causa contencioso electoral 100-2023-TCE.

Previo a dictar sentencia dentro de esta causa, la y los jueces que integran el Tribunal Contencioso Electoral hicieron referencia a un análisis jurídico, doctrinal e incluso de normativa comparada en Latinoamérica en atención a la consideración del voto nulo como una expresión de voluntad ciudadana de rechazo y los efectos que debe tener la victoria de este voto por sobre los votos válidos consignados por las distintas candidaturas propuestas. En ese sentido, con votación unánime del Pleno del TCE se sentenció la declaración de la nulidad del proceso electoral convocado para elegir a las y los Vocales de la Junta Parroquial Rural de Calacalí a partir de la etapa de democracia interna; y dispuso al CNE organice y convoque a nuevas elecciones para dicha dignidad.

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el electorado de la parroquia no marcó un voto generalizado de rechazo al proceso electoral

Consideraciones finales

Toda vez que se ha expuesto lo sucedido con la elección de las y los Vocales de la Junta Parroquial Rural de Calacalí en las Elecciones Seccionales 2023 y la sentencia de la justicia electoral ecuatoriana con respecto de declarar la nulidad del proceso desde la etapa de democracia interna de las organizaciones políticas, debido a que el total de votos nulos superó a la sumatoria de los votos válidos alcanzados por las cuatro listas participantes, quedó sentado en el país un precedente histórico de la fuerza de la voluntad ciudadana en los procesos electorales y la importancia de respetar su intención.

La ley es clara y su aplicación fue precisa, por lo tanto, les corresponde a las organizaciones políticas cumplir con su rol de fomentar la participación ciudadana en la vida política del Ecuador y permitir el acceso de la ciudadanía al ejercicio del poder.

Concomitantemente, y ante la falta de profundidad en la legislación y reglamentación electoral referente al voto nulo, surgen más inquietudes sobre su valoración frente a los distintos actores electorales:

Para las candidaturas: ¿Es posible sancionar la reiterada participación electoral de las candidaturas que obtienen menos votos que los votos nulos? ¿Es posible sancionar el financiamiento de la promoción electoral de las candidaturas que obtienen menos votos que los votos nulos?

Para las organizaciones políticas: ¿Deben buscar el empoderamiento partidista que respalde una votación? ¿Deben fortalecer los procesos de democracia interna para la elección de candidaturas de elección popular? ¿Deben profesionalizar la elaboración de los planes de trabajo que presentan sus candidaturas?

Para la administración electoral: ¿Cómo cuantificar el voto nulo en el caso de elecciones con listas abiertas y voto entre listas? ¿Cómo cuantificar el voto nulo en procesos de democracia directa?

Para la ciudadanía: ¿Se puede sancionar el fomento del voto nulo? Más allá de estas y más interrogantes, lo que se debe rescatar de todo esto es que ¡el voto nulo cuenta!

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La participación política de las mujeres

Introducción.

En la Constitución de la República del Ecuador y en la ley Orgánica Electoral, Código de la Democracia se garantizan los derechos de participación, de todos los ciudadanas y ciudadanos, es decir el derecho a ser elegido en un estado constitucional, de derechos y justicia como lo es el Ecuador, el Estado tiene como deber fundamental garantizar el ejercicio pleno de los derechos de participación; el contenido esencial del derecho a ser elegido se refiere a que toda persona que se encuentre en goce de sus derechos políticos puede presentar su candidatura unipersonal o pluripersonal para autoridad de elección popular en todos los niveles de gobierno, siempre y cuando cumpla con los requisitos exigidos en la Constitución y en la normativa electoral vigente.

Análisis

¿Con las reformas electorales en el Ecuador se garantizó una masiva y exitosa participación de mujeres?

El presente artículo al tratarse de un tema que tiene trascendencia en el ámbito político tiene como propósito brindar un aporte al área de las ciencias políticas, así como también este estudio constituirá una guía actualizada respecto a la participación política referente a la dignidad alcalde/alcaldesa en el cantón Loja.

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Telmo Fabricio Rios Montalvan A LA DIGNIDAD DE ALCALDE / ALCALDESA EN EL CANTÓN LOJA

Con la reforma del 03 de febrero del 2020 en el Ecuador, a la ley Orgánica Electoral, Código de la Democracia artículo 99 numerales 1, 2, 3, 4, 5 ,6 , 7, 8 y 9 se garantiza el encabezamiento de listas en un porcentaje no menor al 50%, cabe señalar que en el mismo cuerpo legal se señala en la disposición transitoria tercera que el incremento será progresivo hasta llegar al 50 %. Y en el literal b) indica que para las elecciones seccionales 2023 se partirá con un mínimo del 30% de encabezamiento de listas de mujeres.

Se podría aseverar que al término del Proceso Elecciones Seccionales los resultados no fueron los esperados por los partidos políticos, movimientos y Alianzas electorales o mas bien los resultados no fueron favorables para las candidatas que participaron en el proceso electoral del 2023. A continuación, detallamos el número de votos y porcentajes alcanzados por las y los candidatos que participaron en el mencionado proceso electoral.

En el Cantón Loja participaron 15 candidatos a la dignidad Alcaldes Municipales de los cuales trece son de sexo masculino y dos candidatas de sexo femenino, dentro de estos datos se observa que la candidata que participa por el partico Izquierda Democrática Vanessa Vinces ocupa la ubicación doceava esto de acuerdo al número de votos obtenidos, es importante también recordar que en las elecciones presidenciales del 2021 primera vuelta esta Organización Política dentro del Cantón Loja obtuvo un alto porcentaje de votación obteniendo incluso un curul para la Asamblea Nacional.

