Lucía Estrada,
de lo imposible de la palabra a la memoria como gesto de existencia
L
Por: María Helena Giraldo González
a palabra, ritual privado o público, grafía que se transita en la vigilia o el sueño, nombra lo que somos: letra en el cuerpo que habla en nosotros. Y es que la escritura se arquea y cada cosa ocupó su lugar y su nombre, / revelando las palabras / su extraño alfabeto1. Sin tregua, la vigilia nombra las cosas desde los signos que le procura el lenguaje. La ciudad tiene rituales, construye puentes, nombra ríos, tiene imaginarios que propician los desencuentros.
Todos somos Sísifo. Todo escrito en el reloj sigue la sed del tiempo, tiempo lineal que obedece a las leyes del lenguaje, transcurrir monótono de las palabras que se traen desde la cuna. Sílaba a sílaba el abecedario de las horas, lo escuchado, lo aprendido. Pero hay palabras que se imponen, otros acentos, otras voces, y lo que siempre se nos hizo cotidiano nos revela otras aristas. Nada se revela más oculto / que lo cercano, / aquello que miras sin mirar, / las palabras dichas / desde siempre, / los trazos de una caligrafía / abierta2.
Las cosas nombradas tienen un sabor conocido, signos consensuados. El agua fluye como siempre, el fuego arde y se expande por el aire. Tierra firme, voces conocidas; hombres que se abren como rosas y se cierran como adormideras, como si nada antecediera a lo nombrado. Las aspas del molino no se detienen en su eterno movimiento sobre el mundo. La piedra rueda y vuelve sobre la montaña, sobre la espalda de Sísifo. Él también obedece a las leyes de la somnolienta ciudad.
No es unívoca la relación significante significado, aquí radica la crítica de Lacan a Saussure. La poesía de Lucía Estrada tiene múltiples niveles de significación. Voces extrañas se dejan oír cuando el ángel llega, la ciudad oscurece y va tomando las formas del deseo y el tiempo primigenio resplandece en el sueño que guarda códigos, secretos de un río milenario profundo golpeando sobre el vientre de la tierra; caminos con nombres diferentes, ciudades legendarias, reyes idos, otros tiempos, otros miedos floreciendo en
1. ESTRADA, Lucía. Continuidad del jardín. Palabras rodantes. Medellín: Especial de impresores S.A.S, 2014, P. 42.
2. ESTRADA, Lucía. Las hijas del espino. Medellín: Hombre nuevo editores. Segunda edición, 2008, p. 61.
40
Ciudad, revista de asuntos urbanos • Edición 29 • ISSN: 0123-238X