EL MAR DE LA MEMORIA
LA MIRADA PASEA, LEE Y FOTOGRAFÍA. DESDE EL BALCÓN, LEE Y PASEA LA MIRADA. BLAS CAMPOS HERNÁNDEZ «No sé cuál puede ser la razón de que tantos fotógrafos, en todo el mundo, se centren en el libro, en la lectura y, finalmente en la biblioteca como temas de sus trabajos»
U
na de las imágenes más nítidas de la infancia es la biblioteca del pueblo, en los bajos del Ayuntamiento. Una pequeña sala casi cuadrada, con apenas sus media docena de mesas y sus sillas para adultos. Allí nos refugiábamos un grupo de muetes para leer. Luchando por los dos o tres álbumes de Tintin y la colección de novelas con páginas ilustradas. Enganchados a los dibujos, leíamos las imágenes y nos saltábamos las filas de palabras. Ensimismados, fluíamos; no siempre silenciosos, a veces, alborotados.
El hábito lector germina y se implica durante años en fomentar la lectura; en crear varias y diversas bibliotecas; en entrelazar la lectura con las diversas artes, con la expresión personal construida junto a otros. Y mientras tanto, desde los años ochenta, un lector que fotografía a quienes leen, a los libros, las bibliotecas, las librerías; a las bibliotecarias, a los libreros y libreras, a bibliófilos. En casi todo momento y lugar, también desde el balcón.
k «En los libros está todo» 1 Olivares, R. (2006) Editorial de EXIT nº 23, Lectores y lecturas. Madrid 2 Ibid. 3 «LEER en todo momento y lugar – IRAKURRI, une eta leku guztietan». Abril-mayo 2019 4 Moreno, V. (2002). «No es para tanto». Divagaciones sobre la lectura. Prames-Las Tres Sorores. Zaragoza 5 Sallevane, D.: «Voir, c’est lire, en André Kertesz» (1985), Photo Poche nº 17, C.N.P., París 6 Kertesz, A. (2016): «LEER». Periférica & Errata naturae. 7
Ibid.
Rosa Olivares2
L
a pasada primavera celebramos de nuevo el día del Libro Infantil y Juvenil. Por segundo año, en la librería Re-Read. Dos exposiciones, una de ellas de fotografías de lectores3. Al finalizar, Nuria y Sole, las libreras, nos regalan un libro: Los americanos de Robert Frank. Una sorpresa. Un re-encuentro con uno de los libros de fotografía más re-mirados en casa, en una edición francesa, comprada en París en los años 80, cuando pudimos ver sus fotos. Aceptamos el obsequio, encantados. Re-leerlo permite actualizar recuerdos y placeres.
Contraluz | 74 | Blas Campos Hernández
Sin embargo, he aprendido, hace ya tiempo, que no todo está en los libros. Como ha expresado con claridad Victor Moreno4: «los libros hablan de la vida», pero la vida está en otro sitio. Lo mismo podría decirse de la fotografía, pienso. Hace unas semanas murió Robert Frank, tristeza, admiración ante una vida ejemplar. Todavía no es momento de recordarle con el debido respeto. Silencio entonces.
Blas Campos, «Julen etxean».
Rosa Olivares 1