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Por otro lado llama la atención que la candidata por el Movimiento Pueblo Igualdad y Democracia Ligia Rodríguez que pese a ser una figura pública dentro del Cantón Loja y exconcejala ocupe el último lugar en votación y es aquí donde se originan nuevas interrogantes ¿ El electorado vota por una persona? ¿El electorado vota por una tendencia ideológica? ¿Las escuelas de formación política de las Organizaciones Políticas cumplen con su rol fundamental de formar líderes y lideresas para futuras elecciones?.

Trataremos de ir dando respuesta a las interrogantes planteadas con datos y experiencias obtenidas de procesos electorales anteriores ¿ El electorado vota por una persona? Respecto a esta interrogante podríamos afirmar que cuando se trata de elecciones para elegir autoridades locales el electorado vota por la persona no por la Organización Política que participa, por ejemplo el Licenciado Franco Quezada participó en los comicios 2019 por la Organización Política Democracia SÍ y se ubicó en el segundo lugar , mientras que para el año 2023 participa por el Movimiento Solidez Esperanza y Respeto el cual es de ámbito provincial el mismo candidato logra ganar ampliamente las elecciones.

Con el mismo ejemplo responderemos la segunda interrogante ¿El electorado vota por una tendencia ideológica? Tomando en cuenta los resultados obtenidos en los procesos electorales de los años 2019 y 2023 podríamos afirmar que el electorado vota por un candidato(persona) y no por una Organización política ya que en el año 2019 el candidato del Movimiento Democracia Si, se ubicó en el segundo lugar mientras que los comicios del 2023 el nuevo de candidato por la misma Organización Política se ubica en el onceavo puesto de acuerdo a la votación obtenida.

¿Las escuelas de formación política de las Organizaciones Políticas cumplen con su rol fundamental de formar líderes y lideresas para futuras elecciones? Es común observar dentro del cantón Loja algunas figuras políticas que prácticamente participan si es posible en cada proceso electoral y no permiten que participen personas nuevas, más bien parecería que la Organización Política fue creada para que solo participe una persona, por lo que las Organizaciones Políticas son cuestionadas por su forma de elegir a sus candidatos esto debido a sus estructuras ortodoxas que buscan el beneficio no colectivo convirtiendo a un líder en un cacique electoral.

Por otro lado, creemos pertinente analizar una pregunta que se plantea un gran porcentaje de Ecuatorianos ¿Se debería exigir un título académico a los candidatos de elección popular?

Si bien es cierto la constitución del Ecuador señala que todos los ecuatorianos tenemos el derecho a elegir y ser elegidos, este “derecho” ha permitido la presencia de cómicos, artistas, futbolistas, presentadores de televisión, etc. en la Asamblea Nacional que se supone son los que legislan y elaboran las leyes en el país.

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Se debería exigir un título académico a los candidatos de elección popular?

Así mismo los Gobiernos Descentralizados (Municipios) son administrados por personas que no están capacitadas para realizar una efectiva administración pública de los bienes, lo que permite el despilfarro y mal uso de los bienes públicos, incluso se podría afirmar que cuando llegan al poder creen que son los capataces de una “hacienda” de la cual pueden disponer y no cumplen con lo dispuesto en el COOTAD Código Orgánico de Organización Territorial Autonomía y Descentralización, en el cual se establece sus competencias de acuerdo al ámbito de jurisdicción.

Las autoridades electas al no contar con un perfil adecuado de preparación, ha tenido como resultado la contratación de supuestos “asesores” que muchas de las veces debido a su conocimiento en malas prácticas dentro de la administración pública han contribuido a que la autoridad realice una administración deplorable.

Es por este motivo que la mayoría de ecuatorianos sentimos cierta decepción de nuestros gobernantes ya que no toman las medidas y correctivos necesarios para lograr mitigar los diferentes problemas de índole social y económico. Problemas que pueden en parte ser solucionados con la implementación de políticas públicas eficientes y eficaces.

Por lo expuesto se puede inferir que al concentrar el poder en un solo individuo puede afectar los principios éticos de la autoridad ya que se da paso al autoritarismo. Es decir, un escenario en el que solo se busca el bien personal y no se busca el bien común que es una de las finalidades de la política. Y por otro lado al reelegir a los mismos actores políticos se coarta el derecho de ser elegidos a nuevos ciudadanos que incluso podrían tener mejores propuestas o planes de gobierno.

Pensamos que se debería incluir dentro de la malla educativa de la educación básica una materia encaminada a una formación política, esto con el fin de que cuando los jóvenes cumplan la edad legal para ejercer su derecho al voto tengan la suficiente madurez política con la que pueda analizar los planes de trabajo presentados por los candidatos al momento de inscribir su candidatura y que analicen la viabilidad de cumplimiento y que no se dejen influenciar por discursos demagógicos, sino más bien puedan analizar las propuestas de candidatos de acuerdo a sus competencias.

Actualmente los partidos poseen altos índices de rechazo por parte de la ciudadanía ecuatoriana y en la región latinoamericana, percepción muchas veces provocada por presuntos escándalos de corrupción, autoritarismo, promesas de campaña sin cumplir, entre otros. La desconfianza de la ciudadanía en la política, la democracia y sus instituciones ha provocado una crisis de representatividad que ha sido aprovechada por liderazgos “tradicionales” que se han pretendido perpetuarse en el poder.

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Se debería incluir dentro de la malla educativa de la educación básica una materia encaminada a una formación política

Conclusiones

Se debería reformar la constitución para que las autoridades electas tengan conocimientos básicos de lo que es administración pública; Implementar dentro de la malla curricular de educación básica una materia de formación política-cívica, para que los jóvenes cuando realicen su derecho al sufragio lo hagan con toda la responsabilidad del caso.

Se debería reformar la constitución del Ecuador en cuanto a los derechos de participación respecto a que todos tenemos derecho a ser elegidos, dentro de la constitución se debería plantear como requisito a los candidatos un título de tercer nivel en administración pública o afines.

Se podría decir que las candidatas mujeres que han tenido participación en procesos electorales han obtenido resultados altos en cuanto al número de votos a excepción de las candidatas del Cantón Loja.

Referencias

CNE. (2023). Resultados. Recuperado de https://elecciones2023.cne.gob.ec/

CD. (2020). Ley Orgánica Electoral, Codigo de la Democracia. Quito: Reformas en el Registro Oficial.

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Endorracismo:

UNA CONSECUENCIA DEL RACISMO

El endorracismo es acoger como propia la cultura de su opresor, reproduciendo la dominación y legitimando el poder de un grupo dominante, donde un individuo asume criterios racistas, creyendo que la discriminación hacia un igual, demuestra que su identidad y/o concepción ideológica se encuentra por encima, considerándolo inferior y generando rechazo. Demostrando así, el claro ejercicio de sustraer a una clase del sometimiento de la ideología de otras, generando un dominio moral, político e intelectual sobre los sujetos considerados “inferiores”. Así mismo, la cultura colonialista ha logrado influenciar e impregnar en las ideas de las personas, impartiendo valores que motivan el reconocimiento social a partir de la ambición de homogeneidad y posición de poder, que alejan al individuo de procesos como la autoliberación el autoconocimiento y la visibilidad de sus raíces.

El endorracismo ha evidenciado un escenario histórico de discursos occidentalizados sobre razas, concepciones étnicas e identidad cultural, basado en imaginarios totalizadores que se mantienen en la actualidad. Aunque en el siglo XXI, es posible demostrar que un gran número de países son culturalmente diversos, con esta afirmación es claro que la búsqueda por reconocimiento va más allá de la consecución de derechos civiles. Se especifica y ahonda en la idea de que el endorracismo es consecuencia de sucesos como el concepto de raza, siendo este un proceso histórico e ideológico que ha cobrado fuerza en el marco del multiculturalismo identitario, la colonización y la invisibilidad de las poblaciones negras. Al le-

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gitimar como propios los criterios racistas se cae en la idea de que un grupo étnico es inferior, por lo tanto, es de vital importancia describir acontecimientos como el desconocimiento histórico, la negación de la ascendencia africana y la vergüenza estética. Llegados a este punto, elementos como el concepto de hegemonía, poder y resistencia permitirán que se evidencien procesos coloniales y neocoloniales, donde un conjunto de individuos logra instaurar ciertas ideologías y dominio cultural sobre otros grupos humanos.

A medida que, dentro del sujeto la idea de «blanqueamiento» se afianza desde su crianza, en los espacios de enseñanza, de trabajo, de comunidad y en la necesidad de pertenecer y querer alcanzar cierto ápice de igualdad con aquel individuo que produjo y materializó un sistema de castas raciales que, aunque se han transformado, perduran en la actualidad. Por lo tanto, la reproducción de estos comportamientos dentro de una misma comunidad tanto étnica como racializada, genera pérdida de identidad cultural, desconocimiento histórico y desprecio por el autoreconocimiento.

Ahora, al ahondar en lo que el endorracismo significa, es clara la instauración forzosa que la cultura blanca mantiene a través de diferentes herramientas como: doctrinas, identidades, producciones, entre otros instrumentos, los cuales, permiten que las personas que han sido constantemente rechazadas, racializadas e inferiorizadas, pasen por un proceso de autodiscriminación que surge de la instigación y presión por la búsqueda de aceptación natural en el ser humano.

constriñe objetivos como la autenticidad porque, el endorracismo es la clara interpretación de los prejuicios convertidos en formas de dominación e inferiorización sistemática.

De manera que, el debate está centrado en qué forma los Estados permiten contemplar políticas identitarias de auto reafirmación de aquellos grupos considerados “minorías”. La cuestión endorracista, demuestra que la agenda multiétnica pasa a un segundo plano, ya que se mantiene una fuerte noción de que existen ciudadanos de primera y segunda clase, por lo cual, condicionar a algunos grupos a ciertas formas de lenguaje, simbología e intentar “culturizarlos” se ha convertido en una herramienta que logra disminuir las diferencias etnoculturales dentro de una comunidad.

Por ende, el endorracismo se contrapone a la idea misma de la interseccionalidad, puesto que, deja de lado reflexiones como la coexistencia de diferentes identidades dentro de un grupo social, lo que limita y

Siendo así, es vital que para el desarrollo de una sociedad multi culturizante e integradora se dé paso a conocer la historia negra, no sólo a partir de la esclavitud, el racismo, la desigualdad y la colonización, pues ¿cómo se pueden construir escenarios de reconocimiento si sólo se habla de

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La cuestión endorracista, demuestra que la agenda multiétnica pasa a un segundo plano.

miseria y barbarie? Por supuesto, el tener claridad en aspectos como la legitimación de la violencia estructural, simbólica, económica, cultural, entre otras, por parte de la visión occidentalizada del hombre blanco hacen parte del sujeto negro, no obstante, esto no define la verdadera esencia de lo que significa llevar la piel oscura.

Por lo anterior, es precioso contemplar que, sí se incentivan escenarios de conmemoración a lo que significa ser afro, negro, palenquero, raizal, cimarron, entre otros, sí se habla de visibilización, justicia y autenticidad, no sólo se generará reciprocidad y empatía por lo que significó la discriminación y el racismo, sino que, se dará pie para hablar de aquellos espacios que velan por la preservación de la historia afro, no sólo en Colombia sino en el mundo. Se dará valor a la lucha de los hombres y mujeres negras, a su cabello, a su belleza y a su coraje como seres humanos que tan tenido aportes considerables en la literatura, en la poesía, en la música, en la riqueza de la diversidad y, sobre todo, en cómo las diferentes formas de cultura negra de los distintos grupos que generan aportes significativos a la memoria colectiva de la experiencia del pueblo negro.

Es por ello que, al lograr deconstruir la historia, la religión, las estigmatizaciones racistas, la noción de superioridad blanca y a nosotros mismos, se daría cuenta de la reproducción y manifestación de un sistema violento. La demostración de una estructura contextual y separar las partes que llevan mucho tiempo, permite ver lo que se encuentra intrínsecamente ligado a la concepción modernizadora. Esta debe ser entendida como el intento de reorganizar el pensamiento occidental, a partir de las lógicas discursivas, es así, como los conceptos que se han reforzado cada vez más, permiten que se cuestione por qué existe el endorracismo y por qué estas ten-

siones están presentes si se cree que ya se encuentran sedimentadas.

Empero, la intención de este escrito no es establecer juicios morales ni valorativos. Al contrario, es reconocer que una de las grandes consecuencias de múltiples textos, figuras representativas e ideologías, mantuvieron por décadas la noción de que “otras” razas no son ni serán lo suficientemente aptas para pertenecer a una sociedad en búsqueda de la equívoca idea de que existe la perfección y homogeneización. Ahora, el endorracismo presenta un escenario donde el individuo que antes fue víctima, ahora es victimario y reproductor consciente o inconsciente de los prejuicios, valores y estereotipos racistas, provocando que se legitimen hechos como el racismo externo.

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ENTREVISTA

Voces de la región

La importancia de la participación política de las personas LGBTIQ+ Una conversación con Wilson Castañeda y Salma Luévano.

Introducción:

A pesar de los avances recientes en los derechos de las personas LGBTIQ+, aún queda mucho por hacer para lograr su aceptación y representación en la política. La continua hostilidad, la falta de protección de los derechos en el nivel local y la falta de inclusión en los partidos políticos que carecen de estructuras internas diseñadas para tomar en cuenta las voces LGBTIQ+ son apenas algunas de las barreras que enfrentan a la hora de participar, es por eso que desde Red Información buscamos reflexionar sobre la importancia de la inclusión de personas LGBTIQ+, los retos y barreras que tienen en la participación política y social y animar a todas y todos quienes quieran participar en los diferentes espacios y en cada uno de sus contextos.

Tenemos en esta conversación a Wilson Castañeda, Director de Caribe Afirmativo una organización social que trabaja por los derechos de las personas LGBTIQ+ en Colombia y a Salma Luévano Luna, Diputada Federal por el partido político Morena y primera Mujer Trans en acceder a una Diputación en México.

¿Cuáles consideran que son los retos más importantes en el marco de la participación política LGBTIQ+ en América Latina y el Caribe?

Wilson Castañeda (W): Las agendas de los derechos de las personas LGBTIQ+ en América Latina y el Caribe están en un proceso de crecimiento. Hoy, a diferencia de los años 80, casi todos los países de la región con contadas excepciones tienen

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Wilson Castañeda Salma Luévano Luna

leyes que prohíben la discriminación, en 12 países de la región ya se reconoce el matrimonio igualitario, inclusive en 6 países ya hay leyes de identidad de género, y en absolutamente todos hay un fortalecimiento de las organizaciones LGBTIQ+. Este paso significativo en América Latina y el Caribe nos pone en la cuarta generación del movimiento LGBT, le llamamos una cuarta generación porque creemos que tuvimos una primera generación en la región en materia del movimiento LGBT, que es todo lo que ocurre a finales de los años 70 y en los años 80, que son los primeros espacios para exigir visibilidad, reconocimiento, cuando empezamos a nombrarnos y aparecer en espacios públicos y ahí lo más importante era un asunto muy interno de las personas LGBTI para darnos a conocer y mostrar que somos también sujetos y sujetas, ciudadanos/as de derechos.

Hay una segunda etapa, que es una segunda generación que se fortalece en los años 90, que es todos los desafíos que tuvimos frente a la epidemia del VIH y SIDA, que fue un asunto de salud pública que afectó a muchas personas, entre ellos a las personas LGBTIQ+ y que para los países de América Latina y el Caribe significó la primera respuesta del estado a nuestros derechos. Entonces empiezan a aparecer agendas en los ministerios de salud pública, en todo el sistema de bienestar, que empieza a nombrar las personas LGBT, en donde desafortunadamente, perdimos a muchas por la mala atención de la epidemia, pero logró que el estado entendiera que éramos importantes en la agenda social y política.

Luego aparece una tercera generación, sobre todo más fortalecida en la primera década del año 2000, que es la de la igualdad legal, donde empiezan a aparecer proyectos de ley en los congresos, leyes antidiscriminación, leyes de matrimonio igualitario, leyes de adopción homoparental o decisiones judiciales que empiezan a equiparar nuestros derechos al resto de la ciudadanía.

Hoy estamos en una cuarta generación y esta cuarta generación en Caribe afirmativo la denominamos la de la participación política, porque lo que ocurrió en las tres generaciones atrás ocurrió porque era una presión del movimiento social que estaba en la orilla de la sociedad civil y desde esa orilla presionó a las tomadoras y tomadores de decisiones para que garantizaran derechos de personas LGBT. En esta cuarta generación el movimiento social está dando un paso significativo y está diciendo yo como movimiento social, voy a participar directamente en los escenarios que la democracia tiene para tomar decisiones, ya no voy a depender de otros y de otras, sino que yo directamente lo voy a hacer no solamente para tomar decisiones que me beneficien como persona LGBTQ+, sino decisiones que puedan fortalecer la igualdad, la inclusión y puedan dignificar la vida de todas las personas.

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Esa participación tiene 3 consideraciones muy importantes:

Esto que empezó siendo un asunto individual, de que cada persona se reconociese en su dignidad y en derechos siendo LGBT tuvo un salto cualitativo al proceso organizativo, a los colectivos LGBT y esa madurez del proceso colectivo le permite llegar hoy al escenario político con un legado importante, y es que hoy las personas LGBT cuando llegan a escenarios de participación, bien sean a cargo de elección popular, a espacios colectivos o partidistas, traen todo un aprendizaje de sociedad civil desde la movilización social, la militancia y la construcción de agendas y eso finalmente termina enriqueciendo los espacios de participación que hoy tiene una crisis de representatividad.

Se llega a los espacios de participación para dar el salto del ‘gueto’ a los procesos de articulación. Es entendido y es entendible que la primera, segunda y tercera generación nos llevaron a hacer agendas para nosotros y nosotras de forma interna, que respondían a unas necesidades particulares que a veces el resto de la ciudadanía no entendía o le parecía un poco egoísta, pero era necesario ese espacio para poder fortalecernos como sujetos políticos. Ahora, esta cuarta etapa nos saca del ‘gueto’ porque hay un ejercicio de fortalecimiento y nos permite integrarnos a otros grupos poblacionales. Por supuesto, cuando una persona LGBT llega a la política, igual que pasa con los sindicalistas o las mujeres o los grupos afros o indígenas, no llega a ser solamente política del movimiento, llega a exigir y a ser garante de que se fortalezcan los derechos LGBTIQ+, pero llega a contribuir con el bienestar de la sociedad, el bien común, la igualdad, la paridad, el acceso a los derechos económicos, sociales y culturales, etc.

La participación es la creatividad en la que estamos en un momento político donde la instituciones políticas, ya me dicen partidos, ya me dicen instituciones estatales, ya me dicen espacios de participación ciudadana, en las democracias de América Latina y del Caribe se encuentran muy desgastadas. Se encuentran en una crisis y en una urgencia de remodelación. Y el movimiento LGBTIQ+ llega, y no solamente llega con nueva militancia que puede fortalecer esas estructuras, sino que llega con los aprendizajes que tuvo en la sociedad civil de movilización, una movilización muy creativa para hacerse sentir que se pone al servicio de la participación política y eso puede fortalecer esos escenarios que nos llevarían finalmente, a pensar que esta cuarta generación que hemos llamado de la participación política de las personas LGBTIQ+nos va a permitir que una conquista en la que somos muy insistentes, que la conquista de la igualdad no sea un horizonte solo para las personas LGBTIQ+, sino que esté instaurada en la vida cotidiana de toda la sociedad.

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Desde la perspectiva de la representación política e institucional ¿Cuál creen que es el mayor reto de ser representante de las personas LGBTIQ+? ¿Consideran que la discriminación es realmente reforzada por los estados e instituciones políticas?

Salma Luévano (S): Sin duda existe la omisión de los estados respecto a las legislaciones para que protejan o reconozcan los derechos de las personas de la diversidad sexual y de género, he propuesto 19 iniciativas que son transversales para nuestra población LGBTIQ+. Sin embargo, a dos años de mi elección ninguna ha pasado, mostrando una falta de voluntad, empatía y de sensibilidad hacia nuestra población, si bien ya vemos mujeres trans en estos espacios (lo cual es una deuda histórica) en mi caso personal estoy empujando esas acciones, esas políticas públicas en pro de nuestra población, por lo cual hemos ido avanzando, pero el Estado efectivamente tiene mucho, mucho que ver.

Esa falta de empatía es una gran discriminación que desafortunadamente no lo vivimos solamente en México sino a nivel internacional, y cuando las autoridades ven las injusticias y ven agresiones contra las personas por el simple hecho de ser quienes son y de amar a quienes sean y no hacen nada, pues están incumpliendo mandatos de tratados internacionales y resoluciones de las Cortes Interamericanas de Derechos Humanos, siempre se orientan con un carácter progresivo, pero también aquí hay un doble discurso, que aquí están los derechos plasmados de la Constitución, pero desafortunadamente en la práctica no tenemos que luchar por esos derechos, ya que ahí claramente dice para todas las personas.

Sin embargo, tenemos que estar segmentando a veces por el caso de lo que es el acrónimo LGTBIQ+, como es el caso de los derechos de las mujeres trans, cuando sabemos que son los mismos derechos para todas las personas, pero tenemos que vernos en la tarea de puntualizar ciertas necesidades para nuestra población, como es el caso del pasaporte no binario. Es entonces que, como seres humanos tenemos que garantizar esas necesidades a todas las poblaciones, y enfrentarnos a situaciones como por ejemplo el caso jurídico, en donde lo que no está escrito no existe, pero que tiene una gran incidencia teniendo en cuenta por ejemplo que, para mí como mujer trans el tener un acta de nacimiento o tener un cambio de identidad me permite tener confianza en mí misma y tener ese empoderamiento, y por lo que vemos que desafortunadamente tenemos que puntualizar esas necesidades para ser vistos y vistas dentro de los mismos derechos.

Respecto a los desafíos y retos que existen, he señalado múltiples veces la importancia de la puerta de enfrente que son los espacios de toma de decisiones, en ese orden de ideas he ido trabajando durante años a golpe de sentencias

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las cuotas arcoíris, de las cuales soy proponente y precursora, siendo una de las maneras en las que pude ser la primera mujer representando las cuotas arcoíris. Teniendo en cuenta esto, en el Congreso somos 500 diputados y diputadas de las cuales 2 somos mujeres trans representando la diversidad. Entonces, si bien a lo largo de la historia hemos tenido aliadas y aliados, que nos han permitido avanzar en nuestras necesidades a través de políticas públicas, se debe entender que eso no es agenda de ellos, por lo tanto, no se ha avanzado como debe ser, ya que directamente tenemos que estar en los espacios de toma de decisiones porque siempre hemos vivido en esa resistencia y podemos incidir y avanzar en la elaboración de políticas para nosotras, nosotros y nosotres.

Para ello se debe primero dar visibilidad, en mi caso estoy trabajando para estos fines porque no quiero ser la única que lo haga, entonces tenemos que ser cada día más para que esto permita, que haya grupos y bloques de diversidad, y que esa agenda esté en la mesa como todas las demás agendas, porque ellos tienen sus bloques y no nos permiten tener las nuestras porque no hay voluntad porque aún persiste la resistencia, la discriminación y la ignorancia, pero el que cada día seamos más va a permitir (no imponer) esa agenda de la diversidad, que ahorita ya se le está dando esa importancia que no se le daba antes.

Es importante que sigamos presionando, ocupando los espacios y que vayamos con ese compromiso trabajando por esas políticas públicas específicas para nuestra población, levantemos la mano, luchemos por esos espacios que son nuestros. Hay que exigirlos, hay que pelearlos y de qué manera, como siempre hemos peleado en todo, porque nada nos han regalado, pero hemos peleado jurídicamente y a través de todas estas impugnaciones que hemos ido elaborando a lo largo de décadas de años y que hemos ido avanzando para lograr nuestros derechos, debemos estar en esos espacios de toma de decisiones para presionar, para que las cúpulas se den cuenta de que no somos esa minoría que ellos creen.

En México hace un año aproximadamente, tenemos nuestra estadística que se llama ENDISEG (Encuesta Nacional sobre Diversidad Sexual y de Género), la cual es una estadística que nos da un gran referente sobre cuantos y cuantas somos, y me permite tener las herramientas para argumentar aún más todas estas necesidades y de ahí trabajar todas estas políticas públicas específicas.

Desde la perspectiva de las organizaciones sociales ¿Cuál es el nivel de incidencia en políticas públicas, proyectos de ley y programas creados para las personas LGTBIQ+?

W: No hay un movimiento social hoy en el mundo que sea tan mediático como el movimiento LGBT, basta con solo abrir un diario, basta entrar a una red social y siempre hay algún comentario a veces desafortunado, a veces reprochando la

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violencia, pero también a veces hablando de avances y no tiene que ver con que seamos el único movimiento social, ni más faltaba, ni el último, sino que quizás somos hoy el movimiento social que está en ese punto de quiebre de pasar de la invisibilidad a la visibilidad.

Esto mismo le pasó al movimiento sindical en los años, al movimiento de mujeres en los años 50, al movimiento de los derechos de los grupos afroamericanos en los años 60 y le pasó al movimiento sindicalista en los 70 y ahora le pasa al movimiento LGBT y seguramente durante en dos o tres generaciones ya no seremos noticia porque, la discriminación para nosotros y nosotros ya pasó, quedó en el pasado, pero en este momento mismo la gente que podría entrar a internet, a un periódico, a una página web y encontraría que siempre hay algo que decir sobre el movimiento LGBT, por lo tanto el ser un movimiento que hoy es mediático hace que sea un movimiento que esté sobre la mesa que hace que no pase desapercibido en las agendas políticas de las democracias.

En los años 90 las democracias no hablaban de diversidad sexual porque se decía que era antidemocrático, las campañas electorales los candidatos y candidatas usaban la diversidad sexual como insulto y si algún candidato o candidata era gay, lesbiana, bisexual o trans y se hacía público en la campaña y era motivo para perder votos, en algunos lugares sigue siendo así, pero a lo que quiero ir y con eso es que el movimiento LGBT entendió en la primera década del 2000 para América Latina y el Caribe es la urgencia de la politización de la gente, entonces el movimiento LGBT empezó siendo un movimiento de resistencia cultural, tenían una presencia más de orden cultural como aquí estamos, queremos que nos reconozcan, pero en la primera década del 2000 en algunos países de América Latina y el Caribe, el movimiento empezó a entender no es suficiente solo que nos vean, no es suficiente solo que nos permitan estar, necesitamos asegurar que esto sea permanente y la mejor herramienta para asegurarlo es la democracia.

Para ese entonces el movimiento empieza a ser incidencia en cuatro órdenes, en primer lugar el movimiento empieza a traducir sus demandas en agendas políticas como por ejemplo el movimiento de mujeres que ha sido el que ha abierto el camino, eso que parecía una demanda personal se comenzó a entender como una práctica común. Entonces el primer aporte del movimiento LGBT a la participación política en la democracia, es que eso es una agenda política, entonces el movimiento empieza a traducir necesidades en perspectiva de derechos, a decir es que tengo derecho a la autonomía, la libertad, al trabajo.

En segundo lugar, empezamos como aporte a las instituciones democráticas a dejar constancia que también somos ciudadanos y ciudadanas y tenemos derecho a ser elegidas y elegidos, ya que antes la gente pensaba que eran privilegios o que eran caprichos cuando pedíamos derechos, tenemos derecho a votar y sancionar

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a quien lo hace mal y a respaldar a quien lo hace bien y uno puede pensar que eso es obvio, pero en América Latina aún hoy tenemos secuelas, hay por ejemplo espacios laborales cuando hacen la fiesta de la familia invitan a las personas a que traigan a sus esposos y esposas, pero por ejemplo no permiten que las parejas del mismo sexo lleven sus esposos o esposas, eso es discriminación y a veces pasaba desapercibido.

El tercer aporte tiene que ver con poner todos estos años de resistencia al servicio de la democracia, ya que en países de América Latina como Brasil, Argentina o Colombia, tenemos apenas en los parlamentos vigentes más de 10 parlamentarios y bancadas abiertamente LGBTIQ+ de 300 y 400 personas, lo cual parece un número muy bajo, eso era impensable y el tema es cómo logramos conquistar y llegar a estos cargos de elección popular y mucho tienen que ver con la creatividad para conectar otros políticos empiezan a copiar esas formas creativas de conectar con la ciudadanía.

El último aporte que hemos hecho en perspectiva de las instituciones democráticas tiene que ver con la participación ya en las mismas instituciones, porque a finales de la primera década del 2010, empiezan a aparecer en América Latina y el Caribe los primeros cargos electos LGBT, aparece Patria Jiménez la primera diputada electa en México, Angélica Lozano la primera alcaldesa bisexual en Chapinero, aparece María Rachid la primera diputada en Argentina, William el primer diputado en Brasil, entonces empieza el movimiento LGBT a estar en cargo de elección popular, y en estructuras de partidos políticos, como Diana Navarro una mujer trans en la junta directiva del polo democrático alternativo, el Frente Farabundo Martí de El Salvador con personas LGBT en los cargos directivos del partido, pero también en algunos ministerios como viceministra de policía en Costa Rica una mujer abiertamente lesbiana o el Ministro de comercio y comunicaciones en Bolivia un hombre abiertamente gay, entonces empezamos a estar en cargo de elección o de designación dentro de la democracia.

¿Qué tienen que hacer los partidos políticos para integrar a las personas LGBTIQ+ y brindar mayor representación a la sociedad?

S: Hay una cruda realidad y es que ningún partido tiene la voluntad de incluir la diversidad, todo lo hemos ganado a golpe de tendencia, hemos avanzado y seguimos y seguiremos luchando. Aquí, si no hacemos voltear la cúpula de poder, si no hacemos voltear a los partidos, las cosas no cambiarán, por eso es importante que ocupemos todos los espacios, tanto públicos como privados, para dar esa lucha de visibilidad y exigiendo un lugar en la toma de decisiones. De otra manera, no, porque nos siguen considerando esas minorías y por lo tanto, si no exigimos, nunca nos van a hacer caso, si no exigimos jamás nos van a hacer caso, se ha podido ir avanzando en nuestros derechos en los tribunales, pero hay

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que trabajar logrando consensos con los partidos, si no, pues entonces tendremos que impugnar a los partidos como se ha ido haciendo. Tenemos que trabajar desde adentro de nuestra población para empezar a armar esa estructura que esta cúpula ha tenido por décadas y décadas de años.

W: En América Latina y el Caribe por nuestra identidad cultural y mayoritariamente idiomática solemos tener crisis similares, hay pobreza similar, crisis climática similar o dictaduras similares y creo que hoy acontecemos a una crisis de partidos políticos en toda la región y visto desde un desprestigio porque no se puede concebir la democracia sin partidos eso es imposible, los partidos son la esencia de la democracia el fin de los partidos sería decir que llegó el fin de la democracia, lo que le está pasando a los partidos políticos es un periodo de recomposición, actualización o transformación. Es muy preocupante que cada vez más en América latina que las personas prefieren desembarcarse de los partidos políticos o incluso las personas prefieren mantenerse en función de un partido político, pero siempre y cuando por encima del partido político esté el aval popular porque hoy los partidos tienen una crisis de prestigio.

En ese orden de ideas, el movimiento LGBTIQ+ tiene aquello que los partidos políticos adolecen que es la creatividad, la altísima militancia y de un alto nivel de transformación social que son 3 realidades propias del movimiento, y si estos transitan a los partidos políticos que no sea por utilización ni por un ejercicio de constreñimiento electoral sino por un ejercicio de convicción de que el partido es consciente que las demandas y la agenda LGBT, lo cual va a permitir tener un partido que efectivamente sea creativo, pueda tener nuevos militantes y va a tener nuevas agendas.

¿Cuáles son las prácticas o herramientas más eficientes para promover o incentivar la participación política de personas LGBT?

S:

Posicionar a las personas LGBTIQ+ en los espacios de toma de decisiones, como mujeres trans llegar a un espacio de toma de decisiones da esperanza para mis hermanas trans y les ayuda a creer en esa lucha.

Visibilizar que estás trabajando, que estás en la lucha, porque no es llegar al espacio y no hacer nada, sino entrar con el compromiso para trabajar por esas políticas públicas específicas de la población por la cual llegaste.

Profesionalizar y seguir trabajando, criando e innovando como parte de todo nuestro activismo, yo vengo de la lucha de las calles, se me ha señalado que soy ya diputada federal y que deje de actuar como activista, pero esa es mi esencia, y tener esa dualidad que me permite seguir denunciando. No podemos seguir

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calladas, callados, callades, hay que levantar la mano y denunciar.

¿Qué casos de éxito resaltarían en términos de partidos políticos frente a la implementación de políticas y participación de las personas LGBTIQ+?

S: El partido Morena de México ha permitido avanzar en estas políticas públicas específicas, en que en esta administración de nuestro presidente López Obrador hoy haya más estados con matrimonio igualitario es un logro, aunque todavía hay una deuda de nuestro presidente para nuestra población, pero ha sido empático y además nuestro partido Morena ha permitido esa inclusión y progresividad en los derechos de todas las poblaciones, no solamente de nuestra población LGBTIQ+, este partido permite precisamente la diversidad, la inclusión y la progresividad en sus derechos.

No ha sido del todo fácil, ya que se ha trabajado también en reeducar a estos líderes dentro del mismo partido de Morena, ya que hay mucha resistencia también dentro de ellos, pero esa es nuestra función, quienes ya ocupamos estos espacio y venimos de las calles, de la sociedad civil, de todas las manifestaciones, seguimos empujando esta agenda de derechos y de dignificación.

W: Yo quiero traer tres ejemplos:

El primero es del Partido Polo Democrático Alternativo en Colombia que fue un partido que en la primera década del 2000 se consolidó como un partido con vocación de poder, este partido es la sumatoria de dos partidos de centro-izquierda, cuando crearon su mesa directiva le dieron un asiento a las personas LGBTIQ+ y se convirtió en el primer partido en América latina y el Caribe con una directiva LGBTIQ+ que además era una mujer trans negra, pero además crearon un espacio dentro de la militancia para personas LGBTIQ+ que se llamó El Polo de Rosa que se convirtió en una escuela de formación de candidatos LGBTIQ+ y con más muchos de ellos hoy en cargos de poder y representación.

El segundo es el Partido de la Revolución Democrática (PDR) de México que en los 90 empezó a hacer llamamiento a liderazgos LGBT y con más del de México que tuvieran vocación política y llegaron personas tan significativas como Patria Jiménez que es la primera mujer lesbiana en América Latina que se hace diputada, ella logra en toda su campaña y todo el ejercicio de su mandato, hacer que el partido asuma como propia las banderas del movimiento LGBTIQ+.

El Tercero es todo el trabajo realizado en Argentina en el gobierno de los Kirchner cuando empieza todo el proyecto político a construirse con Néstor

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Kirchner y deciden hacer una mesa de trabajo con las personas LGBTIQ+ con una participación muy amplia del movimiento da una remembranza muy fuerte dentro del partido y se ha mantenido en los cargos más estratégicos del ejecutivo la presencia de personas LGBTIQ+, pero incluso donde no hay presencia de personas del movimiento.

También hay 2 ejercicios muy recientes que acaban de ocurrir en Brasil en las últimas elecciones, en donde se eligieron 9 congresistas abiertamente LGBTIQ+ de los que 7 de 9 son mujeres y de las 7 mujeres 6 son afro LGBT, Afro Trans y Afro Lesbianas, en este caso los partidos acompañaron sus candidaturas y generaron un ejercicio interpartidista de agenda de mujeres lesbianas bisexuales y trans muy significativo. Otro es lo que ha pasado en los últimos años en Costa Rica y muestra cómo las bases de los partidos políticos han empezado a trabajar fuertemente en sus bases tanto formativas como ideológicas con la participación de estas personas y hoy tenemos cargos locales en este país, estamos seguros de que esto va a estar en crecimiento porque en Costa Rica hay una gran inversión de los partidos políticos de trabajar las bases del partido en perspectiva de personas LGBTIQ+.

¿Qué reflexiones quisieran realizar desde su experiencia en estos temas tan importantes?

W: En Colombia hace 7 años firmamos un acuerdo de paz y nuestro acuerdo de paz es el primer acuerdo de paz en el mundo que para superar un conflicto armado de más de 60 años propuso un enfoque de género que garantiza la vida digna de las personas LGBTIQ+ y eso permitió que yo estuviese en la mesa de negociaciones en calidad de miembro del movimiento LGBTIQ+ en el que como organización tuvimos muchas críticas y nuestra respuesta siempre fue pensar la paz en un país con un conflicto armado tan fuerte como el colombiano, porque el conflicto armado afectó la democracia y la democracia tiene que pensarse con todas las ciudadanías incluyendo la de las personas LGBTIQ+ y efectivamente hoy siete años después la paz de Colombia nos está permitiendo consolidar derechos de las personas LGBTIQ+.

En América Latina y el caribe tenemos una contradicción muy grande somos la región del mundo donde prevalece más la democracia, pero somos la región del mundo más desigual no sólo en términos económicos sino también en términos poblacionales por eso si en América Latina y el caribe queremos seguir consolidando este tesoro que la democracia tenemos que hacer la coherente con su mayor tarea que garantizar la igualdad y en el caso de las personas LGBTIQ+ para estar en la democracia y participar en la política para ponernos al servicio de la renovación social.

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Esta es una manera de ganarle la batalla a la desigualdad porque la discriminación, la exclusión, la homofobia, la transfobia y los prejuicios lo que buscan es ver la desigualdad la cual es una contradicción de la democracia. Mi mensaje final es que es incompatible decir que trabajamos por la democracia si en nuestros países hay prácticas de exclusión por raza, género, orientación sexual, diversidad sexual, por identidad de género, por credo, por ejercicio político, etc. Por eso hay que vencer todas las barreras en la tarea de la democracia y nosotros desde el movimiento LGBTIQ+ llegamos a la democracia no para hacer un gueto sino para que la democracia sea consecuente con su misión y también trabaje por los derechos de las personas LGBTIQ+ y así sea garante de la igualdad y para que nosotros y nosotras como ciudadanos y ciudadanas latinoamericanas y del caribe también aportemos desde nuestra experiencia de buscar la igualdad hacer que la igualdad sea no sólo para nosotros y nosotras sino para toda la sociedad latinoamericana.

S: Yo les digo con mucho orgullo, yo ejercí el trabajo sexual, yo vengo de la calle, del barrio, y esto me llena de orgullo porque no son limitantes, el único límite es el cielo. Podemos lograr todo, pero algo muy importante que tenemos que aprender es a querernos, aceptarnos desde adentro, ya que tenemos que trabajar desde adentro de nuestra población, de igual manera como individuales, la lucha no parará hasta que la dignidad se haga costumbre.

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